sábado, 1 de noviembre de 2008

Olvido García Valdés. Esa polilla que delante de mí revolotea. Edita Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores

Hola a todas y todos:

Perdón por el tiempo que hemos tardado en poner esta nueva contracrítica, pero la discusión interna ha sido intensa, a la vez que enriquecedora, y no ha sido fácil llegar a un consenso final sobre la valoración de la obra completa, hasta la fecha, de la poeta Olvido García Valdés.

El consenso sí parece existir en las dos críticas de El Cultural y Babelia respecto a la obra de Olvido, escritas por Túa Blesa y Ángel Luis Prieto de Paula. La propia autora, en el breve pero brillante apéndice ensayístico, da las claves que ella entiende de su poesía, claves que a su vez recogen los críticos sin que termine de quedar claro quién retroalimenta a quién. En nuestro caso hemos preferido no leer el apéndice al libro ni las críticas hasta tener una opinión formada. El resultado va a ser a veces cercano a la opinión del statu quo, pero anticipamos que al final se va a alejar bastante.

En el apartado titulado "Escribir 2" la poeta nos da las claves respecto a su estilo poético. Junto con otros puntos que menciona en sus ensayos vamos a construir nuestra contracrítica:

1) Comienzo y final abierto: En numerosas ocasiones hemos leído a Olvido comentar que sus poemas eran poemas abiertos en su comienzo y, sobre todo, en su final. Eso mismo hemos leído en reseñas de varios críticos. Realmente no creemos que ésta sea una distinción característica del estilo de la poeta salvo en algunos poemas donde Olvido hace patente esa ausencia de final. En general, sin embargo, su forma de empezar y terminar un poema no tiene la entidad suficiente como para construir una característica estilística definitoria y no se diferencia de muchos escritores de poesía contemporánea. De hecho, algunos poemas acaban con una definición concluyente. Otros pocos, es cierto, terminan como la poeta dice: "no hay nada, no hay nada ya / de luz / peso mío, mi quieta ", o "baba nutricia / para gusano / desde el frío / a la cálida." No es necesario dejar el verso sin acabar para llegar a la conclusión de que el poema no se cierra pero, insistimos, no vemos ese marcado carácter inacabado que la poeta sí parece ver.

2) "Versatilidad en el uso de las personas gramaticales, deslizamiento de una a otra, deslizamiento también de los tiempos -los de pasado y presente-": Efectivamente el uso del sujeto poético es variado. Es curioso que la primera persona sea poco abundante cuando en muchos poemas la voz final de la poeta es clara. No es fácil encontrar el pronombre yo, y quizás sea este punto el que más diferencia a la poeta de sus compañeros. Los deslizamientos temporales y de las personas gramaticales ni son tan abundantes ni son extraños en la poesía actual.

3) "Un ritmo que viene impuesto desde dentro del poema": En este punto la singularidad de la poeta, respecto a la mayoría de poetas españoles reconocidos, es muy clara. Hay una cierta contradicción en los escritos de Olvido que se agrupan al final del libro. En uno de ellos dice que "La poesía...trabaja a la contra...y contra la idea de musicalidad que parece perseguirla, idea que actúa con frecuencia diluyendo la precisión". En este sentido, su propuesta sería más radical de lo que en realidad es. Cualquiera que haya oído a la poeta recitar se dará cuenta en seguida de que hay una musicalidad clara y evidente en sus versos. En otro breve ensayo de la poeta incluido en el libro, sus palabras se acercan más a sus versos: "el ritmo no es de la medida, sino de los latidos y de la respiración". Finalmente, y quizás más importante, uno de los tres consejos que da para un supuesto taller de poesía es: "Ahondar en lo rítmico, buscar que se resuelva en lo de verdad respiratorio". En la práctica, por tanto, la poeta sí trabaja la musicalidad del poema, pero lo hace, aparentemente, sobre una base acentual a la que no le importan el número de sílabas. No es original ni innovador pero sí es poco frecuente en nuestra poesía, en especial en poetas de tan reconocido prestigio, y por tanto creemos que aquí sí se produce un signo distintivo estilístico frente a muchos de sus compañeros, incapaces de salirse de diversas variaciones de la silva, y para quienes un verso con un número par de sílabas es algo impensable (a pesar del uso arbitrario y ridículo que hacen de la dialefa, la sinalefa, la diéresis, etc).

4) La propia autora ha definido muchas veces un aspecto crucial de su poesía: la yuxtaposición. Efectivamente, son muchos los poemas que utilizan el mecanismo retórico de la yuxtaposición para crear dos, como mucho tres, planos poéticos que confluyen en el mismo poema. En general, los cambios suelen ir del aspecto contemplativo al reflexivo, comenzando en lo contemplativo, pero hay más usos de esta figura. Es un rasgo de su escritura que quizás tiene que ver con esa visión pictórica del cuadro, e incluso del poema, como un lienzo moderno en dónde no se trata, en ocasiones, de conformar un mensaje central sino que la poeta acepta la intensidad que produce la fragmentación frente al mensaje semántico unívoco. Aun siendo un elemento importante de su obra, por ubicuidad, no nos parece tampoco singular hasta la distinción por ser un discurso relativamente común.

5) Un punto que no vemos analizado en las reseñas y que, para nosotros es esencial en la definición estilística de la poesía de Olvido, es el uso, en nuestra opinión excesivo en sus últimos poemarios, de dos figuras retóricas: la elipsis (de artículo o verbo, en general) y el hipérbaton. Para una poeta que algunos sitúan dentro del postmodernismo, no deja de resultar sorprendente la línea directa que establece Olvido con nuestro barroco, a través de la elipsis, que para Sarduy es el mecanismo retórico básico del discurso barroco, y el hipérbaton, figura retórica también esencial de nuestro siglo de Oro. En algunos poemarios es difícil encontrar poemas en los que no se utilice alguna de estas dos figura o incluso las dos. De hecho, hasta el propio título del libro es un hipérbaton. Resulta igualmente sorprendente que el prologuista diga que la poesía de Olvido está "desprovista de toda retórica" cuando la arquitectura retórica es muy abundante y, desde luego, nada invisible.

6) En algunos textos hemos leído que el lenguaje de la poeta se acerca a lo cotidiano. Incluso en la propia contraportada del libro se habla de "la palabra conversacional", característica que también menciona Eduardo Milán en su prólogo. Por supuesto, en un país como el nuestro donde el rebuscamiento léxico llega a ser patológico, la palabra de Olvido es, comparativamente, más desnuda. Pero por un lado no se puede hablar de una palabra conversacional cuando ésta se halla construida con frecuencia en base a retorcidas estructuras sintácticas que nada tienen que ver con el habla cotidiana. Por otra parte, no son pocos los ejemplos de palabras que no forman parte del habla conversacional, o al menos, no del habla actual: podre, opalina ceniza, espesamente prístinas, heliófoba, uso muy frecuente de "mas" como conjunción adversativa, heliófoba, algún verso en francés, semejaba, hirsúto, ornada de chispeante polvillo, conseja, etc.

7) También es muy común el uso de sintagmas que definen, que cumplen la función que en otro tipo de poesía cumpliría la metáfora pura, y que suelen presentarse como enumeraciones. Como ejemplo: "Los excursionistas ...se mueven con angustia, muy despacio, tristeza inquieta de sueño, opresión extraña en los ojos."; "Como agua vinieron en la noche / las ovejas, pies de agua y esquilas, cada una / de lo solo y de arena; resplandecientes / y abruptos, gruñidos o quejidos horadados / el pastor, mover de brisa, de agua / de ola retirándose, un único animal, un / signo raudo y musical, fanal / de la linterna, raíl de guturales, /..." En ese lenguaje que define es frecuente también el uso del infinitivo verbal, que a su vez logra evitar el uso de la primera persona. Menos frecuente y mejor usada es la aliteración: "tercos tristes tenaces". Incluso a veces, pocas, nos hallamos en territorios comunes ya comentados habitualmente en estas páginas: "pierde quien muere, nada gana / tampoco", "...sol negro / sin número ni forma", "a mar de oro raíz de sombra", "Creció la memoria en el tiempo", "A veces el tiempo se dilata...", "En la nuca un lienzo / al que llamó tristeza", "que el sol dora al caer", "Dobla su cabo el año" (expresión casi repetida dos veces más una tercera que dice: "Pronto girará el año"), "juntos tomamos la barca de la noche", etc

8) Oscuridad buscada: En varias ocasiones la poeta comenta algo similar a este verso: "Me da miedo la luz, / lo quieto de la luz,". O: "Mi gusto por lo oscuro / viene de ti". Todo a pesar de que "La noche mide las cosas". Como recomendaba un viejo poeta a los jóvenes, "échale un poco de oscuridad al poema." En otras palabras, el discurso se hace, de manera voluntaria, más oscuro, gracias a las diversas técnicas retóricas que emplea la poeta. La oscuridad se logra también añadiendo a lo anterior la ausencia de puntuación en algunos poemas, lo que contribuye a la polisemia del poema. El lector ha de construir, a veces, su propia versión del mensaje semántico: "allí en la horquilla / que une rama y tronco / está / fijo en el ojo en la garganta...". No es una oscuridad gratuita, sin embargo. Sin duda es uno de los puntos atrayentes de la poesía de Olvido.

