lunes, 14 de julio de 2008

Antes del eclipse. Rafael-José Díaz. Babelia. El Cultural. Dos primeras semanas de julio (corregido)


En las dos últimas semanas, han aparecido cinco reseñas de poesía en El Cultural y Babelia. Una ya ha sido criticada, la de Yves Bonnefoy.

El Cultural nos trajo esta semana el libro "Roto Madrid", escrito por Amalia Bautista y con fotografías de José del Río. La reseña de Díaz de Castro nos parecía curiosa cuanto menos. Fuímos a la librería, hojeamos detenidamente el libro, se puede leer en diez minutos, y nos preguntamos qué coño le está pasando a cierta parte de la crítica. Parecía un libro de taller de poesía escrito por una alumna no muy aventajada. Ni siquiera merece contracrítica. Ahí está en las librerías para que cada cual se forme su opinión. Increible.

Babelia trajo la pasada semana una reseña de un libro de 2007, escrita por Antonio Ortega. Aunque Antonio tiene cierta tendencia a incluir libros de amigos suyos o personas cercanas a él, ignoramos si Rafael-José lo es, suele tener buen gusto así que confiamos en él y nos hicimos con el libro. Desgraciadamente el libro no ha sido ni mucho menos lo que esperábamos, como puede leerse en la reseña más abajo. Hubiéramos preferido no hacer la reseña pero habría sido mentir a los lectores, por mal que nos sienta criticar a una editorial que sigue siendo una de nuestras favoritas.

Esta semana Babelia trajo dos reseñas. Una es de Ángel Luis Prieto de Paula sobre dos libros de Manuel Rico. Uno de ellos es una novela, género que este blog no trata, y el otro es un libro, "Monólogo del entreacto", antología de su poesía, que casi debe llevar un año en librerías. Parece que el profesor Prieto de Paula se ha encargado de los asuntos espinosos de la casa, es decir, los escritores que escriben para Babelia, Luis Antonio de Villena antes, ahora Manuel Rico. Allá él. Nuestra opinión sobre Manuel como poeta es conocida de todos y éste libro ya salió en El Cultural si no recordamos mal. Como ensayista nos gusta. Como narrador no lo conocemos. Como poeta, no nos gusta nada. Y como director de colección de poesía, tiene muy buen gusto.

La otra reseña es sobre un libro que sí vamos a reseñar en cuanto lo recibamos. Se trata de Poesía (1974-2004) de William Ospina que publica la editorial Belacqva (la "u" es una "v", señores de Babelia).

"Antes del Eclipse (2003-2005)", del también traductor Rafael-José Díaz, publicado en Pre-textos, se divide en siete partes sin título. El libro combina tanto poemas en prosa como poemas en verso.

En su primera parte el poeta habla de la soledad, del amor y del erotismo. El lenguaje está lejos del habla cotidiana y suena artificial ("la luna derramada en el pozo de mi frente", "con su sueño, en la flama") a lo que se añade un léxico pomposo y una abundancia de clichés ("aprendieron a desconocerse").

El mejor tono se encuentra en algunos poemas cortos, generalmente cuartetos, donde el tono lírico se mantiene sin necesidad de alambiques:

"El peso del amor en la balanza oscura:
una brisa delgada, una navaja
finísima que corta el corazón
y lo acerca a la muerte duplicando su vida."

La segunda parte es un poema, que se entiende como un homenaje a las víctimas del 11-M, en el que, aparte de las buenas intenciones del poeta, vuelven a aparecer los clichés ("brisa de ceniza que se agolpa") y el exceso lírico ("espaldas engastadas en el hierro").

La tercera parte comienza con un largo poema en prosa que se extiende en exceso y no logra captar el interés lector. Le siguen tres nuevos cuartetos donde, a pesar del tono forzado, el poeta sigue mostrando que es donde mejor se mueve. Pero ya incluso en los poemas cortos se nota el agotamiento de la fórmula:

"Detrás de esas montañas (es un niño quien habla)
hay una luz que nace cada día
y cada día muere conmigo al acostarme."

El poeta insiste en su estilo: clichés ("no es este el mismo viento...") y metáforas que rozan lo cursi o lo sobrepasan ampliamente ("...ante el altar del horizonte").

