martes, 9 de diciembre de 2008

José Watanabe. Poesía completa. Editorial Pre-Textos


Queridos lectores:

Esta semana tenemos un libro radicalmente distinto al de la pasada semana. Ambos son dos libros buenos de poesía, por muy distinta que sea la forma en la que se aproximan a su construcción.

La poesía completa de José Watanabe que nos presenta Pre-Textos, con prólogo de Darío Jaramillo, comienza con el poemario "Album de familia", de 1971, cuando el autor no había cumplido todavía los 30 años. Su estilo, sin embargo, está ya presente aquí, y seguirá sin grandes cambios hasta el final. El lenguaje es cotidiano, sencillo, coloquial, casi "lacónico". El verso es largo, despreocupado del silabeo. El tono es predominantemente narrativo, con un componente biográfico significativo.

Destaca la importancia que el poeta otorga al plano visual. Su mirada, en las ocasiones más acertadas, se acerca a esa mirada de niño con la que se supone que deberíamos ver las cosas los poetas. Es esa visión capaz de descubrir lo extraordinario en lo cotidiano quizás la seña más importante del estilo del poeta peruano. A eso habría que añadir un sano sentido del humor, que con los años se irá haciendo más negro. En cuanto a su estructura, el poeta deja caer en bastantes ocasiones la fuerza del poema en su tramo final.

En este primer poemario, "Album de familia", el poeta no miente al título y nos hace un retrato familiar. Hay una especie de inocencia en las cosas que escribe el poeta y una envidiable búsqueda de la irresponsabilidad:

"Hoy hemos fingido ser expertos en publicidad,
hemos fotografiado a todo el mundo con el hueco de la mano,
y textos para un producto imaginario nos han sobrevolado con persistencia."

Su sentido del humor, y su capacidad para extraer poesía de donde no la hay aparece en poemas sencillos pero llenos de poesía como "Flores de plástico". Su vida de oficinista, triste y gris, aparece también en varios de los poemas. De repente, un "Poema trágico con dudosos logros cómicos" nos saca del ambiente casi cómico del libro. El tono se mantiene negro pero a la vez travieso en su "Informe para mi hermano muerto en la infancia": "¿Te ves con papá?", pregunta el poeta.

"El huso de la palabra", 1989, es su siguiente poemario, casi veinte años después de su primer libro. A pesar de los años transcurridos, el estilo sigue siendo Watanabe: confesional, irónico, narrativo, etc. Hay excepciones, algunas extraordinarias, como la "Canción mágica para la cacería", que, efectivamente, es un texto que roza el misterio. El primer poema con nombre de animal, de los muchos que vendrán luego, es "La Mantis Religiosa", una metáfora del amor algo sobrecargada visualmente. También Watanabe comienza a escribir poemas metapoéticos, una costumbre que no llega a ser una obsesión, pero que no abandonará en el resto de su vida. Destaca, en este terreno, el poema "Los versos que tarjo":

"¿Es esta la palabra exacta o es el amague
de otra que viene
no más bella sino más espectacular?"

A veces el poeta juega con lo que podría denominarse una variante del realismo mágico. Suelen ser poemas por encima de la media. En "El huso de la palabra", dentro de este estilo, destaca el poema "La Danza", que se puede adscribir a ese grupo de poemas donde la realidad es algo difícilmente definible:

"Fue cuando apareció en la sala la raíz blanca, extraviada e inquietante
de un árbol callejero."

Como poema que juega con esos finales sorpresivos que le gustaban al poeta podríamos mencionar "Sala de disección". El sujeto poético observa a los estudiantes cotejando su libro con el cuerpo del cadaver cuando

"Sorpresivamente
una burbuja brillante brotó del interior del cerebro
como un mensaje venido de la otra margen,
y no había boca que lo pronunciara."

El libro va pasando por poemas menos interesantes, o bien porque se apoyan excesivamente en lo narrativo, y lo narrativo no tiene demasiado interés, o bien porque el final sobre el que descansa el poema falla.

En "Los iguana" Watanabe vuelve a conectar con la magia y establece un paralelismo brillante entre los habitantes de su pueblo y las iguanas:

"Allí pagaremos nuestra deudas,
...
como la iguana gris que sólo baja los párpados displicentes
para ver contra el sol
el color de su sangre."

La tercera parte del poemario, Krakenhaus, narra su estancia en un hospital aquejado de una grave enfermedad. Destaca por su nivel el primer poema, titulado "El nieto", elegía que evoca a su abuelo materno:

"la gente no muere de un órgano enfermo
sino de un órgano que inicia una secreta metamorfosis
hasta ser animal maduro y dispuesto
a abandonarnos."

A pesar de su estancia en el Pabellón de Cáncer, como menciona en el último poema, el tono general se aleja del agonismo fácil e incluso se permite seguir con la ironía:

"¡Mira que tu miedo es la única impureza en este cuarto aséptico!"

El tercer poemario de José Watanabe es "Historial Natural", fechado en 1994. En su primera parte, "La Zarza", el paisaje se torna desértico, la arena llega a parecer la única sustancia, el yo está ubicado en un lugar remoto y el tono se vuelve oscuro, en especial en poemas como "Camposanto". Hay un ligero tono existencial que no habíamos visto en anteriores poemas.

En la segunda parte de nuevo el mundo animal cobra su protagonismo y destaca el diálogo que emprende con una oruga en el poema "La oruga". Nos acordamos de Hart Crane en "El puente". La tercera parte, "Historia natural", es un retroceso a la infancia del poeta, a la vida humilde que debió vivir, destacando los poemas que hacen referencia a su hogar. Hay recuerdos de olores, elegías a su madre y a su hermano, poemas oscuros como "La muriente" y, en general, ganas de cambiar el mundo, que se reflejan en los últimos versos de esta parte:

"¿Sería posible, Copérnico,
sumar los movimientos de su mano
con los infinitos otros de la misma índole
y hacer uno solo
para que la vida que gira sobre tu teoría
sea rápidamente bella
como en este tejido de Cajamarca?"

En "Museo interior", la última parte, Goya, Segal y Munch dan un final temático bastante pesimista. En la "Coda", ofrece dos poemas metapoéticos, en el segundo de los cuales, "Arte poética", se ríe no sin razón, de las poéticas tan queridas por algunos.

"Cosas del cuerpo", 1999, es el cuarto poemario de Watanabe. La primera parte, del mismo nombre, comienza con una ingeniosa personificación del lenguado:

"...Mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena.."

En "Animal de invierno" el poeta se aproxima al misticismo en su búsqueda del hogar en la montaña:

"Hoy, después de millones de años, la montaña
está fuera del tiempo, y no sabe
cómo es nuestra vida
ni cómo acaba."

Hay también algún poema erótico, como "La ranita", donde Watanabe asocia a este animal con el clítoris. Despues de "Tres canciones de viaje" viene, quizás, la parte del todo libro más divertida: "Vichanzao". Si algunos, como Marzal, creen que la poesía es incompatible con el humor, aparte de otras muchas lecturas, le recomendaríamos algunos de estos poemas. "Vichanzao" empieza con un poema místico, "En el ojo del agua", de los mejores del libro. Ya en este primer poema se apunta lo que viene:

"A los cincuenta años
ya sabes que ningun dios te va a hablar claramente."