En la crítica de Prieto de Paula al libro de Olvido el profesor habla de la unidad del conjunto. Y tiene toda la razón. No es tan fácil distinguir un poema de un libro de un poema de un libro anterior. En realidad, cada poema forma parte de un único libro. Y esto se cumple, en general, tanto para la arquitectura técnica del poema como para la arquitectura temática. Con una retórica similar, y utilizando una serie de palabras fetiche (los pájaros y las especies que la poeta menciona, su trino, noche, otoño, luz, los colores azul, verde, rojo, blanco y negro; musgo, araña, hilo, árbol, frío, adobe, anciana, fetiche, casa, acre, muerte, sueño, pez o peces, corazón, césped, hierba, varios tipos de flores), la poeta construye sus poemas casi siempre de manera similar.

Llegamos quizás al punto donde vamos a comenzar a salirnos del stau quo del pensamiento crítico oficial. Dice la poeta que "Hay una poesía que se podría llamar acumulativa...hay otra que busca más bien mecanismos de intensificación...enfermedad por enfermedad...prefiero la anorexia." Olvido García Valdés siempre ha sido ubicada dentro de esa corriente en la cual la poesía trata de ser depurada, esencializada, intensificada como ella misma dice, frente a esa poesía "acumulativa". Pero cuando se contempla la poesía de Olvido en su conjunto, cuando vemos de forma tan clara que cada poema en realidad es casi una estrofa de un poema mayor, el dogmatismo de la anorexia poética de su palabra frente a la poesía "acumulativa" se cae. Se cae de bruces, además.

Esa estructura holística en la que el poema se inscribe, se convierte, para este colectivo, en el mayor problema de la escritura de Olvido. La lectura completa produce cansancio debido a la percepción de repetición de formas y fondos, de herramientas retóricas y de un léxico demasiado concentrado en torno a pocas palabras.

Olvido es una buena poeta. Analizados individualmente, o por poemarios, los poemas de Olvido, en muchos casos, son excelentes: el ritmo es magnífico, la contemplación es sabia y detallada, su uso de la no puntuación se adecúa a las peticiones del poema, los versos cortos y las frases a veces más cortas expresan mucho más que otros poetas con múltiples estrofas. Hay, además, una preocupación metafísica e incluso política que añade profundidad a su obra, una subjetividad hábilmente escondida, una lentitud deliciosa en su mirada, una capacidad lírica elevada, un uso inteligente de la yuxtaposición y un ordenamiento final del mensaje estético que presenta una profunda base filosófica y hace externa una visión personal e inteligente del mundo. A todo esto habría que añadir que Olvido eligió un camino poco común entre los poetas más conocidos de nuestro país, y la valentía es siempre una virtud.

Olvido ha creado un estilo propio, algo que no todos los poetas pueden decir. Es fácil distinguir un poema de ella de poemas de cualquier otro autor español. Sin embargo, se ha producido, ya desde hace tiempo, un estancamiento, estancamiento que era imposible detectar para los lectores que habíamos leído tan sólo "Y todos estábamos vivos", pero que es sorprendente cuando se lee su poesía completa. Los grandes poetas de la historia no sólo han tenido un estilo propio sino que han sabido reinventarse a sí mismos unas cuantas veces a lo largo de su vida. Hace poco leíamos el caso de Wallace Stevens y las enormes diferencias que tiene "Harmonium" respecto a "La roca". En el caso de Olvido esto no ha ocurrido todavía. Sí ha habido pequeños cambios, sin duda. En los primeros poemas, por ejemplo, apenas se usaba el hipérbaton y en los últimos es constante. En los últimos son también más frecuentes los juegos de palabras ("transcurrir del día enteco"), las paradojas finales ("como si fueran los otros / siempre a estar ahí y de / pronto no están o no estuvieran"), alguna referencia culturalista o una mayor presencia de la ciudad. Pero hay un agotamiento del discurso en su forma y fondo. Hasta aquí debería de llegar esta vía estilística y léxica. Casi siempre hay comunicación estética pero la comunicación poética se agota y la sensación de repetición comienza a ser algo bastante más serio que una sensación.

Los poemas inéditos de Olvido que se incluyen al final son demasiado pocos y recientes como para saber si la poeta se arriesgará en su siguiente libro. Con el prestigio de un premio nacional, prestigio sobre el que nuestra sombra poco importa, y con la certeza de que puede publicar donde quiera, nada debería ser un obstáculo para que el próximo libro de Olvido, sin prisas, como ha hecho ella hasta ahora y como debería de ser, nos dé una sorpresa.

Valoración del libro "Esa polilla que delante de mí revolotea": 7,25 / 10

67 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos.

Es refrescante y reveladora la reseña que habéis hecho. Olvido García Valdés es uno de mis poetas favoritos en nuestra lengua, y por eso me gusta más, si cabe, que se muestren las grietas, las fisuras que puedan horadar la arquitectura de sus poemarios y su poesía conjunta.

Estoy muy de acuerdo en cierta sensación de estancamiento. Parece que el estilo de Olvido cuaja en "Caza nocturna" y a partir de ahí apenas evoluciona. Hay en sus versos un proceso de lenta erosión o sedimentación, como de líquenes o herrumbre que avanza, algo que se descompone a la intemperie y se toma su tiempo. Pero tras esa descomposición emocional o senti-mental se aprecia una relativa falta de nueva savia que revigorice el discurso poético. Sin embargo, como decís, puede haber sorpresas, aunque los poemas finales no apuntan en esa dirección.

No sé si Olvido llega a la anorexia expresiva frente a la acumulación. A mí me parece que aúna ambas tendencias: en ella hay una extraña acumulación, como un lento torrente o glacial que avanza y lo con-mueve todo a su paso. Apreciar las huellas de esa herida en la roca es un placer insospechado y un muy recomendable ejercicio de espeleología.

Me gusta, también, la "frialdad" de las emociones que transmite. Me explico: hay en su mirada una disección gélida, un punto de distanciamiento y análisis que la acercan a Gottfried Benn o Vladimir Holan. No hallaremos aquí vértigos o abismos insondables, sino el escalpelo del cirujano o del taxidermista. Las emociones quedan embalsamadas, disecadas, prendidas a un alfiler y contempladas con parsimonia. No hay grito porque no hace falta, porque la herrumbre no grita sino que nos tienta el hueso por dentro, nos desaloja con una lenta oxidación de carcoma...

No se ha mencionado, y no sé si quizá me lo invento, pero en sus poemas siempre me ha parecido ver el a veces remoto y otras evidente influjo de una serie de poetas: a los mencionados Benn y Holan añadiría César Vallejo, Ajmátova, Dickinson, Ponge, Juan L. Ortiz, Celan, etc. Y se hace eco de escrituras que, siendo prosa, son secretamente poéticas: algunos de esos nombres los da ella misma, Virginia Woolf, Robert Walser, Bruno Schulz (estos dos últimos autores, por cierto, muy recomendables para quien no los conozca).También pesan, creo, sus lecturas filosóficas: Derrida, Foucault, Levinas, Deleuze, parecen estar en ella. Quiero decir con esto que Olvido es una intelectual con una formación humanista completa y que no descuida ninguna fuente. Cosa muy rara en nuestros vates, que con frecuencia sólo leen poesía y de un solo tipo.

Hay un último aspecto que me gustaría comentar y que la propia autora señala en su poética: el trasvase entre los diversos estratos de realidad. Para Olvido la realidad fluctúa y es permeable, no hay una realidad sino varias formas de declinarla, por eso las fronteras entre el sueño, el recuerdo y la vigilia son porosas y se retroalimentan, hasta el punto de que el lector ya no sabe dónde se encuentra, y en esa indeterminación, en ese naufragio del propio centro, surge una modalidad de la percepción des-centrada y muy interesante.

Mención aparte el hecho de que un poeta tan "joven" publique en una colección tan consagratoria como Galaxia Gutenberg. Las razones, aparte de la gran calidad de la obra, son evidentes y no volveré sobre ellas.

Ya sé que no parezco yo pero hoy estoy serio.

Abrazos

Anónimo dijo...

Ya era hora, anonimito. Qué ganas de "verte" tenía. Espero que no te haya pasado nada.

Me parece sorprendente y reveladora la contracrítica. Valiente también desde el momento que se atreve a decir, tras un análisis serio, cosas interesantes.

Yo tengo una relación curiosa con esta poeta. Me gusta mucho la manera en la que recita sus poemas. Y cuando los recita me entusiasman. Sin embargo, cuando vuelvo al libro y hago una lectura más detenida siento ese síndrome de cansancio que se describe. Mi problema es mayor porque incluso un único poemario puede llegar a resultarme repetitivo. En general, los poemarios en los que el poeta repite de manera insistente sus palabras sagradas tienden a agotarme. En una lectura completa del libro de Círculo las cosas empeoran para mí. Me estoy acordando ahora mismo del libro de Odysseas Elitis. Sus múltiples voces hacen que el libro sea una sorpresa continua. Si cojo el libro de Olvido y lo hablo por una página al azar ya sé en parte lo que voy a encontrarme. No me va a sorprender ni a entusiasmar.