La parte cuarta está compuesta sólo de poemas de cuatro versos, y ésta vez, los problemas que veíamos en los poemas más largos se extienden a los cortos, en especial por la abundancia de clichés. Es verdad que el tono lírico es intenso pero la ausencia de originalidad y de verdadero espíritu creador anula buena parte de esa fuerza:

"En el fondo del día está la luz
que nunca has encontrado.
Cierra los ojos, duerme, y en el sueño
verás tu cuerpo arder en esa luz."

La parte quinta, es muy similar a las anteriores. Predominio de los cuartetos, y predominio de clichés: "que el viento dibuje en un rostro", "el alma / se cubre como el cielo de nubes y de sombras"; y de versos adornados: "toda aquella luz flotaba sobre el mar, trazando un sendero entre el agua y el cielo."

La sexta parte se abre con el poema que da título al libro, "Antes del eclipse", un poema en el que el tono se hace más narrativo pero en el que Díaz insiste en lo mismo: "La plaza parecía / mecida por el viento", "Unas nubes pasaban por delante, / enredando sus hilos con la luz apacible".

En el resto de poemas, rastro del mismo tono excedido "Mariposa / que aletea incansable en los bordes del último segundo" y, eso sí, un poema que nos saca del ambiente rosa chicle que impregna las páginas. Se trata de un poema dedicado a una prostituta de Jinámar, muy por encima de la media del libro.

La última parte no incluye ninguna novedad respecto al tono del conjunto del libro: "la isla del alma a la que has vuelto", "¿No transforma las flores de este antiguo hospital / en labios perfumados o mejillas rendidas?".

En el último poema del libro el poeta escribe:

"EL ÚNICO milagro de esta tarde
es no haberme extraviado

entre tantas palabras destruidas
..."

Un libro, en definitiva, que trata en todo momento de mantener un elevado tono lírico, pero lo hace a costa de un lenguaje gastado hasta la saciedad, reiterativo en temas y formas de poemas mil veces leídos y olvidados, y que salvo por algún poema corto y por un poema largo en concreto, nos hace preguntarnos cómo es posible que una persona nacida en 1971 escriba de una forma tan clásica y usada. La poesía de Rafael reflejada en este libro, los anteriores no los hemos leído, representa lo que las personas alejadas de la poesía piensan que ésta todavía es.

Rafael-José Díaz es un buen traductor del francés, y sus traducciones de Philippe Jaccottet son excelentes, incluida la que realizó para Pre-textos. Rafael es la persona que más libros ha traducido de Jaccottet al castellano hasta el momento así que nos imaginamos que llevarlo a Pre-Textos fue importante para la editorial. En este sentido, Rafael también nos aclara que no existe ninguna relación causal entre su traducción de Jaccottet para Pre-Textos y su posterior publicación en la colección de Pre-Textos como poeta.

Y como poeta, en nuestra opinión, no está ni mucho menos a la altura sus traducciones.

Valoración de "Antes del eclipse": 3,5 / 10

29 comentarios:

Antoine Cassar dijo...

"En el fondo del día está la luz /
que nunca has encontrado."

La desesperada idea de estos dos versos no está lejos del 'frisson' baudelaireiano. Me gusta mucho. Tal vez sonaría más lírico y deliberado así:

"El el fondo del día, la luz /
jamás encontrada".

Aún así falta algo. Luego, desafortunadamente, el ritmo fácil e infeliz de los dos versos siguientes pinchan y hacen disipar de súbito la sensación creada por los primeros dos.

"Cierra los ojos, duerme, y en el sueño
verás tu cuerpo arder en esa luz."

Anónimo dijo...

Es siempre curioso cuando un autor joven recurre a clichés y formas estereotipadas de expresión. Hace poco, sin ir más lejos, me pasaron un libro de una poeta de apenas treinta años, y en cada poema aparecía la palabra "luz"; en uno de cada dos, la palabra "ausencia", "transparencia", etc. De manera que el poema, más que expresar un fuego interior, es una suerte de arte combinatoria de palabras-fetiche (en este caso, de la línea Valente-Ada Salas, pero ya en una tercera división). Pongamos un ejemplo que me invento sobre la marcha:

"El agua negra de la memoria anida en la transparencia: tibia oquedad de la luz".

