
Hola amigos y amigas:
A veces tenemos la suerte de encontrarnos con libros que parece que hemos buscado durante toda una vida. Son esos libros que tratan la verdadera poesía, aquellos que se introducen en las entrañas, nos revuelven, y nos hacen ver con envidia la capacidad infinita del lenguaje. Son esos libros las razones por las que escribimos y leemos poesía. El libro en este caso se titula, ya hablaremos de esto, "Dignum est y otros poemas", lo escribe el Nobel Odysseas Elytis y traduce y dirige la edición Cristián Carandell. Publica Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.
La crítica la escribió Antonio Colinas en El Cultural, una crítica correcta sin más, y se puede encontrar aquí:
http://www.elcultural.es/HTML/20080724/letras/LETRAS23684.aspNo vemos conflictos serios de objetividad por ninguna de las partes.
Decíamos que hablaríamos del título porque es de la pocas cosas que no nos han gustado del libro. La elevada opinión de Cristián sobre el poemario
"Dignum est" hace que parezca que el resto del libro, resumido en "y otros poemas" no esté a la altura, cuando creemos no sólo que hay poemarios a la altura de éste sino que los hay mejores, aunque sean más cortos. La preferencia del traductor por este poemario hace que lo ponga además el primero rompiendo la normal continuidad temporal del libro. Por otra parte, puede hablarse de un buen prólogo, en general, y de una buena traducción por parte del traductor. Respecto al prólogo, y en línea con lo que dice Antonio en la crítica, no estamos de acuerdo en la apreciación que sobre el surrealismo hacen ambos. Sí hay escritura automática, pero dominada con una sutileza y un oficio muy brillantes.
Dado que el libro supera las seiscientas páginas, vamos a tratar de hacer una crítica resumida de lo que podría ser un ensayo de varios decenas de páginas sin apenas esforzarse.
Se abre el libro con el poemario "Dignum est" (1959), poemario que de manera excelente aúna lirismo, sensibilidad espiritual y mirada al mundo que nos rodea.
"Génesis" es la primera parte de este poemario y, para nosotros, la más lograda. Como se observará al leer, la propia forma de puntuación, o de ausencia de la misma, combinado con el uso de las mayúsculas, produce un polisemismo en el que vale la pena dejarse caer porque enriquece enormemente la lectura. El poema podríamos ubicarlo dentro de un misticismo de raíces clásicas que adopta nuevas formas gracias al peculiar lenguaje del poeta y a su capacidad visionaria, heredera directa del surrealismo.
"PORQUE las hojas giraban como los días
con anchas hojas de violeta en el reloj del jardín
Yo era la manecilla..."
Génesis constituye un hermoso canto al mundo y a la naturaleza.
La segunda parte del poemario se titula "Pasión". La guerra es el tema de fondo del poema, en el que el poeta muestra toda un arsenal de recursos técnicos, comenzando por el uso del poema en verso, en prosa, partido en el hemistiquio y separado por un asterisco, prosa "pura", etc. Y de cada uno de ellos se extrae poesía, por ejemplo de la prosa: "Entonces, escondidos en las vaguadas, reclinábamos la cabeza por el lado pesado, por el que no salen sueños." A esto se suceden cantos heroicos, como el poema IV, cantos al yo en donde resuena fuerte el eco de Whitman, e incluso cierto poso de nacionalismo helénico.
Destaca por su fuerza y profundidad, el poema XII:
"¡Ante los ojos un delfín traedme
que sea veloz y griego, y por hora las once!
Que a su paso la tabla del altar borre
y que cambie el sentido del martirio.
¡Que bulla su blanca espuma
ahogando al Buitre y Sacerdote!
..."
El lugar del poeta, en este mundo hostil y bélico es complicado: "Entonces el Poeta, sin un lugar de destierro donde lamentarse, vaciando la salud de la tormenta en su pecho abierto, regresará para colocarse entre las bellas ruinas."
La tercera parte, Gloria, es una loa, un canto ininterrumpido, de una enorme belleza, en donde el "Loado sea" se repite a intervalos irregulares hasta llegar al último:
"LOADA SEA la mano que regresa
del horrendo crimen y ahora sabe
cuál es en verdad el mundo superior
cuál el "ahora" y cual el "siempre" del mundo:
AHORA ahora la fiebre del mirto Ahora el grito de Mayo
SIEMPRE la suprema conciencia Siempre la luna llena
Ahora la alucinación y la mímica del sueño..."