Por eso trato de no perderme un recital de ella pero sus libros no son, en mi caso, libros de cabecera.

Anónimo dijo...

Miquel Barceló: "No tengo más remedio que reinventarme cada día"

La entrevista es de Antonio Lucas, sí, el premio Melilla, nadie es perfecto, pero tiene que ver con lo expuesto:

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/01/cultura/1225571330.html

Anónimo dijo...

Algunas de esas lecturas las ha mencionado la propia Olvido: Vallejo, Dickinson, por ejemplo. También tiene en alta estima a nuestra Emily: Rosalía de Castro. Y lejos, pero cerca, Lezama Lima

En filosofía Spinoza y Kant son dos influencias importantes también. O Wittgenstein. Incluso Nietzsche.

Pero sin duda me interesa mucho la faceta ensayista de esta mujer. La parte que más me ha gustado y sorprendido son sus pequeños ensayos del final del libro. Desde aquí le pido que publique pronto un libro de ensayos basado en sus reflexiones poéticas. Tiene el libro sobre santa Teresa, magnífico, pero da la impresión que esta mujer tiene una cabeza privilegiada para el pensamiento, incluso por encima de su capacidad para la poesía.

Yo también me alegro de verte por aquí, anonimito.

Anónimo dijo...

Con todos mis respetos, no veo tan evidente la influencia de tantos poetas de renombre en la obra de Olvido. En una tercera lectura, con el filtro barroco puesto, sí que veo curiosamente ecos de San Juan de la Cruz e incluso de Góngora. Y también algo de la poesía oriental.

Veo más la influencia de la pintura sobre la forma en la que la poeta se acerca a la composición del cuadro y en cómo utiliza la fragmentación.

A sus casi 60 años es difícil que Olvido vaya a cambiar de manera radical. Es una buena poeta, que destaca todavía más en un país en dónde la poesía más conocida atraviesa una crisis profunda, pero no veo a la poeta convirtiéndose en el Kasimir Malevich de la poesía. Me conformo con lo que me da, que no es poco, pero tampoco se puede exagerar la valía de esta poeta, buena pero no extraordinaria.

Anónimo dijo...

Al margen de intelectualidades, o a pesar de ellas, de sus premios, de ilustres lecturas y conferencias, no hay magia, apenas hay poesía.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

En la dificultad, en la resistencia de los textos de Olvido a ser trasladados a la lógica del razocinio, a la práxis utilitarista de la prosa, ahí, en ese huecograma que se van injertando entre el tiempo anterior a una lectura y el posterior, ahí, tropiezo, caigo, dejo el libro caer, tropezar. Y nada. Nadie. Aún así, he de volver. Vuelvo. Comienzo ahora no por las primeras páginas, si no al azar, por una cualquiera del centro. Casi logro intuir, apresar una idea, una posibilidad. Salta, escabúllese. Se pierde entre los márgenes. No quiere mi lazo, me complica la existencia. Quedo afuera. Escucho. No pasa nada, nadie. Y si estan los que son, vivos, en su conversaciónfragmentada, en su cuerpo fantasmagórico, no es porque yo lo vea. Estan. Yo aún no he llegado al tiempo de verles, de tocarles, de preguntar por donde.

La poesía de Olvido, como si girase en espiral sobre su ser y su nombre, viene a invisivilizar los signos, las huellas de su persona, para que su real sitio, el de la poesía quiero entender, emerja, discurra, fluya, de puntos de fuga.

Una noche, noche de página y de sobresilencio, un verso, media frase, se columpia. Busco donde fue y se fue. Y leo un poema, lo releo. Cierro el libro, se abre una escala. Es una brevísima nota y otra y una más. Dan pie a una música de bosque. Inasible y rauda. Esquiva. Pero real.

Quizá el sufrimiento necesita, en tiempos de simulacro, no dejarse atrapar en los sloganes. Cambiar de piel, tomar de la piedra paciente y del agua lenta ese moho que conduce a la representación de lo perdiendose, de lo que nos roban y aceleran esos agentes no naturales que inventan una climatología alternativa, artificiosa y previsiblemente devastadora que acaba con el espíritu del campo, del ecosistema desde el que Olvido es solo un crugir de rama, un zas de ala de polilla.

Una dificultad pide ralentización, distancia, retorno.

Un abrazo grande,

Víktor

(Admirable vuestro desmenuceo del trabajo y antioficio de Olvido García Valdés. ¡Lastima que no os tengamos cerca los valencianos!. A buen seguro que más de una liábamos por acá.)

Anónimo dijo...

Sí hay magia, anónimo, pero hay que buscarla:

"como si todos
hubiéramos ya muerto,
vestidos o acolchados para un film,
visto de lejos,
tan
irreal y preciso, así,
como vestirse
y sentarse ocupando
una silla,
salvo quizá
un viejo pastor que hubiera ido
a oír desde atrás, sólo
a sentarse y escuchar
alguna voz que hablara"

Evidentemente no todos los poemas del libro tienen este nivel, pero no sólo hay fondo y forma, sino también personalidad poética. Sobre la sensación de repetición, creo que en parte tiene que ver con el hecho de que esta poesía completa se ha publicado demasiado pronto.

Quizá esa sensación de unicidad, no sé si es una creencia o un deseo, tiene algo que ver con la sustancia omniabarcadora de Spinoza o la propia univocidad ontológica de Scotus, que creo que la poeta cita en el libro. Como se puede ver el concepto de impersonalidad de Levinas, filósofo mencionado por anonimito. La influencia de Foucault y de Derrida es muy evidente en la construcción del poema, sin duda.

Como detalle curioso del poema que he puesto, el verso: "hubiéramos ya muerto". Si fuera otra poeta, diría que la construcción se debe a que quiere que sea un heptasílabo pero siendo Olvido dudo que esa sea la razón. No tengo claro que suene mejor que: "hubiéramos muerto ya". Me pasa en varios de sus poemas. Quizá un experto en su prosodia nos pueda sacar de dudas.

Anónimo dijo...

Vaya regalito de la British Library. El País publica alguna de las voces que nunca habíamos oído:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/tesoro/sonoro/siglo/literario/elpepucul/20081104elpepicul_1/Tes

Este es el enlace donde se puede escuchar un poco más y donde se puede comprar:

http://www.bl.uk/onlinegallery/whatson/downloads/index.html

Anónimo dijo...

Queridos,
siento ser discrepante, no soy un defensor de lo clásico ni un amante de lo tradicional. Me gustan poetas que no siguen versos impares y otras rarezas, pero Olvido me parece una poeta sobrevalorada. Primero por repetitiva, por el uso aburrido y cansino de ciertos sustantivos de siempre. Segundo porque sus méritos están en otros poetas mejores más logrados. Me gusta más un Valente o un Celan que una Olvido. Tercero porque su mayor logro es ser diferente, lo que por sí solo no me basta. Creo que Olvido en una poesía más abierta con corrientes variadas más sólidas no le interesaría a casi nadie. Y cuarto porque no me suena a nada. Discrepo por completo de la supuesta musicalidad que le atribuyen. Respecto al libro anterior, el del nacional, que es el que he leído más. Sinceramente, me llevaré mil críticas, pero la diferencia por la diferencia no es un valor. Tendrá poemas buenos, pero tiene a patadas de poemas muy malos. Es sólo mi opinión, no niego vuestras apreciaciones.

Lázaro.

Anónimo dijo...

A Viktor: me deja pasmado que tu exaltado encomio, intelectualizado y algo gaseoso, esté lleno de incorrecciones en la redacción y, lo que resulta aún más sorprendente, de faltas de ortografía. No indico las ausencias de tilde, sólo éstas, terribles: "invisivilizar" y "crugir". Me duelen. ¿Es mucho pedir que, además de pasión e ideología, pongamos corrección en la escritura? Y no hablo de la legítima ruptura sintáctica y demás. Muchísimas gracias, pase o no el filtro. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Ufff, ya salió el corrector interino de la RAE trayéndonos su sabiduría ortográfica.

El dolor puede llegar a ser bueno, amigo. En realidad lo que parece no gustarte es que alguien alabe la poesía de Olvido. Si todos los argumentos que se te ocurren son el "crugir" de dientes de una falta de ortografía, o de más de una, hay ofertas en infojobs muy interesantes para paliar esa vocación indomable.

Anónimo dijo...

Lázaro, tienes que tener el oído dispuesto a escuchar un ritmo que no es el del monótono endecasílabo.

Por si no la has escuchado, te paso algún enlace para que compruebes que hay una música hermosa y singular en sus versos:

http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?portal=0&Ref=8577&video=1

http://www.cadenaser.com/cultura/audios/olvido-garcia-valdes-premio-nacional/sernot/20071009csrcsrcul_1/Aes/

El argumento de que hay poetas mejores siempre puede utilizarse ad nauseam. También hay mejores a Celan y Valente. Y mejores a los mejores hasta, ¿dónde?

El argumento de que en una poesía más abierta Olvido no interesaría es una mera conjetura. Olvido no sólo interesa en España.

Respecto a si se repite o no, creo que es una forma intencionada de escribir y de crear una textura metapoética que algo, como han dicho otros compañeros, tiene que ver con su filosofía.

