sábado, 17 de abril de 2010

"Los archivos griegos", de Blanca Andreu


Hola a todas y todos:

Nos llamó la atención recientemente un lector con un correo a nuestro buzón. En él nos señalaba como en el suplemento cultural ABCD de las Letras del diario ABC, una primera reseña no muy positiva del libro de Blanca Andreu escrita por José Luis García Martín, tampoco es que fuera negativa, había sido corregida por una nueva reseña del mismo libro, escrita esta vez por ese amigo de todos y crítico con nada apellidado Jambrina. Nos sorprendió la noticia pero luego recordamos que el libro está publicado por una editorial que pertenece al grupo Planeta. Y en un país de pelotas, miserias económicas y aduladores, ¿cómo se iba a permitir un suplemento que alguien diera un poco de caña a un libro del imperio planetudo que, por cierto, acaba de comprar el 50% de Círculo de Lectores? Nos sorprende que García Martín no haya dicho nada y que el resto de sus compañeros hayan callado de esa forma. Claro que uno de ellos, el todopoderoso García-Posada, es miembro del consejo de la colección de Vandalia, donde se publica el libro.

Tampoco anda muy lejos El Cultural. Díaz de Castro es otro crítico de gustos muy conservadores y su poesía es extraordinariamente antigua y arcaica. Quizás por eso tenga las narices de decir que este es el mejor libro de Andreu en una reseña que es una de las peores del año.

"Los archivos griegos " se dividen en seis partes, la primera de las cuales lleva el mismo título que el poemario. Comienza con un primer poema, "Oda a los perros de Atenas". El verso es largo, sin llegar aquí al versículo, y el tono es eminentemente elegíaco y simbólico, a la vez que culturalista y narrativo. Alguna imagen waltdisneysca, los perros bajando de los frisos, y un tono general que, pretendido o no, suena igual de antiguo que las ruinas de las que bajan los perros-dioses de la leyenda. En "Mar griego", el poema siguiente, el tono es muy similar en forma y fondo, incluyendo su final recortado y aireado. La poeta usa tres comparaciones en el mismo poema, a cada cual peor: "Estaba triste como un traje manchado por los gorriones." La voluntad de conservadurismo poético, de sonar viejo sobre lo que ya suena viejo, es muy notable. Parece como si estuviéramos leyendo un libro escrito a comienzos de los años 80, una mala imitación de un Luis Antonio de Villena en sus peores momentos.

Hay un afán de asentamiento en el clasicismo, sin ninguna voluntad revisionista o irónica, que asombra. Si en el segundo poema las islas cimbrean, o en el primero aparece el perro esbelto como una gacela y "majestuoso como la Acrópolis", no nos extraña encontrar "se diría una herida hecha en el muro" en el tercer poema, mucho más breve que los anteriores, pero no menos relamido.

El monólogo interior en "La copa blanca", la breve elegía a Juan Benet en "A un ciprés de la Acrópolis", con la adolescente comparación ciprés vs. persona alta, las "lágrimas de dríade" en "Doradas lágrimas", la cursilería extremista en "En Lefkes", donde los pétalos del crepúsculo se abren sobre el mar "como una enorme y sorprendida rosa", todo el conjunto de esta primera parte es sorprendentemente neoclásico y culturalista en su léxico y en la forma de entender la retórica. La voluntad es de recreación en la comparación más gastada y terrible. El corazón es ahora "de terciopelo" y sólo nos queda esperar que el resto del libro cambie porque, sin quererlo, estos poemas parecen una parodia, o lo que es peor, una broma pesada.

La segunda parte lleva por título "Opus nigrum" y viene precedida por una cita del Mio Cid. Los poemas de esta sección son más heterodoxos. De un patetismo exacerbado se podría calificar el poema "Muy lentamente sobre ti", poema sobre el tiempo en el que la acumulación de metáforas que tratan de definirlo llega al paroxismo de la retropoesía, en una imitación de los peores poetas del barroco. El tiempo aquí es cinta constante que se enarbola vestido de oro y camadas de estrellas, "matemática joya", "catedral de los días", "templo de las acciones"...A continuación un poema sobre Irak y una "Primera Conclusión", que nos retrotrae en cierta manera a la primera Andreu, sin la brillantez de aquella, repetida ahora, aunque con cierta fuerza, que queda algo deslavazada entre tanto poema débil y monótono. El poema posterior, un poema amoroso de verso corto, es otro buen poema, como lo es el siguiente, "Contra faraón": "con tus oscuras patrañas negras como el terciopelo de un prestamista". Desafortunadamente, la llamada de Grecia es demasiado poderosa y termina con un poema a Aquiles, que sin llegar al patetismo de los primeros poemas, no aporta nada a esta segunda parte, deslavazada pero sustancialmente la mejor del libro.

"Dos poemas del monasterio de la luz" es el título de la tercera parte, con un primer poema breve, supuesto homenaje a Shakespeare que se queda en un simbolismo caduco y vacío. El segundo poema, "Negro espiritual", abunda en un problema que destacamos en la primera parte: la exagerada carga de comparaciones, y la nula originalidad de las mismas destrozan por completo al poema. Sólo en la primera estrofa hay seis comparaciones, algunas de esta índole: "las esperanzas volaron en bandadas como legiones de codornices". El arcángel de Medellín está asfixiado ante tanta acumulación retórica, que también incluye una buena ración metafórica ("mientras la luna latía en lo alto del cielo del pentagrama") convenientemente edulcorada.

La parte siguiente tiene el inquietante título de "Pazo de las golondrinas", y efectivamente, en cada uno de los poemas aparecen aves aunque no sean siempre golondrinas. Son poemas breves, casi todos ubicados en un entorno pastoral y bucólico, con cierto aire elegíaco, como en "Ecos", donde el cliché comienza el poema: "Miro por la ventana de mi infancia". La repetición de temática y forma, en "Es extraño": "Hay mañanas de julio que vuelan / como partituras / como invisibles golondrinas...". La variedad está en la especie de aves: "Dos pavos reales abren en el boj / sus corolas azules igual que lunas griegas", lo cual debe servir como enlace al substrato helenista del libro. Sólo un poema se salva de este horror golondrino: "Proezas". En él Andreu se baja del limbo ateniense, normaliza el lenguaje, y sitúa a su padre en un nido, con ironía inteligente, "con chaleco y bigote".

