jueves, 17 de abril de 2008

José-Miguel Ullán. Ondulaciones. Poesía reunida 1968-2007

Vamos a tratar en esta crítica uno de los libros que llevábamos retrasados. Se trata de la "Poesía reunida 1968-2007" de José-Miguel Ullán. Edita Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores. El prólogo está escrito por Miguel Casado.

La crítica la realizó en su momento Túa Blesa (http://www.elcultural.es/HTML/20080403/LETRAS/LETRAS22813.asp), que no presenta problemas de objetividad sobre la editorial ni el poeta. Nosotros tampoco.

Sobre la crítica, aunque se apoya algo en el excelente prólogo de Miguel Casado, al menos lo reconoce, no como otros, y está por encima de lo que venía siendo habitual en este crítico.

De un libro que supera las 1.300 páginas no vamos a poder realizar un análisis pormenorizado como los que solemos hacer desde hace unos meses. Esa tarea supondría un acercamiento más próximo a la tesina que a la propia crítica.

Antes de comenzar, felicitar a los editores por el excepcional trabajo de edición que este libro debe haber conllevado. Para un poeta que mezcla tanto el hecho visual con el lingüístico, el volumen refleja perfectamente la singular personalidad plástica de la poesía de Ullán.

Comienza el libro con la tercera sección de "Mortaja", "Ficciones", poemario de 1968. Se nos advierte que el autor ha tomado "la decisión definitiva de excluir de su obra poética algunos libros y cuadernos pertenecientes a la década de 1960-1970". Estamos por tanto ante una edición de autor en la que Ullán ha reordenado parte de los poemarios, ha suprimido otros, edición de autor que deja las puertas abiertas a una edición crítica

"Ficciones" viene a ser un conjunto de poemas-noticia, noticias de sucesos concretamente, que nos recuerda a poetas anteriores que hicieron un uso similar de esta técnica. Termina este breve poemario con un poema a modo de testamento en el que Ullán da una clave visionaria y unitaria de lo que será su propia obra:

"la voz es voz

no existe"

El siguiente poemario es "Maniluvios" (1969-1970). En él, Ullán procede sin contemplaciones a la deconstrucción de la palabra en muchos de sus poemas. Onomatopeyas, aliteraciones, encabalgamientos feroces, yuxtaposiciones de planos líricos, enumeraciones, poesía en verso, en prosa, neologismos, paronomasias, palabras en diversos idiomas, ironía, culturalismo, hermetismo, metapoesía... Un auténtico arsenal de mundos diversos se nos presenta en sólo un poemario. Sólo la relectura comienza a dar pistas del alcance sensorial de sus versos

¿Quizás hay algo de automatismo en el proceso creador? Pudiera ser que sí. No sabemos si este poema es una pista:

"todo es azar el papel

y la herida que lo habi

ta mas necesita eso sí

un raro candil - la sed"


El poeta, consciente del riesgo asumido en cada verso, recordemos el año y comparemos, sabe de su lucha:


"JURO

seguir soñando

con la mano

armada"

Y termina el poemario con un breve poema en prosa escrito en francés, en el que el autor vuelve a dejar caer una de sus claves: la parole sacrifiée mais toujours attendue.

El siguiente poemario, "Funeral mal", abarca un largo periodo de tiempo, 1972-1982, tiene varias etapas y se editó en colaboración con algunos de los mejores artistas plásticos del momento. Comienza con Adoración, de 1972, que se realizó en colaboración con Eduardo Chillida. Naturaleza, sintaxis retorcida por bruscos hiperbatones, desierto, mar, el paso del tiempo, todo en poemas no puntuados, con largos silencios intercalados.

"Ardicia", de 1973, en colaboración con Pablo Palazuelo, comienza con una serie de poemas en prosa en donde el poeta ahonda en su hermetismo. Ecos expresionistas, mistéricos, de nuevo el paso del tiempo, dios, y a continuación fragmentos de textos recortados y pegados a modo de collage y en varios idiomas.

