sábado, 12 de abril de 2008

Idea Vilariño. Poesía completa. Segunda semana de abril 2008

Hola a todas y todos:

El primer libro reseñado por el Cultural es la "Poesía completa" de Idea Vilariño. Publica Lumen. La reseña la realiza el poeta Joaquín Marco. Joaquín, desde hace un tiempo, sólo escribía crítica de novela en el mismo medio. No sabemos si esto significa que va a haber cambios en el banquillo latinoamericano...

¿No trabajó el sr. Marco en la editorial Lumen hace unos años?. Así aparece al menos en Internet. Por tanto:

Objetividad a priori del crítico en este caso en nuestra opinión: 3 / 10

Respecto a nuestra parte, no tenemos ningún problema con este gigante editorial. Con total honestidad, sí nos sentimos muy incómodos teniendo que valorar a una poeta viva de 88 años: 5 / 10

La crítica de Joaquín, correcta. Conoce de lo que habla, y aunque no estamos de acuerdo en algunas de las cosas que dice, algo normal por otra parte, en general su reseña está bastante por encima de las críticas a poetas latinoamericanos que hemos ido leyendo en los últimos meses en este mismo medio.

Idea Vilariño nació en Montevideo, Uruguay, en 1920. Pertenece a la denominada "Generación crítica" o del 45, que tiene como denominador común una cierta queja existencialista, término que odia la poeta, que prefiere calificar su poesía como nihilista.

Estamos de acuerdo en la partición de Gregorich de la obra poética de la poeta, siendo el punto de inflexión el poemario "Nocturnos". Hasta ese momento la poesía de Idea Vilariño está muy influenciada por el modernismo en la forma y el post-romanticismo en el fondo.

En el primer poema de "Nocturnos", "Qué fue la vida", aparece una de las características estilísticas de la poeta en aquel momento: unir en el mismo poema sustantivos y adjetivos bellos y casi parnasianos con otros casi expresionistas. En este primer poema, a modo de ejemplo, junta a la rosa o la nube rosa con la "podrida manzana" o el asco.

Desde el lado semántico, hay un rechazo a la mentira social, al mundo falso en el que debemos vivir: "Hasta cuando.../la mascarada atroz/de ser cálido y fuerte/y andar entre las cosas/inanimadas frías"

Surge también la decepción ante la vida: "...madrugadas sórdidas / en asco / en tareas sin luz / en rutinas / en plazos".

Obsérvese como Idea prescinde del uso de acentos. El verso es corto y suele guardarse en sintagmas que a veces rompe recordando al Shakespeare de la última época, que rompía los yámbicos en un punto inconcebible hasta ese momento. Idea fue traductora del genio inglés.

Hay una desesperanza existencial clara en sus versos: "si estoy aquí sin sueños / sin esperanzas y /sin nada que me sirva". Más adelante, en "Eso" termina el poema diciendo: "en fin / mi pobre vida". En el poema "Ven", la situación anímica de la poeta casi llega a su culminación temprana cuando invita a la muerte a venir a ella: "ven muerte ven / que espero".

Desesperanza existencial que puede tener su origen en la soledad involuntaria. Y así, en "Noche de sábado" nos dice: "es la noche del sábado / yo estoy solo sola / y estoy sola / y soy sola/...Más adelante, en el poema "Noche desierta" nos dice: "Y nadie a quien poder / abrazarse llorando". Y en el poema "Se está solo", dedicado en exclusiva a la soledad, con algún apunte expresionista además: "solo como un muerto en su caja doble / golpeando la tapa y aullando", expresionismo que se hace más fuerte en el poema sobre la muerte titulado "Lo que siente la mano" en el que su cadáver se va despojando de todo lo que fue "pudriéndose / pudriéndose / volviéndose ceniza". Y de nuevo en "Cerrada noche humana" en donde se puede concluir que es la noche la que concentra los sentimientos de soledad de la poeta: "Aquí estoy entregada en / la oscura humana noche / sin nadie más / sin nadie". Lo mismo dirá sobre la noche en "Noche sin nadie". La soledad llega a asociarse, además de con la noche, con la conciencia: "esta soledad esta soledad la conciencia".

