domingo, 11 de marzo de 2012

Premios Ausiàs March a los mejores poemarios de 2011



Amigas y amigos:

Perdonad este largo silencio pero la lectura de todos estos libros no ha sido tarea sencilla, como no lo ha sido la valoración de los mismos. 2011 es probablemente el mejor año de poesía desde que comenzamos con el blog y el nivel de los libros ha sido muy alto. Las discusiones entre nosotros se podrían calificar, de manera eufemística, de ligeramente acaloradas.

Como suele ocurrir desde hace unos años, en primer lugar cada uno de los cinco miembros del jurado leyó todos los libros y votó por aquellos que creía mejores. En una primera reunión general cada persona defendió sus libros votados. En una segunda ronda cada uno de nosotros volvió a leer cada uno de los libros votados, aunque fuera con un único voto, y se produjo una segunda y eterna reunión. En ella de nuevo cada persona justificó y defendió sus posturas y se dialogó sobre todos los libros con al menos un voto. El resultado de tantas horas de trabajo es la lista que ofrecemos más abajo. Si alguien pensaba que la poesía española estaba en crisis se equivoca. Está en su mejor momento desde hace décadas y cada libro que aparece en esta lista, y en el listado final con los votos de cada uno de los cinco miembros del jurado, a pesar de los comentarios y correcciones sugeridas, es extraordinario.


Finalistas del premio Ausiàs March


Marta Agudo, 28010, Calambur

Diario poético y metapoético, reflexión de la identidad y de la existencia, quienes votaron a "28010" destacan la originalidad de su propuesta así como la profundidad de su aparente sencillez. A través de poemas breves en prosa, Marta hace un recorrido tortuoso por una vida vivida en presente con una enorme lucidez y capacidad de observación. La mirada es dura, firme y nada condescendiente, especialmente con ella misma. Hay un claro poso existencial tratado con un lirismo moderno y descarado. Quienes no dieron su voto a "28010" lo hicieron porque, a su entender, la relación metafórica entre filología y vida falla en ocasiones. Además, en su opinión, el verso suena a veces algo artificial y pomposo, se produce reiteración retórica y, a pesar de la brevedad del libro, existe la sensación de que los poemas se repiten en algunos casos.


Juan Bello, El futuro es un bosque que ya ardió en alguna parte, La Bella Varsovia


Interesante propuesta poética la de Juan Bello en su poemario “El futuro es un bosque que ya ardió”. Los miembros del jurado que dieron su voto a Juan Bello valoran su verso afilado, percutido sobre el papel como si el poeta se defendiera del blanco de la hoja con algo parecido a un subfusil en un mundo de nocturnidad melancólica e imágenes sugerentes de gran hondura. Las personas que no le votaron hablan de irregularidad en la calidad de los poemas, una cierta de ausencia de sentido autocrítico propio de un aparente exceso de confianza en su trabajo y la presencia de muchas voces soterradas que dificultan la concreción de una voz propia.


Eva Chinchilla, Los años abisinios, Amargord

Algo de metapoesía también encontramos en “Los años abisinios”, de Eva Chinchilla. Su manejo de la sintaxis es notable y logra transmitir su mensaje de una manera lírica y moderna a la vez, a pesar del cuestionamiento del lenguaje que su libro ofrece. La cantidad de puertas que cada poema abre sin cerrar las anteriores funciona especialmente bien en este poemario. También lo hace un léxico alejado de los convencionalismos de género. Quienes finalmente no otorgaron su voto a Eva explican que la repetición de ciertas imágenes y sustantivos termina fatigando la lectura por mucha que sea intencionada. La intencionalidad no otorga valor per se. En ocasiones el verso final de los poemas suele buscar más el impacto que la integración con el resto del poema. Habría, según ellos, un exceso de citas y sobraría el apéndice.


José Luis Gómez Toré, Claroscuro del bosque, Amargord

Gómez Toré experimenta una evolución estilística muy interesante desde su último libro publicado, "Fragmentos de un cantar de gesta", fuertemente criticado en este mismo blog . El libro, un hermoso diálogo entre la poesía de Toré y los dibujos de Marta Azparren, está inspirado en el encuentro que Heidegger y Paul Celan mantuvieron en una cabaña ubicada en la Selva Negra alemana. Respecto al libro de Toré, destaca especialmente el manejo de los silencios, de los espacios en blanco, la sencillez de un lenguaje que no necesita palabras grandilocuentes para expresarse y la profundidad de sus reflexiones. Quienes decidieron no votar por este libro mencionan la voluntad excesivamente aforística de sus versos y el hecho que se trata de un poemario excesivamente escueto y esbozado como para desarrollar la profundidad de su propuesta. En cualquier caso, hemos encontrado a un Toré mucho más interesante del que leímos hace unos años.