"Acorde", de 1974, se realizó en colaboración con Vicente Rojo. En este caso, la fusión poesía e imagen es total y todos los textos, ordenados alfabéticamente, se enmarcan en unidades plásticas con una sola palabra arriba y un sintagma abajo. Termina el poemario con tres recuadros en blanco y uno sólo escrito, arriba a la izquierda: "rodea la impureza del signo". Queda aclarada la intención estética de ambos artistas.

"Asedio", de 1975, se produjo en colaboración con Antonio Saura (vaya lujo de colaboraciones). Al primer poema, un peculiar soneto, le siguen dos textos en francés tachados, magistralmente tachados habría que decir, por la pluma de Antonio Saura.

"Alarma", de 1975, en colaboración con el desgraciadamente olvidado Eusebio Sempere, los textos son tachados con mayor profusión, y solo las palabras rodeadas y salvadas como si fueran ninots de la zona de Eusebio, nos permiten avanzar en la polisemia del texto, que termina con la palabra hablar subrayada.

"Anular", de 1975, se hizo en colaboración con Antoni Tapies, que pasa su gruesa brocha y la arrastra hasta casi secarse, por encima de los textos minúsculos sobre los que sobresalen frases en letra más grande, a veces buscando cacofonías, aliteraciones, juegos ("lucha la lengua contra usura huera"), y en donde el propio Antoni se atreve a escribir sus propias letras como forma de diálogo con el poeta.

Y el último bloque de este poemario lo constituye "Almario", de 1982. Continúan los juegos de palabras, se busca la rima, hay una cierta imaginería tanto irracional como surrealista. Los poemas mezclan a partes casi iguales francés y español. Algunos poemas son dibujos, pero nunca son mezclados.

El poemario que sigue cronológicamente por fecha de inicio es “De un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado” (1973). Comienza con una primera parte de texto denso, similar en lo técnico a Maniluvios, pero el texto es concentrado ahora y los cambios de plano son continuos en una mezcla por un lado de escritura automática y por otro de un cierto hermetismo, como si estuviéramos en un patio y nos hablaran diez personas desde diez altavoces distintos. Si el texto es leído sin la menor intención de obtener un significado del conjunto, la impresión es de dureza, de sentimientos extremos, acompañados en ocasiones de noticias de sucesos que enlazan con el primer poemario del libro. En la segunda parte el texto se espacia, y tanto la tercera como la cuarta son partes gráficas para terminar con Luís de Góngora.

En el siguiente poemario, Frases (1974), fotografías y poemas chinos se entrelazan con frases rodeadas de rectángulos.

"Soldadesca", 1974, nos aproxima a "De un caminante...". El texto se vuelve a concentrar. En el aviso al lector que precede, el poeta advierte que las "tramposas palabras estacan jovialmente su lascivia traición". Cada uno de los largos textos, sin ninguna puntuación ni punto de referencia, con un lenguaje a veces antiguo, son como breves mensajes que se van acumulando en el cerebro hasta que la concentración sémica alcanza cotas elevadas. Termina el poemario un aviso concluyente para amar y otro aviso para los lectores de su poesía: "Mas las palabras del cantor quien no las cree no las entiende".

"Manchas nombradas" (1976-1977) es un poemario largo y enormemente rico y plural tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista temático. La edición original contó con la colaboración de Saura, Sempere o Palazuelo entre otros. Entre muchos de los temas, destaca la metapoesía ("El poeta reclama espuela y freno"), el amor, la mitología…todo ello con un lenguaje bello y más cercano de lo que acostumbraba el poeta, y ayudado de cierta ironía. Tras los poemas, un teatro poético titulado "Las cuatro estaciones": "La pasión no es palabra. Es el espacio mudo que tú viste al fondo de esa imagen mudada en primavera." Tras varios poemas-imagen y una nueva serie de poemas breves termina Ullán con unos "Responsos" en los que no falta de nuevo la ironía.

Después de un breve poemario, "Rumor de Tánger" (1983), el siguiente libro del poeta es "Visto y no visto" (1988-1993), que compone como un diario en la forma, aunque en el fondo las entradas son fragmentarias y prosaicas. Le sigue al diario un conjunto de poemas dedicados la mayoría a poetas, simpático el dibujo de la poesía de Monterroso, en donde roba un pedazo de alma a cada uno de ellos, y en donde destaca por extensión y terminación el dedicado a José Ángel Valente.