Observad el curioso encabalgamiento de algunos de los versos del párrafo anterior. Hay ecos clarísimos de William Carlos Williams.

Continua la poeta con una declaración casi nihilista: "soy la vida / y no soy nada / nadie / un pedazo animado / una visita / que no estuvo / que no estará después", declaración que también puede escucharse en "Volver": "Quisiera estar dormida entre la tierra / no dormida / estar muerta y sin palabras / no estar muerta / no estar / eso quisiera". O a lo largo de todo el poema "No hay ninguna esperanza".

La duda es expresada en múltiples ocasiones en los poemas, en especial en "Pasar", en el que comienza con "Quiero y no quiero". Dudas que afectan a la identidad del yo: "Quién / yo / aquélla o ésta...", identidad sobre la cual también dialoga en "Cuando compre un espejo".

Entre los mejores poemas destaca sin duda "Si muriera esta noche", como grito de dolor marcado por una magnífica metáfora, o "De nuevo", donde la muerte "me marca / me precisa / para mejor borrarme", o "Más soledad", donde una imagen poderosa es capaz de transmitir la intensidad de sus sentimientos.

Una de las curiosidades de este poemario es que la poeta le ha ido añadiendo nuevos poemas con los años. Y así, aunque la mayoría de poemas están escritos en los años 50, hay hasta un poema de 2001, donde la angustia existencial y nihilista, a pesar de los 50 años pasados sigue tan viva como siempre: "Pero ahí está la náusea/.../basta/basta/morirse". Y termina con un poema del mismo año que cierra con el siguiente verso: "el pobre corazón como un pañuelo"

En 1957 publica el poemario "Poemas de amor", dedicado a Juan Carlos Onetti, con quien mantuvo una relación sentimental que eufemísticamente podríamos calificar de compleja, entre muchas razones porque Onetti estaba casado. El propio Onetti le dedicó su novela "Los adioses".

Ya en el primer poema define bien parte de esa relación. Onetti es un huésped "Sos un extraño / un huésped / no que no busca no quiere / más que una cama / a veces /.../ Pero yo vivo sola". Insiste en esa perspectiva en "No te amaba": "viendo / que venías / por fin / que llegabas / de paso".

Es una soledad, la de la amante, que Idea no acepta: "Dónde estás / dónde estás" nos dice en "Escribo pienso leo". Se queja de que el amante no se ponga en su lugar en "No miraste".

Por eso su forma de ver este amor no sea positiva: "todo iba /encaminado/.../para que lo pisaras". O cuando dice en "Te estoy llamando": "te estoy llamando / como a la muerte / amor / como a la muerte".

Algunos de los mejores poemas son los que celebran el amor, el erotismo y la sensualidad: "La piel", "La noche" ("y era su amor en mí / invadiendo tan lenta / tan misteriosamente"), "Entre" o "Quiero"

A veces la poeta introduce la angustia existencial ligada al amor, como en el poema "Estoy tan triste", "Tango" o en el extraordinario "Ya no": "Ya no será / ya no / no viviremos juntos /.../No me abrazarás nunca / como esa noche / nunca. / No volveré a tocarte. / No te veré morir."

Otras veces parece que la brevedad de ese amor, que la poeta cifra en ese momento en sólo nueve noches "tal vez / pueda vivirse / como de un largo amor / toda una vida".

Y quizás lo más triste de ese amor vivido por la poeta, es que en un poema del mismo poemario escrito en 1970 dice que "aquel amor/.../está/todavía/sangrando", a pesar de que en otro gran poema, "Adiós", de 1961, parecía despedirse definitivamente de ese amor. El mismo título de "Adiós" se repite en otros dos poemas en años anteriores y posteriores, lo que da una idea de que el adiós no fue nunca definitivo, y que su cerebro era incapaz de alejarla de una relación autodestructiva.