Ana Hidalgo, Hallar una hendidura, Point de lunettes

Ana Hidalgo ha escrito uno de los libros sorpresa del año. A través de poemas en prosa escritos con delicadeza pero a la vez con profundidad y firmeza Ana nos lleva a una geografía interior muy sugerente y atractiva. Su tono es reflexivo, invocativo, dialogante, extremo a veces. Las personas que no votaron al libro coinciden en parte de sus aciertos pero hablan de la similitud de su estilo con otras poetas mayores, como si todavía en el caso de Ana se estuviera en un proceso de nacimiento de una voz propia. En una línea similar comentan cierta falta de variedad retórica en la que sobraría la repetición de algunas figuras estilísticas. También que el lenguaje, en algunos poemas, súbitamente, resuena excesivamente poético y pierde frescura. Dicho lo cual, se trata de una poeta a seguir de cerca y con claras posibilidades de evolución dado su talento.


Robert Juan-Cantavella, Los sonetos, El gaviero

En su primer libro de poesía después de varias novelas, Juan-Cantavella hace una propuesta valiente en su intento de destrucción y recomposición de la tradición literaria, con juegos sintácticos interesantes y propuestas formales dignas de elogio. Algunos de los versos y poemas tienen una factura impecable así como un peso específico importante. Quienes no votaron finalmente por el libro de Juan-Cantavella pensaron que la forma, en una suerte de extraño barroquismo postmoderno, precede al fondo, y se hace difícil la comunicación lector-poeta en una voluntad ashberiana quizás mal entendida. Existe la sensación de ser textos que requieren de un mayor trabajo para dar unidad al libro y que, individualmente, también merecen un esfuerzo superior para que adquieran cuerpo y no se queden en una suerte de esbozo postmoderno.


Juan Antonio Marín, Yo he vivido en la tierra, Polibea.

Juan Antonio Marín quizá sea, de momento, el último premio Adonáis que sigue haciendo honor a la historia del premio. Poeta de la soledad y de la humanidad, en "Yo he vivido en la tierra" nos trae un retrato brutal y terrible de nuestra condición existencial. A la necesidad de comunicarse con el mundo que el sujeto poético siente se enfrenta una alienación clarísima, una incomunicación que se muestra en lugares cotidianos, como el metro especialmente. Poesía doliente y sufrida, Marín logra con creces el objetivo principal de su libro: hacernos sufrir con él. Acompañarlo. Por el lado menos positivo, y en palabras de quienes no votaron el libro, el poeta se mueve bien alejado de la retórica pero su manejo de la metáfora, a veces abundante, es artificioso y poco brillante, una especie de herencia de la época Adonáis que haría bien en quitarse. También comentan que el exceso de dolor y de autocompasión puede caer con facilidad en el victimismo. Independientemente de esto último, algunos poemas y versos son dignos de una antología.


José María Millares Sall, Krak, Calambur

En este libro Millares no está a la elevada altura que dejó en "Cuadernos" pero no siempre un artista es capaz de repetir la calidad de su obra, especialmente si las condiciones no son las más favorables. Millares construye un largo poema de una dureza existencial considerable a través de múltiples imágenes de clara raíz surrealista e irracionalista, poema que a su vez es un grito contra la muerte y el papel de la poesía en una lucha que se da por perdida. Escrito sin puntuación, en un verso libérrimo, destacan por curiosas las críticas soterradas a todos los venecianos y su ironía. Que un poeta escriba con este descaro y rebeldía a su edad debería ser motivo de esperanza.


Luis Muñiz, Libro Segundo, Trea

Muñiz continua en franca progresión desde su "Un fragor Indeterminado". Quienes decidieron apostar por Muñiz hablan de su excelente manejo de los tiempos verbales, de la ausencia natural de retórica, de un tono prosaico que esconde un lirismo significativo, de la pluralidad de estilos y temas y, finalmente, de un mensaje reflexivo y filosófico interesante y atractivo. Quienes no han votado por el libro hablan de un excesivo prosaísmo, que a veces convierte un ensayo en un poema a base sólo de encadenar versos. Ese prosaísmo transforma, en su opinión, muchos poemas en reflexiones sobre temas muy diversos sin que el interés del lector se descentre del contenido de la reflexión, olvidando la parte poética del texto. En conclusión, un libro que trata de la actualidad sin que tenga apariencia de perderla, bien construido, bien escrito y en donde la diferencia mayor entre los miembros del colectivo ha sido el nivel prosaico del poemario. Que los lectores decidan. En cualquier caso, incluso visto desde un punto de vista prosaico, el "Libro Segundo" es uno de los mejores libros del año y por eso está en esta lista.