Destacan por su inteligente sentido del humor los poemas "Canción" y "La vuelta". En la última parte, "Otros poemas", continua la ironía, destacando "La convicción", poema de humor negro que transcurre en un cementerio.

En el año 2000 el poeta escribe una versión de la obra de Sófocles "Antígona", que ha sido incluida en el libro.

En el año 2002 Watanabe publica "Habitó entre nosotros", donde hace un recorrido por la vida de Jesucristo siguiendo la cronología evangélica. Aunque en un principio parece que el poeta va a seguir con su sana ironía ("Yo grité en el desierto / que vuestros pecados eran gordos como puercos.") lo cierto es que conforme transcurre el libro, los poemas se acercan más a la ortodoxia y se hacen menos interesantes. Entre todos destaca "Oración en Getsemaní" que comienza de esta forma brillante:

"Los olivos nunca crecen con decidido afán
de cielo, irgiéndose rectos y sin dudas.

Los olivos se retuercen nudosos y ásperos como gente atormentada."

"La piedra alada" pertenece ya a 2005. Su primera parte, "La piedra alada", se centra en el paisaje y en el mundo mineral a través de una observación minuciosa. En "La piedra del río" Watanabe hace un guiño a sí mismo:

"...Ay poeta,
otra vez la tentación
de una inútil metáfora."

En las "Tres canciones de amor" que siguen a esta parte el poeta afronta con humor e ironía sus historias de amor. "Arreglo de cuentas" insiste en temáticas ya leída del autor: el pueblo, los animales, los recuerdos del pasado, etc. Los "Epílogos" no nos evitan pensar que el autor parece que ha entrado en una cierta sequía creativa.

Su último poemario es "Banderas detrás de la niebla" (2006), que comparte algunos de los problemas que comentamos en "La piedra alada". La elegía, la metáfora a través del animal o su propia descripción, el ahondamiento en el pesimismo, el desierto como paisaje, están presentes. Destacaríamos el poema "Vieja con perra", por su capacidad de observación de una estación de autobuses, "La isla", hermoso cuento, y "En la calle de compras", donde el poeta muestra su aguda reflexión sobre lo cotidiano. Termina el poemario con un buen poema mitológico: "El otro asterión".

De los poemas que aparecen como inéditos, hay un poema interesante sobre la cruz, otro por su descarada aproximación escatológica titulado "Intestino", pero resalta por encima de todos, como uno de los mejores poemas de todo el libro, "Film de los paisajes", original y extraordinario poema, divertido a la vez que lírico, que nos recuerda al mejor Oliverio Girondo, tan querido en este blog.

José Watanabe fue un poeta hábil, brillante en ocasiones,que jugaba con las posibilidades de una mirada privilegiada, divertido, entretenido...Es posible que en sus dos últimos poemarios se repitiera estilos y formas ya escritos por él pero, a pesar de esto, sin ser un renovador sino un sencillo poeta, con algunos poemas extraordinarios, su poesía nos vale y nos acoge. Watanabe es uno de esos poetas que trae lectores a la poesía.

Valoración del libro "Poesía completa. José Watanabe": 7,5 / 10

P.D.- Dejamos un enlace de un vídeo de youtube del poeta aunque no tenga buen sonido. Lo incluimos no sólo porque nos gusta poner las voces de los poetas sino también porque los jurados de los premios de este país deberían de aprender algo de un poeta que se lee la obra de cien autores cuando ejerce como jurado. Aquí, en los supuestamente importantes, se leen por encima diez y luego se llama a dos o tres conocidos para que sean los ganadores. ¿A qué alguien se siente directamente aludido?

54 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

Soy XX.

Para vuestra información (aunque igual lo sabeís ya) hay muchos youtoubs donde se puede escuchar el poeta.

http://video.google.es/videosearch?hl=es&q=Watanabe&lr=lang_es&um=1&ie=UTF-8&sa=X&oi=video_result_group&resnum=4&ct=title#
En este enlace hay un motón de Youtoubs para escuchar al poeta.

Saludando

Anónimo dijo...

Voluntarismo casi compasivo. Hay cien poetas mejores en hispanoamérica.

Anónimo dijo...

No he leído a Watanabe, pero la contracrítica de Addison y en especial el brillante y profundo análisis de Anónimo, a los que tan acostumbrados estamos por estos lares, me animan a buscar el libro.

Sigo esperando ejemplos de innovación en la poesía española contemporánea, Jorge. Si tiras la piedra, no escondas la mano, hombre.

El otro día me asaltó una profunda duda metafísica: en las librerías vi la poesía completa de Andrés Neuman, en Acantilado. Nacido en 1977, poesía completa en 2008. Eso sí que es darse prisa. Esto me recuerda a Ute Lemper, que publicó su autobiografía oficial a los 34 años.

En fin, curioso mundo éste...

Anónimo dijo...

Querido anonimito:

Sabes que fuiste tú quién mentó primero a la diosa Innova.

Sinceramente no tengo esa lista secreta de poetas innovadores. No la tengo porque creo que no existen. Creo que, simplificando mucho, unos siguen con la herencia neoclásica, fusionada o no con el barroco, otros se inspiran en el romanticismo y otros en las vanguardias del primer tercio del siglo XX. Innovar, lo que se dice innovar, no conozco a nadie ahora mismo. Te lo digo con sinceridad.

Mi lista de poetas tiene que ver más con la calidad de su poesía que con su afán o no de innovación. No sé si es más arriesgado escribir en verso libre que escribir un soneto a estas alturas cuando tantos grandes poetas lo han escrito. No valoro ese supuesto riesgo. Sólo la poesía.

Va a parecer que le tengo manía a Antonio Méndez pero Antonio sacó una poesía reunida 1995-2005, es decir, antes de los cuarenta. Y encima lo edita la "Editora Regional de Extremadura". Es decir, dinero público. Al menos lo de Neuman se hace con dinero privado.

Aunque las comparaciones son odiosas, lo sé. Ojalá Neuman haya sacado ese libro porque se despide de la poesía para siempre y se centra en la novela o en ser actor de cine. Si tengo que escoger entre los dos, me quedo con Antonio con los ojos cerrados.

Y si tengo que dar explicaciones sobre por qué Neuman Galán es un mal poeta no me importará darlas.

Anónimo dijo...

No hace falta mentir para calificar esto:

"¿Y si mentir no fuera vil

ni tan siquiera grave, y no encerrara

fatales consecuencias

o no fuese

irremediable ni supiese a pólvora;

y si mentir

no dejase marchitos los jardines

ni congelara el manantial sagrado

del hombre y de sus sueños;

y si después de todo

mentir no fuera malo

sino sólo difícil?"



(Andrés Neuman. De Métodos de la noche, Madrid, Hiperión 1998)

Anónimo dijo...

Pues no creo que ser el poeta nº 101 de todo un subcontinente sea nada deshonroso...