A veces aparece un sentimentalismo casi adolescente como en la "Carta II", o una mujer casi arrastrada y humillada en su amor como en la "Carta III". Y aunque la segunda parte del poemario es menos interesante que la primera, de nuevo mucho más tarde que la fecha inicial de publicación encontramos un poema de 1990: "Anoche entre mis sueños/.../hice el amor contigo/../contigo que hace tanto/ hace tanto estás muerto." En 1992, en la "Última carta" lo llama "amor de mi vida", aunque habla de haber amado a un hombre que no era exactamente el hombre que ella amó.

Termina el poemario con el poema "El amor", perfecto resumen terrible y angustioso, de lo que el amor pensaba que significaba para ella, a pesar de estar escrito en 1955: "por qué entre tantas noches no hubo nunca / una noche un amor / un amor / una noche de amor / una palabra."

Claramente "Poemas de amor" es el mejor poemario de la autora. Poesía confesional en su mayor parte, indaga y transmite sus sentimientos a lo largo de la tormentosa relación con su amante, y explica en qué medida esta relación influyó en su carácter destructivo. Lo hace además sin caer en cursilerías, gracias quizás al lenguaje cercano que emplea. Desde una lucidez en la que ella misma se describe como lo que vulgarmente se llamaría un "títere". El amor y el poder de Onetti hunden su personalidad, la aniquila y se queda a expensas de él, como un juguete.

El siguiente poemario se titula "Pobre mundo" dividido en dos partes. En la primera nos habla sobre todo de la naturaleza y en la segunda la poeta se nos presente en su vertiente política. Buena parte de los poemas están escritos en Las Toscas, una zona turística de playas de Uruguay. El poemario, sin embargo, comienza un poema de denuncia política, en este caso, ecológica: "Pobre mundo".

La naturaleza, en su más pura concepción de beatus ille, gracias en parte a la experiencia en Las Toscas, aparece en varios poemas como "Constante despedida", "Cada tarde", "Techo divino", "Mar", "En este misma tarde", "Yo la vi", "En el centro del mundo", "Por allá estará el mar", etc. Curioso el poema "Sueño", que nos recuerda a la Chantal de "Hilos".

En esta primera parte, para terminar, surge un poema que rompe de alguna manera el hilo conductor del poemario, "Me voy a morir", y que nos retrotrae al poemario "Nocturnos".

La segunda parte, más política, comienza con un poema, "En la noche de luna", en donde la poeta enfrenta la paz de la naturaleza con la barbarie humana. Después de un retorno al existencialismo, "La isla", hay un poema político bien resuelto, "A Guatemala", seguido de otros poemas políticos, ejecutados con mayor o menor eficacia, dependiendo de los casos: "Playa Girón", donde Cuba paró al ejército norteamericano; "Digo que no murió", sobre el Che; "Agradecimiento", sobre fotografías de guerrilleros muertos; "René Zavaleta" en donde la poeta parece promover la destrucción como solución; y el último, "Con los brazos atados", sobre las torturas.

En general, estos poemas pierden parte del carácter lírico de los anteriores y presentan un lado más narrativo.

Tras tres poemas dedicados a tres poetas, ¿el ataque a Baudelaire es sincero?, el último poemario es "No", una colección de 58 poemas breves, en los que la poeta ofrece de todo: aforismos, juegos de palabras ("Podés creer que nada / le sirve nunca / a nadie / para nada"), autodestrucción nihilista (que la sirena...me arrastre al fondo, "quiero morir"); pequeñas reflexiones, descripciones de aspecto oriental, algo de ironía. En general, muchos de los poemas resultan fallidos (Tanto da / o da tan poco. / Ni me va / ni me viene.), y como ella misma dice al final con toda lucidez: "Inútil decir más".

Es difícil, y hasta incómodo como decíamos antes, hacer una valoración de una poeta viva mayor, especialmente de alguien que durante una parte de su vida ha sufrido tanto como esta poeta. Quizás la parte de su poesía que mejor aguantará los avatares del tiempo sea su poesía amorosa, donde la sinceridad con la que escribe, y su enorme capacidad para transmitirnos su papel de amante, de segunda, su soledad y su angustia, sin duda conmueven y nos hace encontrarnos con lo mejor de su poesía.