Accésit Premio Ausiàs March (4 votos)


Diego Doncel, Porno ficción, DVD

Diego Doncel ha publicado otro de los mejores libros del año. Es curioso que los que consideramos los tres mejores libros sean libros completos, poemarios en donde cada poema forma parte de un substrato narrativo que recorre el libro de principio a fin (aunque el de Mas Alcaraz rompa la línea temporal). En la "Porno Ficción" de Diego Doncel encontramos una historia con un trasfondo de ciencia ficción, un suerte de escenario post-apocalíptico, sobre el que el poeta construye unos textos excelentes en su ironía, en su canto particular al amor perdido en el pasado, en su crítica feroz a la identidad y a una sociedad mercantilizada en la que el sexo es un producto. Sobre poemas en prosa Doncel extiende en largos versículos su letanía y alcanza momentos de gran brillantez tanto poética como reflexiva. La persona que no ha dado el voto final al poeta estima que el uso de las comparaciones es abundante desde el punto de vista retórico, y éstas son poco originales y muy seguidas. A la vez señala un cierto victimismo del sujeto poético que termina resultando tedioso. Independientemente de detalles más técnicos, se alaba el conjunto del libro por su originalidad, por su estética innovadora y por sus momentos de lirismo elevado. Un libro que nos lleva a reflexionar hacia donde está dirigiéndose la sociedad actual.


Juan Andrés García Román, La adoración, DVD

Independientemente de la bronca que tuvimos con García Román hace tiempo, nuestra labor es valorar poesía, no personalidades. Y García Román ha escrito su mejor libro hasta la fecha, por mucho que algunos se agarren a su fosforo astillado como una tabla de salvación. Para empezar, García Román ha logrado quitarse por fin toda la poética con la comenzó su carrera (como aquella "Perdida latitud" que ahora parece escrita por una persona diferente). De hecho, renuncia claramente en su bibliografía a toda la producción anterior al Fósforo. En "La Adoración" encontramos de nuevo un libro lleno de imágenes portentosas, dignas de uno de los poetas con mayor imaginación de la poesía contemporánea y con muchos menos fallos en la construcción metafórica que en "El fósforo astillado". Hallamos además ese sentido del humor tan propio y especial que logra que el lector pueda pasar de la emoción a la carcajada sin mayores problemas. Y existe ese mundo onírico que nos retrae a la infancia y que tiene un enorme poder de seducción para el lector al mismo tiempo que nos lleva al substrato de pérdida existencial que subyace en todo el poemario. El miembro del jurado que no le dio el voto definitivo habla de un poeta con mucho talento al que le falta ir un paso más allá. Tal y como está escrito el libro, más una novela que un poemario, podría pasar, según esta persona, cambiándole la portada y la fecha de publicación, por un libro publicado por un miembro de la escuela surrealista en los años 20. También, de acuerdo con esta persona, hay una verborragia de imágenes que a veces están ahí simplemente por pura estética, se desbordan y entorpecen el desarrollo natural y el ritmo orgánico de la lectura. En opinión de este miembro del jurado, al libro le falta a veces profundidad, alma, y no precisamente por su voluntad "antimetafísica". Y le sobraría 20 páginas. En cualquier caso, la opinión general es que la singular y original historia de Expósito y sus compañeros de viaje está en nuestra poesía para quedarse .


Premio Ausiàs March al mejor libro del año (5 votos)


