Amigas y amigos,
El ganador del Premio Ausiás March a Mejor Poemario de 2012 es para el escritor chileno Raúl Zurita por su libro "Zurita", publicado por la editorial Delirio. Enhorabuena al poeta y a la editorial por el fantástico libro publicado. Más abajo podréis leer el detalle de nuestras valoraciones y de los distintos libros premiados. Enhorabuena a todos los libros votados y gracias, en cualquier caso, a poetas y editoriales por colaborar en hacer posible esta locura que supone leer tantos poemarios.
El proceso de elección ha sido similar al de otros años. En una primera votación cada uno de los cinco miembros del colectivo votó por sus libros favoritos. Cada lista individual fue discutida, cada libro defendido y criticado, y se procedió a una segunda votación. Tras esta segunda votación los libros que lograron al menos dos votos fueron leídos de nuevo. En una nueva reunión se produjo una tercera votación y los libros con tres o más votos fueron leído una vez más (y discutidos). Finalmente, en la votación final se llegó a las conclusiones definitivas, que son las que aparecen en esta entrada del blog.
En los resultados se podrán ver nombres consagrados al lado, incluso debajo, de nombres desconocidos. No creemos en las aristocracias poéticas ni en sus herencias, algo muy común en los premios de este país. Cada libro debe valorarse de manera independiente de quien lo escribe, y, por supuesto, independientemente de nuestras simpatías.
Como dijimos en su momento, está será la última publicación en el blog Addison de Witt, al menos por tiempo indefinido. Los objetivos del blog han sido, al menos, parcialmente cubiertos. Cada vez es más frecuente que los poetas hablen públicamente de la corrupción existente en los premios de poesía e incluso que poetas conocidos, todavía ninguno de los "elegidos" por el Estado, una su nombre a diversas causas. Esto era algo impensable hace unos pocos años, cuando el silencio y la complacencia eran la reacción ante casos flagrantes de malversación de dinero público. Algo ha cambiado en este aspecto aunque sorprende que gente joven se siga sumando a la orgía de premios amañados y tenga la desvergüenza de justificar su comportamiento. Por otro lado, la objetividad en la crítica de poesía no sólo no ha mejorado en los medios oficiales sino que también ha empeorado en los medios digitales. No es sencillo encontrar reseñas que no sean de amigos sobre amigos. Este amiguismo es un problema serio de la poesía española que quizás no hemos señalado suficientemente. Y respecto a la calidad de la poesía escrita, pensamos que modestamente se ha puesto un granito de arena para que la poesía editada en España se atreva con poéticas alejadas de la naftalina y los nenúfares que tanto siguen lastrando a nivel internacional el trabajo realizado. A día de hoy, la media de calidad de los libros publicados es mucho mayor que cuando este blog comenzó.
Os damos las gracias a todos por el espectacular seguimiento que Addison de Witt ha tenido estos años, gracias tanto a los amigos por sus ánimos como a los enemigos, quienes también nos animaban, sin querer, a continuar. Os deseamos que disfrutéis de las lecturas que os presentamos y no olvidéis comprar buena poesía. Es la única manera de mejorar: leer y leer, mucho más que escribir. Hasta siempre.