Y respecto a que "tiene a patadas de poemas muy malos", además de parecerme una expresión poco afortunada, un hipérbaton curiosamente, no creo que sea cierto. Como todos los poetas, hay poemas que siempre pensamos que estarían mejor en un cajón. Pero a mí eso me pasa con todos, incluso los grandes.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Escribí a vuela pluma y como soy un puto desastre se me coló un gazapo ú dos. Me se disculpe. Es lo que hay. Mucha velocidad y pocos reflejos. Aunque pensé que esto era una conversación coloquial más que un exámen de filología. Y pensé mal, por la parte que te toca, te toca los huitos esos palabros. Intentaré ir con más cuidado.



Un abrazo,

Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Veis, lo que yo decía, corro mucho y me fijo poco. Al anónimo corrector, matizarle que en mi exposición no hay pasión ideológica. Solamente pasión. Lo ideológico se me queda grande.

Un abrazo,

Víktor

Anónima: gracias por tu "compasión". Es de una fina, cuerda y ejemplar buena educación. A más, porque intuyo que manejas y dominas la corrección sintáctica, morfológica y semántica. Un beset.

Anónimo dijo...

Que no, Helena, que no creo que tengas razón en lo que dices. Que la poesía hace ya muchísimo tiempo que dejó de ser escrita para ser cantada. Que es algo más que una voz dulce y bonita. Las palabras escritas son las que tienen que emocionar, no las cantadas (que también, ¿en?, pero después de ser leídas y de transmitir emoción).

O quizás sí que tienes razón y eres exactamente lo que estoy diciendo. Pero no es más que mi opinión. O sea, nada.

Anónimo dijo...

Anónimo, como te pille censor te va poner fino.

Voy a decir algo que me temo que te va a molestar pero lo diré de la manera más educada que se me ocurra. Cuando aconsejaba a Lázaro esos enlaces, no sé si eres o no Lázaro, lo hacía no porque quisiera establecer una barrera entre la poesía escrita y la leída. Lo hacía porque leer poesía en tu intimidad, leer en silencio, no es fácil. Para mí tampoco. Cuando escuchas a Olvido puedes aprender a leer sus poemas. Si ella tiene su música y ritmo cuando lee y tú, cuando lees en silencio, no la sientes, es posible que el problema sea que no te adaptas a sus ritmos y silencios. Se un poco autocrítico. No es un tema de tener o no una voz dulce y bonita. Por favor, eso es una simplificación insoportable. Es simplemente saber leer su poesía, diferente en sus ritmos a la poesía que normalmente leemos.

Si ella lee su poesía y la lee con ritmo, y tú no, ¿puedes entender que quizás, y digo quizás, no sepas leer su poesía? Piensa que puedes aprender algo escuchándola. Todos podemos aprender, sobre todo de las personas que nos parecen tan alejadas de nuestros principios dogmáticos.

Anónimo dijo...

Un matiz: el monótono endecasíabo no tiene por qué ser monótono. Eso es un cliché, y de los peligrosos, pues parece forzar a todo poeta a huir de la música imparisílaba, cuando quizá pueda hacer como Olvido García Valdés, que parte versos impares y los mezcla con cortes -normalmente palabras que acentúan la primera sílaba- para conseguir ese peculiar efecto de síncopa. Es decir, ella no huye del endecasílabo, sino que lo utliza en un sentido musical más amplio. Por ejemplo el poema comentado -y ahí creo que la eleccón heptasílaba es puramente musical, J.- y hago una prueba cambiando la disposición de los versos:

"como si todos /
hubiéramos ya muerto, /
vestidos o acolchados para un film, /
visto de lejos, tan /
irreal y preciso, /
así, como vestirse y sentarse ocupando /
una silla,/
salvo quizá un viejo pastor /
que hubiera ido a oír / desde
atrás, / sólo a sentarse y escuchar /
alguna voz que hablara"
Hasta "una silla" el ritmo es el de cualquier silva. Y a partir de ahí lo va recuperando a ratos, con apoyo de eneasílabos, que son los impares simpáticos, los que no se notan...

Anónimo dijo...

Quizá sea peor el cliché que el ritmo tenga que ser necesariamente imparisílabo. Con lo bien que se adapta el octosílabo al español, por ejemplo.

Con ese poema también se pueden hacer retoques naturales que cambiarían a simpáticos pares pero tampoco tiene sentido entrar en una serie sin fin de retoques.

En realidad no había escogido ese poema por su heterodoxia métrica.

Veamos éste:

Han brotado las negras de la nada. de la
noche han venido golondrina y cucaracha,
la parda queratina y la encendida
han regresado con la prisa del sol,
con la alegría de marzo casi
cálida. Vuelan
y corren vivas las
negras y ligeras.

Fijate en los últimos tres versos. La frase final tiene 14 sílabas. Se ha dividido en tres versos, el último de los cuales es parisílabo, el primero no lo es, y el segundo tendría mis dudas serias de que fuera un heptasílabo.

Lo que quiero reflejar, ahora sí, con este ejemplo, es que existe el mismo dogmatismo en quienes rechazan por completo la estructura en silva que en quienes abogan por la dictadura del imparisílabo. No existe ninguna razón musical que convierta al verso impar en mejor musicalmente que el verso par. Igualmente ocurre con respecto a la ubicación de los acentos. No hay ninguna razón que haga mejor un verso impar porque se acentúe en las sílabas pares o viceversa. Si existe esa razón, por favor que alguien me ilumine.

Todo esto sin entrar a valorar la falacia del isolabismo, que echa por tierra todo lo que estamos hablando, ampliamente demostrada y documentada.

Anónimo dijo...

Quizá sea peor el cliché que nos dicta que el ritmo ha de ser necesariamente imparisílabo. Con lo bien que se adapta el octosílabo al español, por ejemplo.

Con ese poema también se pueden hacer retoques naturales que cambiarían a simpáticos pares algunos versos pero tampoco tiene sentido entrar en una serie sin fin de retoques.

En realidad no había escogido ese poema por su heterodoxia métrica.

Veamos éste:

Han brotado las negras de la nada. de la
noche han venido golondrina y cucaracha,
la parda queratina y la encendida
han regresado con la prisa del sol,
con la alegría de marzo casi
cálida. Vuelan
y corren vivas las
negras y ligeras.

Fíjate en los últimos tres versos. La frase final tiene 14 sílabas. Se ha dividido en tres versos, el último de los cuales es parisílabo, el primero no lo es, y el segundo tendría mis dudas serias de que fuera un heptasílabo.

Lo que quiero reflejar, ahora sí, con este ejemplo, es que existe el mismo dogmatismo en quienes rechazan por completo la estructura en silva que en quienes abogan por la dictadura del imparisílabo. No existe ninguna razón musical que convierta al verso impar en mejor musicalmente que el verso par. Igualmente ocurre con respecto a la ubicación de los acentos. No hay ninguna razón que haga mejor un verso impar porque se acentúe en las sílabas pares o viceversa. Si existe esa razón, por favor que alguien me ilumine.

Todo esto sin entrar a valorar la falacia del isolabismo, mpliamente demostrada y documentada, y que que echa por tierra todo lo que estamos hablando.

Anónimo dijo...

A Helena:

¡¡Qué va, mujer, cómo me voy a molestar!! Lo que ocurre es que una poesía para la que se tenga que oír al autor/a porque si no no se saborea su musicalidad, que sea imprescindible su lectura por otra persona, no me parece muy conseguida. Si no, ¿qué es la literatura entonces? Además no se trata de si yo la sé oír o no la sé oír. Sigo pensando que la musicalidad de un buen poema subyace en él, emana de él (de ahí lo dificultoso de escribir un buen poema). No creo que haya gente que sí pueda oírla y gente que no, o que sepa o no oírla. Si de literatura hablamos, hablamos de literatura. Todo lo que no sea eso (de la palabra escrita, no dicha -y que repito que también, ¿en?, pero después de ser leída-), será (no digo que no) bonito o no, pero todo lo que necesite de algo extra a la lectura íntima, en mi opinión -claro, faltaría más, para eso estamos aquí, para dejar nuestra opinión- deja mucho que desear. ¿Y no es fácil captar la musicalidad de una poesía leyendo en la intimidad? Creo que no estamos hablando de literatura entonces.

Y no soy Lázaro. Y que venga censor a refutarme lo que digo, que difícil lo veo pues no es más que una opinión, no una razón. Y bromeando un poco, ¿por qué los poetas en los que sea necesario que lean sus poemas para saber dónde se encuentra su música no graban un CD en lugar de escribir un libro?

Espero no aquí, que también, sino antes haber sido educado. El día que no quiera serlo firmaré con mi nombre y dos apellidos.

Anónimo dijo...

Todo lo pueden los números, anónimo, en esta subciencia. Ahora dominan los ritmos parisílabos en el poema que cambiaste. ¿Y qué?


como si todos hubiéramos ya muerto, 12
vestidos o acolchados para un film, 11
visto de lejos, tan irreal y preciso, 12
así, como vestirse y sentarse ocupando una silla, 16
salvo quizá un viejo pastor que hubiera ido a oír 14
desde atrás, 3
sólo a sentarse y escuchar alguna voz que hablara. 14

Anónimo dijo...