Por lo que se refiere a la técnica, el verso es libre o medido dependiendo del caso. Hay un claro abuso a lo largo del libro de determinadas figuras retóricas de repetición, como la anáfora, la geminación y otras muchas basadas siempre en la repetición como si la poeta no se sintiera cómoda con el ritmo que marca el verso libre por si solo. También se abusa de la paradoja.

La ausencia de comas, por otra parte, no es gratuita y forma parte del modo de escribir de la poeta. Tampoco es gratuito el acertado uso del encabalgamiento. La elipsis, muy usada, casi siempre es acertada y produce el efecto buscado.

El mayor problema del libro es que la mayoría de poemas giran en torno a lo mismo: la soledad, la muerte, la angustia existencial sin que se produzca una aportación original sobre los mismos. El a veces abusivo uso de ciertas figuras de repetición se extrapola a los propios poemas como unidades de un conjunto, de forma que hasta la poeta titula un poema "Más soledad". Sin duda Idea logra comunicar sus sentimientos pero hay una reiteración sobre los mismos que reduce la intensidad dramática del dolor que percibimos. De la misma forma, la expresión de los poemas no presenta novedades significativas en cuanto a la temática ni en cuanto a la forma de expresión. La falta de originalidad se puede resumir en este breve poema: "Como un disco acabado / que gira y gira y gira / ya sin música / empecinado y mudo / y olvidado. / Bueno / así". Aun así, la brillante presentación oral de los poemas compensa con creces los problemas señalados.

Sin duda, hay poemas buenos dentro del libro, se agradece el lenguaje sencillo, lejos de amaneramientos, para cantar al desamor, la poeta maneja bien el verso corto y tallado, pero los problemas antes señalados llevan a que nuestra valoración personal sobre el conjunto del libro no pueda pasar de una nota media/alta, sin duda ayudada por la extraordinaria capacidad de comunicación de la poeta cuando recita.

Valoración del libro "Poesía completa" de Idea Vilariño: 7 / 10

La otra reseña de la semana en El Cultural la realiza Antonio Colinas sobre una antología de Oscar Milosz (no confundir con el premio Nóbel) publicada por Devenir. Ni en las librerías ni a través de la propia editorial hemos podido encontrar el libro. Por otra parte, comienzan a llegar los libros retrasados a nuestras manos, por lo que esperamos que pronto esteremos al día.

En la sección de breves, Ainhoa nos recuerda tres libros. De los tres recomendamos especialmente el ensayo de nuestro admirado Rafael Cadenas titulado "Habla Walt Whitman". Edita Pre-Textos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay ningún cambio; si miráis un poco los números anteriores del Cultural veréis que Marco se ha ocupado habitualmente de la poesía hispanoamericana.

Anónimo dijo...

No es cierto lo que dices, anónimo. Joaquín Marco no publicaba una reseña de poesía en El Cultural desde hace más de un año, en concreto desde el 1 de febrero de 2007, sobre la Obra Completa de Nicanor Parra. Y la anterior es del 16 de noviembre de 2006. Y en este casi año y medio se han escrito muchas reseñas de poesía hispanoamericana en El Cultural.

Por tanto, el adverbio "habitualmente" no es correcto y sí se produce un cambio sobre lo que ha ocurrido en el último año y medio, especialmente si se confirma que vuelve a cubrir la poesía hispanoamericana, hasta ahora repartida.

Anónimo dijo...

Es verdad que "Poemas de amor" nos trae a la mejor Idea Vilariño, una poesía que se adelanta a la grandes confesionalistas norteamericanas, como Sylvia Plath. Se diferencia de ellas en que, a pesar del brutal dolor que la poeta transmite, nada tan perturbardor como el dolor del amor, la poeta no ha tomado la solución más fácil a veces, la del suicidio, sino que apretó con fuerza los dientes y ahí está, viva, como muestra de una fortaleza extraordinaria.

Anónimo dijo...

Estupenda contra crítica.