[No se puede amar lo que tan rápido fuga
yo soy el guardián del hielo]

Anónimo dijo...

Guau, increíble el testimonio dejado por Marcos. Qué horror, leer el primer verso y morir ha sido todo uno. Es como lo de la música, creo. Se trata de estar siempre en el sarao. Si no sacas un disco en cinco años no eres nadie, porque a los dos dejaron de hablar de ti y a los tres más ni te conocen, porque no hiciste nada digno. Sin embargo, si publicas discos todos los años se habla de ti, el semanal saca su reportaje y luego apareces en nosolomusica. Y creo que lo de la poesía es cada vez más así, Neuman es el estandarte, porque escribe novelas, cuentos cortos, aforismos y lo que haga falta. Cosa que casi todos hacemos pero que desdeñamos por pudor o por oficio, o tal vez por respeto aunque esto sea un poco sublimador y absurdo. Pero vamos, se trata como dijo Biedma de dignidad, el nombre que le damos a nuestra dignidad. Y que conste que no critico al malísimo poeta que es Andrés Neuman (del que me gusta un cursi pero resultón poema a sus niñas), porque él que publique lo que quiera. El problema es del que compra o del sistema o de la editorial que le sigue el juego, lo que es lógico porque seguro que vende más que casi cualquiera. Mis amigos de filología no conocían a Auden pero sí a Neuman. Porque Auden no tiene barba y acento argentino? No sé, quizás.
En todo caso no es que Neuman monopolice el atomizado (a pesar de todo) mercado español. Por ahí anda Javier Vela, el apreciadísimo últimamente "ganador de premios" (esto es ya una profesión, que casi envidio si no fuera casi incompatible con la de escribir poemas. Y que conste que a pesar de que no lo aprecio no le critico porque me parece estupendo que se presente y gane premios, insisto la culpa es de las organizaciones (municipios, editoriales) que le premian. Y si alguien quiere entender más sobre este fenómeno, le recomiendo la crítica de Gabriel Insausti en poesiadigital sobre el libro de Vela en El Acantilado. Un ejemplo de honestidad por parte de Insasuti y una crítica general a todos estos poetas como Neuman o Vela que escriben con discursos y ritmos preconfigurados.
Perdón por la extensión o el tono, pero hoy estoy feliz.
Lázaro.

Anónimo dijo...

Soy
lo gris contra lo gris. mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena,
pero ese truco sutil
que me permite comer y burlar enemigos
me ha deformado. He perdido la simetría
de los animales bellos, mis ojos
y mis narices
han virado hacia un mismo lado del rostro. soy
un pequeño monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del mar.
Las breves anchovetas que pasan a mi lado
creen que las devora
una agitación de arena
y los grandes depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de órganos enterrados en la arena
y los bordes imperceptibles de mi carne
no están muy lejos.
A veces sueño que me expando
y ondulo como una llanura, sereno y sin miedo, y más grande
que los más grandes. Yo soy entonces
toda la arena, todo el vasto fondo marino.

Anónimo dijo...

Lázaro, ¿de qué universidad eran esos amigos que conocían a Neuman pero no a Auden?

Lo digo porque es interesante que esa información sea de carácter público de cara al futuro poético del país.

Un saludo.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Querida gente:

Creo que Watanabe es un poeta importante dentro de la gran riqueza y variedad que nos ofrece Latinoamérica. Yo le estoy releyendo ahora. Hay algunos poemas que justifican de sobra que le comentemos hoy aquí. Y además la edición de pre-textos es muy digna. "Habité entre nosotros", descatalogado, por ejemplo, es buena muestra de que la labor del editor de recuperar buenos textos es muy necesaria. La innovación de este poemario en concreto viene por el cómo se relee y se reexperimenta desde lo poético el Jesús histórico. Y el dominio expresivo y sus sugerentes miradas no canonicas ni dogmáticas para mi revelan una maestría en Watanabe muy edificante. Invito a leer morosamente, por ejemplo:

La navidad, con un cierre de poema en voz de una madre que intuye el futuro que correrá su hijo demoledor. En clave histórica, pensar que un hijo nuestro viene al mundo dentro de una humildisima familia y bajo un imperio militar hegemónico que casi esclaviza a sus gentes ya de por si nos hace temblar. En el poema escribe:

"No canto una canción de cuna. Mirándote solo murmuro inacabadamente: es espantoso esperar de El lo que esperan."

Solo un poeta tiene la "inteligencia" de incluir ese "inacabadamente" confiriendo una mayor intensidad al temor de la madre que fue acompañandola hasta el final. Esto no es teología, esto es una aproximación historica a personas de carne y hueso. Eso sí, hueso y carne, bajo la atenta mirada del poeta.

En otro libro, para cambiar el registro, Watanabe escribe "Historia natural" y por citar un ejemplo de acierto poético:

En la Coda, "De la poesía:

El niño entró en la sombra de su árbol de extramuros
... /...

Y en la memoria del niño, con difícil contento, comenzó a elevarse para siempre la planta mínima, tu principio, tu verde banderita, poesía."

Esa actitud de asombro desde la que arranca toda mirada/escritura poética, que tropieza con los límites y confictos de la existencia y la convicencia, en la voz que es voz coral de Watanabe, nos propone la poesía como un espacio que ondea esperanza contra todo desanimo, de poesía como superación de la rendición o doma, de la pérdida de capacidad de conmoverse, asombrarse y compadecerse de los desastres de la vida ajena o propia.

Mi calificación de Watanabe es todadía imprecisa. Me gusta pero tengo que ahondar, apozarme en su no letra, en su latido, en la llama que avivaba su vida enferma, prodigiosamente lúcida.

Mirad, desde mi punto de vista, hay poemas de Watanabe que nos amplian la conciencia de lo físico y de lo enigmático. Lo hacen con belleza y desde su veraz experiencia. Con un lenguaje personalísimo, propio mundo lingüístico. Eso tiene un valor. Eso es en poesía lo suficiente:

belleza, justicia y veracidad.

Y entiendanse estas tres sustancialidades como eso que dá sentido al signo lingüístico propio de seres conscientes de sí, del mundo, de lo temporal.

A ver si se lee a Watanabe con lentitud. Quizá haga falta un año para poder situarse en él. Y quizá luego se encamine uno a la intemperie de sus pasos, con poco o mucho de lo aportado. Con casi nada o con casi todo. Pero que sea bajo una lectura de poeta. Es decir, implicando al corazón, a la mente y a la intuición.

Un abrazote


Víktor

Anónimo dijo...

Eso de equipar belleza, justicia y veracidad, querido amigo, huele a rancio idealismo. Quiero decir que los pobres necesitan justicia y no poemas o misas. Pues qué tendrá que ver la belleza con la justicia (yo puede ser un tipo guapo -sí, después de una ducha gano bastante- pero un perfecto hideputa) y aquéllas tampoco -de ninguna de las maneras- con la verdad o no de un poema, de una opinión o de una proposición, si prefieres. Un poema es otra cosa, no sé, ¿una sintaxis del alma (como dice Álvarez Ortega)? En resumen, un poema está lejos de ser una heurística o de meterlo en una urna como si fuera un voto.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Por qué no añadís a Bartleby en la lista de preferidos de El Cultural? Se han convertido en los más mejores amigos. ¿O es que sólo vale criticar a DVD y a Visor en este blog?

