miércoles, 13 de mayo de 2009

Secretos de poesía: Un hombre por venir, de Fernando Menéndez


Hola a todos y todas:

En esta entrada hemos querido rescatar a uno de los finalistas a mejores poemarios de 2008. Se trata del libro de Fernando Menéndez "Un hombre por venir". Está editado por Icaria.

Hubo dos razones para elegir este libro. La primera, obvia, es que el libro nos pareció un buen poemario, e iremos dando las razones para ello. La segunda es que apreciamos una clara progresión en la poesía de Fernando, progresión que anticipamos continuará conforme siga desnudando su poesía de retórica que, ni va ya con su poética, ni es el terreno en el que mejor se defiende.

"Un hombre por venir" se divide en cinco partes. La primera da título al libro. Hay un cierto substrato narrativo, que unificaría tanto cada una de las partes como el conjunto del libro, pero es un substrato apenas esbozado, que permite al poeta construir a partir de ese punto su poesía pero en dónde la forma es más importante que el fondo. Comienza el libro de esta manera:

"Quema con una cerilla las cuatro esquinas de un folio. El fuego tiene una mirada en el pasado. Los bordes, ahora ennegrecidos y dentados, dan un peligro de nostalgia, un consuelo de mentira. Se pone un vestido negro, desliza las manos por el estómago. Hubo un hombre que asomaba su miedo por los perfiles.
Colocaba un cigarrillo en la oreja: podía esperar..."

Un aspecto que merece destacar de este primer poema, y que constituye un denominador común del libro, es el buen manejo de los tiempos verbales así como de los cambios de plano temporal, siempre ajustados y en nada arbitrarios. Lo mismo ocurre con el sujeto poético, a veces en tercera persona, a veces en primera, otras en segunda. El resultado se parece bastante a una técnica pictórica fragmentaria, no demasiado lejana a un cubismo que el propio poeta mencionará más adelante.

En la parte menos destacable habría que mencionar un lenguaje que utiliza con demasiada frecuencia la sentencia: "La muerte en el agua no es una muerte"; "La suerte comienza por las costumbres"; "Nunca se mejora con las explicaciones". "Nadie vive sin buscar pausa"...

A veces el léxico y su uso nos recuerda la tradición surrealista: "Ártico un labio que pide fuego. Primer piano y se desnuda el brazo izquierdo, segundo piano y se desnuda el brazo derecho". Resulta curiosa y acertada la adjetivación del sustantivo en este caso.

La elipsis de la historia subyacente también tiene su contrapunto como figura retórica y es quizás la herramienta que con mayor profusión utiliza el poeta. De nuevo, suele acertar en su empleo: "Timbres cada indecisión...A medianoche espera función de institutriz"

Esta primera parte termina con la sugerencia de la muerte en varios poemas, uno de ellos casi elegíaco de la infancia. La palabra miedo es una de las claves narrativas del poemario, junto con esa persona en construcción.

En "Perro ladrador", la segunda parte, el poema se hace mucho más corto y rompe su estructura espacial prosística para acercarse a la estructura del poema tradicional (aunque cada verso es una frase separada por dos espacios). Los primeros poemas suelen tener dos versos cada uno y el cierre es demasiado brusco y, de nuevo, algo sentencioso. No es un terreno en el que el poeta parezca sentirse tan cómodo como en la abstracción o en la observación. En ocasiones el mensaje prima sobre la poética, como en el poema que termina diciendo "En sí, la vida es exagerada". En otros, el nivel es mayor aunque no estemos a la altura de otras partes del libro:

"La pereza ha dado origen a Dios.

Desaparecerán los hombres. Qué ínfima medida la ley."

El nivel mejora con los poemas de 4 o 5 líneas del final de "Perro ladrador", en donde el autor parece acercarse a la metapoesía recorriendo sus bordes. El siguiente poema parece una definición de estilo:

"En el camino recorrido no hay ficción.

Su sequedad comienza antes del destierro.

Entonces, escribí."

"Desfiguraciones" retorna al poema en prosa, en un paso intermedio entre la primera y segunda parte. La infancia vuelve, "el electricista nos regaló una culebra de cobre...", surge el erotismo (acompañado siempre de una referencia maternal y láctea) y a la vez aparece una mirada crítica hacia el trabajo de los demás (que también se repite en la siguiente parte: "Lo que mastican los esclavos camino del autobús") y a la propia rutina de la vida cotidiana. El estilo es más figurativo que en la primera parte y resalta de nuevo la figura de la elipsis.