Acabé el libro hace unos días y me ha gustado. Es cierto que se llega a hacer reiterativo, como bien señaláis, siempre los mismos temas y quizá una escasa evolución estilística, pero esa crudeza y esa fuerza se agradecen. También me ha parecido, aunque quizá me equivoque, que hay más técnica de lo que parece, sólo que resulta invisible, quizá la sencillez del lenguaje lleve a engaño, pero algunos poemas me han parecido muy bien construidos y estructurados pese a su aparente desidida en ese aspecto...

En fin, es una alegría que las editoriales vayan rescatando poco a poco el inmenso tesoro de la poesía sudamericana. Ojalá sigan así y nos den más alegrías en el futuro.

En "El país", inmensa sorpresa, reseña para la obra de Cadenas. Y pequeña delicatessen: "Detrás de le boca", de Menchu Gutiérrez, que aunque aparece como narrativa, bien puede considerarse poesía o prosa poética. Un libro inclasificable, deliciosamente extravagante, que me hizo pasar un buen rato.

Saludos

Anónimo dijo...

Gracias por la recomendación sobre el libro de Menchu, anonimito.

El libro de Idea te hace reflexionar sobre la capacidad del amor para anular por completo a una persona. No he leído a Onetti como para opinar sobre él como escritor pero como persona queda bastante mal parado en este libro. Si bien es cierto que la Idea de "Nocturnos" ya estaba al borde de la depresión, Onetti debió suponer para ella, tan necesitada como estaba de salir de su soledad, una luz que terminó quemándola de por vida.

Muy interesante la reflexión de los Addison sobre como la poeta se anticipa a las grandes confesionalistas de los años 60 en EE.UU.

Anónimo dijo...

Difícil opinar sobre una relación en la que ninguno de los dos fue obligado, y en el que todos sabían a lo que se atenían.

Como bien señala Helena, la angustia existencial de Idea venía de antes, de "Nocturnos", y es que incluso si Juan Carlos Onetti hubiera dejado a su mujer por Idea, hay personas predestinadas a sentirse solas incluso cuando están acompañadas. Una sensibilidad a flor de piel por un lado y posiblemente una severa depresión por otro explican buena parte de los versos de esta poeta.

A veces se tacha la obra de Idea de breve, pero también a veces un poeta tiene sólo dos o tres cosas importantes que decir y una vez dichas, poco más queda. Creo que ese es uno de los méritos de Idea. La repetición que se da en sus propios poemas pienso que está construida a propósito para meternos en el agujero circular que supone pasar por un estado mental como el que ella describe.

Sin ser una poeta genial, es cierto, me parece un libro recomendable exceptuando buena parte del poemario último "No".

Anónimo dijo...

Helena, pues Onetti es un escritor absolutamente sensacional... a veces críptico, con un lenguaje muy personal... "La vida breve", "El astillero", "Dejemos hablar al viento" o los cuentos como "La novia robada" son impagables y a mi juicio lo sitúan muy al margen del realismo mágico sudamericano y de la literatura de su tiempo (perteneciendo fuertemente a ella, claro).

En su relación con Idea, que desconozco, no me meto: imagino que participaron de las depredaciones, devociones y sumisiones de las grandes pasiones. Es un tema harto complicado.

El libro de Menchu es una deliciosa rara avis, hojéalo en cualquier librería a ver si te convence...

Anónimo dijo...

La generación del 45 se distinguió entre otras cosas por su rigurosidad crítica. Si Idea leyera este blog, seguro que le gustaría.

A destacar, en este sentido, los trabajos críticos de Ángel Rama, Carlos Real de Azúa o de Emir Rodríguez Monegal, valientes y lúcidos como pocos. Si tienen la oportunidad de leer algunos de sus ensayos sobre los grandes escritores latinoamericanos, creo que disfrutarán enormemente.

Anónimo dijo...

Si alguien sabe de algún sitio de Internet que tenga grabado algún poema de Idea recitado por ella misma, que lo ponga por favor. Gracias.

Anónimo dijo...

Montse, patagoniamaldita.blogspot.com, 4 de abril de 2008.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias. Me imaginaba que la voz de Idea sería especial, pero no tanto. Mágica.