¿Qué he querido decir? Absolutamente nada. Esto demuestra que con oficio (alguien con oficio, no yo, se entiende) se puede escribir un poemario en virtud de una mera combinatoria de palabras "sagradas", normalmente prestadas de la tradición y sin un átomo de originalidad, ni experiencia, ni convulsión interna, ni nada.
Y es triste cuando la gente joven recurre a trucos de este jaez. Pero vaya, también las juventudes del PP están bien nutridas de afiliados...

De Pre-textos me sigo quedando con la colección de ensayo filosófico y algunas cosas de narrativa. Su criterio de selección de poemarios nunca lo he entendido muy bien...

Hoy leía en una entrevista a Gamoneda como éste arremetía contra las clasificaciones, Escuela de Barcelona, Generación del 50, etc., y decía que Gil de Biedma le parecía muy poca cosa como poeta (aunque ensalzaba su figura y su inteligencia). Me sorprendió el atrevimiento del buen Antonio. ¿Cómo lo ves, Joan?

saludos veraniegos y a ver quién es el guapo que se va de vacaciones. No será mi caso ;)

Anónimo dijo...

Reconozco que Gil de Biedma me gusta, anonimito. Es una debilidad casi adolescente porque técnicamente no era de los mejores, precisamente. Pero sus versos están llenos de poesía. Me descoloca y me llega en vena en algunos de sus poemas. Comprendo que a Antonio no le entusiasme porque es tan buen poeta como "cerrao" para ciertas cosas. A mí me gustan los dos. Y Gil de Biedma era un tipo genial, de los más divertidos e inteligentes que he conocido en mi vida. Un tío que si se hubiera cuidado más, hubiera sido más disciplinado y hubiera publicado más estaría hoy en la cima porque le sobraba talento.

Esta poesía insulsa que nos llega últimamente por parte de algunos "jóvenes" podríamos comenzar a llamarla "Poesía de la cursilería", la gran nueva tendencia del siglo XXI, made in Spain, porque nosotros lo valemos, y nos gusta ir contracorriente del resto del mundo. Somos el espíritu de la Contrarreforma. De hecho, el versículo que has escrito sería sin duda motivo de antologías, porque está muy por encima de la media últimamente.

Sobre Pre-textos, la colección de ensayo es la hostia pero la de Cruz del Sur también lo es. Salvo algún invitado sorpresa, que parece más un compromiso, creo que es la mejor coleccción que hay ahora mismo en España. La de los libros de colores, efectivamente, suele ser bastante decepcionante con honrosas excepciones. Como maldad, es la colección en la que Federico Jiménez Losantos publicó su "Poesía perdida", desafortunadamente encontrada.

Se me ocurren mal maldades pero Borrás me cae muy bien y es un tipo excelente aunque necesita estar mejor asesorado, y no precisamente por algunos de los poetas de colores. Y Rico tiene demasiado poco sentido del humor como para perder el tiempo. Se toma demasiado en serio a sí mismo.

Anónimo dijo...

Joan, se te ha olvidado el pequeño detalle de que son los propios poetas los que últimamente se ponen los nombres. Así que ese acertado, y con rima interna, nombre que se te ha ocurrido es un buen bautizo aunque oficioso.

Antoine, mi problema con ese verso no es tanto la acentuación sino que, como sugiere anonimito, ¡ya lo he leído de mil formas!

Por cierto, esa escritura automática te ha salido requetebien. En serio.

Anónimo dijo...

Por cierto, que Borrás tiene un poema dedicado en el libro, algo difícil de ver.

Esto es como la crisis, que algunos veían cerca y ya está aquí. Pues con la endogamia es lo mismo. Se hablaba mucho de ella, pero ya está aquí, como una epidemia que se extiende poco a poco y de repente los libros se convierten en clichés y combinaciones de diez palabras tomadas de en once en once.

El problema es que se podría decir que los poetas leyeran más. Pero éste es traductor, joder.

Increible.

Sin duda, la responsabilidad final es de los poetas pero la crítica tiene mucho que ver con esto. Es una endogamia retroalimentada.

Anónimo dijo...