"Manchas nombradas" tiene una segunda parte (1985-1992), en la que el texto recupera todo el protagonismo en poemas de distinta variedad y tipo, pero en el que predomina el verso pausado, alejado de juegos, concentrado, imaginativo, casi esencial por momentos.

"Razón de nadie" (1990-1993) es otro extenso poemario en donde el texto sigue como eje de la comunicación poética del autor. Ullán mantiene el tono de la segunda parte de Manchas nombradas. La reflexión, el recuerdo o la descripción se hacen desde una perspectiva puramente lírica, en general, con un verso corto y aligerado aunque no falta el poema en prosa. El lenguaje se abre casi por completo en su significado, muy alejado del hermetismo de otros poemarios. El propio poeta escribe: "Cómo no repetirse / en exceso" y realmente cumple su objetivo. Un poema largo, de los mejores del libro, "El viento", da término al poemario que acaba con un poema en prosa iniciado por el verso "LO INESPERADO es vínculo del viento" y que termina con un tierno "Anda / llévame contigo".

Los siguientes poemarios son muchos más breves. En "Alfil" (1992) el poeta vuelve a insertar sus versos fuera de su ámbito natural en una edición original que estuvo a cargo de José María Sicilia. "Favorables Cancún Poema" (1995) es un pequeño casi diario de viaje escrito en clave irónica. También existe ironía en su siguiente poemario, "La dictadura del jaykú". Tras "El desvelo" (1995) llega un poemario con un título ciertamente original: "Testículo del anticristo", poemario gráfico en casi su totalidad.

Después de otro poemario muy breve, "Sentido del deber" (1996), llega "Órganos dispersos" (1995-1999) que recupera al Ullán lírico, que se acerca y se aleja de sus juegos cuando y como quiere, y que aquí muestra su cara seria, adulta, sin que ello suponga infravalorar el poeta juguetón y hermético, que hasta rescata el culturalismo perdido. Algunos poemas, como el dedicado al propio Casado, sobresalen especialmente: "que nada espera / salvo adentrarse, / como la yedra, / en lo que de palabra la detiene".

Tras otro breve poemario, "Ni mu" (2002), totalmente visual, precedido de una cita de la Mala Rodríguez que contrasta, seguro que con toda la intención, con las citas de lo mejor de nuestro siglo de Oro en poemarios precedentes, llega "Con todas las letras" (1984-2002), otro poemario visual en el que se intercalan letras de canciones de amor de toda la vida. "Amo de llaves" (2003) es una colección de 125 rensakus de todos los estilos, pero en el que predomina el gusto del poeta por los juegos de palabras, a veces cómicos, a veces amorosos, y que termina con un poema más largo, lleno de cromatismo, titulado "El camaleón". La última parte del libro, "Otros poemas" (1991-2007) trae básicamente los poemas inéditos del libro, ricos en forma y estilo, como resumen de la larga trayectoria artística de este poeta que termina en su último poema diciendo:


/ ¿ Y después?

Ondú

late

con indolencia, incluso

desvergonzada,

sobre la cuerda floja

ahí caída.


Ullán es un poeta singular y moderno, especialmente si tenemos en cuenta el panorama ferozmente conservador de buena parte de la poesía más mediática. Su obra es a la vez vanguardista, clásica, técnica, cuidada en el descuido, seria, irónica, abstracta, figurativa, reflexiva, descriptiva, barroca a lo Villamediana, minimalista...En definitiva, un mundo en sí mismo. Dentro de ese mundo, nos gustan menos los poemas que se apoyan excesivamente en el juego con la palabra, o los que se acercan más al pastiche por el exceso de intertextualidad de todo tipo o los que abusan de la deconstrucción. Estos poemas se desgastan con la relectura. Y nos gustan aquellos en los que la innovación o el atrevimiento técnico están al servicio del fondo y no de la forma. Aquellos también en los que la riqueza léxica es un medio, no un fin. Ullán, con sus virtudes y sus defectos, es un ejemplo de personalidad poética firme al margen de modas. Su obra completa hasta la fecha, Ondulaciones, es un ejemplo de poesía que se ha quedado al margen de la realidad poética española actual gracias al pensamiento único que llevamos sufriendo desde hace quince años, pero que merece un rescate por su brillantez, por su atrevimiento, y por qué no decirlo, por su poesía.