Todo esto, que si patatín, que si patatán, que sí sí, que si no, es porque hacéis comentarios de "poetas" que no lo son. No suelo escribir aquí, pero cada vez que lo hago es para decir que la persona a la que van dirigidos los comentarios no es ni siquiera poeta. En este caso, ensayista, quizás. Filósofa, tal vez. Pero poeta no. Y la musicalidad de un texto debe estar en el propio texto, no en la lectura que la autora haga del texto. Los Panchos también cantan bien, pero no por eso son poetas. Dadle cualquier texto, por muy prosaico que sea, a un buen actor y veréis cómo parecerá que está cantando a Zorrilla si se lo propone. No hay que ponerle músicalidad a un texto. Del texto debe brotar la musicalidad. No al contrario. Siento decir estas cosas, de verdad que lo siento, pero como sigamos así tendremos que volver al siglo de oro para empezar de nuevo. Fraude es lo que veo en la poesía actual (no en su totalidad, que conste, pero si digo en un 95% ¿me estoy quedando corto?). En la poesía y en la pintura y en la escultura y en el teatro y en el cine y en los etcéteras que queráis.

Pero la culpa es de nosotros que, con la excusa de que la poesía se lee poco, que no da para comer, etc. vamos y compramos los libros que nos cuelan las editoriales. Y lo que es peor, no tenemos ni criterio propio para devolver el libro de poesía cuando no es poesía lo que allí hay. Ser poeta no es un mérito, es una desgracia (si lo sabré yo), así que no sé por qué hay tanta gente que quiere ser poeta. Nos están tomando el pelo, que lo sepáis, las editoriales, los XXXX, los que reparten premios de críticas, de ayuntamientos, etecé etecé. Pero lo peor es que no creo que tenga remedio. Pero desde hace ya muchísimo tiempo que nos la están "colando doblada".

Anónimo dijo...

Parece que hay que ser menos educado para que ustedes se enteren. Lo que Helena les está diciendo es que tienen que aprender a leer poesía, señores. Ni más ni menos. Aprendan las pausas, las diéresis, las sinalefas, la acentuación, los encabalgamientos, etc. Lean en voz alta, graben su recital y luego escuchen el horror de su declamación. Después oigan a Olvido y traten de aprender un poco.

Respecto al señor este que quiere que retornemos al siglo de oro, si más del 95% de la poesía, la pintura, el teatro, la escultura y el cine le parecen una mierda; si le toman el pelo editoriales, ayuntamientos, XXXXX; si además ser poeta es una desgracia para usted y, lo peor de todo, se la "meten doblada", sólo le cabe una solución creativa: el suicidio.

Usted no debería de sufrir tanto compañero. Y sin duda su carrera poética post-mortem cobrará nuevos bríos que todos los demás podremos celebrar la noche de todos los santos acompañados de Los Panchos. A su ídolo Zorrilla es posible que lo encuentre si su alma, bribón, está destinada a sufrir los castigos eternos.

Anónimo dijo...

Y entienda mi comentario como una metáfora. España y sus colonias de ultramar necesitan su poesía. ¡Viva Zorrilla! ¡Viva Honduras!

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Paul Valèry hablada de dos músicas, la del sonido y la del sentido, que constituían el texto poético en una "forma" lingüistica que transmitía ideas que no podían ser escritas en prosa. Todo ello, en mi lectura de la poesía de Olvido se cumple. Otra cosa es que la fragmentación o las elipsis, que la habitual "diferencia" que desarrolla su escritura frente a las canónicas poéticas del acuerdo masivo que ofrecen una literatura de fácil comprensión cognitiva y racional obliguen a una relectura y a un desplazamiento de la percepción, prefieran la intuición musical o el irracional sentido de lo real a la hora de dejar ir con su poesía.
Carece de interés todo lo que no sea desplazarse del territorio seguro y previsible hacia el no-lugar donde nos convoca Olvido, si lo que se quiere es leer su poesía y no la poesía que nos gustaría que escribiese para nuestro acceso y dominio del sentido y de las ideas sugeridas. Leer poemas es un camino distinto al que se nos propone. No es una inmersión en aguas claras, si no un jugar en las orillas embarradas del decir creativo, desde el lenguaje artesanalmente cincelado. Un poema no se acaba, se abandona. En ese abandono un silencio abre grieta a otro poema, y así se va uno perdiendo en una selva, para ganancia de la poesía.

No es Olvido mi poeta favorita. Admiro eso sí su valiente apuesta, coherente, tenaz y de alto rigor técnico. A mi modo de releerle, es una poeta de esencialidad y riesgo creativo que puede desubicar a veces al lector, incluso irritar.
Posiblemente llegar a la médula sea fruto de la lentitud y del releer en voz alta sus textos. Quizá se queden lectores en tierra, sin adentrarse en las aguas barrosas. Pero eso no justifica machacar una obra. Como tampoco entiendo apoyarse en los conocimientos de las herramientas morfo-sintácticas y en los recursos estilísticos para cargarse una poética que no se entiende por distanciamiento en la experiencia vital, intuitiva y semiótica. Lo digo en cuanto a que la poesía a la que ahora nos referimos tiene mucho oficio, pulimiento, experimentación, singularidad, hondura, como para cargársela al no responder a lo previsiblemente esperado y asumible. A mi me cuesta la poesía de Olvido. Dificultad que anima a releer, pues no es por banal o defectuosa por lo que esa escritura se me resiste, si no quizá por lo contrario. Hay niveles de lector. Eso determina en muchas ocasiones la suerte de determinadas apuestas.

En las significaciones, no en el significado horadar.



Un abrazote, compas.

Víktor

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:
En esta discusión sobre ritmos poéticos desearía conocer autores actuales interesantes en lengua castellana que no sigan, en el conjunto de su obra, los ritmos tradicionales del heptasílabo, endecasílabo.... etc.. y que hayan pasado ya de ser meros experimentos vanguardistas y que hagan escuela (aparte, según parece ser de Olvido García Valdés)

Víktor Gómez Valentinos dijo...

A bote pronto:

Pedro Montealegre, Javier Bello, Juan carlos Mestre, Antonio Gamoneda, Clara Janes, Enrique Falcón, Antonio Mendez Rubio, Rosa Lentini, Miguel Anguel Curiel, Jenaro Talens, Francisco Pino, Carlos Piera, Anibal Nuñez, Eduardo Moga, Olga Novo, José Mª Gomez Valero, .../...

Un abrazote,

Víktor

Anónimo dijo...

Depende de lo que definas como interesante. Lo que puede ser interesante para ti (Marzal, Gallego, Montero, Valverde, Benítez Reyes, Luis Alberto de Cuenca, Pere Gimferrer, los pre-textos de la colección menor...) puede resultar, cuanto menos, muy poco interesante para otras personas.

Yo no me atrevo a responder a tu pregunta porque parecería spam y no firmo con nombre y apellidos, pero el solo hecho de que hagas esa pregunta demuestra que lees muy poca poesía que no sea la oficial, con marca editorial "marchita", y la que te dictan los subculturales.

Anónimo dijo...

Hola

Soy XX también aprendiz:

Pido lo mismo que el señor del mensaje anterior.

Desde mi humilde posición de aprendiz, he escuchado autores que cuando leen son muy musicales sin embargo leyendo su poesía no les encuentro fondo poético. Poemas semejantes a canciones de amor populares, eso no es poesía.

Sin embargo, Olvido García Valdés tiene unos poemas interesantes en el fondo y en la forma. Disculparme no saber expresar como vosotros y analizar su poesía, pero a mi me transmite algo poético.

He quedado sorprendida con un premio cuya ganadora dice que es su primer poemario que escribió por casualidad como experimento y por casualidad lo mando a un concurso. Vaya, no sabía que la poesía era el reino de la suerte. Supongo que esa genuina poeta nació poeta y ahora lo ha descubiero. Debo suponer que lo que escribe es pura intuición poética. (Que no me lo creo). Sin embargo me trago mis palabras porque voy a tener que esperar a ver que ha escrito para valorar mejor. Pero sus palabras me dejan perpleja, con lo que cuesta escribir algo digno y hay quién tiene la suerte providencial de nacer poeta antes de escribir.

Este blog es como estar en una clase magistral de poesía y al mismo tiempo en una tertulia.

Un saludo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Yo firmo con nombre y apellido, comparto la opinión de anónima y añado que en latinoamérica empezando por Eduardo Milan y pasando por Rocio Cerón tienes una mina como la de Potosí en el S. XVII

¿Qué tal si lees Pulir Huesos? Una antología descentrada del canon hegemónico que muestra visibilizando esa poesía que parece ser que no has podido leer aún o que no te llena (respeto otros gustos, siempre que no se ningunee a poetas de la talla de Milan o Gamoneda)

Por esa misma razón nos sobran Beckett, Pizarnik, Barnes, Holan...

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:

"Tu cabello encanece entre mis manos y, como aguas silenciosas,
nos abandonan los recuerdos. siento la frialdad de la existencia
pero tu olor se extiende en las habitaciones y tu lascivia vive en
mi corazón y entra mi pensamiento en tus heridas."