"Somos el espíritu de la Contrarreforma." ¡Esto te hace acreedor al cum laude wittero! En la diana, como siempre, Joan... (por cierto, si te da por ahí: walserillo@yahoo.es)

Respecto a Pre-textos, me refería a los libros de colores, la Cruz del Sur me gusta más, pero reconoce que se podían arriesgar un poquito más, ¿no? Van muy a tiro fijo, aunque quizá sea una impresión falsa.
Pre-Textos también va sacando títulos interesantes en colecciones como Textos y Pre-textos (unos libros, además, preciosos). Sin ir más lejos, el último de Martínez-Sarrión tiene muy buena pinta.

Lo de Losantos me ha tocado fibra... mira por dónde podría ser una colección idónea, a tenor de ese ejemplo, para publicar la poesía completa de don Jose María Aznar, capaz de desdoblarse en incontables heterónimos, ya que él mismo ha sido -y es- el personaje de ficción más insólito de los últimos años.
Buena idea buscar lo de Losantos para regalarlo en algún cumpleaños y comprobar el estupor del personal. Curioso, curioso...

CAmbiando de tercio, al fin compré el último de Mestre. Al hojearlo, la primera palabra que me ha salido es para mí signo de mal augurio lector: "Dylan". ¡Et tu, Mestre! (Es que soy pro-Cohen y anti-Dylan y esto es un poco como en "Los inmortales": sólo puede quedar uno.)
Sigo hojeando y descubro que a Mestre también le gustan las fotos de familia: dedicatorias a amigos y citas de Ullán, Gamoneda, Olvido, Riechmann... ¿os suena, no?
Pues eso.
No obstante tengo muchas ganas de leerlo y seguramente pondré algún poemita por aquí.

Por cierto, si alguien tiene curiosidad hay un dueto de Juan Carlos Mestre con Amancio Prada en un disco de este último. La canción-poema es "Antífona de otoño" y Mestre se come a Prada, o casi. Un auténtico león. No me extraña que tanto a él como a "madame X" los lleven a leer a teatros: necesitan un escenario para interpretar sus versos.

Y gracias, Ana, por tu generoso aliento: me anima a seguir escanciando esta prosa mía de tan escasos quilates. Un beso.

PD: el verano nos está afectando. Estamos demasiado blandos. (Uh, uh!)

Anónimo dijo...

De nada, Era un comentario sincero. Por cierto, ¿viste a Tom Waits anoche en Barcelona? Dicen que estuvo genial:

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/07/15/rockandblog/1216090578.html

Anónimo dijo...

Querida Ana:

seguro que estuvo bien, pero me negué a pagar 125 euros por ese concierto. Podía haberlos pagado, pero no sigo el juego. Diez años esperando a Waits y me he quedado con las ganas, pero es que llega un momento que hay que anteponer cierta dignidad y no dejar que se rían de nosotros. Es un precio excesivo y Waits no lo vale, cuando en Barcelona hemos podido ver a un Paolo Conte, que es mejor músico, por 30 euros... un abuso, como digo, y una falta de respeto a sus fans con menos recursos.

Y lo peor es que Waits ha "adaptado" el precio al mercado español. En otros países europeos las entradas son de 300-400 euros. Como dije antes, el poeta de los suburbios demuestra, una vez más, que confunde la cultura con el mercadeo y que es un gran amigo de los pobres.

¡Pero gracias, Ana, por el enlace! ¡Y seguiré viendo los vídeos de Waits, descargados eso, sí, vía e-mule!

Besets

Anónimo dijo...

Sinceramente, creo que con lo de Amalia se os ha ido la mano lo cual se puede entender habida cuenta del aluvión de novedades que hay, y que es cierto que no todo el libro guarda el nivel del poema que aquí os copio, ni de lejos.
Por muy minimalista, cursi y clásica que la poesía de Amalia parezca, o sea, en ocasiones, en este poema sí hay poesía, y nada desdeñable:

IDA Y VUELTA (la foto es una carretera de noche: luces rojas en un sentido y blancas en otro)

Cuando nos dirigimos al amor
todos vamos ardiendo.
Llevamos amapolas en los labios
y una chispa de fuego en la mirada.
Sentimos que la sangre
nos golpea las sienes, las ingles, las muñecas.
Damos y recibimos rosas rojas
y rojo es el espejo de la alcoba en penumbra.

Cuando volvemos del amor, marchitos,rechazados, culpables
o simplemente absurdos,
regresamos muy pálidos, muy fríos.
Con los ojos en blanco, más canas y la cifra
de leucocitos por las nubes,
somos un esqueleto y su derrota.