Anónimo dijo...

"Pues qué tendrá que ver la belleza con la justicia". No sé, lee la Crítica del juicio de Kant.Respecto a "apozarme en su no letra", creo que es más divertido leerlo.

Anónimo dijo...

No pretendo replicar a nadie, por lo tedioso y porque hay otras cosas más interesantes que hacer en la vida, pero creo que de Kant es conveniente leer algo más que el título de la portada. La clave en Kant es la autonomía del arte, su desinterés, o el concepto de lo sublime: esto lo sabe cualquier chaval de 1º de Filosofía. Aparte de esto, ¿tú crees que un poema es algún Tribunal de la Haya? Si mi abuela -que es viuda- necesita que le suban la pensión, ¿podrías recomendarme algún poeta que le permita llegar a final de mes?
Saludos

Anónimo dijo...

Lo siento mucho, pero creo que Viktor tiene más razón que un santo.
Belleza, Juticia y Verdad son la expresión del surco de lo infinito en la experiencia humana. Sed, amigo Pablo, deseo de algo que ni siquiera la Belleza, la Justicia y la Verdad pueden llenar, pero sí señalar. Sin pan no vive el hombre, pero negar que no sólo de pan vive el hombre es puro materialismo dialéctico. ¿Qué coño hacemos sino aquí hablando de poesía? Idealismo rancio dices. ¿Es rancio desear, o siquiera escuchar el propio deseo? El siglo XX se empeñó en tapar esos deseos a través de ideologías pestilentes que sembraron la historia de ignominia y muerte. Lo siento, es mi punto de vista. Si tú te quieres quedar con esa perspectiva materialista de lo humano es tu decisión legítima, pero dájanos acusar el dato de que la experiencia pide algo más, acaso un punto de fuga donde se intuye que ese gran deseo no es en vano. Algunos (o muchos) pensamos que el hombre no es una pasión inútil.
Un abrazo.
H.

Anónimo dijo...

Para Pablo:

Pero, si el tribunal de la Haya no funciona, ni los telediarios en su función realmente informativa, ni el FMI para defendernos de esta crisis global tan largamente cocinada, al menos un poema dice que no todos queríamos lo mismo o que algunos se daban cuenta y lo comunican al futuro, a los que sí tienen algo interesante que hacer, para que no se vuelva a repetir.

Si tienes la biblioteca de un chaval de 1º de Filosofía seguro que en alguna antología encontrarás más de un poema apropiado para la situación de tu abuela.



-Pier Paolo

Anónimo dijo...

Pablo,
la autonomía estética viene después, en segundo de filosofía, con Schelling. Otra lectura que puede sacarse de la Crítica del Juicio -Nietzsche, Nietzsche, Nietzsche- es que los principios morales tienen un... ¿componente? Una... ¿raigambre? Un no sé qué de estético. Y hacemos las leyes más simétricas porque nos parecen más bellas, como las matemáticas. Por lo demás, saludos

Anónimo dijo...

Hola

Para el Sr. Joan: ¿me gustaría conocer su opinión sobre Watanabe?. Sé que sus intervenciones son respetuosas y con críterio por eso le pido su opinión. Si esta por allí y quiere darmela se lo agradezco.

Un saludo cordial.

Anónimo dijo...

Hay que pasar a 3º, 4º, 5º (que no sé si existe hoy día, sí al menos en mis tiempos) y más allá. Tal vez así se entienda lo que defiende Pablo -que no soy yo-, algo me parece que nada vinculado al burdo materialismo, dialéctico o no, que se le atribuye. Una cosa es el arte y otra la vida, y otra la vida política, dicho sea sin más explicaciones. Algo que cualquiera, incluso los que no han estudiado filosofía -acaso éstos mejor- pueden entender a la primera.

Anónimo dijo...

Mi opinión sobre Watanabe no creo que te sirva de mucho, XX. Me parece un buen poeta, entretenido, ideal para esos momentos en los que uno necesita desconectar del mundo sin complicarse demasiado la vida. No creo que sus libros sean para releerlos.

No es el tipo de poesía que más me gusta pero reconozco que era un buen poeta, divertido y con sorpresas agradables.

Sobre la polémica suscitada voy a dar mi afilósofa opinión. Pensar que la poesía debe, tiene o puede ser útil es que querer añadir atributos a la poesía que nada tienen que ver con su naturaleza. Y es, además, una doble condena al fracaso a añadir a la de la propia escritura.

Mi amigo Valente creo que se equivocó cuando dijo aquello de que el poeta debía de ser el más útil de la tribu. Precisamente él es un ejemplo de gran poeta que ha sido perfectamente inútil para su tribu. ¿Quién conoce a Valente fuera de la poesía? ¿Por qué introduce Valente el sustantivo ciudadano cuando el poeta es invisible a la ciudad?

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:
Se ha introducido un tema interesante: la utilidad/inutilidad de la poesía.

«La poesía es inútil a Dios gracias, pero todos hablamos de la utilidad de lo útil, y nadie de la utilidad de lo inútil». Juan Gelman.

Hablemos de ello.

Anónimo dijo...

Hola SOy XX

Gracias Joan por su comentario.

En cuanto a lo que es la poesía. Yo creo que si trata de temas sociales, deberán de ser tratados con un lenguaje otro, nombrando de otra manera lo que esta en la realidad. Y la poesía solo transforma la realidad en el papel, pero no puede pretender transformar lo real.
Pienso que la poesía no es filosofía, ni política.
Es el tratamiento del lenguaje que se utiliza lo que hace que un texto sea poético o no lo sea. Nombrar de otra manera la realidad, nombrarla desde el desasosiego que nos provocan los hechos externos o internos y trasformarlos en lenguaje poético.

En realidad si queremos hacer un texto social en defensa de una causa pues no utilizaremos la poesía sino la retórica u el panfleto político. Eso no sería poesía.

Y al final la poesía no sirve para nada, pero es tremendo lo que provoca al leer un buen poema. Esa poesía que te mueve y la vuelves a leer. Esa es la poesía que a mi me gusta.

En fin, no sé si estoy por el buen camino en mis apreciaciones sobre la poesía.

Un saludo

Salut y VIVA LA POESÍA

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Para Aprendiz:

Habría que volver sobre Anibal Núñez, su mecánica de vuelo y aquello de:

"perfecione lo inútil a lo inútil. No haya edén".

Fue escrito en torno a 1979-1980. Ya ha llovido, pero como nos recuerda recientemente Gamoneda, con aliteración crispada: "ha de llover, ha de llover" todavía mucho más para limpiar el aire y darle claridad a lo oscuro, que proponía Artaud paralelamente.