Con el título de "Marinas" Blanca agrupa un conjunto de poemas con el tema de mar como fondo. El primer poema ya nos indica lo que sospechábamos hace tiempo: que el tono general del poemario no sólo es neoclásico sino también neobarroco. Y decimos neo únicamente porque está escrito en el siglo XXI. Y decimos barroco por: "a qué prado / donde pacen / sirenas". Cuál será nuestra sorpresa ante el título del segundo poema: "Como un pastor de Garcilaso". Junto con la primera parte, ésta es la segunda gran sima del poemario. Es realmente alucinante que alguien, sea quien sea, acepte la publicación de estos versos tan rematadamente malos. El recurso de escribir un título y describir metafóricamente el mismo difícilmente puede ser hecho con peor oficio y menor originalidad. Un ejemplo:

Espuma

Gacela blanca
vuelas
sobre el arco de la ola
como un inacabable lirio blanco
o una rosa
de sal
interminable.

Entre niños días que tocan la siringa, "salados rebaños que coronan las olas", mugidos celestes y demás versos-pesadilla, terminamos con toda la rapidez posible esta parte del libro que tanto huele a algas reposadas en la orilla.

"Del otro reino" es el título de la última parte del libro. Todavía conmocionados por las marinas, los tres poemas están precedidos de una cita de Rubén Darío. Comienza con un poema titulado "El cisne negro de Granada". Se trata de un cisne cuyo cuello se dobla "como una rama al viento de la tarde", con "la quilla de su pecho de mojado azabache". El cisne le cuenta su dolor al sujeto poético-poeta, y es probablemente su dolor el tener que escuchar semejantes versos que se acercan o pasan la definición de ripio. Los dos últimos poemas, sin llegar a la bajura del cisne negro, no andan demasiado lejos.

Está claro que el director de colección y el consejo asesor de la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara no son precisamente postmodernistas. Pero si están buscando algo plenamente conservador, por favor, que elijan un libro digno de ese nombre, no esta colección lamentable de lugares comunes, poemitas y malas imitaciones que reflejan como una poeta puede entrar en declive literario y que ese declive parezca que no tiene fin. Con estos críticos en primera línea de los medios, con estas editoriales poderosas publicando libros tan malos, y con poetas avanzando hacia atrás con una sonrisa en la boca no vamos a ningún sitio.

Valoración del libro "Los archivos griegos": 1 / 10

68 comentarios:

Rafael dijo...

Os agradezco la crítica, divertida, como siempre, auténtica reseña con el cuchillo entre los dientes (como tiene que ser); pero he de confesar que esta "Espuma" que habéis transcrito no me desagrada en absoluto. No digo que vaya a correr a comprar el libro; pero creo que si me lo tropiezo sí que le echaré un vistazo. Esta claro que sobre gustos no hay nada escrito (o mucho, que viene a ser lo mismo). Saludos.

Anónimo dijo...

Pues nada, que te conserven el gusto por los siglos de los siglos, amén, Rafael. ¿O debo decir Raphael?

El premio de la asociación de críticos para Ferrer Lerín&Tusquets, y el de novela para Alfaguara&Neuman. Huele a psoeismo que marea. Alfaguara-Neuman-ElPaís. Y el de poesía, menos malo que el de novela es verdad, a la editorial de la burguesía socialista catalana. Y para que nadie se quede descontento se premia a Ferrer Lerín que, ¿quién adivina en que otra editorial muy cercana a Moncloa va a publicar su poesía reunida? ¿Una editorial que ha pasado de ser la editorial oficiosa del gobierno extremeño a la editora oficiosa del central? Se admiten apuestas en Bwin.

Todo muy políticamente correcto y apestoso.

Gracias por estar ahí.

ana dijo...

Apuesto algo a que la presencia de Prieto de Paula, y su próximo libro antología en esa editorial oficiosa del gobierno extremeño, a la vez que mestriana, tiene también algo que ver en todo esto.

Aunque peor hubiera sido dárselo a otra editorial igual de conectada con el gobierno pero con peores libros, sí, esa en la que ahora se recogen el pelo después de decir que se lo iban a cortar en otra antología absurda de mujeres, en la que lo importante, como casi todo lo que hace este señor, es el marketing.

El libro de Ferrer es un buen libro, al menos, y así creo que lo recogió este blog también. Eso sí, si lo publica en una editorial menor, y sin el próximo libro a las puertas en una de las editoriales gubernamentales, no gana ni de coña.

Addison de Witt dijo...

Gracias anónimo. Ha habido flagelamiento al responsable.

colorprimario dijo...

Me va a caer la de dios, pero tengo que dar parte de razón a Rafael. La mayoría de las imágenes son malas, pero creo que algunas no tanto. Yo, personalmente, no llegara a comprarlo, cierto. Solo digo que la imagen completa que transcribis en verso, no me he parecido ni mala ni buena. Correctita, eso es todo. El efecto del final no me conmueve, dios me libre, pero como juego (no sé si ritmico, de ingenio o qué) podría digerirlo sin demasiado problema. Otra cosa es que le exigamos a la poesía que nos llene o nos encuentre en mitad de la noche, con la palabra repitiendo la impostura de nuestros sueños. Desde ese punto de vista ni este, ni la mayoría de libros que se editan en este extraño país de sinsorgos, daría la talla ante nuestras, por otro lado comprensibles, expectativas en cuanto a lo poético.

Por último, y otra vez a riesgo de que me devoren los cien cincuenta y cuatro perros de Atenas -es coña-, diré que sin haber seguido de cerca a García Martín, me consta, por gente que sí lo conoce, que es un crítico honesto, y así lo ha demostrado. No sé si la crítica que hacéis al respecto también le afecta a él. Pero creo que, en ese caso, también habría que valorar la misma política editorial de los medios en los que publica sus críticas, opiniones o lo que se tercie. O, siendo más prosáicos, que el hombre haya llegado hasta donde haya podido, y ya no más, madre, ya no más...

Un abrazo... Y hala: haced de mi la espiga que se repliegue contra el viento, o lo que sea.


D.

Anónimo dijo...

Pues eso, chicos, qúe qué pensáis del fallo según estos finalistas?:
http://www.larazon.es/noticia/5628-munoz-molina-neuman-carnero-y-millares-candidatos-al-premio-de-la-critica

joan dijo...

Es triste ver un declive poético de esta magnitud y más triste aún que la crítica plegada al dinero de Planeta sea tan babosa y condescendiente.

El poemita señalado está ripiado de principio a fin y podría haber sido escrito por un cuarta fila de hace 350 años. La poesía buena no es cuestión de gustos, al igual que la pintura o cualquier otro arte. Todos los versos presentados dan vergüenza ajena.

En realidad, como señaláis, parece una broma, pero conociendo lo seria que se toma a sí misma la poeta, sólo cabe esperar que el silencio poético hasta su próximo libro sea todavía más largo, y que los pelotacríticos abandonen algún día los suplementos.

anonimito dijo...