Pero seguimos yendo.

Anónimo dijo...

Siento lo de tu querido Waits, anonimito. Está claro que algunos artistas también son grandes hombres de negocios.

Anónimo, yo creo que más que irse la mano, los addison han sido condescendientes con tu amiga. Minimalismo no hay, pero si ese es el mejor poema de libro, apañados estamos. Cursi muchísimo. Clásica, nada. Ya quisiera. O sea.

Anónimo dijo...

Eso, apañaos estamos.
Parece mentira que poetas como A.Bautista gusten tanto a los lectores. En el país que vió nacer a Ángel González:

BOSQUE

Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.

Anónimo dijo...

Bueno, dentro de esa colección hay gente como Peyrou o Gragera que con mayor o menos fortuna intentan hacer una poesía, desde luego, muy alejada de lo que últimamente está siendo reseñada.

¿A qué lectores les gusta tanto Bautista? De los que me rodean, ni era conocida. Ni haber oído hablar, vamos. Ni ganas después de ese poema.

González está muy bien pero tampoco lo llevemos a los altares. Empieza a cansar. Hay poetas de su generación bastante más brillantes. Lo digo porque algunos sin duda han sucumbido a la campaña de exaltación, made in Montero, de una obra que para mi gusto no está entre las cinco mejores de su generación (Claudio, Valente, Gamoneda, Brines y Gil de Biedma).

Anónimo dijo...

Roto Madrid que se trata de uno de los mejores libros de poesía en el panorama actual de las editoriales de poesía (un acierto de Renacimiento). Es de todos sabido que la difícil sencillez de la Poesía de Amalia Bautista tiene un merecido lugar en nuestras letras y no es fácil apreciarlo en una rápida lectura.

Anónimo dijo...

Comparto tu apreciación sobre la generación del 50 y Ángel González, Jordi. Es curioso porque hojeando en librería un libro de Montero donde habla del quehacer poético, cita a estos poetas como maestros y amigos, con dos notables excepciones: Valente, a quien no considera un maestro, y, previsiblemente, tampoco amigo, y Gamoneda, a quien ni siquiera se molesta en mencionar.

Curiosamente son mis dos favoritos de esa generación.

Aquí dejo un verso de Vladimír Holan: "Lo que es sólo poético mata a la poesía..."

Me pareció en sintonía con lo de Roberto Juarroz...

Anónimo dijo...

Valente conocía bien la obra de Montero y no la tenía en una gran apreciación. Además era de esos poetas que no les gusta que le hagan la pelota, mas bien le tocaba las idem, con lo cuál el granadino lo tenía complicado. Un genio al lado de un XXXX (me autocensuro).

Anónimo, con la pausada y lenta lectura del poema de tu amiga, e investigando un poco por Intenet es más que suficiente. Que siga ocupando "un merecido lugar en" vuestras "letras", que la disfrutéis y para vosotros enterita. Seguro que en la próxima antología de Anson la incluye, si es que no está ya incluida. Honores así merecen una calle en el pueblo.

Anónimo dijo...

Acertado Holan como siempre, y no sólo en sintonía con lo de Juarroz.

Se me olvidó Carlos Edmundo de Ory, que algunos incluyen y otros no en la generación pero por fecha de nacimiento sí pertenecería. Un mundo aparte en todo lo bueno y lo malo.

Anónimo dijo...

Es una pena que Cirlot, por su fecha de nacimiento, se haya quedado a medias entre dos generaciones, con lo cual se queda fuera de muchas antologías que lo separan del público medio de poesía.

Anónimo dijo...

No me he podido resistir:

TONO DE CONJURO

Cada grito que pide un lunar eco
es la sed que atormenta a un árbol seco.

Cada piedra que sola se levanta
es la estela de un dios que nadie canta.

Cada surco de cal, cada amargura
es el muro sin luz de mi locura.

Cada rosa de vidrio, cada llama
es la voz de un temblor que me reclama.

Cada playa sin mar, cada desnudo
es el campo de sol que nunca eludo.

Cada sangre que sé, cada manzana
es la senda, del mundo, más lejana.

Cada verso que escribo, cada canto
es tan sólo un conjuro; sólo tanto.



Juan Eduardo Cirlot

Anónimo dijo...