Premio Ausiás March al mejor poemario de 2012. Raúl Zurita. Zurita. Editorial Delirio
El premio Ausiás March al mejor poemario de 2012 es para Raúl Zurita y su monumental Zurita. En el que, sin duda, es también el mejor libro del chileno, Zurita expone durante más de 700 páginas un universo que no es sino un resumen de la vida y de nuestro tiempo. El trasfondo del golpe militar de 1973 en su país se convierte en la excusa para realizar una maravillosa descripción de la condición humana en cada una de sus múltiples facetas, desde la más miserable a la más altruista. El chileno realiza todo un despliegue técnico en el que cabe la prosa, la prosa poética, la poesía e incluso el periodismo. Zurita no es sólo la historia de un ser llamado Zurita sino la historia concentrada de tantos otros seres que han sido testigos o víctimas de la barbarie que acompaña desde siempre a nuestra especie. Lo mismo ocurre con el paisaje y con su océano. El paisaje descrito por el poeta no es sólo el paisaje chileno sino que son todos los paisajes a la vez. Zurita es al mismo tiempo físico y metafísico, social y espiritual, sin imposturas, desde un profundo humanismo. El volumen, anticipado por el libro que Amargord publicó con el título de "Cuadernos de guerra", es el Canto General nerudiano de este siglo XXI. Los tiempos están rotos, la narración fragmentada pero la ambición y la fuerza están muy presentes. Dado el despliegue de recursos y la extensión, el libro no está exento de errores. Zurita no es un poeta al que le resulte fácil lograr imágenes brillantes, la imaginación no es su fuerte, y a veces cae en ciertos lugares comunes, como en descripciones de amaneceres, o en simples cursilerías. Se le perdona porque los errores son aislados y porque es imposible mantener un gran nivel durante tantas páginas. Zurita, para este colectivo, es el mejor libro de poesía publicado en 2012 en España.
Accésit al Premio Ausiás March a Mejor Poemario de 2012
Antonio Gamoneda. Canción errónea. Tusquets
Resulta sorprendente que Gamoneda mantenga su poesía a tan alto nivel pasados los ochenta años. El poeta ha publicado su mejor libro de lo que llevamos de siglo y no es poco. Con una poesía fuertemente existencial, Gamoneda parece escribir un poemario que tiene algo de despedida y mucho de lucidez. El poeta trabaja con un eje de pocos símbolos y palabras (la luz, la madre, la vejez, el olvido, el amor) y construye variaciones sobre sus temáticas que giran en una espiral de melancolía, angustia y desesperanza. En definitiva giran ante lo que el poeta llamaría su inocencia de no saber vivir y la realidad de la inexistencia. A pesar de la temática, hay algo natural en el dolor transmitido, algo que lo hace casi natural y que lo aleja del victimismo y la conmiseración. La sorprendente frialdad en la angustia es quizás uno de los mayores logros del poeta y quizás una de las razones por las que muchos lectores no conectan con su poesía. Gamoneda no busca nuestra piedad ni nuestra lágrima fácil. No le hace falta.
El miembro del jurado que no ha votado por el libro lo ha hecho por dos razones. En primer lugar aduce que las repeticiones de sustantivos, para él simbólicos, restan fuerza a su impacto en cada poema nuevo en el que se repiten. Para él, esas variaciones son repetitivas. En segundo lugar cree que el uso cromático que se realiza con los colores es excesivo y añaden esa sensación de repetición, que no de poema unitario, que este miembro del jurado tiene.
Al margen del voto en contra, el colectivo AdW piensa que Gamoneda vuelve a demostrar que nadie le ha regalado nada para ser uno de los mejores poetas de nuestro país.
Finalistas al Premio Ausiás March a Mejor Poemario de 2013
Juan
Carlos Mestre. La bicicleta del panadero. Calambur
Quienes votaron por "La bicicleta del panadero" valoran el esfuerzo enciclopédico, el golpe, que supone el libro como acto afirmativo del poeta. Asumen que en un libro tan voluminoso es difícil mantener el nivel en todos los poemas pero destacan que, a la probada habilidad verbal del poeta, éste asume nuevos retos lingüísticos inéditos hasta ahora es su obra (o poco frecuentes). La poesía como magia, como torrente inesperado en el que ante una misma mesa se pueden sentar los adjetivos y nombres propios más alejados y lograr una armonía inesperada y un asomo al misterio.