Valoración del libro “Ondulaciones”: 7,75 / 10

martes, 15 de abril de 2008

Poesía en el aire - Idea Vilariño

Hola:

El amigo anónimo nos dio una idea al tratar de localizar los archivos de voz de Idea Vilariño a través del enlace a La Pata Maldita. Algunos nos escribisteis para decirnos que os costaba llegar hasta el final.

Así que hemos llegado a los archivos sonoros, los hemos unidos en dos bloques correspondientes a sus dos mejores poemarios, "Poemas de amor" y "Nocturnos", hemos creado un podcast y de vez en cuando subiremos archivos sonoros para complementar las críticas.

Realmente la voz de Idea nos ha sorprendido y cautivado. Uno de los rasgos que diferencia a un poeta bueno de un poeta extraordinario es cómo recita. Y hay que descubrirse ante el tono, cadencia, y como decía Montse, magia que Idea logra transmitir. Maravillosa:

http://poesiaenelaire.mypodcast.com/index.html

Para escucharla: o bien hacéis click en donde pone "download" o bien en el icono de play.

Disfrutadla amigos :))

sábado, 12 de abril de 2008

Idea Vilariño. Poesía completa. Segunda semana de abril 2008

Hola a todas y todos:

El primer libro reseñado por el Cultural es la "Poesía completa" de Idea Vilariño. Publica Lumen. La reseña la realiza el poeta Joaquín Marco. Joaquín, desde hace un tiempo, sólo escribía crítica de novela en el mismo medio. No sabemos si esto significa que va a haber cambios en el banquillo latinoamericano...

¿No trabajó el sr. Marco en la editorial Lumen hace unos años?. Así aparece al menos en Internet. Por tanto:

Objetividad a priori del crítico en este caso en nuestra opinión: 3 / 10

Respecto a nuestra parte, no tenemos ningún problema con este gigante editorial. Con total honestidad, sí nos sentimos muy incómodos teniendo que valorar a una poeta viva de 88 años: 5 / 10

La crítica de Joaquín, correcta. Conoce de lo que habla, y aunque no estamos de acuerdo en algunas de las cosas que dice, algo normal por otra parte, en general su reseña está bastante por encima de las críticas a poetas latinoamericanos que hemos ido leyendo en los últimos meses en este mismo medio.

Idea Vilariño nació en Montevideo, Uruguay, en 1920. Pertenece a la denominada "Generación crítica" o del 45, que tiene como denominador común una cierta queja existencialista, término que odia la poeta, que prefiere calificar su poesía como nihilista.

Estamos de acuerdo en la partición de Gregorich de la obra poética de la poeta, siendo el punto de inflexión el poemario "Nocturnos". Hasta ese momento la poesía de Idea Vilariño está muy influenciada por el modernismo en la forma y el post-romanticismo en el fondo.

En el primer poema de "Nocturnos", "Qué fue la vida", aparece una de las características estilísticas de la poeta en aquel momento: unir en el mismo poema sustantivos y adjetivos bellos y casi parnasianos con otros casi expresionistas. En este primer poema, a modo de ejemplo, junta a la rosa o la nube rosa con la "podrida manzana" o el asco.

Desde el lado semántico, hay un rechazo a la mentira social, al mundo falso en el que debemos vivir: "Hasta cuando.../la mascarada atroz/de ser cálido y fuerte/y andar entre las cosas/inanimadas frías"

Surge también la decepción ante la vida: "...madrugadas sórdidas / en asco / en tareas sin luz / en rutinas / en plazos".