Me permito opinar como alguien que ha leído el libro entero. Creo que hay algunos versos, algún poema, que se salva. Sin embargo, un libro es una construcción, una operación de montaje, y debe funcionar como un todo, o al menos respirar o respirarnos. Y aquí es donde el efecto acumulativo de toda esa retórica gastada, de tanto manido cliché, cortocircuita las expectativas del lector más paciente y generoso. Al acabar la última página acabas exhausto, encenagado; el libro podría haber sido un chiste posmoderno, encargado de poner en solfa los mecanismos aclimatación estética de ciertos discursos apolillados, pero no hay en él asomo de ironía y sí una autoconciencia contemplativa, trascendente y resuelta en una perfecta vacuidad y un atroz conservadurismo poético. Una involución fulminante e inexplicable. Apoteosis kitsch y nula inmersión en los abismos del lenguaje (en el sentido de proponer tensiones, fracturas, grietas en el acontecer y en la palabra).

Que un medio de comunicación "rectifique" una crítica con algunos elementos negativos (no era demoledora, pero sí aludía, por ejemplo, a cómo el libro "no siempre logra evitar la imagen convencional") por otra perfectamente hagiográfica significa una falta total de ética periodística, la sumisión a directrices impuestas desde la sombra. Insólito, en todo caso.

helena dijo...

Andreu tiene derecho a escribir una poesía conservadora, poesía que por otra parte ocupa la mayoría de libros publicados en España. Eso es obvio como lo es el derecho a la crítica.

El problema es que casi toda la poesía conservadora que se publica, e incluyo el libro de Andreu, es meramente imitativa. No consigue ofrecer nada nuevo sobre lo que ya escribió la primera y segunda fila de escritores en nuestro barroco y en nuestro modernismo. Si tanto les gustan esas herramientas métricas y retóricas, podrían incluir nuevos discursos en ellas. De lo contrario, todo es una mera repetición, dar vueltas en torno a un cisne que en realidad lleva disecado más de un siglo.

Si la primera línea de la crítica en España estuviera formada por poetas de verdad y no por poetastros y versificadores, todo podría ser diferente o al menos más plural. Mientras ese cambio no llegue, y parece difícil en una institución tan colegiada como amiga del poder y el clientelismo, no podremos hacer nada.

Es como si la crítica gastronómica se dedicara a promocionar los mesones castellanos y las cadenas de franquicias. En eso estamos.

rstd dijo...

Qué manía: “Si la primera línea de la crítica en España estuviera formada por poetas de verdad y no por poetastros y versificadores”. ¿Pero es que los críticos de poesía tienen que ser poetas? Hay casos pero son muy pocos los buenos poetas que hayan sido o sean al mismo tiempo buenos críticos de poesía, la mayoría de las veces no son capaces de separar su propio proceso creativo con la crítica a otros autores con una poética diferente cayendo en la cerrazón. Por lo mismo un mal poeta puede ser un crítico magnífico. Otra cosa son esos textos que aparecen en los suplementos “culturales” que se presentan como críticas pero que es marketing.

No he leído el libro de Blanca ni lo leeré. La vi recitar unos cuantos poemas de este archivo griego hace un par de años y fue tediosísimo, parecía la alumna destacada de un taller de poesía de barrio, con unas pocas más lecturas. Pero es que Blanca tiene un muy buen primer libro y poco más, ya Capitán Elphistone es totalmente irrelevante, y de ahí a peor. Esa vertiente mística que intenta desarrollar no le funciona, parece que se hubiese empachado de Elytis o Quasimodo y se dedicase a mal emularlos sin saber qué hacer realmente.

Y hablando de poesía, la editorial Sequitur ha publicado hace poco “El problema de la habitación, algunos aspectos” de Ruy Belo, no es de sus mejores libros pero siempre es una alegría que se publique a este magnífico poeta en español, léanlo, lean poesía de verdad.

hansel dijo...

Es descorazonador leer tanta poesía mala y que el establishment crítico se sienta tan cómodo en ella. Es un sistema que se retroalimenta y que impide una salida clara.

Es cierto que un buen poeta no hace a un buen crítico, pero veo complicado ser un buen crítico siendo un pésimo poeta, gdsm. No descarto que existan casos pero si ser un buen poeta no es garantía de ser buen crítico, ser mal poeta sí dificulta un buen análisis crítico.

No sé cómo estará la sección de secretos de poesía pero necesitamos alguna novedad buena que no sea una traducción.

Anónimo dijo...

He oído varias veces que aquel muy buen primer libro de esta poeta era sospechosamente umbraliano ...

Anónimo dijo...

Lamento estar casi por completo de acuerdo con la crítica de AWitt sobre este libro de Andréu. Más que malo, y además de eso, es que no está a la altura de lo que se podía esperar de la mejor poeta de nuestro reciente pasado. Insisto en que Mestre, hoy Mestre and factory, bebe y sigue bebiendo de aquella niña de provincias.
La poesía es un fenómeno extraño, vital,"contaminado" por la vida y por ahí pueden estar las explicaciones para Los archivos griegos. Aún con sus desgastadas imágenes, su lenguaje cercano a la experiencia corriente, sus lugares comunes, creo que puede salvarse por el ritmo, aunque la "letra" o mejor dicho "la letra" sea prescindible, molesta.
Alguien recomendó a un poeta luso, Ruy Belo, y con gran interés fui a buscarlo en la red, pues no lo conocía, y gran descontento también me produjo, me parecen reflexiones de mesa "camillera", pseudoaforismos, prosa cortada en renglones, aburridísimo. No sé si es culpa de la traducción.
Tristemente reconozco que nuestro Rimbaud-Andreu, ha durado lo que duran los Rimbaud, y quizás a ellos, haya que no pedirles más, y sólo disfrutar y agradecer lo que nos dieron: instantes, destellos. Ni los Marzal, Brines, Colinas, y toa la parentela de los Visores, Tusquetes y no sé cuantos pringues más han conseguido con sus kilos de libros "cuidadosamente editados"
abrir un sólo verso como abrió Blanca. Qué se le va a hacer sino archivar Los archivos, como si no hubieran sido publicados y esperar a que se produzca otro milagro.
Un saludo

negro dijo...

Anónimo, Blanca no inventó el post-surrealismo. Mestre bebe de otras fuentes, que pueden ser comunes a las que bebía Blanca en aquella época, pero no veo esa interconexión entre ellos. De hecho, la singularidad de "Una niña de provincias..." en la obra de Andreu, un libro que nada tiene que ver con el resto de su poesía, podría indicar lo contrario si cuadraran las fechas.