"Alquimistas de sí mismos", cuarta parte, muestra por primera vez un lado más irónico del poeta, que podría utilizar dar más de sí en futuros libros. La observación oriental se anuncia: "Mirar fijamente una planta para notar sus cambios". Es en esta parte en la que el poeta habla del cubismo, como dijimos anteriormente:

"...la vida es una manifestación de fragmentos.

Un cubismo"

Algunas de las metáforas no son muy acertadas. Tampoco en este terreno el poeta saca lo mejor de sí mismo. Mejora técnicamente cuando son imágenes más puras, sin una referencia semántica tan evidente:

"Ve todo estraza. Ve que un cuervo es isósceles; una botella ensenada; que un hogar, insomnio."

Destaca por su combinación de aciertos el poema con que termina esta parte:

"Fui con los aerosoles al lugar de la explosión. Disparé al aire un violeta. La gente me tomó por obsceno, por esperanzado."

"Tres finales", nos parece, de nuevo, una ironía del autor en tanto que ninguno de los tres poemas constituyen un final (ni siquiera tenemos un principio claro). Dejamos a los lectores para que ellos mismos elijan uno de los tres finales que no lo son.

Fernando Menéndez no tiene prisa por escribir. Sus poemarios tardan varios años entre uno y otro y la sabiduría que se gana de esa forma queda clara cuando se repasa su poesía. Estamos ante un poeta que, a pesar de estar por encima de los cuarenta años, todavía tiene una enorme capacidad de progresión, y al que deseamos, en próximos poemarios, una mayor dosis de oscuridad y una menor de retórica. Es en la observación pausada y en la reflexión donde Fernando nos dará, creemos, muy buenos momentos de poesía. Como escribe en su primer poema: "La escritura de un hombre por venir".

Valoración del libro "Un hombre por venir": 7 / 10

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Increíble la censura de TVE a la pitada al rey y al himno. Primero se van con el plano fuera del estadio y luego lo retransmiten en diferida y convenientemente editado. Menudo país.

Raúl dijo...

Se agradece que últimamente os centréis más en descubir y comentar buena poesía que en señalar y denunciar los tejemanejes ya endógenos del mundillo poético, lo que por otra parte, es por todos de sobra conocido.

Vuestras dos últimas recomendaciones demuestran una fantástica claridad lectora y en realidad creo que haceis mucho más así, descubriendo, que enfangando.

Un abrazo.

María dijo...

Pues a mí sí me interesa, y mucho, las críticas a los libros de los consagrados por los medios. El "por todos de sobra conocido" se ajusta a su inverso. En realidad, si no fuera por blogs como éste, sería conocido por tan sólo unos pocos de vosotros.

Con esto quiero decir que me parece muy interesante la búsqueda de poetas a los que la crítica ningunea, pero me parece tan válido como la contracrítica a los poderosos. Enfangar es tratar de ocultar algo. Al contrario, el blog echa luz donde otros quieren, o queréis, que sólo haya oscuridad.

Anónimo dijo...

XX:

Yo estoy de acuerdo con María.

Y agradezco las dos vertientes de Addisson. Valoro mucho que Addisson que saque estas reseñas es una forma de acceder a estos libros, de otra forma dudo que me llegarán.

He abierto esta ventanita para decir que al día de hoy aún no he podido conseguir el libro de Antidio Cabal. Se lo pedí a mi librería de costumbre pero me han dicho que aún tardará un poco más. Este comentario lo hago porque me fastidia que los libros de poesía no estén más asequibles.

De paso felicito a Fernando Menéndez por la nota tan alta.

Saluditos.

david dijo...

Leí el libro de Fernando cuando fue anunciado en este misma página.

Cuando es retórico, resulta malo. Y cuando no lo es, es vacuo. No hay nada. Desde luego, no hay poesía. Es posible que esté mejorando, pero en su estado actual o no hay poesía o es bastante mala.

jordi dijo...

Ya sé que anonimito me va a decir que me la cojo con papel de fumar, lo cual podría no ser del todo falso, pero de nuevo creo que el libro no llega al notable. Sí me parece un buen libro, que empieza muy bien con ese primer poema que habéis seleccionado, pero el nivel de la primera parte no se mantiene en el resto.

Coincido en que es el mejor libro del autor y que apunta maneras en su evolución. Y por supuesto no coincido con el cansino repicar de que ésto sí y ésto no es poesía del colega David. El libro es poesía de principio a final. Simplemente el nivel es muy variable. Por ejemplo, al lado del poema que habéis puesto sobre el triángulo isósceles se puede leer otro poema:

"Los árboles en invierno son un ejemplo de resistencia.

Cuelgo de ellos mis puntos débiles."