Obsérvese como Idea prescinde del uso de acentos. El verso es corto y suele guardarse en sintagmas que a veces rompe recordando al Shakespeare de la última época, que rompía los yámbicos en un punto inconcebible hasta ese momento. Idea fue traductora del genio inglés.

Hay una desesperanza existencial clara en sus versos: "si estoy aquí sin sueños / sin esperanzas y /sin nada que me sirva". Más adelante, en "Eso" termina el poema diciendo: "en fin / mi pobre vida". En el poema "Ven", la situación anímica de la poeta casi llega a su culminación temprana cuando invita a la muerte a venir a ella: "ven muerte ven / que espero".

Desesperanza existencial que puede tener su origen en la soledad involuntaria. Y así, en "Noche de sábado" nos dice: "es la noche del sábado / yo estoy solo sola / y estoy sola / y soy sola/...Más adelante, en el poema "Noche desierta" nos dice: "Y nadie a quien poder / abrazarse llorando". Y en el poema "Se está solo", dedicado en exclusiva a la soledad, con algún apunte expresionista además: "solo como un muerto en su caja doble / golpeando la tapa y aullando", expresionismo que se hace más fuerte en el poema sobre la muerte titulado "Lo que siente la mano" en el que su cadáver se va despojando de todo lo que fue "pudriéndose / pudriéndose / volviéndose ceniza". Y de nuevo en "Cerrada noche humana" en donde se puede concluir que es la noche la que concentra los sentimientos de soledad de la poeta: "Aquí estoy entregada en / la oscura humana noche / sin nadie más / sin nadie". Lo mismo dirá sobre la noche en "Noche sin nadie". La soledad llega a asociarse, además de con la noche, con la conciencia: "esta soledad esta soledad la conciencia".

Observad el curioso encabalgamiento de algunos de los versos del párrafo anterior. Hay ecos clarísimos de William Carlos Williams.

Continua la poeta con una declaración casi nihilista: "soy la vida / y no soy nada / nadie / un pedazo animado / una visita / que no estuvo / que no estará después", declaración que también puede escucharse en "Volver": "Quisiera estar dormida entre la tierra / no dormida / estar muerta y sin palabras / no estar muerta / no estar / eso quisiera". O a lo largo de todo el poema "No hay ninguna esperanza".

La duda es expresada en múltiples ocasiones en los poemas, en especial en "Pasar", en el que comienza con "Quiero y no quiero". Dudas que afectan a la identidad del yo: "Quién / yo / aquélla o ésta...", identidad sobre la cual también dialoga en "Cuando compre un espejo".

Entre los mejores poemas destaca sin duda "Si muriera esta noche", como grito de dolor marcado por una magnífica metáfora, o "De nuevo", donde la muerte "me marca / me precisa / para mejor borrarme", o "Más soledad", donde una imagen poderosa es capaz de transmitir la intensidad de sus sentimientos.

Una de las curiosidades de este poemario es que la poeta le ha ido añadiendo nuevos poemas con los años. Y así, aunque la mayoría de poemas están escritos en los años 50, hay hasta un poema de 2001, donde la angustia existencial y nihilista, a pesar de los 50 años pasados sigue tan viva como siempre: "Pero ahí está la náusea/.../basta/basta/morirse". Y termina con un poema del mismo año que cierra con el siguiente verso: "el pobre corazón como un pañuelo"

En 1957 publica el poemario "Poemas de amor", dedicado a Juan Carlos Onetti, con quien mantuvo una relación sentimental que eufemísticamente podríamos calificar de compleja, entre muchas razones porque Onetti estaba casado. El propio Onetti le dedicó su novela "Los adioses".

Ya en el primer poema define bien parte de esa relación. Onetti es un huésped "Sos un extraño / un huésped / no que no busca no quiere / más que una cama / a veces /.../ Pero yo vivo sola". Insiste en esa perspectiva en "No te amaba": "viendo / que venías / por fin / que llegabas / de paso".

Es una soledad, la de la amante, que Idea no acepta: "Dónde estás / dónde estás" nos dice en "Escribo pienso leo". Se queja de que el amante no se ponga en su lugar en "No miraste".