Yo creo que la pregunta debería ser por qué un libro tan especial como aquel no tuvo continuación y Andreu se ha ido enrocando en una posición que parece ya no tener salida. La leyenda urbana sobre el papel de Umbral no me la creo. No he leído toda la producción de Umbral pero sus novelas no tienen nada que ver con el estilo de Andreu en aquel libro, que por otra parte fue durísimamente críticado por buena parte de la crítica oficialista, y por compañeros. Ahora, con un libro infinitamente peor, esa crítica alaba su trabajo y Felipe Benítez Reyes, que fue el más duro, ya no abre la boca porque sabe que Andreu ya no supone una amenaza de genialidad poética para su entorno. Es el mundo al revés.

Anónimo dijo...

Todo se explica cuando en la web de la poeta se puede leer que es juancarlista, verdadera definición intelectual a la altura del presidente del El Cultural, que sin duda puso a uno de sus críticos más zalameros al servicio de una aliada de su majestad, como explicaría también la reseña correctora en ABC. Para un poeta monárquico que tenemos, hay que cuidarlo.

Anónimo dijo...

Antonio Mochón, cómo no.

José Antonio Fernández dijo...

Pues yo sigo comprando y disfrutando, recalco, disfrutando los libros de Blanca Andreu. A quién no le guste con no leer el libro, problema resuelto, así de facil.
Un saludo discrepante del resto.

Addison de Witt dijo...

Nos ha llegado un email de Calambur que nos ha hecho bastante gracia, la verdad. Lo decimos por el anónimo de Granada que envió el comentario soterrado sobre la editorial.

Calambur no va a editar la poesía de Ferrer Lerín. ¡¡¡Van a editar cuatro libros reunidos de Méndez Ferrín!!! Perdón al anónimo, que sin duda lo dijo con toda la buena voluntad, pero gracias por estos momentos de risa que nos has regalado involuntariamente. Qué bueno. Y qué sería de la poesía sin estas confusiones tan tiernas.

Y perdón por la intromisión en los comentarios pero hemos creído conveniente desfacer el entuerto.

Savonarola dijo...

José Antonio, por mucho que "recalques", el libro de esta poeta amiga de la corona no va a ser mejor. Más bien nos habla de tu pésimo gusto como lector, perdona que te lo diga. Te puede gustar o no la primera Blanca Andreu, pero ahí sí hizo cosas de interés, cosa que parece más o menos "objetiva". Lo de ahora es sencillamente infumable y quien diga que es bueno debería revisar sus criterios como lector. Es un libro "objetivamente" desastroso, una calamidad, y sólo el no tener cerca a alguien con criterio que la haya disuadido puede haber llevado a la autora a publicarlo, porque ella demuestra una absoluta falta de autocrítica, y sí complacencia y presunción.

Anónimo dijo...

Pues es una pena que Calambur no tuviera ese peso en el premio de los críticos porque habría ganado Millares Sall, que ha sido finalista. Pero claro, un tío del que han pasado olímpicamente, y de manera vil y rastrera, todos los suplementos guturales no podía salir. Habría sido un reconocimiento del estado de Babia en que viven críticos y directores de suplementos. Por eso, Millares no podía ganar. Tenía que ganar Tusquets, porque la banca, sea el juego que sea, siempre gana.

jordi dijo...

El oficialista El País y el más que oficialista Javier Rodríguez Marcos han tranquilizado a las hordas revolucionarias con una entrevista a Pacheco:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Dedicare/dinero/Premio/Cervantes/gastos/hospital/elpepucul/20100420elpepucul_4/Tes

En la entrevista muestra acordarse perfectamente de que escribió:

"Ya somos todo aquello / contra lo que luchamos a los veinte años"

Se acuerda pero le importa un rábano. Aunque añade que nunca satanizó los premios literarios, algo que era evidente después de recibir el patético Reina Sofía. En realidad quería decir que le gustan más los premios que al famoso tonto del lápiz que tanto se cita aquí. Veo difícil que estos premios se den algún día a un poeta indígena, por ejemplo, o alguien que se haya cagado en los españoles y en su monarquía por el genocidio llevado a cabo, salvo que esté muy alejado de sus raíces.

Después de decir que le tocan los 15 minutos de fama de Andy Warhol y lamentar que le llegan tarde, muestra una sensibilidad propia de las cortezas más ásperas de los árboles con una clase de niños en la que estuvo.

En fin, el poeta queda retratado perfectamente. Si siempre me ha parecido un poeta del montón, hay decenas de poetas mucho mejores sólo en Méjico, hoy me ha parecido un hombre del montón. Que disfrute de la pasta que entre todos los españoles le damos pero que le entrega el heredero de Franco y a por el siguiente poeta mueble, por favor. Y con la triada de poetas periodista Javier Rodríguez Marcos, Antonio Lucas e Ignacio Elguero, lo políticamente correcto esta asegurado en la más marginal de las artes. Dios salve al rey.

Anónimo dijo...

(Me pongo entre paréntesis para no interrumpir, para no pasar de la acotación: ¿os podría sugerir, en nombre de los miopes de España, que utilicéis un cuerpo de letra un puntín mayor y un fondo clarito? Vuestro blog es de lo más interesante que hay por aquí y normalmente a mitad de post ya veo rayos C)

Anónimo dijo...

(Gracias, que publiqué demasiado rápido y se me olvidó)

Anónimo dijo...

Vaya colección de versos de aficionado. Y ahora está descubriendo los sonetos de Shakespeare. Dentro de poco llegará a Virgilio y con un poco de mala suerte acabará haciendo imitaciones en latín. Lo único bueno es que a lo mejor tarda otros ocho años en publicar.

Lo que describes, Jordi, con toda razón, parece una broma pesada. Yo creo que es mejor no hacerse viejo, porque ver la manera en la que uno acaba siendo no sólo lo contrario de lo que rechazó sino algo todavía más patético en su aceptación y flexión al poder más evidente, el político y el monetario, es triste de cojones.

Anónimo dijo...

No seaís tan duros, y dejad que nuestros héroes mueran por exceso. Recordad los versos más nobles y moved las piernas tras la belleza de estos versos. Ya sé que la vida dura sólo un instante. Que perecemos. Que somos un punto de luz. Que el universo se expande y que la lucha de clases dice quién corta el bacalao de la futura explosión, cuando seamos una enana blanca. Repito moved las piernas tras estos versos, corred, encontrad un velo helado cayendo sobre un pomo ardiendo.

Amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.

Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra Alejandría,
ni escribir cartas para Rilke el poeta.