Antonio Gamoneda

En este texto que parece ser prosa poética, aparentemente sin regla métrica alguna, descubro varios endecasílabos y heptasílabos (un eneasílabo) y eso en casi todo el poema.

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:

"Tu cabello encanece entre mis manos y, como aguas silenciosas,
nos abandonan los recuerdos. siento la frialdad de la existencia
pero tu olor se extiende en las habitaciones y tu lascivia vive en
mi corazón y entra mi pensamiento en tus heridas."

Antonio Gamoneda

En este texto que parece ser prosa poética, aparentemente sin regla métrica alguna, descubro varios endecasílabos y heptasílabos (un eneasílabo) y eso en casi todo el poema.

Anónimo dijo...

/Tu/ ca/be/llo/ en/ca/ne/ce en/tre/ mis/ ma/nos/

Son doce sílabas, ¿no? La primera frase, para empezar.

Eso sí, el poema bien escogido, desde luego no de lo mejor del poeta.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Anónimo:

si hay que abajar hasta explicarte que gamoneda se maneja con el soneto con soltura pero que desarrolla su hecho creativo superando esa métrica y aliándose con el dominio sintagmático para alterarlo o subvertirlo. Hubieras adelantado con "Blues castellano" pasra tu argumentación, aunque seguirías en el mismo error. Una aproximación superficial a un trabajo de largo recorrido y con más implicaciones y compromisos con la propia composición poética de la que tu botón de muestra podría hacer intuir.

En cualquier caso, tu postura favorece el diálogo y ayuda a replantear criterios y lecturas. gracias pues,

Un abrazo

Víktor

P.d: Méndez Rubio tiene en "Para no ver el fondo" una serie de poemas en eneasílabos lo que no deja de incluirle por su tono y música de sentido en la otra orilla del canon.

Y los sonetos de francisco Pino son geniales, y mira su trabajo las neovanguardias...
Y Jenaro domina el soneto, pero su prosa poética ú otros textos dan muestra de su contante búsqueda de la forma.

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:

"Tu cabello encanece entre mis manos" es un endecasílabo como una casa. ("lloen" una sólo sílaba) para anónimo.

Para Victor:
agradezco mucho tus orientaciones, aclaraciones, comentarios y lecciones. Pero no me lo digas como "regañándome".
El poema de Gamoneda lo elegí al azar y con prisas. Gamoneda me gusta a veces,(en ese me gusta) también me gusta Ángel Gonzáles y son de tradiciones diferentes. Lo uno no quita lo otro.
Sólo busco profundizar en mis pocos conocimientos poéticos y mirar con ojos críticos y objetivos toda buena poesía, que la hay en muchos y diversos y diferentes poetas.

También para Victor:

"El primer sol te sienta en sus rodillas,
te ofrece su leche reciencantada
y hace andar a tus ojos.

Contemplas como mudan los verdes de los olmos
y estás alerta, alerta
al dictado del pájaro, ese pájaro
que te descubre niño en cada amanecer
y escribe tu destino.

Asciende
la savia
aún blanca
por tus sueños.

Creces como el maíz
mientras duermes"

Anónimo dijo...

La diferencia entre un aprendiz y un ignorante es que el primero reconoce sus limitaciones. El segundo asegura, "un endecasílabo como una casa", sin darse cuenta que puede y suele hacer el ridículo. Cámbiate el nombre, anda.

La vocal o y la vocal e no forman diptongo. Son dos vocales fuertes o abiertas (4º de primaria o EGB, creo). Si quieres hacer sinalefa sólo la puedes hacer mediante sinéresis, que es una licencia poética, o en cristiano, una trampa. Así que ese verso, por mucho que te pese, es una dodecasílabo salvo que lo tuerzas. Lo de la casa lo dejo a tu léxico.

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:
Para anónima:
La sinéresis se utiliza con bastante frecuencia en la métrica española (creo, perdón si me equivoco, mil perdones).
Lo de "casa" lo empleaba en el tono desenfadado que se suele usar en este tipo de blog, pero sin ánimo ninguno de ofender, si anónima se ha sentido ofendida, repito, mil perdones.
Lo de "ignorante" no entra ni en tono desenfadado creo (mil perdones si me equivoco). De cualquier manera lo asumo con humildad y me flagelo.
Y vamos que
un beso para anónima.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Aprendiz:

En una cosa seguro tienes razón, yo no soy nadie ni para regañar ni para dar lecciones. El tono que use es inapropiado. Disculpame.

Al final, deliberar es otra cosa a discutir.

Es posible que se pueda profundizar en Gamoneda desde Perse. O Rimbaud.

Lo cierto es que tú tienes tu percepción y lecturas y no vale la pena tratar de influir o refrendar.

Aquí, la poesía de Olvido García es una poesía difícil. Si interesa o no entrar por la trocha que ella abre es siempre un ejercicio de osadía, una apuesta desde el deseo de otras propuestas a las del ínclito Angel González, que dicho sea de paso tiene una extensa y buena obra, muy superior en mi impredente observación y reflexión en voz alta a García Montero, por citar a un poeta vivo. Recuerdo que Machado proponía distinguir las voces de los ecos. Pues ea, creo que Olvido o Angel son voces. Como Gamoneda o Méndez Rubio. Y como buenas voces hay posibilidad de que perduren, de que con el tiempo se fortalezcan. También podrían desaparecer. El tiempo no siempre es justo porque la presión mediatica y mercantilista cada día es mayor.

Disculpa, repito, si tuve un tono inadecuado antes. Creo, eso si, que estás muy condicionado por ecos, llegando a confundirlos con voces. Y cómo anónima ha puntualizado sobre métrica y etimología, solo me resta seguir leyendo por acá a unos y otros sin perder de vista que lo importante vendrá luego, cuando encare un poema o una poesía "X" y luche con mis límites y sus fronteras, con la precisión y misterio, con el resistente enigma que es cada Poeta. Vale muy especialmente por Olvido, a la que no llego por mis limitaciones, más que por sus faltas.

Un cordial saludo,

Víktor

Anónimo dijo...

Hola. Soy el anónimo que es otro.

Una de las cosas que admiro de Gamoneda es que deja sus poemas -como sinfonías que son- abiertos a la interpretación. Por eso no entendí, en el comentario de los de AdW sobre Olvido García Valdés, lo que leí, eso que Olvido ha comentado de sus poemas, eso de que son poemas abiertos en su comienzo y, sobre todo, en su final. No lo entendí porque no entiendo aún mucho de poesía, y por culpa del autodidactismo, que a veces me hace darle nombres a las cosas que hasta a mí mismo me crea confusión. Leo a Gamoneda y con lo de abierto entiendo (así le llamo cuando hablo conmigo mismo) que, como el libro es ya mío que
para eso lo he pagado, los poemas que me han vendido los puedo leer como yo quiera, que ya son míos para la interpretación que yo quiera darles. De hecho es lo que más me gusta de la poesía que leo, que puedo interpretar yo mismo el papel del poeta, y que hago sus poemas míos. Y con eso voy aprendiendo. Con mi imaginación. Y me lo paso muy bien leyendo, que
para eso están los libros.

En la máquina clasificadora que tengo para poemas he introducido este de Gamoneda y me dice
que el primer verso es heptasílabo, el segundo mide trece, sale en la máquina que es un tridecasílabo, y que ya lo usó González Martínez en "La canción de la vida" (y ahora mismo, nada más que termine de escribir esto salgo corriendo a buscar en internet quién es ese González Martínez y qué canción es esa). El tercer verso mide 11. El cuarto, si se hace diéresis, mide 9. Miden 7 el quinto, sexto y séptimo. La guinda la da el octavo verso, el
más sabroso. Es exasílabo. La guinda tenía que ser par. Termina el poema con un endecasílabo. Todo junto y encabalgando sería:

Tu cabello encanece\
entre mis manos y, como aguas silenciosas,\
nos abandonan los recuerdos. Siento\
la frïaldad de la existencia\
pero tu olor se extiende\
en las habitaciones\
y tu lascivia vive\
en mi corazón\
y entra mi pensamiento en tus heridas.\


Tendré que comprarme, cuando tenga más dinero (o sea, cuando tenga más tiempo) otra máquina clasificadora de poemas. Ésta está ya obsoleta, o estropeada, porque he vuelto a meter el mismo poema y ha salido otra cosa totalmente distinta a ésta de antes.

No me voy a despedir en verso, AdW, delante de Gamoneda no, que me da vergüenza. Gracias sí.

Anónimo dijo...

Menos mal que es anónima la anónima.

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:

No sé, aún llevándome algunos palos, (amigo Victor acepto tus disculpas, no eran necesarias)si he introducido un tema interesante sin quererlo pero parece que está dando mucho juego. Era sólo una reflexión sobre el ritmo poético y solicitar algunas aclaraciones que creo que se me han dado. Seguiré aprendiendo amigos y adelante con el verso.

Anónimo dijo...

Un poco de caña es buena, aprendiz.

La sinéresis es una trampa. Una trampa que se permite el propio poeta. Lo curioso es que puedes mirar por encima un poema que crees que está perfectamente llenito de endecasílabos y en realidad puede ser una colección de dodecasílabos y decasílabos "trampeados". Y eso no significa que tenga que sonar mal.