Por eso su forma de ver este amor no sea positiva: "todo iba /encaminado/.../para que lo pisaras". O cuando dice en "Te estoy llamando": "te estoy llamando / como a la muerte / amor / como a la muerte".

Algunos de los mejores poemas son los que celebran el amor, el erotismo y la sensualidad: "La piel", "La noche" ("y era su amor en mí / invadiendo tan lenta / tan misteriosamente"), "Entre" o "Quiero"

A veces la poeta introduce la angustia existencial ligada al amor, como en el poema "Estoy tan triste", "Tango" o en el extraordinario "Ya no": "Ya no será / ya no / no viviremos juntos /.../No me abrazarás nunca / como esa noche / nunca. / No volveré a tocarte. / No te veré morir."

Otras veces parece que la brevedad de ese amor, que la poeta cifra en ese momento en sólo nueve noches "tal vez / pueda vivirse / como de un largo amor / toda una vida".

Y quizás lo más triste de ese amor vivido por la poeta, es que en un poema del mismo poemario escrito en 1970 dice que "aquel amor/.../está/todavía/sangrando", a pesar de que en otro gran poema, "Adiós", de 1961, parecía despedirse definitivamente de ese amor. El mismo título de "Adiós" se repite en otros dos poemas en años anteriores y posteriores, lo que da una idea de que el adiós no fue nunca definitivo, y que su cerebro era incapaz de alejarla de una relación autodestructiva.

A veces aparece un sentimentalismo casi adolescente como en la "Carta II", o una mujer casi arrastrada y humillada en su amor como en la "Carta III". Y aunque la segunda parte del poemario es menos interesante que la primera, de nuevo mucho más tarde que la fecha inicial de publicación encontramos un poema de 1990: "Anoche entre mis sueños/.../hice el amor contigo/../contigo que hace tanto/ hace tanto estás muerto." En 1992, en la "Última carta" lo llama "amor de mi vida", aunque habla de haber amado a un hombre que no era exactamente el hombre que ella amó.

Termina el poemario con el poema "El amor", perfecto resumen terrible y angustioso, de lo que el amor pensaba que significaba para ella, a pesar de estar escrito en 1955: "por qué entre tantas noches no hubo nunca / una noche un amor / un amor / una noche de amor / una palabra."

Claramente "Poemas de amor" es el mejor poemario de la autora. Poesía confesional en su mayor parte, indaga y transmite sus sentimientos a lo largo de la tormentosa relación con su amante, y explica en qué medida esta relación influyó en su carácter destructivo. Lo hace además sin caer en cursilerías, gracias quizás al lenguaje cercano que emplea. Desde una lucidez en la que ella misma se describe como lo que vulgarmente se llamaría un "títere". El amor y el poder de Onetti hunden su personalidad, la aniquila y se queda a expensas de él, como un juguete.

El siguiente poemario se titula "Pobre mundo" dividido en dos partes. En la primera nos habla sobre todo de la naturaleza y en la segunda la poeta se nos presente en su vertiente política. Buena parte de los poemas están escritos en Las Toscas, una zona turística de playas de Uruguay. El poemario, sin embargo, comienza un poema de denuncia política, en este caso, ecológica: "Pobre mundo".

La naturaleza, en su más pura concepción de beatus ille, gracias en parte a la experiencia en Las Toscas, aparece en varios poemas como "Constante despedida", "Cada tarde", "Techo divino", "Mar", "En este misma tarde", "Yo la vi", "En el centro del mundo", "Por allá estará el mar", etc. Curioso el poema "Sueño", que nos recuerda a la Chantal de "Hilos".

En esta primera parte, para terminar, surge un poema que rompe de alguna manera el hilo conductor del poemario, "Me voy a morir", y que nos retrotrae al poemario "Nocturnos".

La segunda parte, más política, comienza con un poema, "En la noche de luna", en donde la poeta enfrenta la paz de la naturaleza con la barbarie humana. Después de un retorno al existencialismo, "La isla", hay un poema político bien resuelto, "A Guatemala", seguido de otros poemas políticos, ejecutados con mayor o menor eficacia, dependiendo de los casos: "Playa Girón", donde Cuba paró al ejército norteamericano; "Digo que no murió", sobre el Che; "Agradecimiento", sobre fotografías de guerrilleros muertos; "René Zavaleta" en donde la poeta parece promover la destrucción como solución; y el último, "Con los brazos atados", sobre las torturas.