A continuación el libro nos ofrece sus dos primeros poemarios. "Orientaciones" (1940), y "El sol primero"(1943). Lo que en posteriores poemas no serán sino pequeños excesos estéticos, en estos dos libros son la norma ("La diadema de la luna en la frente de la noche" en el primer libro; "En lo hondo de mi alma fondea una flota de estrellas", "Para que encienda con sus labios las amapolas" en el segundo), y constituyen, junto con otros dos libros rimados que sirvieron de canciones para varios cantantes griegos, lo peor con diferencia del libro. El estilo inicial del poeta es amanerado, las críticas recibidas por su retorcimiento bizantino en torno a las flores y otros lugares comunes mientras se desarrollaba la II Guerral Mundial acertadas, y la excusa del poeta de que ignoramos "la comunidad directa entre belleza y mundo ético", se queda en eso, en una excusa, en cuanto que la definición de belleza que nos ofrece en estos dos libros está gastada hasta la extenuación, salvo para algunos de nuestros poetas de ahora, y por tanto, no puede haber relación directa entre belleza y mundo ético, toda vez que la ética forma parte de la concepción individual de la misma. En definitiva, dos poemarios que podrían haberse resumido, o incluso olvidado, para dar entrada a otros poemarios que sí se han cortado a pesar de su mayor interés, como puede ser el caso de "Nautilus".
Para nosotros, el punto de inflexión no lo marca tanto "Dignum est" sino el siguiente poemario a "El sol primero": "Canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Albania" (1945), un poema en donde a pesar de que algunos versos siguen cayendo en los defectos antes marcados, se aprecia un cambio importante de estilo, cuya mejor expresión se encuentra en el poema número 4, que describe el cuerpo caído del subteniente:
"Yace sobre el capote chamuscado.
Siglos negros en torno a él
Ladran con esqueletos de perro al tremendo silencio..."
Aunque el poeta no logra todavía terminar de cerrar bien el poema, y así en su parte 14 de nuevo el nacionalismo griego sobrepasa lo lírico ("Los griegos en las tinieblas muestran el camino / LIBERTAD"), y también hay algún verso simplemente cursi, o si se prefiere, bizantino: "Escarcha de celestial belleza luce en sus cabellos"
Tras la escritura de "Dignum est" el poeta escribió dos pequeños poemarios que para este modesto grupo no sólo están en la cumbre de la poesía del poeta sino que están entre los mejores poemarios griegos de la historia. El primero se titula "Seis y un remordimientos por el cielo" (1960), el plural parece a propósito, y se abre con el magnífico poema"La autopsia":
"Un poco por debajo de la piel, la línea celeste del horizonte vivamente coloreada. Y abundantes restos glaucos en la sangre."
Destaca también el poema "El sueño de los valientes" que termina así: "Y el vaho que asciende de los valles, tienen que hacer como que no es dice humo, sino la nostalgia que se evapora por las grietas del sueño de los Valientes."
El segundo librito es "El árbol de la luz y la decimocuarta belleza" (1971) donde continua el tono lírico y surrealista, pero a un nivel todavía superior, con detalles de escritura automática perfectamente ensamblada, un ligero hermetismo, referencias culturalistas, y sobre todo, maravillosos poemas y versos. En el poema "Delos":
"De tal manera que pudiera brillar al fin en el te amo como brilla la luz en el llanto del recién nacido." Un verso que bien vale toda una carrera poética.
El poema "Odisea" también es digno de mención, aunque el cierre, "El árbol de la luz", especialmente en su segunda y tercera parte, es sobrecogedor. Como guiño a los lectores de este blog recogemos el verso final de este poemario:
"Ahora que ya nadie llora a los ruiseñores y todo el mundo escribe poemas."
El éxtasis lírico que nos producen estos dos libros se derrumba brutalmente con "Sol soliarca" (1971). El traductor nos dice que la lectura de Lorca fue fundamental pero lo cierto es que el poeta se aleja muchísimo de la capacidad lorquiana para la canción popular y el resultado de este libro son unos versos muy flojos, una rima igualmente poco brillante y unas canciones que ignoramos como sonarán musicalizadas pero que son de una calidad poética muy escasa.
Afortunadamente del mismo año es "El monograma", construido en base a múltiplos de 7, y en donde de nuevo vuelve el buen Odysseas, el mago, que empieza el poemario diciendo:
"Volveré hacia otro lado las líneas
De la palma de la mano, el Destino..."
El estilo, como ya había ocurrido en libros interiores, se hace más interior y reflexivo, y el poeta sigue cayendo, a veces, como si no pudiera evitarlo, en versos bizantinos, aunque de repente saca de su chistera un verso que nos ayuda a salvarnos en la poesía:
"¡El pescador que en su red hizo subir y volvió a arrojar a los tiempos el Paraíso!"
Theodorakis, se nos dice, ha popularizado muchas de las canciones de "Las erres del amor" (1972). Desgraciadamente, su lectura es muy similar a la de "Sol soliarca". Poemas muy flojos, de rima fácil.
