miércoles, 25 de mayo de 2011

De poesías reunidas y antologías en español


Hola a todas y todos:

Mientras os animamos a continuar las acampadas por todas las plazas que podáis ocupar, os dejamos unas breves recomendaciones de lectura para hacer más amena la espera. Por cierto, que animamos también a los señores editores a que se pasen por las acampadas de sus respectivas ciudades y dejen algunos libros en las bibliotecas que se han creado.

Aquí van algunas recomendaciones recientes. No están todos lo que son, pero sí son los que están. Por supuesto, podéis apuntarnos otras recomendaciones de poesía reunida o antológica que valgan la pena.

Feliz libertad,

Colectivo AdW


María Victoria Atencia. Como las cosas claman. Antología Poética 1955-2010. Renacimiento

La palabra roce, la poesía susurrada de María Victoria Atencia, se recoge en esta antología bastante bien seleccionada con prólogo de Guillermo Carnero, a quien no sabemos si atribuir la ausencia de algunos pocos poemas que harían perfecta la antología. De María Victoria ya se había publicado una antología de José Luis García Martín y una poesía completa en 1990 con la participación de Clara Janés. Este nuevo libro actualiza antologías anteriores y puede servir como introducción a la malagueña. Todos sus temas está ahí: el mar, las tareas diarias, las casas, el tiempo… Atencia es una voz propia de la poesía, otra heredera del silencio zambraniano, una voz serena a la que le falta riesgo formal, compromiso de evolución y le sobra constreñimiento métrico pero que contiene tanta lírica que todo se le disculpa.


Fernando Beltrán. Donde nadie me llama (Poesía 1980-2010). Hiperión

Confluyen en Fernando Beltrán poéticas muy distintas. A veces su poética es postmoderna y fragmentaria como en el caso de “Aquelarre en Madrid” o en “El corazón no muere”. Otras veces su poesía es social, “El gallo de Bagdad”, o amorosa (“Amor ciego”). Su estilo es peculiar y se apoya mucho, a veces demasiado, en el recurso a la metáfora y a la destrucción de la frase hecha. En un mismo poema puede conmover en su acierto y profundidad o irritar por un exceso retórico desacertado o un sentimentalismo desbocado. Con sus ventajas e inconvenientes, su poesía reunida es muy recomendable. Algunos de sus poemas y muchos de sus versos son antológicos.


Jorge Luis Borges. Poesía completa. Lumen

Todo el universo borgiano se encuentra en este volumen de poesía. Aunque el Borges narrador (la misma editorial publica sus “Cuentos completos”) esté por encima del Borges poeta, estamos ante un volumen recomendable. El Borges poeta se mueve muchas veces constreñido por una ortodoxia métrica mal entendida, que demuestra una cierta inseguridad a la hora de ir más allá. Sin embargo, la genialidad del argentino puede con todo, incluso si escribe sonetos o alejandrinos que piden a gritos su paso a prosa. Musicalmente simple pero con un contenido lírico sobresaliente en muchos casos, Borges es mucho Borges.


Félix Grande. Biografía. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores

En este libro Félix Grande reúne toda su obra poética completa hasta la fecha y añade el largo poema “La cabellera de la Shoá”, que trata sobre los mil novecientos cincuenta kilos de pelo cortado a las mujeres deportadas en Auschwitz. En el volumen, con esas introducciones de Prieto de Paula en las que es escucha a sí mismo, se encuentran desde los poemarios más conocidos, “Blanco spirituals” o “Las rubáiyátas de Horacio Martín” hasta libros que han pasado más desapercibidos. Félix Grande es otro poeta desconcertante. Sus sonetos son prescindibles y también lo son muchos dejes anacrónicos de sus poemas. De repente es capaz de usar la conjunción adversativa “mas” en vez de “pero” con el fin de cuadrar un alejandrino y rompiendo toda la coherencia léxica del resto del poema (y ejemplos similares con otras palabras hay unos cuantos). Sus libros más conocidos han envejecido de manera regular. El próximo libro que sacará en otoño, su primer nuevo poemario en muchísimos años, es toda una incógnita. Este volumen entra en las recomendaciones porque a veces Félix Grande logra poemas magníficos. No son la mayoría de este libro ni consideramos que sea uno de los mejores poetas de su generación pero dejamos la recomendación aquí para que cada uno lea y opine lo que crea conveniente.


José Corredor-Matheos. Desolación y vuelo. Poesía Reunida (1951-2011). Tusquets

De la poesía de Corredor Matheos ya hemos hablado en otras ocasiones en estas páginas. Su verso es corto, acertado y delicado. Tampoco ha sido Matheos otro revolucionario de la poesía, como en el caso de Atencia, pero su poesía también está llena de una liricidad que no abusa de la retórica para ser verso. Demuestra la lectura completa de su obra que Matheos sí ha ido evolucionando desde un cierto confesionalismo existencialista hasta una poesía más depurada en forma y fondo. Un acierto de la siempre impredecible Tusquets.


X. L. Méndez Ferrín. Poesía fundamental (1976-2005). Calambur

Los cinco libros más importantes de Méndez Ferrín se encuentran en este libro, en edición bilingüe gallego castellano. La poesía de Ferrín merece la pena ser leída. Algunas veces cuesta comprender ciertos arcaicismos, localismos y formas de las que Ferrín haría bien en desprenderse. Pero aquí hay poesía, y algunas veces, muy buena. Entre el subjetivismo y la poesía social se mueve el gallego. Hay lo que algunos han llamado una bella fosforescencia lírica. Ferrín es un poeta personal, con una voz propia y nada impostada. Poeta para admirar, y a veces, odiar. Poeta muy interesante en todo momento.


Manuel Padorno. La palabra iluminada (Antología 1955-2007). Cátedra

Padorno es uno de esos poetas a los que la insularidad le sentó bien. Le permitió estar alejado del mundillo poético de su tiempo y crear una obra que, a pesar de cierta irregularidad, es un hallazgo para quienes no le hayan leído. Como pintor que también fue, la portada del libro es suya, Padorno destaca especialmente en la creación de imágenes y no alcanza la misma altura cuando su poesía se vuelve narrativa. El mejor Padorno es aquel de imaginación brillante, rupturista y transgresor sintáctico. Lo más débil, la monotonía musical de parte de sus versos.