Cirlot, en efecto, uno de los grandes semi-olvidados, pero no tanto, creo, por su fecha de nacimiento, sino por la singularidad de su obra. En cuanto no perteneces a ningún rebaño te quedas fuera del tiesto, al menos en la poesía española (en Europa han cuidado más a los que siguen su propia fe, estilo Michaux, Char, Holan, Benn, etc.).

No puedo resistirme a dejar esta joya de Mestre, a quien volveré más adelante porque en su libro hay varias cosas muy muy combativas que quiero comentar (o sugerir). El libro, por cierto, es estupendo, aunque también tiene sombras...

ANTEPASADOS

Mis antepasados inventaron la Vía Láctea,
dieron a esa intemperie el nombre de la necesidad,
al hambre le llamaron muralla del hambre,
a la pobreza le pusieron el nombre de todo lo que no es extraño a la pobreza.
Poco es lo que puede hacer un hombre con el pensamiento del hambre,
apenas dibujar un pez en el polvo de los caminos,
apenas atravesar el mar en una cruz de palo.

Mis antepasados cruzaron el mar sobre una cruz de palo,
pero no pidieron audiencia,
así que vagaron por los legajos
como los erizos y los lagartos vagan por los senderos de las aldeas.

Y llegaron a los arenales,
en los arenales la tierra es brillante como escamas de pez,
la vida en los arenales sólo tiene largos días de lluvia y luego largos días de viento.

Poco es lo que puede hacer un hombre que solo ha tenido en la vida estas cosas,
apenas quedarse dormido recostado en el pensamiento del hambre
mientras oye la conversación de los gorriones en el granero,
apenas sembrar leña de flor en la sábana de los huertos,
andar descalzo sobre la tierra brillante
y no enterrar en ella a sus hijos.

Mis antepasados inventaron la Vía Láctea,
dieron a esa intemperie el nombre de la necesidad,
atravesaron el mar sobre una cruz de palo.
Entonces pusieron nombre al hambre para que el amo del hambre
se llamara dueño de la casa del hambre
y vagaron por los caminos
como los erizos y los lagartos vagan por los senderos de las aldeas.

Poco es lo que puede hacer un hombre con las migas de la piedad,
comer pan mojado los días de lluvia a los que luego seguirán largos días de viento
y hablar de la necesidad,
hablar de la necesidad como se habla en las aldeas
de todas las cosas pequeñas que se pueden envolver con cuidado en un pañuelo.


Qué pedazo de poema, chúpate esa mandarina, que decían en mi pueblo ;)

Éste va por Helena, ea.

Anónimo dijo...

Buen poema, sin duda, de un libro muy recomendable.

Me imagino que lo conocerás pero de alguna manera uno de los padres poético de Juan Carlos es Rafael Pérez Estrada. Hiperión tiene una antología seleccionada por el propio Juan Carlos y Miguel Ángel Muñoz Sanjuan (dueño y/o director de Calambur si no me equivoco). Se titula "La palabra destino". Puede ser un buen principio para luego ir a poemarios específicos de ese maravilloso poeta que era Rafael.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias anonimito. La verdad es que compré el libro en la Feria, y a pesar de sus fallos habituales, me parece de lo mejor del año.

Por poner un poco de sal, no estoy tan de acuerdo respecto a su forma de recitar. Lo he visto varias veces y para mi gusto personal lo noto un poco sobreactuado, demasiado showman. Me gustaría verle un día sentado, con poca gente, leyendo como Juan Carlos, y no como el personaje que crea.

Y sobre lo que dice j., muy recomendable esa antología. Aunque algo irregular, quién no, Rafael tiene algunos de los mejores versos que he leído en la poesía española en los últimos treinta años.

Anónimo dijo...

j. ¿eres joan, jordi o eres otro?

Pues sí, Helena, comparto tu impresión sobre Mestre, quizá es cierto que es un tanto sobreactuado... yo diría que tiene un poquito de pose, que su puesta en escena es ostensiblemente declamatoria, trobadoresca, semejante a la Amancio Prada (no en vano son amigos); Mestre tiene algo de coqueto, le gusta saberse mirado y ad-mirado. Sin embargo, confieso que simpatizo con el personaje y la persona, y aunque sea un tanto artificial me gusta, entro en el juego que me propone; además, aun compartiendo lo que dices, su dicción impecable, el tono grave y magnífico de la voz, etc, es sencillamente incomparable aunque nos remita, como digo, al tiempo de los trobadores y recitadores callejeros...