-Blanca Andreu, de su primer libro de poesías, "De una niña de provincias que se vino a vivir a un Chagall" (1979).

Tomás Rivero.

zenobia dijo...

Qué tribu más poco coherente la de los poetas. Escriben una cosa pero luego actúan de una manera muy distinta, casi siempre arrastrados por un ego enorme.

Realmente somos un grupúsculo peligroso.

Gracias por la crítica y por estar ahí.

Anónimo dijo...

El poeta seguirá siendo siempre un fingidor

joan dijo...

Qué suerte tienes de que tus pomos ardan, Tomás. Los míos sólo manchan.

Hacía tiempo que no volvía a esa niña de provincias y va a tener razón por una vez Benítez Reyes en las durísimas palabras que le dedicó. Entre bocas de vitriolo, cicuta jónica, agua de guadaña y palomas que habitan la palabra, muero por exceso, efectivamente.

Me imagino que, como buena juancarlista, Blanca estará muy afligida por la muerte de quien fue falangista y hombre muy cercano a Franco Juan Antonio Samaranch. La prensa conmovida ante tamaño dolor. Ohhhh...qué pérdida tan irreparable. ¿Para cuando la memoria por ley?

Anónimo dijo...

Fíjate Joan, que si Benítez Reyes dice que algo es malo, yo entonces me digo, pues entonces hay que leerlo porque será bueno, y viceversa, es decir que si a FBReyes, le parece soberbio, entonces ni lo leo. Reúne FBReyes en sí, la circunstancia doble: pésimo poeta y pésimo crítico, que no siempre van tan unidas ni tan claramente.Si hubiera tenido que hacer la crítica de Poeta en Nueva York, Benítez Reyes es casi seguro que diría: esas cosas no hay quien las entienda y son excesivas y delirantes y fuera de la realidad, como los pomos ardientes, más o menos
Ahora bien, lo que tiene delito de verdad, y lo que no le perdono a Andréu es que sea juancarlista, ni siquiera monárquica, juancarlista, pero en fin cada uno tiene derecho a ser y a decirlo públicamente, pero a mí no me suena bien, mejor dicho me repugna, aunque no hubiese venido de Franco, me repugna.
saludos

Anónimo dijo...

Sigo sin encontrar relación entre las palabras (monarquia, república,..) y la Poesía.

Anónimo dijo...

Intervengo poco en este mundo de poetas, que no de poesía. Veréis que intervengo poco en este interesante blog de los Addison. Leo, os sigo, sonrío, pero intervengo poco. Y una cosa, como Don Nicanor Parra, tengo clara: que la carne se llena de gusanos. Empeñados en ser diferentes para ser únicos, llámese Joan o Anónimo, estoy o estamos rodeados de sombras, que jamás pondrán su cara, bien parecida o cúbica, bajo una pintada en los muros de las fábricas. Soy un viejo lobo que me bebí la sangre de los míos asesinados por la dictadura franquista, para que su recuerdo permaneciera imborrable en mis venas y mi frente. Sí, esquivé las balas. Y algunos amigos míos, dejaron su rabia en los asfaltos, asesinados por pistoleros fascistas o "agentes del orden", del orden burgués; en una transición de pactos, donde los míos pusieron sobre la mesa la firma de sus cadáveres: alrededor de noventa asesinados entre los años 74-79.
La poesía es un arma. La poesía es un arma para evitar traspasar la línea fina e invisible del pequeño burgués. A veces también es un perfume para escotes provocadores, ingles intactas, o sueños de celofán. No tengo pedigrí. Soy un poeta “representante” de la poesía de la ignorancia, de la rama de los inservibles. Palabras y palabras que no justificaran el desatino / de enlazar día tras día versos chorreando miedo, dijo mi poeta amigo J.Quintana, que no aparece en los estantes. Por todo lo cual: Cultivo un piojo en mi corbata / Y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles. Parra de nuevo. La barca del amor se estrelló contra la vida cotidiana. V. Mayakovsky. Los pomos de las puertas, el perfil de Magritte, los sueños de Trotsky. Los poetas, los locos: ángeles caídos, un día su vuelo fue fuego. Cito para no desfallecer, para recordar que agradezco un recuerdo. Para saber quién soy. Mi nombre, se cubrirá de hiedras.
Regresamos al pañuelo helado. A los altares. A las penumbras.

Tomás Rivero.

Anónimo dijo...

Estamos mal acostumbrados. Quizás embrutecidos por el entorno. Cuando oímos de un mal poeta que algo es malo, automáticamente suponemos que es bueno, obviando la posibilidad de que eso malo sea doblemente malo (un mal poeta puede tener razón, aunque sea a veces y en lo malo; en lo bueno ya sería más dudoso). Me gustaría pedirle a Joan la referencia (¿dónde puedo encontrarlo? En internet, por mi torpeza, no lo encuentro) de la crítica que le hizo Felipe a Blanca. Quisiera ver si se podría extrapolar esta crítica a este nuevo poemario de Blanca. Le estaría muy agradecido.

Anónimo dijo...

Se ve que estamos embrutecidos por el entorno. Cuando un poeta malo dice que algo es malo, casi automáticamente lo suponemos bueno, obviando la posibilidad de que sea doblemente malo.

Me gustaría pedirle a Joan (o al que lo sepa, debido a mi torpeza en esto de internet, es que no la encuentro) la referencia de la crítica que le hace Felipe a Blanca de su primer poemario, por si pudiera extrapolar lo que dice en dicha crítica a éste nuevo. Si no es mucho pedir y si me puede facilitar la dirección de dicha crítica, le estaría muy agradecido.

Sobre su majestad el Rey, hasta que no lea sus versos no opino. Como persona no lo conozco, y lo que es mejor, él a mí tampoco me conoce.

Anónimo dijo...

yo tampoco sé a santo de qué un poeta, en su página de poesía, se declara juancarlista, para mí no tiene relación ninguna;en mi personal parecer eso no me gusta. No es ningún delito, por tanto puede declararse libremente, tan libremente como yo puedo declarar que no me gusta la monarquía en general, y ésta, la nuestra en particular, como tampoco me gusta Berlusconi ni los pomos sucios, ni Felipe Benítez Reyes.
Un saludo

joan dijo...