La inútilidad de la poesía es lo subversivo del corazón frente a la maquínica utilidad de una razón instrumental y convertida en verdad hegemónica por los fundamentalismos iniciados en el último tercio del S. XIX y principios del XX. Los excesos son contraproduncentes y para un poeta es excesivo intentar tan siquiera dogmatizar, ser filósofo o divino. Vamos, es del todo estúpido. El poeta, que lo será ya muerto el hombre o mujer que escribía poesía, en vida es una persona más de la tribu, que además de con sus hechos, con su palabra trabaja en esa inutilidad, amorosa, osada, humilde pero tenaz, de ser en el mundo y en la ahoridad, su imposible: un decir coherente, un amar imprudente e inútil, un darse y compartir para entrever en los conflictos del existir y la muerte, músicas de sentido, espacios de libertad, belleza en lo frágil, suficiencia en la paz de los otros.

Un abrazo grande a todos.

Víktor

Anónimo dijo...

Aprendiz dijo:

De alguna medida todos transformamos el mundo continuamente con nuestros actos o no actos, con nuestros sentimientos o no sentimientos, con nuestros pensamientos o no pensamientos. El poeta ¿cómo no? también, en su medida.
Aquí se señala a la poesía como transformadora de la realidad (transformación no cambio). Si tomamos una caja como metáfora de la realidad, el cambiarla de sitio, de derecha a izquierda o de izquierda a derecha no soluciona nada, todo seguirá igual; tomemos la caja, recortémosla, pintémosla de los colores que se nos ocurran y haremos de ella otra cosa, algo nuevo a la medida de nuestros sueños, así el artista transforma esa realidad.

Anónimo dijo...

Si la realidad existiera previamente al lenguaje, hace tiempo que habríamos agotado las metáforas -incluidas las de la vida cotidiana.
Valeriano Bozal dice esto hoy en Público: "Uno forma parte de una comunidad gracias al gusto, por eso uno de los modos de socializarnos es a través del arte y la cultura."
La autonomía estética condenó a la poesía a un limbo de inutilidad. Muy prestigiosa culturalmente, pero ineficaz. De la inutilidad a la ineficacia. ¡Vivan Bloch y Adorno!

Anónimo dijo...

Dos cositas.

Una, que no es de Valente la cita original del ciudadano más util de su tribu, sino de Isidore Ducasse conde de Lautremont citado, acaso en paráfrasis, por Valente.

Dos, negar la influencia de Shakespeare, por poner un ejemplo, en la conformación ética de ciertas conductas de la contemporaneidad es como intentar negar la redondez de la tierra. ¿De qué otro cosa está hecha la conducta que no sea de la acumulación moral que irradia la poética de los mitos?

saludos

Anónimo dijo...

Señor L.G.V. de O.:

Si nos ponemos parafrásticos en cada cita, acabaremos en Mesopotamia o en Grecia o vaya usted a saber dónde. Valente utiliza ese verso en un poema sin comillas y por tanto es tan suyo como del conde.

Ya que jugamos a cogérnosla con papel de fumar, le niego la redondez de la tierra que usted afirma en un uso curioso de la lógica. La tierra es un esferoide desde Newton. Un esferoide amorfo para ser más preciso.

Y ahora que puedo decir que la tierra no es redonda, y siguiendo su aplastante lógica, me permito negar la influencia de Shakespeare en la conformación ética de ciertas conductas de la contemporaneidad. Dicho lo cual, estaré encantado de escuchar argumentos sobre la influencia de Shakespeare en esa conformación ética que no sean que la tierra es redonda.

Anónimo dijo...

Usted,querido amigo, parece demostrar la perfecta cuadratura de una cabeza, la suya sería un buen paradigma para l inventario geométrico de lo que yo no puedo demostrarle, la inteligencia que por lógica debería atribuirle, Siento no poder ejercer la pedagogia con semejante ejemplar de esfera,

L.G.V. de O.

Anónimo dijo...

Oiga, además de insultar, ¿no tiene usted ningún argumento? ¿Tanta sigla pomposa para eso?

Imagine que no es para mí, alma mortal incapaz de seguirle a las alturas. Imagine que es para el resto de lectores. Ilumínenos desde su exilio y deje de confundir esfera, mi caso, con esferoide, el suyo.

Anónimo dijo...

Salud y mis más sinceras felicitaciones a todos lo que participan en este estimulante blog, incluyendo a aquellos que con todo derecho se meten conmigo (y con media poesía española). Uno sencillamente, supongo que como todo el mundo, hace lo que puede y lo mejor que puede. Lo que en cambio no haré es insultar a distancia, que siempre es más cómodo que ponerse a trabajar y exponerse, arriesgarse a la opinión ajena. Todos somos excelentes poetas cuando criticamos a otros. En cuanto a la duda metafísica de un comentarista anónimo, en realidad la respuesta es menos compleja: no se trata de ninguna obra prematuramente completa, sino de la reedición conjunta de libros anteriores que en su mayoría (como suele suceder con las pequeñas tiradas de nuestra amada poesía) estaban ya medio agotados o descatalogados. Como reeditarlos uno por uno habría sido inviable, Acantilado prefirió volver a publicarlos todos juntos. Para lo cual, previamente, me dediqué a revisar muchos de los poemas, con la tenue esperanza de que fueran un poco menos malos. Sin duda fracasé, pero qué gusto fracasar cuando se desea seguir aprendiendo. Abrazos y felices fiestas,

Andrés Neuman

Anónimo dijo...

Mi duda metafísica sigue vigente, Andrés. Y me resulta muy curioso que un Corredor-Matheos, con ochenta años, no tenga unas obras completas, y sí las tenga un autor de treinta años. Me parece el mundo al revés, vamos. Singular, como mínimo. Pero es evidente que estás en tu derecho.

También me resulta muy curioso que en este blog hay muchos autores que sólo participan cuando se alude a ellos. Se nota que el blog se lee pero sólo se dice algo cuando nos toca el ego.

Me queda muy claro de qué pie cojeamos.

Salud

Anónimo dijo...

Estimado anonimito: me parece perfecto que tus dudas sigan vigentes. Eso es lo que nos permite seguir pensando, ¿no? En cuanto a Corredor-Matheos, espero que no me culpes a mí de que no tenga unas obras completas. Respecto del derecho de los aludidos (aludidos con nombre y apellido) a responder cuando se les nombra, no sé si te das cuenta de que a veces no se nos deja salida: si callamos, es por cobardía, disimulo, silenciamiento de los que discrepan, etc. Y si contestamos (con educación), es porque somos unos vanidosos. ¡Ay, qué ganitas tenemos de meternos con la gente! Si me permites una opinión, no se trata del ego, sino del sentido de la responsabilidad. Que empieza por no ocultar el propio nombre cuando se emiten juicios. A mi modo de ver, eso sí que es cojear. Por mi parte, nada más que decir. Si así lo desearas, te cedo la última palabra gustosamente. Con todo respeto,

Andrés Neuman

Anónimo dijo...