Y engancho esto con lo que dijo j: "No existe ninguna razón musical que convierta al verso impar en mejor musicalmente que el verso par." No existe ninguna. De ahí que el hecho de que algunos poetas busquen como el vellocino de oro el imparisílabo, trampeando lo que haga falta, no deja de ser algo un poco ridículo. En realidad están escribiendo con ambos tipos de versos, sólo que los parisílabos los extienden o alargan jugando con las "licencias poéticas" y se quedan tan tranquilos.

Anónimo dijo...

Este blog es lo mejor que le ha pasado a la poesía española en mucho tiempo. No sabéis la cantidad de gente que os sigue y lo importante que es el mensaje de rebeldía, de atrevimiento y progresión que significáis para muchos. Gracias.

Anónimo dijo...

Hay que escribir de oído, y rodear la intención con el ritmo, como si éste fuera el guante. La semántica estirará la música, y la polisemia ampliará el lenguaje y la conciencia. La intención poética se "oye". No importa el número de sílabas: la técnica debe estar lo suficientemente aprendida como para actúar de forma solitaria, sin atenderla. Pero la magia en el lenguaje poético consiste en eso: en que este lenguaje es más que la suma de sus partes, que en él se conjugan formando un cosmos. En resumidas cuentas, un poema debe ser un ser vivo. Muy difícil de conseguir, salvo si recordamos que los vivos somos los únicos que podemos crear algo vivo. El único camino es escuchar nuestra intención (esto es mucho más importante que leer).

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Víktor:

Vaya que si. Esta última entrada, del anónimo que pide atención y cuidado, pues no se crea un objeto, que si un sujeto, vivo y una vez liberado en papel, sin sujeción posible, en su devenir, esa calidad de escucha, supera por humana concordancia, por sentiente intuición y vislumbre, las pericias y los análisis técnicos, que siempre nos dejan en el umbral de la poesía. Atravesar el umbral es escuchar con "sensibles ojos, en el desierto de la sed, la voz de las rozaduras".

Claro que la poesía es ritmo e intensidad, oficio y tachadura, correcta disposición de recursos y técnica. Pero convenir conmigo que lo que la hace irreductible e inaprensible es esa parte de alquimia, de sustancia imposible y necesaria, que cada poeta le imprime, desde lo más veraz y hondo de su ser, ser de palabras, ser de palabras de honor (cito a José Viñals).

Por eso, Wang Wei, Roque Dalton, Djuna Barnes, Catulo, Celan, Rene Cher o Lorca son poetas. Por eso que aportan que supera el dominio (que tienen y se puede rastrear y estudiar) técnico. Una superación que viene de ese enigma que es ser mujer ú hombre. De ser entre seres, en la inmensidad de la finitud y consciencia, en el asombro de tanto todo para nada, que dijera José Hierro. O de tanta nada para todo, que se me escurre ahora mismo, replicando un poco ese sentido otro de inútilidad a la que me avoca la poesía.

Un abrazote

Víktor

Anónimo dijo...

Muy interesantes todas las aportaciones. Me cuelo para hacer un par de observaciones:

-Querido Jordi, no veo la influencia de oriente en la poesía de Olvido. Ni China, Japón, la India u oriente medio me parece que están presentes en su obra. Por el contrario, insisto en que es una poeta impermeable a esa influencia y una mente absolutamente occidental en su formación y percepción del mundo. Me gustaría, sin embargo, que señalaras esa influencia porque seguro que me he perdido algo y sé que tu ecuanimidad y acierto te impiden hacer afirmaciónes azarosas. Quedo a la espera, por lo tanto, y con mucha curiosidad.

-El otro comentario es para aquel o aquellos que dicen participar sólo para decir que un poeta no es poeta. Resulta muy cansada y empobrecedora esa enmienda a la totalidad, que tiene como objetivo desacreditar la obra en su conjunto y eludir, así, cualquier análisis posterior. Parecen querer decir: "No es poesía, por lo tanto no merece la pena, no vamos a indagar más". Por fortuna afirmaciones así nos dicen más de quien las hace que del objeto al que se alude. Sería bueno abrirse un poco, en general, a ritmos y discursos diferentes, que son los que muestran otros caminos que no sean la senda trillada. Y tener presente, también, que quien más arriesga es quien tiene más posibilidades de equivocarse y de ser "imperfecto". A veces se nos olvida que la perfección suele habitar ínclitos mármoles y mausoleos.

salud

Anónimo dijo...

Bonitas palabras, anónimo. No son un manual, si nos sirven a quienes buscamos una clave que no existe. No sirve. Pero por eso es bello. Y cierto. Gracias.

Anónimo dijo...

Hola

Soy XX

ESCRIBIR EL MIEDO ES ESCRIBIR...

escribir el miedo es escribir
despacio, con letra
pequeña y líneas separadas,
describir lo próximo, los humores,
la próxima inocencia
de lo vivo, las familiares
dependencias carnosas, la piel
sonrosada, sanguínea, las venas,
venillas, capilares

De "Caza nocturna" 1997

Este pedazo de poema. ¿No os parece que al leer y mientras va escribiendo la escritura se hace carne?
Creo que esto es poesía. Y es tremendamente bello.

un abrazo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Pues si que está vivo "ESCRIBIR EL MIEDO ES ESCRIBIR".

Lo releo (accedí a este poema por primera vez cuando descubrí la poesía de Olvido, allá por el 2006) y me parece estar yo mismo en esa fragua de temblor y fuego desde la que se martillean las palabras para intentar una forma que de cuenta de nuestro estupor y conmoción, de nuestro afán, a veces desbaratado, de comunicarnos, de hacer visible lo invisible del ser.


A modo de gratitud comparto este texto de LA POESIA, ESE CUERPO EXTRAÑO

Girasol, negro párpado, multiplicada
curva para el deslumbramiento. Somos
sólo cautivos,
presencias dentro de otros
que nos llevan. Allá, muy lejos,
el taxista dijo: discúlpeme,
la ciudad es muy grande, sólo
manejo por las orillas.

Olvido García Valdés
Un abrazo grande,

Víktor

Anónimo dijo...

Caray, parece que impera cierta vocación castrense por estos lares. Qué precisión en el silencio, os calláis todos a una, sincronizado el paso y el verso. Mamma mía...

Anónimo dijo...

Por alusiones, querido amigo, y gracias por el beneficio de la duda, inmerecido, que me concedes.

Sin ánimo de portavocía, me imagino que después de 50 comentarios, ya apetece un nuevo tema, pero reconozco que tenía una pregunta en el aire. Mea culpa.

Cuando hablé de esa posible influencia de la poesía oriental en Olvido, no sé si de manera directa, a través de otros poetas o es un error de percepción mío, me refería al hecho de que, en ocasiones, cuando la poeta contempla en su poesía, cuando describe más que reflexiona, esa poesía pictórica, o incluso fotográfica, me recuerda a diversos autores orientales. Esa manera que tiene la poeta a veces de empezar como a mitad de una escena y salirse de puntillas para no interrumpirla, sin pensarla, no sé por qué, me recuerda a algunos poetas asiáticos.

Solamente eso. Abrazo.

Anónimo dijo...

No lo había pensado, Jordi... ahora que lo dices, es posible que esa influencia le llegue a Olvido a través de Juan L. Ortiz, entrerriano muy influido por los poetas chinos en la contemplación del mundo natural. Influencia mediada por esa observación tan particular y demorada de Ortiz.

Y no te ofrezco el beneficio de la duda. Es público y notorio que eres un tío con criterio.

bona nit a tothom

Anónimo dijo...

Creo que Olvido se arriesga, y se ha arriesgado en cada uno de sus libros. Por eso me rechina un poco esa coda final de la crítica/contracrítica:
"Los poemas inéditos de Olvido que se incluyen al final son demasiado pocos y recientes como para saber si la poeta se arriesgará en su siguiente libro."
Habrá que leer el próximo libro, pero yo no lo dudo.
Saludos

Anónimo dijo...

Sin duda, el riesgo de repetirse una vez establecido un patrón estético es brutal, cocotera. Vaya ataque de subjetivismo que te ha dado. O eso o es un caso claro de poemario busca jurado amigo.

kokotera dijo...

tienes razón en lo primero, hansel. Pero ahí está la gracia, en tener o no tener un nuevo libro. En seguir buscando, y no sólo escribiendo. O tienes libro, o no tienes libro. Arriesgarse es decidir que lo tienes. Lo del ataque de subjetivismo me parece una apreciación cabalmente simpática. Sobre lo de poemario que busca jurado amigo, naranjas de la china. Ahí sí que te has puesto antipático, en fin

Anónimo dijo...

Creo que nuestras definiciones de riesgo poco o nada tienen que ver entre sí, y poco tiene que ver la tuya con la del diccionario que usamos la mayoría. Si, a partir de un poemario, Olvido comienza a repetirse una y otra vez y eso es riesgo, la repetición de una fórmula estilística pasa a formar parte, en tu diccionario cocotero, de las actividades arriesgadas del ser humano.

Ni pretendía ni buscaba ser simpático o antipático. Eso lo dejo a los blogueros con ambiciones e intereses.

Anónimo dijo...