La referencia clásica a la critica de Andreu por parte de Benítez Reyes es la siguiente:

BENÍTEZ REYES, Felipe (1984), “Blanca Andreu. Báculo de Babel”. Jerez de la Frontera: Revista Fin de siglo, n.° 8:

"“palabrería confusa, ingenuas ingeniosidades léxicas, asociaciones caprichosas de novicia algo torpona -y tardía- del surrealismo”

José Luis García Martín, otro pésimo poeta y antólogo, fue también especialmente cruel y me cuadra que ahora que Blanca escribe tan mal le empiece a gustar. Es así de malo. La crítica en general fue dura, sobre todo la oficialista. Hoy su poesía de aquellos años ha perdido mucho, yo no tomo los cereales que el señor Tomás Rivero come para desayunar y alucinar de esa forma, con todo mi respeto, pero en su día era de lo mejorcito que había en su generación, unos años muy malos de poesía por cierto.

Un día alguien me pidió un nombre de un crítico que dejara a Montero como el poeta mediocre que es. El autor es Jonathan Mayhew, no podía ser español claro, y tiene un oído bastante fino para descubrir poetastros.

Anónimo dijo...

Jonathan Mayhew es de los pocos críticos que ha entendido la dictudura de la pobreza mental de los popes españoles de poesía.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Joan, por su referencia. Me ha valido de mucho porque, aunque no he encontrado la crítica de Felipe Benítez Reyes (me basta con el comentario que ha aportado usted de la crítica) he encontrado otras muchas de otra gente. Las he leído y me da la impresión (mi impresión, que no quiero generalizar) de que...no sé cómo decirlo...¿que quieren sacar agua de un pozo que está seco, quizás? Ya es que dudo, porque si raro me parecía el Adonais de Blanca más raro me parece este último poemario. No la entiendo (a Blanca, nunca la he entendido), y mira que esfuerzos no he escatimado. Pero no la entiendo. Cada día me veo más torpe, o lo del pozo.

Tomás Rivero dijo...

Yo no tomo cereales para desayunar, soy de la generación de la miga de pan, aceite y azúcar. La palabra alucinar no tiene traducción material. Es un gran interrogante subjetivo.
Blanca Andreu era de lo mejor que se publicaba en poesía en aquellos años, pero hoy su poesía ha perdido mucho, sí, ¿y....
Decía un poeta, olvidé el nombre, que a veces a uno le gustaría escribir un poquito peor. A mí me gustaría no entender nada. Estoy en ello. A punto.

De todas maneras observo, que en estas “pequeñas” tertulias no importa lo que uno diga, o aporte; el otro tan sólo aprecia su discurso, la percepción de su realidad, alucinada o no. Por tanto, ¿verdad que no importa lo que yo diga?. ¿Acaso estamos ante otro tipo de tiranía?. Hay que saber leer lo que está escrito en lo que se dice. Aproximadamente.
Dudo, amigo Joan, que aquellos años fueran malos para la poesía. Lo dudo muchísimo. La poesía no tiene “años malos”, ni edad, la poesía tiene pésimos lectores desagradecidos.

Tomás Rivero.

joan dijo...

Lo de los cereales era una pequeña broma, sr. Rivero. Tengo cierta debilidad por los lenguajes alucinados aunque creo que todo tiene su momento.

Si los culpables, según usted, son los lectores, tan sólo quería recordarle que los lectores en poesía son mayoritariamente poetas, de forma que la culpa vuelve a donde empezó. A los creadores de poesía.

Los años 80 fueron unos años casposos por mucho que ahora los medios digan lo contrario. Y la mayoría de libros de poesía de esa época han envejecido con capas de moho demasiado espesas. Algunos libros se salvan, los míos no desde luego, pero son muy pocos, y el pastiche surrealista de Andreu se salva en algunos poemas pero hoy suena tan caduco en muchos casos como ya sonaba entonces la poesía de Reyes.

Saludos.

Anónimo dijo...

No sé qué es peor, amigos de A. de W., si leer a Blanca Andreu o dejarse la vista en vuestro blog.
A ver si nos facilitáis un poco la tarea. Un abrazo.

parsimonia dijo...

¡Qué tropa!
Me gusta leer la poesía de Blanca Andreu. Desde luego, la de Los Archivos griegos. De la poesía española, me quedé en Gil de Biedma, Valente, algo de José Agustín Goytisolo, et point.
A lo mejor os chifla García Montero, je, je, je...

Antonio dijo...

Gracias por la publicidad al libro que, si todo fuera normal, se impondría fácilmente en el premio nacional de literatura. Sucede con los grandes libros de Andreu: suscitan elogios desmesurados y críticas también desmesuradas.

Como reflexión general, plantearía el contraste entre los poetas que cambian (Lorca, sin ir más lejos o la propia Andreu) y evolucionan (o involucionan, según vuestro criterio) frente a los poetas que siempre están escribiendo el mismo libro o el mismo ripio, por usar vuestra jerga (la inmensa mayoría).

Andreu no debe escribir de nuevo sus primeros libros porque ya los escribió. Sería demasiado fácil para ella, pero me parece que sería una caricatura, por lo que, con buen criterio, según yo lo veo, está intentando reinventarse. Luego, es posible juzgar si acertadamente o no. A la crítica seria le ha parecido que acertadamente. ¿Qué diferencias hay entre los primeros libros de, pongamos por caso, Benítez Reyes, García Montero, etc. y los últimos? En mi opinión, ninguna.

ov dijo...

Repasaros la crítica de Prieto de Paula a Barroco de J.L.Rey ayer en Babelia:

"He aquí un libro de lenguaje suficiente, soberbio en su poderío, que tiende un puente entre el pasado de anteayer y el futuro inmediato, si es que acaba convirtiéndose, como cabe prever, en referencia para los poetas que llegan".

A mí, al menos hoy, me fallan el tiempo y los argumentos para decir gran cosa, opine quien guste. Solo espero que eso no sea la referencia de la poesía que debe llegar. Las "cabriolas creacionistas, metáforas eléctricas y ramificaciones de versos que se propagan sin desmayo" y tener a Gimferrer como poeta a seguir... A mí me supera.

Sres/as de Addison, podría ser bienvenida una entrada sobre algo positivo que echarse a los ojos.

Anónimo dijo...

Antonio, tus palabras sobre "publicidad", sobre "premio nacional de literatura", me molestan.
Blanca Andréu, no ha escrito jamás ripio alguno, ni antes ni ahora, digo de antemano también. No equipares, Antonio, el cambio per se, como un mérito a priori, cuando ese cambio la lleva a caminos casi prosaicos. La equiparas a Lorca, del cual bebe muchísimo la primera Blanca, pero a diferencia de él, cuya evolución es hacia un lenguaje delirante, roto,disparatado,gongorino,
("surreal"para entendernos), en ella se produce una "involución" al lenguaje cuasi coloquial, y parafraseandote tu último párrafo, lo terrible es que se parece muchísimo a esos nefastos Benítez Reyes, Montero, y compañía, es decir que Los Archivos griegos, podría haberlos escrito cualquiera de esos poetastros. A eso no le encuentro explicación y aun no me he repuesto de la sorpresa y el desencanto, por qué no decirlo, que ha supuesto para mí este último libro de Blanca.