Querido Anonimito,
me parece que le niegas a Andrés Neuman su derecho a defenderse, a matizar o
a comentar una serie de mensajes en los que no sale muy bien parado.
Reconozco que es sin duda innecesario, puesto que él firma y tú sigues siendo menos que anónimo, anonimito. Ahí veo yo cierta desigualdad más peligrosa que el "ego".
Saludos y felices fiestas.

Anónimo dijo...

Mi buen anonimito, publicar obra reunida a la edad de Neuman o Méndez Rubio o incluso García Valdés es, al fin y al cabo, bastante habitual ¿no te parece? Tus argumentos ad hominem -o adhanonimitem- nos aburren a muchos. Yo no soy tan valiente como Neuman, soy más como tú, así que firmo Onánnimo. Eso sí, con cordialidad, no con mala leche.

Anónimo dijo...

Ya que los valientes machos alfa, onánimos de segunda fila, sólo tienen como argumentos la supuesta valentía o cobardía de poner un puto nombre, voy a extender un poco mi comentario que puse en la entrada navideña. Es regla general de un blog que los comentarios se hacen en la última entrada abierta, por cierto.

No me creo ese buen rollo, Neuman. Te explico por qué. Una persona que le gustan tanto los focos y los premios, que es un gran vendedor de sí mismo y de su nada, me produce desconfianza.

Esta mañana he estado en una librería y he hojeado tu libro, entre otros. Te soy sincera y perdona mi crudeza. Que hayáis elegido a Luis Antonio de Villena (uno de tus tres antólogos) y a García Posada para la cinta roja que recorre la portada de tu libro, con todo lo que ha llovido sobre estos dos personajes en los últimos años, me ha dado vergüenza ajena. Te lo digo con todos mis respetos pero es lo que he sentido. Es una demostración de lo que para mí representas en la poesía y cómo te mueves dentro de ella.

El recuerdo añadido de tu etapa hiperiona, con el típico Antonio Carvajal primero y el Hiperión correspondiente poco después, me ha ayudado a situarme en el por qué de esa cinta roja y en el por qué tu poesía me parece tan mala. Eres lo que Joan ha llamado un poeta cohete. Tu web ha quedado monísima pero tu poesía es insoportable. Por mucho que te apoye ese colega onnánimo que sí aburre. ¿Te aburre la inteligencia onnánimo? A mí el pensamiento único tuyo y de tu colega.

En este blog los que escribís con nombre y apellido siempre tenéis la última palabra, por si no lo sabes. No hace falta que nos perdones la vida.

A mí, ni como poeta ni como persona, me interesas lo más mínimo. Para mí eres tan sólo un trepa. Si lo consideras un insulto, dilo y que los addison borren la parte final de este comentario.

Anónimo dijo...

Iracunda helena, hembra omega, he firmado Onánnimo (que no has logrado escribirlo bien ni una vez), no conozco personalmente a Neuman ni me interesa conocerlo. Cualquiera puede entender, incluido anonimito, que he intervenido por cierta repugnancia intelectual hacia este último, anonimito, más que por apego al hispanoargentino. Cálmate, que con esos arranques no podrás encontrar argumentos ni escribir buena poesía, ese destilado de las almas serenas y complicadas. Saludos.

Anónimo dijo...

Como, siguiendo tu argumentación, eres un cobarde, nunca sabremos si eres o no su colega, su primo, su jurado, su compañero de premio, su antologista, su webmaster o su estilista.

Como macho alfa, ¿y onnanista?, le puedes dar consejos a tu abuela, pero yo no te los he pedido. Se los pido a gente que me demuestra algo, no una mezcla de amiguismo odio destilado a partes iguales.

Y tu término "repugnancia intelectual" delata de dónde vienes y a dónde vas. Te molesta la inteligencia en los demás porque no es tuya. Egocentrismo patológico. Tu expresión, y me voy a poner plathiana, me recuerda a los que utilizaba la alemana nazi con el "arte degenerado".

Addison de Witt dijo...

Con lo bien que os habían quedado las distintas reflexiones sobre la utilidad del arte...

Nosotr@s nos vamos de fiesta en poco tiempo. Hasta mañana por la mañana no entrarán los comentarios que hagáis a partir de una hora aproximadamente.

Andrés tiene la última palabra como ocurre siempre con los invitados con apellidos. Pero esta entrada no significa que se cierre este debate.

Intentar, si es posible, moderar el lenguaje porque estamos en el límite y tampoco aportamos nada. Gracias.

Anónimo dijo...

Vamos a ver, responderé con moderación y un poco de pedagogía. No he vertido ningún insulto y no pienso disculparme.

Voy a repetir mis dos afirmaciones, que no han sido refutadas, Andrés, si me perdonas:

-Entiendo que un poeta con 30 años está en plena formación, es una voz que está haciéndose. Me parece un poco presuntuoso sacar unas obras completas a esa edad, y creerse que uno "ha llegado". Una edad en la que, no lo olvidemos, muchos grandes poetas no habían publicado ni un solo libro. Me parece que es querer darse mucha prisa y pecar de ese gran mal de tanto poeta joven: el hambre de podio, el forzar la visibilidad mediática para que hablen de uno. Por ahí se cita a Olvido como ejemplo de autora que saca unas completas: pero compañeros, Olvido casi tiene 60 años, y una trayectoria muy larga que empezó en los ochenta; tiene todo el sentido del mundo reunir su obra y cerrar etapa, si ella cree que así debe ser. Lo de Antonio Méndez Rubio lo desconocía, y siendo un poeta que me gusta en mi opinión también se precipitó con las completas tan joven. El ejemplo de Corredor-Matheos, Andrés, no es por culparte de nada: es sólo un caso de un poeta octogenario que no ha publicado las completas, ¡y te saca cincuenta años de edad! Y hay otros casos.


-El segundo punto es irrefutable: y es que, que yo sepa, sólo has participado en este blog cuando se ha mencionado tu nombre. Ha habido otros casos, autores que sólo aparecen para defenderse. Es una actitud lícita pero que a mí no me gusta, porque aquí hay gente que se lo curra, que aporta y que están más allá de la egomanía o la defensa preventiva de la propia obra. Y luego hay otros, como tú, que sólo participáis cuando os incumbe, porque sólo os importa la autopromoción y muy poco comentar la poesía ajena. Una verdad incómoda que hay que señalar.

Al magnánimo onanista, con el que me he reído un rato, le diré un par de cosas:

Tu presunción de que no dejo a alguien defenderse es un tanto pueril e inexacta. Nunca le he negado a nadie su derecho a expresarse, quizá porque no soy onanista ni me gusta ejercer el monopolio de los afectos (ejerzo otros, claro).

Puedo garantizarte que seguiré provocándote repugnancia intelectual en lo sucesivo, y que tendrás una náusea perenne si repasas el historial del blog y descubres mis nauseabundos comentarios.

Y en cuanto a lo del anonimato, ya he dicho muchas veces que no soy escritor, que no importa mi nombre: por eso soy menos que anónimo, un don nadie, un ser ínfimo y perfectamente olvidable, como el aprendiz Jakob von Gunten de la novela homónima de Walser, cuya máxima aspiración era la inutilidad absoluta. ¿Te sirve de algo si te digo que me llamo Fernando o Paco? Así que si piensas que firmar como Anonimito en lugar de como David, Federico o Manuel es "peligroso" es que tienes un ligero problema, tío.