Julio Mas Alcaraz, El niño que bebió agua de brújula, Calambur

Unanimidad a la hora de valorar el poemario de Mas Alcaraz, un libro con un substrato narrativo que lo sitúa, en ocasiones, en el terreno de la poesía novela o de la poesía teatro. Varios son los aspectos a destacar. En primer lugar, de nuevo estamos ante un poeta con una imaginación portentosa, otro de los poetas con mayor imaginación de la poesía contemporánea, un autor capaz de crear imágenes en sitios insospechados, de hacernos ver lo que su mente puede ver, por muy extraño que resulte. Nunca, además, las imágenes son gratuitas. Todas tienen su motivo y su razón. En segundo lugar está su manejo del lenguaje. El poeta hace lo que quiere con él, lo adapta a cada situación dramática. Puede ser ortodoxo en su manejo de la sintaxis y romperla a su antojo, y siempre con un propósito y por una causa lógica. En tercer lugar habría que hablar de la hondura del poemario y de sus reflexiones. Cuando el poeta quiere mostrarnos el hundimiento del sujeto poético, nos arrastra hasta el mismo infierno y cuando quiere enseñarnos sus momentos de éxtasis nos transporta con él hasta la cima. De la misma manera que maneja el lenguaje, maneja al lector. Su capacidad de transmisión lírica es muy alta, incluso en los poemas más difíciles. Por el lado negativo, además de una extenuante lista de agradecimientos y una bendición apostólica al comienzo del libro que no hacía falta, quizá al poemario le sobran algunos pocos poemas que no están a la altura de la brillantez de la mayoría. Aunque se percibe el elevado nivel de autoexigencia, algo insólito en nuestras letras, el autor todavía puede dar más de sí teniendo en cuenta su talento, en especial en la exploración de ritmos poéticos nuevos para la poesía en español, algo que ya ensaya en este poemario y en algunas de sus traducciones. Seis años han pasado desde su primer libro, "Cría del ser humano", y varios libros traducidos. El saltoen calidad ha sido enorme. "El niño que bebió agua de brújula" es un puñetazo sobre la mesa de la lírica escrita en castellano, la poesía que imaginamos que se podía escribir en el siglo XXI y que apenas habíamos visto todavía. Con este libro el poeta se sitúa en un lugar destacado de la poesía con un libro que no tiene fecha de caducidad. El mayor reto para Mas Alcaraz será como continuar desde este libro, y si será capaz, reto difícil, de mantener la brillantez y el genio logrados.



Miembro 1º


Marta Agudo 28010
Deborah Anton Menos Amélie, más Clarissa Dalloway
Aureliano Cañadas Cuerpo celeste
Diego Doncel Porno Ficción
Berta García Faet Fresa y herida
Juan Andrés García Román La adoración
Robert Juan-Cantanela Los sonetos
Julio Mas Alcaraz El niño que bebió agua de brújula
Juan Antonio Marín Yo he vivivo en la Tierra
José María Millares Sall Krak
Esther Ramón Sales
Rafael Saravia Llorar lo alegre


Miembro 2º


Pilar Adón La hija del cazador
Juan Bello El futuro es un bosque que ya ardió…
Ramiro Gairin Pintar de azul los días laborables
Juan Andrés García Román La adoración
Juan Gelman El emperrado corazón amora
Robert Juan-Cantanela Los sonetos
Jesús Javier Lázaro Puebla El verano de los flamencos
Erika Martínez Cabrera Lenguaraz
Julio Mas Alcaraz El niño que bebió agua de brújula
Luis Muñiz Libro segundo
Federico Ocaña Desprendimientos
Lola Torres Bañuls Norte (Cercanías)


Miembro 3º


Juan Ramón Barat La brújula ciega
Marcos Canteli Es brizna
Diego Doncel Porno Ficción
José Luis Gómez Toré Claroscuro del bosque
Ana Hildalgo Hallar una hendidura
Luis María Marina Continuo mudar
Julio Mas Alcaraz El niño que bebió agua de brújula
Juan Antonio Marín Yo he vivivo en la Tierra
José María Millares Sall Krak
Luis Muñiz Libro segundo
Benito del Pliego & Pedro Nuñez Fábula
Teresa Soto Erosión en paisaje


Miembro 4º


Luis Bagué Quilez Página en construcción
David G. Borrero ¡(…)!
Eva Chinchilla Años abisinios
Diego Doncel Porno Ficción
Carlos Fernández López Vitral de voz
Juan Andrés García Román La adoración
José Luis Gómez Toré Claroscuro del bosque
Pilar González España Retráctiles
Juan González Soto Donde la semilla fue árbol
Clara Janés Peregrinaje
Julio Mas Alcaraz El niño que bebió agua de brújula
José Antonio Rodríguez Alva Peligroso asomarse al interior
Martín Rodríguez Gaona Códex de los poderes y los encantos


Miembro 5º


Marta Agudo 28010
Juan Bello El futuro es un bosque que ya ardió…
Eva Chinchilla Años abisinios
Diego Doncel Porno Ficción
Julio Espinosa Guerra Sintaxis asfalto
Juan Andrés García Román La adoración
José María Gómez Valero Los augurios
Félix Grande Libro de familia
Ana Hildalgo Hallar una hendidura
Julio Mas Alcaraz El niño que bebió agua de brújula
José Ramón Otero Roko La falta de lectura
Nicanor Vélez La vida que respira

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