Quienes han decidido no votar el libro piensan que al autor le ha faltado contención, en la mayoría de poemas y en su conjunto. Piensan que existe una cierta gratuidad léxica e imaginativa, un exceso por el exceso, enmarañado entre automatismos en donde brillan los poemas más sencillos, aquellos en los que el Juan Carlos Mestre vuelve a la humildad honesta y necesaria. Un poeta que en las entrevistas se enorgullecía de publicar un libro cada 8 años ha dejado pasar demasiado poco tiempo a la hora de publicar un volumen tan extenso en el que la autocrítica y el reposo no aparecen. ¿Por qué tanta premura?, se preguntan.
Ambos grupos coinciden en que lo mejor del libro es su manejo del sentido del humor y de la ironía, algo poco frecuente en nuestra poesía, y nada fácil de lograr.
Alejandro Céspedes. Topología de una página en blanco. Amargord
Los miembros de AdW que votaron por el libro indican que el autor ha dado un
salto de calidad y estilo importante desde su último libro. Apenas quedan
recuerdos del autor de "James Dean, amor que me prohibes". El riesgo
debe premiarse. "Topología" es una interesante reflexión sobre la
palabra y el hecho poético y su tratamiento se realiza desde diversas y
variadas vías. Destaca especialmente el afán de destrucción del texto y sus
componentes, similar a una cierta inmolación metafórica del propio autor. Quienes
votaron por "Topología" opinan que combina poesía y reflexión
metapoética de una manera inteligente, coherente y que invita a la reflexión.
Quienes no lo hicieron señalan varios aspectos. Uno de ellos es el abuso de la intertextualidad, que va mucho más lejos de lo que el autor señala al final del libro y que abarca no sólo el aspecto versal sino el formal, el sintáctico, el temático y el morfológico. No es un libro original, dicen, y pretende serlo. El poemario resulta largo y reiterativo. Según ellos, algunos de los detalles visuales y de edición serían más propios de ilustraciones de libros juveniles y no están a la altura de la seriedad y profundidad del texto.
Tanto unos como otros señalan que sí se percibe un esfuerzo importante por la obra bien hecha, independientemente de la opinión sobre su resultado, Y un poeta que se reinventa y se esfuerza de manera notable logrando su mejor libro merece ser reconocido por ello.
Francisco Fuentes. Setenta y cuatro días sin mí. Editora Regional de Extremadura
Uno de los dos sleeper del año. Uno de esos secretos de poesía por los que vale la pena todo el esfuerzo de lectura y una de las dos razones por las que existía esta página: sacar de la oscuridad autores que, por no ser mediáticos, vivir en provincias o no aparecer en las revistas o festivales, son ignorados. He aquí un libro que vale la pena. Quienes votaron a Fuentes señalan su profundidad lírica. Fuentes tiene capacidad para, con una sencillez engañosa, llegar lejos en su comunicación. Es un autor dotado de una gran sensibilidad poética El poeta tiene capacidad para acercarse al enigma poético, a la transcendencia de la poesía y la existencia. Quienes no han votado por el libro están de acuerdo con lo dicho anteriormente pero tienen varias objeciones. En primer lugar, el nivel de los poemas es irregular, especialmente en su mitad, donde la calidad de los poemas baja con respecto a los primeros y últimos. Para un libro tan breve como es éste, se requiere un nivel excelente en todos los poemas. Al margen de alguna pequeña pero obvia intertextualidad no señalada, sería deseable un mayor número de poemas para ayudar a configurar el poemario y eliminar algunos que rompen con el tono del libro ("te voy a hacer un vestido..." por poner un ejemplo),
El colectvo en su conjunto reconocen la gran calidad del libro. El autor es joven y tiene tiempo. Que no tenga prisa y que conserve la mirada.
Quienes no lo hicieron señalan varios aspectos. Uno de ellos es el abuso de la intertextualidad, que va mucho más lejos de lo que el autor señala al final del libro y que abarca no sólo el aspecto versal sino el formal, el sintáctico, el temático y el morfológico. No es un libro original, dicen, y pretende serlo. El poemario resulta largo y reiterativo. Según ellos, algunos de los detalles visuales y de edición serían más propios de ilustraciones de libros juveniles y no están a la altura de la seriedad y profundidad del texto.