Anónimo dijo...

Anonimito, ¿he dicho o siquiera presumido que tú no dejas defenderse a la gente? No, sólo que no me gusta tu repugnancia por el hecho de que un poeta todavía joven reúna su obra (valoremos si es buena o mala, lo demás sólo importa a vigilantes resentidillos como tú). Es muy fácil defenderse de ti, tío.

Tampoco he dicho yo que firmar sin nombre propio sea "peligroso". He dicho que es cobarde. Tú y yo lo somos. Ah, y quién sabe si no eres un escritor. Porque tú lo digas, colegui.

Y nada más. Después de leer el final de tu comentario es evidente que tu egocentrismo ha escogido la vía perversa pero desveladora de la identificación nada menos que con un personaje literario. Nada menos.

No replicaré ni una palabra, Jakobito mío.

Anónimo dijo...

Estimados compañeros. Sólo quería añadir que, pese a todo, el propósito de este blog siempre me ha parecido muy necesario. Y sus análisis poéticos (que es lo importante), muchas veces acertados. Agradezco a los que, además, participan en él con educación.

En cuanto al poema mío que se citaba más arriba, tienen razón quienes lo criticaron: ni siquiera me gusta a mí. De hecho lo escribí con 19 años. Y es de mi primer libro. Elegirlo como símbolo de mi poesía no deja de resultar tendencioso, pero en fin. Confío, con el tiempo, haber progresado algo y que el último libro sea un poco mejor.

Helena, en ese tono dudo que logres debatir con nadie. Tu minuciosa enumeración de asuntos anecdóticos y externos (que si premios, editores, fajas, promociones) me temo que en realidad retrata cuáles son tus inconfesos intereses y tu actitud hacia la poesía. Por lo demás, recordarte que he publicado muchos libros sin premio. Ni foto. Ni faja editorial. Que en este caso era, por cierto, verde. Y no roja. Aunque la confusión es comprensible, porque todo lo ves con furia. Ojalá dediques más energías a leer, escribir y trabajar en tus textos que a maldecir a personas que no conoces ni quieres conocer. Te aseguro que, trabajar en los textos, yo al menos trabajo muchísimo. Lo testimonia precisamente ese volumen reunido que a algunos les ha molestado tanto y que, mejor o peor, que eso también va en gustos, al menos demuestra que mi tiempo lo he empleado en escribir, que es lo que debe hacer un escritor.

Y regreso al silencio, que es lo menos bélico que se me ocurre. Y adelante con la poesía. (Acabo de leer con placer, y recomiendo, "El reloj biológico" de Santiago Sylvester, su último libro en ediciones de Dock; unos viejos ensayos de Tsvietáieva en Anagrama; y la espléndida traducción de los sonetos de Shakespeare que acaba de publicar Nivola, a cargo de Pedro Pérez Prieto. Eso nos reconcilia.) Vuestro lector,

Andrés Neuman

Anónimo dijo...

Onnánimo:

trabájatelo un poco más, anda. Como aprendiz de troll aún te falta un hervor.

Anónimo dijo...

En Madrid, la faja es roja, al menos en dónde yo la he visto. Entiendo que, como burgués, te asuste el color.

Te lo repito: ni como poeta, ni como modelo de Superpop, ni como persona, me interesas lo más mínimo. Eres un vendedor, y tengo la misma opinión que Platón sobre la gente como tú. Comprendo que las mujeres con carácter te desubiquen pero fuera de ese círculo cerrado en el que te mueves hay vida y, sorpresa, poesía. Al margen de premios sospechosos, amiguismos, Villenas y peloteos.

Anónimo dijo...

Helena, una posdatilla de género para que no te confundas: adoro a las mujeres con carácter y espíritu contestatario. Las admiro. Por eso vivo con una de ellas, que casualmente es doctora en teoría feminista y me ha regalado el privilegio de conocer a Judith Butler, a Luisa Muraro, a tu tocaya Hélène Cixous, entre otras muchas. Autoras, mujeres, intelectuales a las que les estaré eternamente agradecido por enseñarme acerca de mí. Y también acerca de la vida, o la poesía, cuya verdad tú pareces monopolizar mientras nos das discursos sobre el pensamiento único.

Pero lo que tú transmites, al menos conmigo, no es carácter. Ni espíritu contestatario. Es simple prepotencia. Prepotencia y violencia. Valores más bien patriarcales. Tampoco es raro. Como bien sabes, la ideología se asimila y reproduce más allá del género sexual.

Tú misma, Helena. Yo te deseo suerte de todas formas. Te la deseo de todo corazón. Y ojalá que tus libros encuentren el mejor destino pronto.

Adiós, buen año,
Andrés Neuman

Anónimo dijo...

Claro, asumes el papel de mosquita muerta del género femenino. Pues vas de culo conmigo.

Mis libros, querido prepotente burgués, tienen el destino que yo he querido, y que afortunadamente nada tienen que ver con tus formas y tus fondos.

Falsedad, vacuidad, eso saco de tu palabras. No te deseo nada. El tiempo, en pocos años, ya te ha puesto donde te mereces. A por el Planeta, chaval, que es tu territorio.

Anónimo dijo...

Me parece que los comentarios de Helena están fuera de lugar.
La verdad es que no comprendo cómo pueden pasar por críticas poéticas o "contracríticas" cuando son rabietas con mala baba.
Tampoco comprendo muy bien la identificación de Anonimito con Jakob Von Gunten. No creo que ni Jakob ni el propio Walser dedicaran tanto tiempo a leer la prensa y escarbar en las inmundicias del mundillo poético platanero, empezando porque Jakob es un personaje literario que no lee periódicos. Entre eso y el complejo paternal de Papi Joan, creo que bajáis el nivel de las contracríticas de Addison, las utilizáis como excusa para una obsesiva crítica al poderoso que deja poco margen al descubrimiento de poesía. Estáis convirtiendo el blog en un subtexto de El País.

Anónimo dijo...

Cuánta razón la hartura del anónimo. La verdad es que echo de menos no descubrir más autores (aquella sección de "Secretos de poesía"...) en lugar de repetirnos que los mismos de siempre son tan malos como siempre...

En fin, feliz navidades

Guillermo Molina Morales dijo...

en la línea del anónimo un poco harto, y, más bien, bastante harto: es triste, ya casi desesperante, que todos los foros de poesía acaben convirtiéndose en un "salsa rosa" o "aquí hay tomate" que nada tiene que ver con la poesía. lo mínimo que se puede decir es que nos desviamos del tema. y que, en todo caso, habría que diferenciar el ser crítico con el mundo literario del ser un estalinista obsesionado. no alabar a alguien acríticamente por ser "famoso", pero tampoco escupirle acríticamente por haber ganado el premio tal. simplemente leerlo y opinar de lo leído, no de lo que le rodea.

en este ambiente hooliganesco, se agradece que en los adw domine todavía la crítica inteligente y no los escupitajos estalinistas.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Precisamente habláis de personas que semana tras semana aportan cosas muy positivas a este blog. No son trolls ni similares, que es lo que parece que os interesa. Meter cizaña y ya está.