Me ha pasado una cosa muy curiosa al leer el libro. Desde las primeras páginas me asaltó la imagen y la pintura de Chagall, pensé que Mestre escribía con imágenes que remitían al universo del judío ruso... casi al final del libro descubro alusiones directas a Chagall y me entero de que Mestre es judío (el poemario está minado de alusiones a la cultura y al pueblo judíos)... y, sorpresa mayúscula, entro en su web, que no conocía, y observo que como pintor (es un pintor excelente) está muy influido por el mundo onírico de Chagall, precisamente, y que no hay mucha distancia entre esa forma de pintar y de escribir...

También me asaltaron varias referencias desde el principio de la lecutra: Huidobro, Larrea... en la segunda mitad del libro, Mestre los invoca, incluso beatificando al segundo... y aquí creo que aparece uno de los puntos discutibles de este libro admirable: la profusión de imágenes, la inflación de asociaciones y encadenamientos en virtud de procediminetos que con inexactitud reputaría de "surreales", incurre en cierta esclerosis, en cierto automatismo que acaba siendo cansado. He acabado el libro extenuado, con la sensación de haber sido profusamente irradiado por un torrente irrepresible, por una excesiva avalancha de metáforas... y no sé si estoy en lo cierto, pero creo que hay que tener cuidado al trabajar así con las metáforas, porque fácilmente se incurre en la greguería y ésta es difícil de sostener. Además, si la metáfora es la intersección de dos campos semánticos para crear algo nuevo, no siempre Mestre acierta, y muchas de sus asociaciones parecen arbitrarias, azarosas, más que sumar, restan...

Otro punto que me parece discutible es el exceso de poemas basados en la enumeración ("sucede que... /sucede que... / sucede que... /" "Soy... /Soy.../Soy..." etc.). A veces funcionan, pero otras veces cansan y parecen un recurso de construcción fácil. Claro que esto es totalmente subjetivo.

A pesar de todo, de lo mejorcito leído últimamente. Un libro que es una forma de la felicidad.

PD: por supuesto, Pérez Estrada me parece sensacional. ¿Está también algo olvidado, no?

Agustín S. A. dijo...

Queridos amigos:
Me alegra que azarosamente haya salido el libro de un gran poeta y un gran amigo. Es uno de los libros que yo quería que reseñaran los Adisson, porque no ha aparecido en El Cultural ni en Babelia, pero creo que merece mucho la pena. Con algunas cosas estoy de acuerdo, anonimito, con otras no tanto. Pero no puedo ser subjetivo, porque me puede la pasión por su poética y mi cariño a su persona.

Alguien mencionaba más arriba que aparecen muchas dedicatorias en "La casa roja". Sí, es lo que tiene, que los seres humanos tenemos afectos. Igual entre tanta actitud crítica, se nos van olvidando. Pero su honestidad en las dedicatorias queda fuera de toda duda, doy fe. No es García Montero o Sabina mandándose recaditos y dándose coba entre ellos y los Visores.

Otro apunte: Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, que con muy buen gusto fue seleccionado por uno de los miembros del jurado para el premio de poemario del año 2007 (aunque ese mismo miembro del jurado incluía otros poetas de discutible calidad, tanto que el traje de poeta les viene grande), no es dueño/director de Calambur. Ha publicado en Calambur "Las fronteras" y "Cartas consulares", ambos muy recomendables, pero no tiene cargo alguno en esa editorial.

Mestre, Muñoz Sanjuán, Pérez Estrada, Cirlot, Carlos Edmundo de Ory... yo añadiría a Gilberto Núñez Ursinos... ¡Qué maravillosas y extrañas palabras! ¿Serán un conjuro?

PS: ¿Todos los participantes en este blog se escudan en el anonimato? ¿Nadie da a conocer su nombre y, por ende, sus blogs? No juzgo su decisión, pero me siento extraño. ¿Es por miedo a las críticas o afinidades? A lo mejor peco de inocente.

Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Salud, Agustín:

fui yo quien señaló lo de las citas y dedicatorias. En ningún momento dudo de la buena fe de Mestre, a quien admiro. Es sólo que durante mucho tiempo he criticado a los de la experiencia por su tribalismo exacerbado, y me parece injusto no decir lo mismo de los otros cuando exhiben idéntica actitud. En el blog de las afinidades electivas, Mestre cita esencialmente a amigos cmo poetas favoritos; compáralo con las dedicatorias y citas de "La casa roja"... es un tanto sospechoso que los gustos poéticos de uno coincidan tan fielmente con las amistades. Deploro esa actitud en los de la experiencia, pero tampoco me gusta un pelo en el grupo de Gamoneda, Ullán, Olvido, Casado, Riechmann y... Mestre. Esto no tiene que ver con la probidad ni con la calidad poética. Es simplemente una actitud, legítima pero para mi gusto poco decorosa, y que otros poetas, más independientes, no cultivan (poetas que también tienen afectos, Agustín). Lo que digo sobre Mestre es igualmente aplicable al último libro de Riechmann y a la obra completa de Ullán, etc.

Mencionas a un miembro del colectivo con buen gusto por haber seleccionado el libro que te gusta, y dudoso gusto al haber seleccionado los que no te gustan. ¡Curiosa vara de medir, amigo Agustín! Por curiosidad, ¿podrías indicar cuáles son esos poetas tan dudosos que ni merecen el título de poetas?

Al margen de esto, ¿en el poema "Pequeña conferencia", de La casa roja, se aprecia un velado ataque o mofa? ¿O es me lo estoy inventando? ;)

Anónimo dijo...

Soy otro, anonimito. Otro sin más.

Os paso una entrevista con Rafael que creo interesante, incluso por la referencia al crítico que critica al crítico, es decir, este blog.

http://www.hwebra.com/hwebra_1/html/poeta_entrevista.htm

Y sí, Rafael está bastante olvidado gracias a esa brillantísima estirpe de grandes antólogos que tenemos. Pero como Juan Carlos o Muñoz Sanjuan, somos unos poquitos los que no vamos a dejar que un poeta tan genial caiga en el olvido. Al menos lo intentaremos. ¿En cuantas antologías está Juan Carlos?

Por lo que entiendo y he visto, Agustín, aquí hay personas que ponen su nombre y otras que nunca. Cada uno hace lo que quiere, sin tener que dar explicaciones. Por ahí está Viktor, o Ben, u otra gente que sí pone su nombre.

Anónimo dijo...

Se me olvidó...

Presagio

Los pájaros caían sorprendidos en una fiebre de infartos; y en la boca, las palabras se secaban antes de ser dichas. Un escorpión de oro clavó su ponzoña en el pie desnudo del ángel; y un espejo, hastiado de su destino, devolvió las imágenes perdidas en las viejas memorias. Y esa fue la tarde que regresaron los ríos.

De "El levitador y su vértigo", 1999. Rafael Pérez Estrada

Anónimo dijo...

J, la última antología en que he visto a Mestre es "Metalingüísticos y sentimentales"; puedes repasar el listado de 50 poetas y encontrarás notables ausencias e inesperadas presencias.

salud.

Muy bueno "el levitador y su vértigo"

Agustín S. A. dijo...

Querido anonimito:

Queda clara pues tu puntualización sobre las dedicatorias. No la comparto, pero la respeto y me parece muy lógica.

Sobre la vara de medir... Yo no soy Doctor ni Académico, no soy científico ni la poesía es una ciencia, me dejo llevar por mis pasiones y por la emoción que me produce la poesía. Ejerzo mi derecho a disentir en la selección de poetas del miembro que menciona a Muñoz Sanjuán y, por supuesto, no voy a mencionar aquellos que no me parecen poetas para no herir susceptibilidades. Cada uno muestra lo que quiere sin tener que dar explicaciones, como dice J.

Me he equivocado al decir "todos". Pero la tónica general por lo que voy observando es no dar referencias personales en los comentarios. No lo juzgo, ya lo he dicho antes, sólo pretendía ser una reflexión sin malicia, que en el fondo me parece otra extensión del tema que tratamos sobre afinidades, dedicatorias y amiguismos.

Salud también para vosotros.

Anónimo dijo...

salud para ti, Agustín.

Me he quedado con curiosidad acerca de tu apreciación sobre los no-poetas. Tal vez quieras contarlo por privado y lo comentamos:

walserillo@yahoo.es