Tanto unos como otros señalan que sí se percibe un esfuerzo importante por la obra bien hecha, independientemente de la opinión sobre su resultado, Y un poeta que se reinventa y se esfuerza de manera notable logrando su mejor libro merece ser reconocido por ello.
Francisco Fuentes. Setenta y cuatro días sin mí. Editora Regional de Extremadura
Uno de los dos sleeper del año. Uno de esos secretos de poesía por los que vale la pena todo el esfuerzo de lectura y una de las dos razones por las que existía esta página: sacar de la oscuridad autores que, por no ser mediáticos, vivir en provincias o no aparecer en las revistas o festivales, son ignorados. He aquí un libro que vale la pena. Quienes votaron a Fuentes señalan su profundidad lírica. Fuentes tiene capacidad para, con una sencillez engañosa, llegar lejos en su comunicación. Es un autor dotado de una gran sensibilidad poética El poeta tiene capacidad para acercarse al enigma poético, a la transcendencia de la poesía y la existencia. Quienes no han votado por el libro están de acuerdo con lo dicho anteriormente pero tienen varias objeciones. En primer lugar, el nivel de los poemas es irregular, especialmente en su mitad, donde la calidad de los poemas baja con respecto a los primeros y últimos. Para un libro tan breve como es éste, se requiere un nivel excelente en todos los poemas. Al margen de alguna pequeña pero obvia intertextualidad no señalada, sería deseable un mayor número de poemas para ayudar a configurar el poemario y eliminar algunos que rompen con el tono del libro ("te voy a hacer un vestido..." por poner un ejemplo),
El colectvo en su conjunto reconocen la gran calidad del libro. El autor es joven y tiene tiempo. Que no tenga prisa y que conserve la mirada.
Raúl Quinto. Ruido blanco. La Bella Varsovia
Quinto realiza un crítica a los medios de comunicación en su nuevo libro. En un tono aséptico, vaga por tiempos y espacios en una búsqueda errante. El poeta consigue muchas veces su propósito: inquietarnos. Ser más conscientes si cabe de nuestro presente. Su estilo es visual, directo, sin apenas adornos. Algunas de sus imágenes tienen una poderosa fuerza. El contenido es correcto, ambicioso y profundo.
Quienes no votaron a Quinto piensan que la frialdad del texto se transmite a su propia condición de lectores. Se quedan impasibles y afirman no sentir nada ante los hechos que el poeta refleja. Creen que el poeta podría habernos hecho partícipes, en mayor medida, de sus reflexiones. Al margen de pequeños detalles retóricos y de una cierta sensación de repetición en un poemario breve, destacan esa falta de transmisión lírica y emocional como el mayor obstáculo para no haber votado al libro.
Ruido Blanco, en cualquier caso, es un buen ejemplo de poesía bien escrita, trabajada, actual y realizada desde la humildad de una pequeña editorial.
Angélica Morales. Desmemoria. Gobierno de Aragón
El otro sleeper del año. Angélica parece escribir desde la alucinación, desde un cierto estado alterado de conciencia que no le impide ver la realidad cotidiana pero que a la vez le permite vislumbrar lo que muchos no pueden observar. A través de unos versos largos y llenos de fuerza, Angélica logra una poesía aparentemente confesional y novedosa, desgarrada y rotunda. Desmemoria es un diario escrito en el futuro donde la familia es la cuerda y la horca. Muy interesante.
Quienes no votaron por el libro de Angélica apuntan a ciertos excesos expresionistas en forma y fondo, así como una voluntad malditista no del todo creíble. Igualmente indican que, a nivel técnico, a su poesía le falta ritmo. También echan de menos un mayor dominio retórico.
Dicho todo lo cual, Desmemoria es una de las sorpresas poéticas más interesantes de todo el año.