Anónimo dijo...

Sólo añadir mi humilde opinión de lectora de poesía, con preferencia a la prosa, porque creo que supera las limitaciones del lenguaje; por ser la poesía el lugar donde proyecta su ser el poeta, donde poder mentir ya honestamente. Sí, mentir, porque rara vez es acorde con su existencia el ser del poeta, que proyectado en su lugar de rimas, sin dogmas, no traza caminos, sino que se hace testigo de él mismo y se ofrece sus propias respuestas, esas que aveces, sólo aveces, serán también nuestras.

Dejo la parte crítica a los críticos.. Yo sólo apuntaré mi lectura, por ejemplo en BUCÓLICA, en que me planteo si más allá del título y a pesar de sus pastores habéis podido sentir hablar de un tiempo-prado, donde crecen las esperanzas, porque ella las siembra -"quien me dijera" nació el el 59 y aún suspira..-? Y en MARINA CORINTIA ¿no véis sus paréntesis de presentes de alegres certidumbres?: mientras el sol, ella no canta al poniente..

Quizá, sólo quizá, podríais leer su libro con otros ojos, no lo sé...Y si no, no importa, hay taaaaantos..

Anónimo dijo...

Lo único que concluyo es que aquí se están gastando demasiadas energías, más que por un libro por el nombre de su autor (autora en este caso). Si fuera de cualquier mendungui ni esta crítica ni toda esta ristra de comentarios hubieran surgido. Concluyo que el libro es tan malo, tan malo... que ni debe tenerse en cuenta. Es para el que lo haya comprado solicitar la devolución del dinero pagado. Simplemente eso, esté firmado por Blanca o por la Negra.

Anónimo dijo...

No sé por qué pero tengo la sensación de que el premio reina Sofía va a ir a parar hoy a Francisco Brines.

Por otro lado, curiosas declaraciones del coordinador de Caja de Ávila y miembro del jurado al premio Juan de la Cruz: “este iniciativa está destinado a poetas de largo recorrido, con muchas creaciones a sus espaldas...”. La cantidad frente a la calidad, como el espantoso poemario de Jorge de Arco que ganó el último premio. Estos políticos metidos a directores de cajas deberían de preocuparse de no quebrar y dejar de decir tonterías. O incluir en las bases un mínimo de poemarios, cinco por ejemplo, aunque sean tan malos como los de estos cazapremios genéticos.

Anónimo dijo...

El llamado "poeta" Francisco Brines, es uno de los que más ha perjudicado a la poesía española desde hace 50 años, porque ha "creado escuela" y "discípulos", que han aprendido bien, todas las aburridas e inanes maneras de poner en renglones la banalidad. No le remorderá la conciencia a este laico "jesuíta", dueño de fincas y forrado desde la cuna, coger la pasta del premio.
Éste señor ha sido capaz de poner por titulo a uno de sus poemas, "ladridos jadeantes en el césped", os lo juro, podéis leerlo en la red, a ver si hay alguien que se lo lee entero, joeeee¡¡¡ que requetemalo es el señor académico, y encima éso.

jordi dijo...

Pues sí, ganó Brines finalmente, poeta del Sistema por antonomasia. ¡Que casualidad! como dirían los Addison. Otro premio anticipado y van...

Para las reformas de la mansión de Oliva le irá bien.

Y el problema no lo veo en esos ladridos jadeantes, anónimo. Lo veo en ese "otoño de rosas" insufrible.

Si aguanta, será Cervantes también.

Enhorabuena a sus acólitos.

Anónimo dijo...

Dejo este poema incluido en el libro "Versos de alambre de espino" de Rafael Calero que define perfectamente el estado de la poesía española contemporánea.

Ayer,
la poesía,
Señor Hidalgo,
era un arma
cargada
de futuro.
Hoy,
la poesía,
Señor Hidalgo,
tan sólo
es un arma
cargada
de subvenciones…

…Y mamoneos.

Tomás Rivero dijo...

Apreciados todos. Leyendo vuestros comentarios y observaciones, acabo de tener una idea. (Otros tienen un orgasmo, qué le vamos hacer). Así que, como toda idea que se le acaba de ocurrir a uno, precisa de maduración. Y puntos de vista.
Como casi todos los que escribimos “protestando” en este blog de los Addison somos poetas con una pequeña obra escrita (O una gran obra. La mía por ejemplo es de unos treinta y cinco libros en carpetas), ¿por qué no nos asociamos?. Podemos montar lo que nos venga en gana. Una editorial, un premio de poesía a nivel nacional, recitales de poesía, y lo más importante podemos publicar nuestros poemas y que abandonen las carpetas. Nunca se escribe para dejar lo escrito en un lugar oscuro y cerrado, los versos precisan de la luz. Dejaremos de ser anónimos. Fuera caretas. Al fin, libres del maquillaje.

¿Qué os parece?. Yo empiezo con 500 € el negocio. Estoy seguro, viendo las energías que ponéis en vuestros comentarios, que en un par de años somos un referente en el panorama de la poesía. Un peligro público emanando la pestilencia de la libertad, que diría Don Félix Grande.

¡¡ Ánimo, podemos acojonar al sistema público que no nos publica!!.

Salud y alegría,

Tomás Rivero.

Anónimo dijo...

ya dije que me xxxxx la familia real, la reina se fía...de brines, nada de Sabiduría, ni de Poesía, la reina se fía, la reina se fía,...
y la Poesía sufría...

Jordi, tienes razón, el del otoño es peor todavía, es vomitivo de fofez.

ajjj, qué asco me da esta corte y sus cortesanos,... ¿qué hemos hecho los españoles para merecer estos reyes? ¿por qué nunca tuvimos Príncipes del Renacimiento? ¿qué espíritu noble puede soportar tanta bazofia? ¿cómo decir al extranjero que el tal paco brines es xxxx con un premio así?????

¿¿¿no habría ni una sola cara caída de la vergüenza por los suelos de mármol de palacio en la ceremonia, qué digo...ceremoña, de la entrega de los euros,??? ya veo a marzal poniéndose las botas, ése sí que estará contento, cajco, caajquito, caajqueroso es todo esto.

Anónimo dijo...

A Tomas Rivero

¿Y que quieres montar otra institución paralela? No crees que al final sería lo mismo pero con otros nombres.???

Admiro tu entusiasmo.

Amparo dijo...

