lunes, 16 de febrero de 2009

Premios del Público a los mejores poemarios 2008

Estimados amigos:

Estos han sido los cinco poemarios más votados por vosotros:

1º Juan Gelman por "Mundar". Publica Visor.
2º Ángel González por "Nada grave". Publica Visor.
3º Tomás Segovia por "Siempre todavía". Publica Pre-Textos.
4º Pere Gimferrer por "Tornado". Publica Seix-Barral
5º Eloy Sánchez-Rosillo por "Oír la luz". Publica Tusquets.

El resultado de las votaciones de los cinco ganadores ha sido:




Votos Total




689
Juan Gelman Mundar Visor 187 27,14%
Ángel González Nada grave Visor 167 24,24%
Tomás Segovia Siempre todavía
Pre-Textos
136 19,74%
Pere Gimferrer Tornado
Seix Barral
102 14,80%
Eloy Sánchez-Rosillo Oír la luz
Tusquets
91 13,21%

Como se puede entender al observar esta lista, el voto ha estado muy repartido entre el gran número de candidatos y el ganador no llega a alcanzar el 30% de los votos. También se puede observar como nuestros gustos poéticos no son precisamente los mismos que los de la minoría mayoritaria que ha votado. Igualmente destaca el aumento significativo en el número de votantes respecto al pasado año.

Como anécdota, al final han sido doce los poetas que han llevado a cabo campañas de votaciones entre amigos, novias, compañeros de trabajo, personal de embajada y seres afines. Ninguno de ellos ha llegado a un número suficiente de votos como para tener que anular su participación, es decir, ninguno ha alcanzado los 91 votos del quinto clasificado.

En las próximas semanas daremos a conocer los resultados de nuestras votaciones, que ya anticipamos que serán muy distintas a los votos del público. Para no tener el blog seco de reseñas, intentaremos ir publicando contracríticas mientras decidimos los resultados finales.

Muchas gracias por vuestra participación y nuestra más sincera enhorabuena a los premiados.

Colectivo AdW

lunes, 9 de febrero de 2009

Carta para Addison de Witt sobre Nelly Sachs


Carta para Addison de Witt sobre Nelly Sachs

Estimad@s Addison,

Como bien recordarán –y quizá recuerde alguno de sus lectores– me ofrecí voluntariamente hace unos días para echar una mano, ya que se encuentran ustedes en un punto cercano a la embolia poética por todo lo que los desaprensivos poetas del 2008 hemos publicado. Mi intención –porque debo aclarar, desde ya, que se ha quedado en una intención– era comentar la obra poética completa de Nelly Sachs, Viaje a la transparencia. Editorial Trotta. 2009. Esta obra fue reseñada por Antonio Colinas a finales de enero. Hasta donde yo sé Colinas no tiene ninguna relación con Trotta y sí un interés muy sano –y conocido– por las traducciones. Con lo cual, en mi opinión, habría que poner una nota de objetividad alta que sólo podría verse afectada por el entusiasmo que suele mostrar el señor Colinas ante toda traducción.

La reseña publicada en el suplemento es interesante, aunque se trata en el fondo de un retrato –ilustrativo– de quién fue Sachs y desde qué óptica escribió y por qué. Lo que sí menciona Colinas es la característica de la poesía de Sachs que me lleva hoy a escribir esta carta en vez de una crítica como Dios (¿Luis García Montero? :)) manda. De Sachs dice Colinas que “empieza su larga meditación desde el exilio sobre su condición de judía” y “El peso de la tradición judía -literaria, religiosa, existencial- es enorme en esta obra”.

Pues aquí empiezan los (mis) problemas, que trataré de resumir: me resulta difícil, por no decir imposible, leer estos poemas de profundas raíces judías que hablan del horror del Holocausto sin pensar en las recientes declaraciones de la ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, sobre la ausencia de crisis humanitaria en Gaza. Pienso que poesía y política poco o nada tienen que ver, pero uno es humano –no como Tzipi Livni– y, en ocasiones, no distingue, como tampoco distinguía Pound, la experiencia personal y la experiencia colectiva. Con lo cual mi nota de objetividad, por oscuras razones, es de cero o de menos cuatro. Pero no todo está perdido, volvamos al libro:

Como apunta el crítico en El Cultural, el trabajo de José Luis Reina Palazón ha sido ingente y exhaustivo. Sin su extensa introducción y su breve análisis de cada uno de los libros que contiene esta obra poética completa sería muy complicado cualquier acercamiento al simbolismo que Sachs utiliza (donde encontramos elementos del jasidismo, del Libro del Zóhar de Moisés el Sem Tob de León, de Job y de la liturgia Hebrea…). Sería fácil fusilar algunos párrafos de Reina Palazón para aparentar un conocimiento sobre Sachs que no tengo. Es necesario decir, eso sí, que Nelly Sachs fue y es una poeta del sufrimiento, dueña de un desasosiego que intentó canalizar en forma de poemas.

Como he dicho antes una serie de prejuicios -¿infundados?- me distancia de su dolor, de sus “Oraciones para el novio muerto” y de su general pesar por el destino de Israel y el pueblo judío. Pero Sachs escribió lo que escribió porque la historia fue lo que fue, así que, sin el mismo acierto, hago lo mismo
.
Perdonad, pues, Addison de Witt, que no os haga una buena crítica de esta cuidada obra que, por otra parte. Nelly Sachs es, sin duda, una autora fundamental para la lírica del siglo XX, por su fuerza y su testimonio. Pero quizá merezca un lector que no vea tanta tele.

Vuestro amigo, Serafín de Tsemana.