Semifinalistas al Premio Ausiás March a Mejor Libro de 2012
Mauricio Medo. Dilemas médicos. Ediciones Liluputienses
Mauricio Medo ha escrito un poemario breve, extraño y muy atractivo. Cuando quiere, Mauricio es un poeta muy bueno, con un gran dominio del lenguaje y capaz de mostrarse moderno y clásico a la vez. Paralelamente sus reflexiones son interesantes, sus formas modernas y tiene una imaginería rica y variada. Tanto en el yo poético como en sus desdoblamientos el poeta tiene el control de lo que ocurre.
Quienes no votaron a su libro explican que el léxico del poeta es demasiado rebuscado en ocasiones y parece querer buscar la dificultad en una suerte de postbrarroquismo. Se refieren a ese léxico que está ahí no porque sea necesario sino porque suena más "poético". No ocurre con mucha frecuencia pero ocurre y lastra mucho al poemario. Hay también un abuso de los nombres propios y falta razonar la exposición de cierta erudición.
"Dilemas médicos", independientemente de la diversidad de opiniones, es un libro diferente y de calidad.
Sergi de Diego Mas. E-mails para Roland Emmerich. Honolulu Books
Sergi de Diego no tenía prisa en publicar su primer libro y el tiempo le ha dado la razón. No hay prisa. Su poemario ha recibido votos por varias razones. Es un libro bien estructurado, con una arquitectura clara. Su manera de tratar el presente apocalíptico es interesante. Es de lo pocos libros premiados que uno pediría que no se hubiera acabado tan pronto. La retórica es muy sencilla y a la vez está diseñada con mucho tacto. La profundidad de la temática es abordada con inteligencia y con algunas dosis de ironía por parte del poeta. Y la sensación de posmodernidad que impregna el texto de principio a fin no parece impostada sino que es el fruto de una persona que claramente ha leído mucho antes de llegar hasta este libro.
Los dos miembros que no votaron a E-mails también lo hicieron por varias razones. Para ellos, algunos de los versos tienen más sentido decorativo, el fondo de ciencia ficción, que sentido poético. Se percibe demasiado su función de decorado. La jerga científica, en especial, no funciona. Para estos miembros del jurado sí que hay algo de impostura en el posmodernismo del texto, comenzando por la elección de un director de cine comercial que contrasta con los nombres de cineastas que aparecen en la parte final del libro, por poner un ejemplo. Discrepan también en el uso de la retórica, que no es abundante pero que suele llevar a metáforas o imágenes que no están a la altura del conjunto del texto.
Todos acuerdan que se trata de un primer libro arriesgado, interesante, de un autor que puede dar más de sí en futuros libros.
Sergi de Diego no tenía prisa en publicar su primer libro y el tiempo le ha dado la razón. No hay prisa. Su poemario ha recibido votos por varias razones. Es un libro bien estructurado, con una arquitectura clara. Su manera de tratar el presente apocalíptico es interesante. Es de lo pocos libros premiados que uno pediría que no se hubiera acabado tan pronto. La retórica es muy sencilla y a la vez está diseñada con mucho tacto. La profundidad de la temática es abordada con inteligencia y con algunas dosis de ironía por parte del poeta. Y la sensación de posmodernidad que impregna el texto de principio a fin no parece impostada sino que es el fruto de una persona que claramente ha leído mucho antes de llegar hasta este libro.
Los dos miembros que no votaron a E-mails también lo hicieron por varias razones. Para ellos, algunos de los versos tienen más sentido decorativo, el fondo de ciencia ficción, que sentido poético. Se percibe demasiado su función de decorado. La jerga científica, en especial, no funciona. Para estos miembros del jurado sí que hay algo de impostura en el posmodernismo del texto, comenzando por la elección de un director de cine comercial que contrasta con los nombres de cineastas que aparecen en la parte final del libro, por poner un ejemplo. Discrepan también en el uso de la retórica, que no es abundante pero que suele llevar a metáforas o imágenes que no están a la altura del conjunto del texto.