Lo mismo con el poema, excelente, de los aerosoles que también habéis incluido. Al lado, en página par, éste:

"Mira el mazo en el mortero. Mira la arcilla de ajo. Piensa en nuestra dependencia.

Tampoco hemos avanzado tanto."

Hace falta más que la elipsis para construir un libro excelente. "Un hombre por venir" se me queda a mitad de camino. Es bueno, pero sin entusiasmos. Eso sí, muy por encima de lo que se publica de media en España. Y por eso entiendo su inclusión.

Anónimo dijo...

Quizá esperaba demasiado...
Ahora que os habéis puesto a sacar flores, no lo son en realidad, lo único que lográis es apartar maleza y dejar que le de la luz a algo que, pse, es la típica planta sin gracia en la que no te fijas. Gracias a esa poda, ahora sí te fijas, pero descubres que no, que no es nada especial. Porque las flores de verdad ya te atraen por su sólo olor.

En fin que...entiendo que sigue sin haber mucha capacidad, porque está taponada de egolatrías. Y la culpa no es vuestra, desde luego. Por eso se agradece el gran trabajo que hacéis, pues lo de la crítica actual no tiene nombre.

PD: Hace poco muere sin embargo un poeta de esos que todo el mundo quisiéramos ser, sin embargo el círculo más íntimamente poético no lo reconocerá jamás. Y todo por no ser conscientes de su (nuestra) profunda nulidad para ésto, por no quitarnos el sombrero y simplemente aplaudir.

Anónimo dijo...

¿Habéis leído lo que Juan Bonilla dice en el Cultural que trae hoy, quince de marzo de dos mil y nueve, el periódico El Mundo? ¿Dónde oí lo que Bonilla cuenta antes? Sí sé dónde lo seguiré oyendo. Aquí.

helena dijo...

Creo que fue Perse quien dijo que cada siglo nacen tres o cuatro extraordinarios poetas.

No sé si la afirmación es exagerada u optimista pero creo que algunos en este blog están teniendo cierta actitud de niños mimados. Primero pedimos más secretos de poesía y cuando nos los dan, decimos que no son obras maestras y que queremos más. La imagen que se me viene a la cabeza es la de un niño insoportable pataleando en el suelo.

Ni el libro de Antidio ni el de Fernando son obras maestras de la literatura universal. Si alguno cree que cada quince días se va a descubrir algo de esa categoría, frustrado lo veo. Si le cabrea no ser él el elegido, se entiende mejor la frustración.

Pero si queremos leer libros buenos de poesía, por el placer de leer, y no para hacer de malos críticos de la contracrítica, creo que ambos libros cumplen de sobra con el cometido.

Gracias addisons por descubrirme estos dos libros. Quizá la sección debe llamarse "Secretitos de poesía" para que la gente, desde sus cómodas sillas, baje sus expectativas.

insider dijo...

Bonilla acierta en el diagnóstico de este año sobre el Loewe pero falla en el diagnóstico de todos los años anteriores. Por poner un pequeño ejemplo, ¿por qué no habla de un ganador que también forma parte habitual del jurado y que invitó al presidente del jurado y otro miembro del jurado a un viaje a Italia dos meses antes de concederse el premio?

Por cierto que la fundación ya ha mandado las cartas invitando a participar a los poetas que somos, para ellos, más conocidos. El jurado es el de siempre, y ya viene anunciado en la carta. Se pueden meter el premio dónde más les guste. Para mí sería un desprestigio en mi cv tenerlo a estas alturas.

Anónimo dijo...

"El verano pasado leí unos 300 poemarios: lo hice por dinero. 250 eran infumables, 40 malos, y los otros legibles. Había tres decentes, y uno espléndido. Nunca Loewe a gusto de todos, es natural, pero el jurado del Loewe, hasta ahora, siempre me había dado garantías de que se podía confiar en él, de que, aunque me pasara el verano anegado de palabrería, merecía la pena con tal de que finalmente alcanzase a lograr el premio un buen libro. Hasta ahora. Llegó el último premio Loewe, titulado Playstation, firmado por Peri Rossi, y lo primero que pensé tras leerlo fue: para qué coño me han tenido un verano entero leyendo poemarios. Es inverosímil que el jurado considere que éste era el mejor libro: ustedes no pueden saberlo, pero yo conozco 300, y sé que había, al menos, tres libros decentes, y uno espléndido, que se quedaron sin recompensa como yo me quedé sin verano para que el premio fuera a un racimo de bobadas narcisistas. ¿Por qué no ponen en las bases de algunos premios el nombre del ganador? Así, el que se presentara, sabría al menos que gasta estúpidamente su dinero encuadernando copias que carecen de posibilidad alguna".