Venga, muy bien Tomás pero que muy bien, aunque yo no sea del gremio ni poeta ni nada parecido pero me gusta mucho leer poesía y me indigna la falta de oportunidades que hay por estar la poesía en manos de unos cuantos, con lo que conlleva todo ello de apaños de premios y demás irregularidades que sólo hacen empobrecer a la poesía.
Lo que pueda y esté en mi mano, cuenta conmigo.

Anónimo dijo...

Lo del "poema" de Rafael Calero que aparece en un comentario anterior, será una broma ¿no? No quiero decir el contenido, sino llamarlo poema; supongo que para que algo pueda ser considerado poema tendrá que aportar algo más que cortar los renglones. Sinceramente, si la frase apareciera escrita toda seguida ganaría, y sería un buen comentario en cualquier blog de poesía; pero llamarlo poema...

Tomás Rivero dijo...

Querido Anónimo (¿qué anónimo será este, el 22.222?, y de qué miedo vendrá?.)como siempre. Como siempre. Un círculo. Un verso de Valente. Otra institución paralela. Como ha sido siempre, como es. ¿Qué es el hombre?, ¿la vida?. Los mismos perros, pero con distintos collares. La soledad. Arde la piedra donde fue escrita la palabra amor. Creo que en tu pregunta está el "misterio" de este blog. ¿Lo pillas?. Levanta la punta del velo, mira cuanta belleza a tu alrededor. Mira el rostro malhumorado de los poetas. Palabras claves encerradas en cofres de oro. Sigue investigando. El hilo era de plata. Anagramas y flores. Raras letras entrelazadas componen la palabra misterio. El espejo, escribe en su azogue con la punta de una flecha y veras a un indio cabalgando sobre la pradera de Kafka.
Un beso de fin de semana.

Salud y alegría.

Tomás Rivero

Amparo dijo...

Al Anónimo que admira el entusiasmo de Tómas Rivero:

Las intrigas para superarlas hay que satisfacerlas, nunca resolverlas, para superarlas, en el desagrado no las superes. Tienen el peligro del desengaño. El error de nuevo.
Lo más hermoso de la intriga es la pérdida. Piérdete. El mar, dijo el moribundo, señalando unos pájaros que volaban hacia el sur. Y el misterio y la duda nos inventa.
J. Quintana, decía:
Palabras y palabras que no justificaran el desatino
de enlazar día tras día
versos chorreando miedo.

La punta levantada del velo, la inocencia imprescindible para no salvarte. Que no estalle tu última inocencia y se fugue tu isla. Cuídate del despertar.
Pero mis brazos insisten
en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde. (Alejandra Pizarnik).

La pradera es ancha. Apaches y Sioux la pueblan.

Tomillo, antes de la batalla para tener fuerza y coraje. Un buen baño, dicen, que se daban los romanos (morían perfumados).
Cuidado con la Albahaca, Hierbabuena....Salvia.

Anónimo dijo...

Otro cuarentón, Juan Antonio González Iglesias, que el otro día leyó en Palacio en la entrega del premio de los borbones, publica su poesía reunida. Cómo no, en Visor. Creo que me voy a comprar seis.

Anónimo dijo...

Qué cincelado todo lo de Brines. Un poeta al que sus compañeros de generación ninguneaban por segundón acaba donde acaba gracias a sus magníficas relaciones y los beneficios de la sanidad privada de lujo. Últimamente se lleva el FG Lorca que controlan los Montero desde el ayuntamiento de Granada, vaya poetas que se han juntado en esa ciudad, y luego el señor académico se lleva el premio de los más sistémicos y arrodillados ante el poder. Todo apunta, es verdad, a un Cervantes vergonzoso, aupado desde muchos frentes, y en donde los jóvenes ensayistas y poetastros que le alaban son meros imitadores del peor Brines.

joan dijo...

Brines es la poesía como acto burgués y decimonónico. La cultura como instrumento de poder. Por eso fue él quien ocupó plaza en la Real Academia y no otros compañeros suyos infinitamente mejores poetas. Tiene detrás a la tropa Visor, a la tropa Tusquets, a sus compañeros de academia y unas magníficas relaciones institucionales hasta el más alto nivel.

Es un ejemplo más del ruinoso estado de nuestra poesía, acaparada por unos grupos de poder que no existen en otras corrientes artísticas.

Por eso, señor Rivero, su propuesta está llena de buenas intenciones pero no tendrá éxito. Ayer en televisión vi una manifestación muy numerosa de cuidadanos contra los bancos. En Nueva York. Aquí nada de eso ocurre. Somos un pueblo de borregos y cobardes. Sin Franco hubiera vivido 120 años, habría tenido 80 años de franquismo y de hecho tenemos a su heredero de Jefe del Estado. El mismo espíritu dictatorial es el que domina la España poética. Un panorama en el que unos pocos se reparten los premios, dineros y espacios. Nadie se levanta en una lectura y grita, no hay pancartas a la entrada del Palacio Real el día de Reina Sofía ni el día de la entrega del Loewe ni toda esa porquería burguesa que tanto gusta a nuestros poetastros. Una nación sin revolución es una nación de cobardes. Y eso somos.

Anónimo dijo...

¿No es usted, Joan, el mismo a quien en este mismo sitio se le han leído elogios entregados hacia Brines? ¿Qué se fizo?

Anónimo dijo...

Levántemonos, pues!!!!!

joan dijo...

Pues no, no soy el mismo. Debo tener un doble.

Anónimo dijo...

Creo que Brines y Los archivos griegos no dan ya más de sí, al menos para ser comentados en esta página, y ya han dado bastante, pues de donde no hay, ufff, santo cielo¡¡¡, ya hemos visto lo que hay, así que yo me iría a otra cosa mariposa que encima dirán que como se les ladra es que van avanzando...

Addison de Witt dijo...

Tiene usted razón, anónimo último. Pero dejaremos como siempre abierta la entrada por si alguien quiere aportar más. Ya estamos trabajando en la siguiente. Quizá será un poco más polémica que las anteriores.

Gracias a todos por vuestra participación.

Ricardo Moreno Mira dijo...

ahi va una mala crítica a mi libro Abrxia 365- en el blog "Soy poeta" y mi respuesta ...por si algún bendito tiene el humor de leerla...




http://abrxia365.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Me suena un poco a spam tu último comentario, Ricardo.

Anónimo dijo...

¿Sólo critican bodrios? A ver si encuentran algún libro de poesía contemporáneo para recomendar. No comparto la comparación de Blanca Andreu con Mestre. Valoración del libro: 2 sobre 10.

Saludos rilkeanos.