Todos acuerdan que se trata de un primer libro arriesgado, interesante, de un autor que puede dar más de sí en futuros libros.
María García Zambrano,
Menos miedo. Torremozas
La
poeta García Zambrano nos ofrece un libro intimista, en el que el yo poético
tiene una mirada lírica y melancólica que se lee no sólo con interés sino a
veces con asombro gracias a la profundidad de su experiencia.
Quienes
no votaron a García Zambrano hablan de que necesita aumentar sus recursos
técnicos y no depender tanto de ciertas figuras retóricas. A veces, como en el
poema Cuenta Pendiente, pierde el control del poema y se le desborda como si
perteneciera a otro poemario. Otras veces las metáforas parecen poco
trabajadas, como si el nivel de autoexigencia bajara.
García Zambrano ha
escrito buenos poemas en su libro. Tiene capacidad para hacerlo. Olvidar las
enseñanzas de talleres de poesía y centrarse en donde ella resalta, como en los
primeros poemas del libro, es su camino.
Olvido García Valdés. Lo
solo del animal. Tusquets
Olvido
es una poeta que, para bien o mal, está sujeta a un estilo muy propio que, casi
con toda seguridad, no abandonará. La soledad, vista no como algo negativo sino
como algo consustancial a nuestro ser, se muestra en su nuevo poemario de
manera natural. Su forma de poetizarla, con ese verso reflexivo y desnudo, es
singular y conmociona en ocasiones.
Los
miembros de AdW que no votaron este libro comentan que Olvido no es una buena
poeta de imágenes y en este libro abusa de ellas, incluso dentro de un mismo
poema. Igualmente lo hace con la introducción de animales de todo tipo, una especie
de camino simbólico que parece forzado. También ocurre con los colores. A la
poesía de Olvido no le sientan bien los adornos. El resultado es un libro con
poemas excelentes y poemas de una calidad muy inferior.
Todos
coincidimos en que cuando la poeta desnuda su poesía y la hace más pura
logra una altura poética muy notable.
David Meza. El sueño de
Visnu. El Gaviero
El
joven mejicano David Meza se presenta en España con un poemario muy
interesante, torrencial, repleto de imágenes y metáforas en clave de biografía
épica. El resultado es un libro denso, con multiplicidad de voces y estilos,
atrevido y descarado.
Aquellos
que no dieron el voto por el libro de Meza exponen que la multiplicidad de
voces es todavía la señal de una carencia de voz propia, como si el poeta
estuviera probando cuál es su verdadero tono. Añaden que existe una
sobreabundancia de imágenes y metáforas y lo atribuyen a una falta de
autocrítica en la reescritura. Tampoco
parece entusiasmarles los neologismos que el poeta inventa.
Será interesante seguir a este poeta y ver cuál es su voz definitiva. Tiene talento.