Y es una pena porque el siguiente libro, "Los medio hermanos" (1974), podría haber tenido más espacio en la selección. Comienza con una "Oda a Picasso" que por momentos parece un encargo, pero en cuya segunda parte el poeta remonta y de qué manera, sobre todo cuando se olvida por completo de su herencia bizantina y se adentra en lo irracional que marca su cerebro. Los otros dos poemas seleccionados son todavía mejores, en especial "Villa Natacha", cuya última parte es un auténtico tratado de buena poesía.
"María Nefeli" (1978) es otra de las grandes joyas de este libro y marca de nuevo otra cumbre en la poesía del autor. Planteado a modo de litugia y diálogo entre María y un antifonista, el amor, la visión del mundo hasta llegar a lo político, todo se mezcla en las dos conversaciones con una sabiduría, un oficio y un talento impresionante. El apartado titulado "Apocalipsis" es especialmente brillante:
"Y es desde entonces creo - el mismo mar
que viniendo a mi sueño roía la dura piedra
y abría el vasto espacio. Palabras que aprendí
como verdes pasos de peces
trazados con una tiza azul..."
La yuxtaposición, la compleja sintaxis, todo colabora a crear un mundo dentro del propio poema que se adapta perfectamente a su mensaje.
Nos quedamos con otro verso de antología: "Llené el amor de cruces."
"Tres poemas con bandera de oportunidad" (1982), posterior ya a la obtención del Nobel, nos muestra a un poeta sabio, con una visión muy clara de lo que ocurre en el mundo, a la vez que una interesante ironía y una reflexión muy lúcida:
"si alguno de vosotros cometió un pecado
tiene que ser Dios"
"Diario de un abril invisible" (1984) es como su nombre indica, una especie de diario, pero de nuevo marcado por el tremendo lirismo que Elytis consigue imprimir a sus versos. Lo que en otros podría ser una cursilería tremenda apenas cambiada la frase, él lo convierte en algo sublime, mezcla de verso y prosa poética, con ese barniz de mago que el poeta sabe imprimir a sus versos:
"Salí por nuevas heridas
que navegaron como nenúfares sobre las viejas"
"El pequeño nautilo" (1985) es otro de los poemarios que nos habría gustado ver en mayor medida, toda vez que el poeta se encuentra en plena madurez pero con sus sentidos poéticos funcionando a la perfección. Destaca la serie de "Perfumar lo excelente", esencialista y maravillosa en ese viaje en donde el poeta dice que "En ninguna parte sentí mi vida tan justificada como sobre el puente de una nave."
Las "Elegías de Oxópetra" nos muestran a un poeta ya más preocupado por la muerte, a la que comienza a ver cercana:
"Ahora, en la barca que dondequiera que subas llegará vacía..."
Son reflexiones líricas sobre la muerte, "la pallida morte", con poemas brillantes como su presentación anticipada, "El postremo de los sábados", y especialmente "El verbo oscuro". Qué se requerirá para hacer contrapeso al vacío que dejamos, se pregunta el poeta. ¿Qué?
El penúltimo poemario, "Al oeste del dolor" (1995) no ahonda tanto en la muerte sino en la reflexión de temas más variados, la posibilidad del optimismo en el canto a su mujer, cuando dice, otra vez de manera antológica:
"...Algo gris
Que una sola gota de limón despeja..."
O el mito de Endimión, retomado: "Entre los mil sueños uno resulta ser el del despertar pero para siempre."
El libro final, "De cerca" (1998), no tiene la consistencia de poemarios anteriores. Se notan una nueva recaída bizantina en algunos versos y eso sí, un hermetismo no forzado, que contribuye al crecimiento del poema. Termina Elytis el libro, y nosotros nuestras citas, con los últimos versos:
"Sí, en un sentido moriremos todos nosotros. Y sin embargo continuaremos teniendo la misma materia que la continua e interminable aurora."
Estamos antes un libro mayor de un poeta extraordinario. Nuestra valoración del libro se olvida de esos primeros poemarios sin voz propia y también de los dos poemarios de canciones rimadas para centrarse en el hecho de que la mayoría de poemas y libros de Odysseas son hitos de la poesía del siglo XX. Poesía concentrada y a la vez extasiada de un hombre dotado por los dioses para la poesía, que se atreve a ser vanguardista de manera natural y cambia por completo la orientación de la tradición helenística dándole un giro del que, nuestros culturalistas, incluido quien escribe la crítica en El Cultural, podrían haber aprendido algo en vez de quedarse en el insufrible bizantinismo. Un gran poeta, sin duda. Un libro muy recomendable.
Valoración del libro "Dignum est y otros poemas": 9 / 10