Respecto a lo del marxismo y elpensamiento único, me parece de broma. Sois vosotros los que estáis en el pensamiento único, en la aceptación de este falsa izquierda que regala 12.000 millones de euros a la banca para que salven sus errores y los de sus clientes promotores inmobiliarios. Es vuestro silencio la complicidad. Y el calor de premios de muchísimos miles de euros que complace vuestras carteras y satisface vuestras almas. Precisamente sois vosotros, los que votáis al PSOE que apoya a la banca, quien mantiene los privilegios de la iglesia y la monarquía entre otros muchos poderes, quienes sois el pensamiento único. El pensamiento que hiede. Quedaos con vuestros planetas y vuestros loewes y encima no tratéis de darnos lecciones.

Anónimo dijo...

Vaya, yo que quería descubrir autores nuevos para leer en el bus, y ahora resulta que soy un cómplice de asesinato, o peor aún, lector de Savater y Peri Rossi, o peor aún, ¡votante del PSOE!

Sí que es peligrosa la poesía, sí.

Fuera de bromas, me gusta la poesía porque permite la simultaneidad, el "quererlo todo a la vez" de María Zambrano. Y eso me impide creer en un partido político. Y al gustarme tanto la poesía, estoy deseando conocer a autores nuevos, lo que me interesa más que escuchar que autores que ya conozco son muy malos.

¿Que el último libro de Gimferrer es residuo tóxico? Pues probablemente. Pero eso no necesito saberlo -aunque ya...-. Disfruté en su día con La muerte en Beverly Hills, no puedo pedir más. Pero, ¿por qué no hablar de libros que sí que valgan la pena? Yo mencionaría dos recientes de Pre-textos: "El contrario", de Fco. Alba y, mejor todavía, "Desorden del amanecer", de Lorenzo Plana, que por cierto empieza:

"Sí y no. Sí y no de ahora en adelante."

Pues lo que yo decía. La simultaneidad.

Anónimo dijo...

No lo decía por ti, Shelley. Miraré esos libros porque lo que se sale de La Cruz del Sur me ha decepcionado desde hace tiempo.

Lo decía porque es curioso que ahora los triunfitos nos llamen marxistas. Eso sí que un proceso unineuronal.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo en que los "hooligans" sólo prodiguen "escupitajos estalinistas" (por cierto, curioso que muchos utilicen la palabra marxista como un insulto, no deja de ser sintomático de cierta defensa psico-social preventiva inoculada en un mundo unipolar). Es cierto que muchas veces se cabrean, que pueden llegar a ser faltones e iracundos, pero también dicen verdades como puños y a veces hablan de literatura, y mucho. Lo que pasa es que es más cómodo, para desacreditar al contrario, reducirlo a un estereotipo y obviar las esquinas, los pliegues y matices que hay debajo de la aparente aspereza de algunas intervenciones. Ya quisieran muchos saber de literatura lo que saben Helena y Joan, o Jordi, o J.; si a veces, en especial los dos primeros, son ásperos, en su derecho están.

Y es difícil, anónimo un poco harto, explicar el proceso de identificación que uno puede sentir con un personaje u obra literaria. Difícil porque no tiene que ver con tu comprensión sino con una intimidad intransferible. En mi caso la identificación fue automática tras leer la primera frase del "Jakob von Gunten". Tiene que ver con la inutilidad como vocación, no con la lectura de periódicos (que por cierto, Walser estaba más informado de lo que supones). Pero vamos, si te sientes más cómodo te diré que me identifico más con el mordaz Gombrowicz, que era un cabrón integral y una inteligencia prodigiosa (yo abundo en lo primero y no ando sobrado de lo último), y con el a ratos también iracundo Canetti, y de paso vuelvo a insistir en la recomendación de su aforística completa...

Anónimo dijo...

Hola anonimito, no quería decir que Walser no estuviera poco informado, ni que no tuviera mala leche -recuerdo los comentarios sobre Hesse en sus paseos con Carl Seelig-, pero me parece que su estética de la desaparición no es admonitoria. Vamos, que prefería desaparecer él antes que aconsejar al resto que desapareciera.
Creo que es un matiz importante. De hecho, pedir a los demás que templen su ego o lo encanijen no es muy walseriano. El propio Robert, lector de Moritz, de Jean Paul, Keller y otros críticos del pietismo moralista -léase Anton Reiser del primero- coloca a sus personajes a medio camino entre la ocultación y el orgullo. Basta que alguien les dé un consejo parecido -"no tengas ego"- para que se vuelvan unos cabrones. Esa es una de las líneas argumentales de Jakob Von Gunten, si pasas de la primera página, y de El ayudante y Los hermanos Tanner, donde el joven Tanner decide despedirse anticipadamente de los trabajos antes de sentir pisoteada su arrogancia juvenil. En El bandido, novela más amarga y escrita poco antes de su "desaparición voluntaria", vuelve otra vez al tema, con más ironía y menos amparo. Sus personajes no son el idiota de Dostoievski, son idiotas orgullosos. Saben su valor, pero es un valor inútil. Hay una cita de Kraus que dice algo así como que "con su llamada a la humildad, querrían rebajar nuestros logros". Lo de Gombrowizc y Canetti, tú mismo, identifícate con quien quieras si crees que eso da más relieve a tu personaje "anonimito", pero ten en cuenta que quienes hemos leído a ambos podemos no verte ningún parecido con ellos. Son los riesgos de la identificación idealista, que nunca es universal... Respecto a la anónima desaforada con el pensamiento único y el vosotros... quizá no caería ella misma en lo que critica si no convirtiera a la segunda persona del plural en su enemiga. La frase magistral "Sois vosotros los que estáis en el pensamiento único", me recuerda a aquella de Jules Renard: "Burgueses son los otros", matizada por esta otra: "el odio al burgués es burgués".

Anónimo dijo...

No es por dar relieve a mi "personaje", anónimo. Es identificación sentimental que trabaja en un nivel privado. Evidentemente, nada más lejos de mi intención que compararme con esos inmensos escritores, a los que venero.

Y me alegra que seas un lector tan atento y versado de Walser. Entre la ocultación y el orgullo, me gusta. Un candor desafiante. He leído todo lo que comentas y ahora estoy con los microgramas, avanzando lentamente... por cierto, un libro de Walser se titula "Vida de poeta": un conjunto de estampas fragmentarias a medio caballo entre la realidad y el sueño, la ternura, la ironía, el paseo... mira por dónde citas a Renard, y estarás de acuerdo conmigo en que sus "Diarios" también pueden ser un extraordinario regalo de Navidad. Demoledora lucidez y penetración... y conmovedoras, si mal no recuerdo, las evocaciones de su amigo Marcel Schwob, otro gran autor imprescindible...

En fin, me alegra también que estés menos harto.

Salud