Jurado 1
Jurado 1
Autor | Título | Editorial |
Toño Benavides | Los chicos del vertedero | Canalla Ediciones |
Alejandro Céspedes | Topología de una página en blanco | Amargord |
Sergi de Diego Mas | E-mails para Roland Emmerich | Honolulu Books |
Antonio Gamoneda | Canción errónea | Tusquets |
Olvido García Valdés | Lo solo del animal | Tusquets |
Luis Luna | Umbilical | El sastre de Apollinaire |
Juan Carlos Mestre | La bicicleta del panadero | Calambur |
David Meza | El sueño de Visnu | El Gaviero |
Olga Muñoz Carrasco | El plazo | Amargord |
Mª Ángeles Pérez López | Atavío y puñal | Olifante |
Vanesa Pérez-Sauquillo | Clímax Road | Rialp |
Raúl Quinto | Ruido blanco | La Bella Varsovia |
José Verón Gormaz | Ritual del visitante | Olifante |
Raúl Zurita | Zurita | Delirio |
Jurado 2
Autor | Título | Editorial |
Gsús Bonilla | Mi padre, el rey | Ediciones La Baragaña |
Rafael Cadenas | Sobre abierto | Pre-Textos |
Sergi de Diego Mas | E-mails para Roland Emmerich | Honolulu Books |
María García Zambrano | Menos miedo | Torremozas |
Francisca Gata Amate | Cine negro | Vitruvio |
Jesús Jiménez Domínguez | Frecuencias | Visor |
Pilar Martín Gila | ORDET | Amargord |
David Meza | El sueño de Visnu | El Gaviero |
Eduardo Mitre | Obra poética (1965-1998) | Pre-Textos |
Angélica Morales | Desmemoria | Gobierno de Aragón |
Raúl Quinto | Ruido blanco | La Bella Varsovia |
Raúl Zurita | Zurita | Delirio |
Jurado 3
Autor | Título | Editorial |
Lourdes de Abajo | Paisaje adentro | Amargord |
Noni Benegas | Animales sagrados | Igitur |
Alberto Carpio | Los comensales | Pre-Textos |
Alejandro Céspedes | Topología de una página en blanco | Amargord |
Francisco Fuentes | Setenta y cuatro días sin mí | Editorial Regional de Extremadura |
Antonio Gamoneda | Canción errónea | Tusquets |
María García Zambrano | Menos miedo | Torremozas |
Mauricio Medo | Dilemas médicos | Ediciones Liliputienses |
Juan Carlos Mestre | La bicicleta del panadero | Calambur |
Angélica Morales | Desmemoria | Gobierno de Aragón |
Raúl Quinto | Ruido blanco | La Bella Varsovia |
Tomás Segovia | Rastreos y otros poemas | Pre-Textos |
Raúl Zurita | Zurita | Delirio |
Jurado 4
Autor | Título | Editorial |
Daniel Aguirre Oteiza | Sombra de emboscado | Amargord |
Andrés Catalán & Ben Clark | Mantener la cadena de frío | Pre-Textos |
Alejandro Céspedes | Topología de una página en blanco | Amargord |
Francisco Fuentes | Setenta y cuatro días sin mí | Editorial Regional de Extremadura |
Antonio Gamoneda | Canción errónea | Tusquets |
Sara Herrera Peralta | Hay una araña en mi clavícula | La Garúa |
Mauricio Medo | Dilemas médicos | Ediciones Liliputienses |
Juan Carlos Mestre | La bicicleta del panadero | Calambur |
David Meza | El sueño de Visnu | El Gaviero |
Francisco Najarro Lanchazo | El extraño que come en tu vajilla | Vitruvio |
Sergio Raimondi | Poesía civil | Ediciones Liliputienses |
Miguel Veyrat | Poniente | Bartleby |
Raúl Zurita | Zurita | Delirio |
Jurado 5
Autor | Título | Editorial |
Isabel Bono | Brazos piernas cielo | Baile del Sol |
Ricardo Corona | ¿AHN? | Poeta de cabra |
Francisco Fuentes | Setenta y cuatro días sin mí | Editorial Regional de Extremadura |
Antonio Gamoneda | Canción errónea | Tusquets |
Olvido García Valdés | Lo solo del animal | Tusquets |
Julio César Galán | Márgenes | Pre-Textos |
Salvador Lera | Paralelamente | Libros del aire |
Pilar Martín Gila | Ordet | Amargord |
Valerie Mejer | Cuaderno de Edimburgo | Amargord |
Angélica Morales | Desmemoria | Gobierno de Aragón |
Juan Antonio Tello | Umbrales de Rimbaud | Eclipsados |
Ignacio Vleming | Clima artificial de primavera | La Bella Varsovia |
Juan Pablo Zapater | La velocidad del sueño | Renacimiento |
Raúl Zurita | Zurita | Delirio |
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