Por opinar en el asunto, creo que no hay que confundir dos aspectos bien diferentes: la poesía de Olvido es distinta, sus poemas se reconocen entre miles. Que es una voz propia, de peso y contundente, a mí no me cabe ninguna duda. Una gran poeta, a mi entender. Pero eso no quita que, una vez fijados los grandes rasgos de su estilo, la evolución sea escasa, mínima si se quiere. Insisto en que no hay grandes saltos ni riesgos en sus poemarios. Esto no tiene que ver con la calidad ni mi fervor lector; parece un hecho bastante contrastable y objetivo.

Y en su siguiente libro no espero ninguna sorpresa: espero un buen libro, pero no grandes conmociones en la temperatura emocional ni en la construcción poemática. Olvido encontró su voz hace mucho y hay indicios de que vaya a reinventarse ahora. Claro que haber encontrado la propia voz, en un mundo como éste, que pretende acallar las voces propias para que coreemos, al unísono, un idéntico y rancio estribillo servil, eso, como digo, no es poca cosa.

Addison de Witt dijo...

Aunque podéis, por supuesto, seguir dialogando sobre Olvido, tan sólo queríamos agradeceros de corazón la participación abrumadora que ha tenido esta entrada, y lo interesante que han resultado, y resultan todavía, los debates planteados. Como hemos dicho ya varias veces, sois vosotros los que hacéis de este blog algo muy interesante y único.

Por cierto, nos comenta alguien que conoce muy bien la obra de Olvido que a nadie, en la discusión métrica, se le ocurrió mencionar el concepto de verso libre. A nosotros tampoco. Debemos estar pasando un periodo de conservadurismo poético exacerbado para que a nadie se nos haya ocurrido utilizar este concepto.

Gracias a todas y a todos.

Anónimo dijo...

Espero que mi comentario no se haya entendido como que me disgusta la poesía de Olvido. Me gusta, y me gusta bastante. Pero a la vez que la disfruto, al contemplar su obra completa, siento decir que la autora se ha acomodado. Siento si para algunos es incompatible lo uno con lo otro.

Anónimo dijo...

Como se pude decir que con dos vocales abiertas no se puede hacer sinalefa? Confunde la abertura vocálica con las sílabas tónicas?

Anónimo dijo...

Sinceramente, encuentro la poesía de Olvido de lo más olvidable. Alguien, por ahí atrás, elogiaba su frialdad. Sin embargo, no es una frialdad bella y pura "como nieve cayendo sin viento". Que un poema sea artificioso no es un mal en sí mismo, claro está: lo malo de un poema es que sea artificial. Es como la inteligencia. Leo los poemas de Olvido y no me creo nada de su visión. Me parece algo impostado, propio de alguien que se sienta y se estruja los sesos. Me figuro que, con tanto esfuerzo, tal vez la Musa se apiade y se le acerque un día y le sople un poema auténticamente inspirado, de esos que no se pueden cuestionar porque se imponen por su verdad y su belleza.
Habrá que ver si ese día sus resabios "literarios" no le impiden escribir sin mixtificar.

DUSTERVILLE

Víktor Gómez Valentinos dijo...

"Vida que sólo y sólo
mirando se llega a ver."
Olvido García Valdés



Dusterville:

te felicito, visto por tu ceguera
entiendo mejor porque Olvido escribe como escribe, se aleja del efectismo que se espera hoy
de un poema, como si se tratara
de un anuncio publicitario
con ese gancho y atrevimiento,
con esa gracia para excitar
o sublimar cajas llenas
de humo, sacos de arena
para beduinos, agua en bolsas
de plástico para marinos,
algas para algo más que una
playa.

A más, tu prejuicio, infundado,
fruto de tu fé negativa (dudo que conozcas como piensa, vive, trabaja, siente y se compromete con lo existente y lo por escribir Olvido García Valdés, con lo que tus especulaciones son pura demagogia o ficción) no se soporta en el rigor de unas relecturas sino en la incapacidad, en la impotencia de tu ser a abrirse al afuera, a arriesgarse en lo fragmentario, a desnudarte en lo ajeno, a cuestionar tus creencias, filias, opiniones, a prioris.

Y gracias a la inteligencia en su acepción compleja, multiple, irreductible a ideologías o estéticas fijas, una poeta como Olvido o un Eduardo Milán no necesitan musas ni musos, sino un par de ovarios o huevos con los que crear lo increado, darse, dejarse sin reservas ni artificio ni impostura ni negociación en la palabra viva, en el fuego extrañado, que por la noche de estos tiempos heridos reclama una política nocturna de insurrección, especialmente desde el lenguaje y el ejemplo vital.

Que te abrumen o aburran, vale.
Que no te creas nada de su visión, vale también. Pero que presumas de saber de su sentir o intencionalidad creativa te rebaja, salvo que nos confirmes tu conocimiento personal de estos autores, su intrahistoria, sus referencias y contextos, sus humildes e impecables ejercicio de balbuceo.

Para poder criticar una obra, asume solo la obra, su estética, su tradición, sus particularidades formales y sus deudas. Para criticar a las personas, conócelas primero y escuchales en lo discursivo, en lo creativo y en lo coloquial para luego deliberar uniendo ese puzzle.

Por último, ¿qué te impide opinar con argumentos, ejemplos, comparaciones, referentes y contraejemplos de manera "no anónima"? La crítica constructiva, tú supuesto interés por la poesía y el rigor, porque leamos lo mejor y desdeñemos lo banal o insustancial no requiere anonimato. Salvo que la intención sea reaccionaria, delictiva, contra algunas personas, grupos, estéticas en particular y como guerrillero o terrorista contracultural lo que quieras es desestabilizar a quien o quienes consideras enemigos a borrar del mapa. Tu sabrás, que yo desconozco tus razones y hallo muy insuficientes tus opiniones sobre la personalidad y carácter de Olvido.


Un placer, Addison, pasar por aquí nuevamente.

Víktor

P.D.: un poema de Olvido:

Todo dice poder, calla
carencia; se balancea
como hacía la cuna
sobre un muelle que une
muslo y espalda, puro movimiento
sin voluntad, que acompaña.
Solo en la cápsula que oscila.

Anónimo dijo...

CRITICA A LA CONTRACRITICA DE LA CRITICA DE DUNSTERVILLE

He reflexionado más sobre el asunto y he llegado a la conclusión de que, muy posiblemente, en lugar de estar hablando de la poesía de Olvido García Valdés, estaba hablando de la que, desde mi actual estado, me esfuerzo en no escribir.
Cuántas veces proyectamos en los demás con orgullo nuestros propios defectos.
Así soy yo ahora-no ella, a la que no he leído con el suficiente respeto y atención, a la que conozco sólo superficialmente, por el camino trazado por los críticos, antólogos o admiradores, que no son ella.

Como una polilla devoradora de la vestidura de la poesía que abriga a otros es la primera crítica de Dunsterville. Crítica despiadada, y por tanto equivocada con el máximo error.

" Por eso retracto mis palabras/ Me arrepiento en el polvo y la ceniza"

Anónimo dijo...

Viktor:

Mi mensaje lo escribí antes de leer el tuyo, que no ha influído para nada en mi opinión, con su prosa tan descortés y poco instruída y sus versos primitivos.

Posiblemente, de haber leído lo que has escrito para mí, con huevos u ovarios incluídos, me habría sucedido lo mismo que a Lorca cuando leyó la segunda carta de Miguel Hernandez y se espantó ante los "cojones" que el poeta de Orihuela había metido de rondón. Acaso, como tú, por aumentar la fuerza expresiva.

Sólamente te diré una cosa que mi profesor de biología escribió en la pizarra, tras un examen en el melonar que era mi curso del instituto: "Huevos=Testículos".

No se escribe con los huevos, con los testículos o con los ovarios, como no se ama con la polla. Se escribe con el mismo órgano con que se ama: con la mente. El resto, como dice ¿Ciorán?no es sino un vano intercambio de salivas.

Tu agresividad es peor que la mía, no puedo menos que señalártelo.

En cuento a lo de negar la Musa: puedes ahorrártelo. Sólo con leer la forma en que está escrita tu defensa de la poesía de Olvido, se advierte que la inspiración no te frecuenta, ya que arguyes con el error.

Por último, sólo me queda decirte que me alegro de haber entrado aquí con el apellido de mi bisabuelo: cuando se entra en lugares donde hay gente como tú, es preferible permanecer en el anonimato potásico.

Y ahora, puedes decir la última palabra si gustas, pero sábete que no la escucharé, porque abandono en este momento el salón para dirigirme a mis cuarteles de invierno.

Como diría Groucho: "conocerte ha sido un placer que espero no se repita".

Sin más

DUNSTERVILLE

Anónimo dijo...

Vale, venía a replicar a Dunsterville pero veo que Víktor ya ha puesto las cosas en su sitio.

Mejor seguir con otra cosa.

Y no te esfuerces, Víktor, son los de siempre. Nunca cambiarán.

Mario dijo...

Hola. Permítaseme una intrascendente aunque precisa corrección "fraterna". La última oración de esta entrada nombra el libro de Olvido como "Esa polilla que delante de mí se mueve", cuando es "Esa polilla que delante de mí revolotea".

Gracias.