En general, estos poemas pierden parte del carácter lírico de los anteriores y presentan un lado más narrativo.

Tras tres poemas dedicados a tres poetas, ¿el ataque a Baudelaire es sincero?, el último poemario es "No", una colección de 58 poemas breves, en los que la poeta ofrece de todo: aforismos, juegos de palabras ("Podés creer que nada / le sirve nunca / a nadie / para nada"), autodestrucción nihilista (que la sirena...me arrastre al fondo, "quiero morir"); pequeñas reflexiones, descripciones de aspecto oriental, algo de ironía. En general, muchos de los poemas resultan fallidos (Tanto da / o da tan poco. / Ni me va / ni me viene.), y como ella misma dice al final con toda lucidez: "Inútil decir más".

Es difícil, y hasta incómodo como decíamos antes, hacer una valoración de una poeta viva mayor, especialmente de alguien que durante una parte de su vida ha sufrido tanto como esta poeta. Quizás la parte de su poesía que mejor aguantará los avatares del tiempo sea su poesía amorosa, donde la sinceridad con la que escribe, y su enorme capacidad para transmitirnos su papel de amante, de segunda, su soledad y su angustia, sin duda conmueven y nos hace encontrarnos con lo mejor de su poesía.

Por lo que se refiere a la técnica, el verso es libre o medido dependiendo del caso. Hay un claro abuso a lo largo del libro de determinadas figuras retóricas de repetición, como la anáfora, la geminación y otras muchas basadas siempre en la repetición como si la poeta no se sintiera cómoda con el ritmo que marca el verso libre por si solo. También se abusa de la paradoja.

La ausencia de comas, por otra parte, no es gratuita y forma parte del modo de escribir de la poeta. Tampoco es gratuito el acertado uso del encabalgamiento. La elipsis, muy usada, casi siempre es acertada y produce el efecto buscado.

El mayor problema del libro es que la mayoría de poemas giran en torno a lo mismo: la soledad, la muerte, la angustia existencial sin que se produzca una aportación original sobre los mismos. El a veces abusivo uso de ciertas figuras de repetición se extrapola a los propios poemas como unidades de un conjunto, de forma que hasta la poeta titula un poema "Más soledad". Sin duda Idea logra comunicar sus sentimientos pero hay una reiteración sobre los mismos que reduce la intensidad dramática del dolor que percibimos. De la misma forma, la expresión de los poemas no presenta novedades significativas en cuanto a la temática ni en cuanto a la forma de expresión. La falta de originalidad se puede resumir en este breve poema: "Como un disco acabado / que gira y gira y gira / ya sin música / empecinado y mudo / y olvidado. / Bueno / así". Aun así, la brillante presentación oral de los poemas compensa con creces los problemas señalados.

Sin duda, hay poemas buenos dentro del libro, se agradece el lenguaje sencillo, lejos de amaneramientos, para cantar al desamor, la poeta maneja bien el verso corto y tallado, pero los problemas antes señalados llevan a que nuestra valoración personal sobre el conjunto del libro no pueda pasar de una nota media/alta, sin duda ayudada por la extraordinaria capacidad de comunicación de la poeta cuando recita.

Valoración del libro "Poesía completa" de Idea Vilariño: 7 / 10

La otra reseña de la semana en El Cultural la realiza Antonio Colinas sobre una antología de Oscar Milosz (no confundir con el premio Nóbel) publicada por Devenir. Ni en las librerías ni a través de la propia editorial hemos podido encontrar el libro. Por otra parte, comienzan a llegar los libros retrasados a nuestras manos, por lo que esperamos que pronto esteremos al día.

En la sección de breves, Ainhoa nos recuerda tres libros. De los tres recomendamos especialmente el ensayo de nuestro admirado Rafael Cadenas titulado "Habla Walt Whitman". Edita Pre-Textos.