Juan BONILLA

bea dijo...

Curioso que Bonilla utilice el mismo argumento que la ganadora del premio para relacionarse con él: el dinero.

También resulta curioso que sea sólo una persona la que se encargue de todo el proceso de pre-selección. Lo normal sería que fueran 3 o 4 y que leyeran los mismos libros de forma que no sea el criterio de uno sólo el que prevalezca.

Anónimo dijo...

Examen de Literatura para futuros poetas:
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Ejercicio 1

Consideremos los siguientes recortes de prensa extraídos de El País, del ABC y de El Mundo respectivamente (son fáciles de encontrar en la Web)

1) Apenas 24 horas después del anuncio del fallo del Premio de Poesía de la Fundación Loewe en su XVII edición, un duro comunicado de esa institución revocaba ayer el galardón otorgado al alicantino Antonio Gracia por su libro Devastaciones, sueños por "falta de ética". Devastaciones, sueños, premiado por la Fundación Loewe, había sido enviado este mismo año al IX Premio de Poesía José de Espronceda Ciudad de Almendralejo, y resultó ganador el pasado julio.
Según ha podido saber ABC, la víspera del premio Loewe, un poemario con el mismo nombre y mismo autor, resultó finalista en el premio José María Pereda, que se falló en Santander.

2) No es la primera vez que el Premio Loewe ve empañado su prestigio. El premiado de 2003, Carlos Marzal, con su libro Fuera de mí, había publicado antes al menos cinco poemas del libro ganador del Loewe en una Antología personal de la editorial Renacimiento. Aparentemente, esto no llegó al conocimiento del jurado ni de la fundación, pero fue muy comentado en los círculos poéticos.

3) Lo de ahora de Juan Bonilla.

Pregunta 1:
¿Quiénes son los señores/as jurados de los premios anteriores?

Pregunta 2:
En virtud de los textos anteriores, defina el concepto de Poesía.

Pregunta 3:
¿Qué es un "poeta"? Más aún, haciendo uso de la respuesta a la Pregunta 1, decir qué no es un poeta.

Pregunta 4:
¿Dónde se encuentra el Juzgado de Guardia más próximo?
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Nota: El que en este examen obtenga una puntuación de 5 o más no llegará a ser poeta nunca, por lo que sería un buen candidato para el próximo premio Loewe.

SANTIAGO LIBERAL dijo...

Es la primera vez que leo este blog, me quedé atónito, yo he publicado algún libro, me considero un mal rimador de versos, algunos me llaman poeta, ser poeta es muy difícil.
Creo que los jurados en la mayoría de los casos no juzgan bien, hay miles de historias ciertas que verifican el poco juicio de los jurados.
Perdón por mi crítica.
un saludo
santiago liberal

Niño mimado desde su cómoda silla que no baja la espectativa pues espera descubrir cada día una obra maestra de la literatura universal(pataleando enrabietado) dijo...

¿Qué hay?
Mi nombre, comos sabeis, responde a mis supuestas pretensiones, no puedo negarlo, así lo afirman. En fin...

Esperar algo de lo que llaman poesía a día de hoy, o llamáis, o como queráis, es ya esperar mucho, pero uno siempre tiene esa ligerísima esperanza incrustada en los adentros. Sólo queda algo fermentado, pasado de fecha de caducidad, que recuerda a...
A algo. Seguro.

Como mal crítico de la contracrítica, aún sin capacidad para criticar, quisiera criticar lo nefasto de algunos en la defensa de lo muerto. Para esta página solo tengo halagos, no es más que el principio del fin. Pero para los denostadores con la argumentación del porque sí, solo tengo que deciros una cosa: soy una mierda y ni poeta. Porque jamás llegaré a tal grado de capacidad y a la vez, tampoco llegaré nunca a tal grado de incapacidad. Y todo por intentar hacer versos del siglo XXI en una poesía que vive en un siglo ficticio. Vamos, que o bien vivo en una realidad paralela (probable) o ahora resulta que reclamar está prohibido.

Volviendo al plano realista-paralelo(quizá): Es evidente que obras maestras nacen cada mucho tiempo, el personal no es tan tonto chica, lo que me resulta casi incomprensible es que abunde tanta egolatría, necedad, basura, narsicismo de baratillo, vomitivismo, caspa y mediocridad a la hora de poetizar. E incluso después de quitar la maleza. No son 300 poemarios malos, como dice el otro, son también todos sus versos.

Y mientras la poesía encuentra por su propia naturaleza sus propios caminos, hay quien insiste en hacerla circular por una vía muerta.

Paz. O guerra, al gusto

Anónimo dijo...

Parece que se confirma que Benedetti no era un poeta de poetas. Ni un sólo comentario en este blog.

Anónimo dijo...

En homenaje y recuerdo a Mario Benedetti

Pasatiempo

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía.

Luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque un océano
la muerte solamente
una palabra.

Ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros.

Ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.

MARIO BENEDETTI

Anónimo dijo...

XX

El poeta Mario Benedetti ya descansa. DIcen que paso por una efermedad larga.

Nos queda su poesía.

Anónimo dijo...

Gamoneda sobre Benedetti: "Su muerte me ha entristecido. Era un hombre necesario que destacó por su honradez intelectual y capacidad de crítica. Lo que intentó hacer lo hizo bien. Cumplió su propósito ampliamente. Respeto su manera de entender la poesía pero no la comparto. Para mí, la palabra meramente informativa y la crítica moral tiene su lugar en los periódicos, en la televisión, en los púlpitos si se quiere, pero la modalidad esencial del pensamiento poético no es ni reflexiva ni crítica sino un tipo de otra naturaleza, y determina un lenguaje que también es de otra naturaleza".

Nuevo desmarque de Gamoneda de la poesía social. Consecuente pero, ¿tiene razón?

Anónimo dijo...

Consecuente es, pero eso de tener que justificar su poesía y remarcar su "diferencia" cada vez que le preguntan por alguien que acaba de morirse...no termino de verlo muy normal. No es el momento, creo yo. Con lo fácil que sería decir "era un gran tipo, quedarán sus versos..." Y ya. Cosas de Gamoneda, en fin...

carlos dijo...

Mi teoría: Gamoneda es una persona muy interesada en lo social. Cualquier declaración suya que no sea estrictamente poética suele venir acompañada de un comentario político-social.

Mi teoría, o conjetura, es que el poeta tiene que reafirmarse a sí mismo en su decisión poética porque debe dudar. Debe tener grandes dudas sobre si la poesía debe estar completamente alejada de lo social, limitada a una especie de pasatiempo estético, o puedo también recoger lo social para incorporarlo al discurso poético. Creo que es esa duda lo que lleva al poeta a definirse una y otra vez en el mismo sentido cada vez que se le pregunta. Tanta seguridad sólo puede venir de la duda.

Otro carlos dijo...

Pues digo yo que ya es mayorcito para dudar tanto de lo mismo (poeta, al fin del siglo XXI, hermeneuta y romántico) y dudar tanto de los otros. Porque de sí, bien poco duda. Creo que también hay cierto peligro en los poetas que se hacen profesionales de la duda. O dicho de otro modo: me pagan por dudar.

luis dijo...

Si es verdad que Gamoneda ha dicho, como apunta hoy Juan Palomo en su blog, que Benedetti era un "poeta menor", habrá que pensar que los premios, tarde o temprano, se acaban subiendo a la cabeza de sus receptores. Entrar en la disyuntiva tan de Villena sobre poetas mayores o menores no parece muy inteligente. Tampoco me parece acertado que diga que Benedetti carecía de un verdadero pensamiento poético. Se podrá calificar de distinto su pensamiento poético pero de ahí a decir que no tiene pensamiento porque no coincide con el suyo va un largo trecho.

Lo digo desde la admiración a la poesía de Gamoneda, a la que probablemente le sobra repetición intra y entre poemarios, puestos ya a criticar.

No sé si tendrá algo que ver la enorme popularidad que tenía Benedetti y su categoría de poeta popular y del pueblo. ¿Celos arrastrados y lanzados ahora cuando está muerto?

Me quedo con la obra de los dos pero con la persona del uruguayo.

Anónimo dijo...

Cualquier puede decir una tontería en un momento dado. No tiene más importancia.

jey dijo...

Larga vida a Gamoneda y a su incorrección política. Ya está bien de tanta hipocresía. Si siempre ha pensado de esa manera, no va a cambiar de opinión porque, desgraciadamente, Benedetti haya fallecido. Los periodistas querían su carnaza, sabían a quién preguntaban y ya la tienen. ¿Están contentos ya? ¿También contentos los que salen beneficiados con el victimismo y la víctima? Pues ya está. Casi todos contentos.

carlos dijo...

Vale, Jey, la culpa será de los periodistas. O a lo mejor del inmovilismo ideológico. Personalmente desconfío de los escritores una vez que comienzan a publicar sus memorias. Ese retorcimiento sobre el yo y el ego que lo acompaña suele anticipar finales y malos consejeros.

Addison de Witt dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Esperamos seguir descubriendo libros que valgan la pena.