viernes, 12 de septiembre de 2008

Odysseas Elytis. Dignum est y otros poemas. El mejor libro del año hasta el momento.


Hola amigos y amigas:

A veces tenemos la suerte de encontrarnos con libros que parece que hemos buscado durante toda una vida. Son esos libros que tratan la verdadera poesía, aquellos que se introducen en las entrañas, nos revuelven, y nos hacen ver con envidia la capacidad infinita del lenguaje. Son esos libros las razones por las que escribimos y leemos poesía. El libro en este caso se titula, ya hablaremos de esto, "Dignum est y otros poemas", lo escribe el Nobel Odysseas Elytis y traduce y dirige la edición Cristián Carandell. Publica Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores.

La crítica la escribió Antonio Colinas en El Cultural, una crítica correcta sin más, y se puede encontrar aquí:

http://www.elcultural.es/HTML/20080724/letras/LETRAS23684.asp

No vemos conflictos serios de objetividad por ninguna de las partes.

Decíamos que hablaríamos del título porque es de la pocas cosas que no nos han gustado del libro. La elevada opinión de Cristián sobre el poemario "Dignum est" hace que parezca que el resto del libro, resumido en "y otros poemas" no esté a la altura, cuando creemos no sólo que hay poemarios a la altura de éste sino que los hay mejores, aunque sean más cortos. La preferencia del traductor por este poemario hace que lo ponga además el primero rompiendo la normal continuidad temporal del libro. Por otra parte, puede hablarse de un buen prólogo, en general, y de una buena traducción por parte del traductor. Respecto al prólogo, y en línea con lo que dice Antonio en la crítica, no estamos de acuerdo en la apreciación que sobre el surrealismo hacen ambos. Sí hay escritura automática, pero dominada con una sutileza y un oficio muy brillantes.

Dado que el libro supera las seiscientas páginas, vamos a tratar de hacer una crítica resumida de lo que podría ser un ensayo de varios decenas de páginas sin apenas esforzarse.

Se abre el libro con el poemario "Dignum est" (1959), poemario que de manera excelente aúna lirismo, sensibilidad espiritual y mirada al mundo que nos rodea.

"Génesis" es la primera parte de este poemario y, para nosotros, la más lograda. Como se observará al leer, la propia forma de puntuación, o de ausencia de la misma, combinado con el uso de las mayúsculas, produce un polisemismo en el que vale la pena dejarse caer porque enriquece enormemente la lectura. El poema podríamos ubicarlo dentro de un misticismo de raíces clásicas que adopta nuevas formas gracias al peculiar lenguaje del poeta y a su capacidad visionaria, heredera directa del surrealismo.

"PORQUE las hojas giraban como los días
con anchas hojas de violeta en el reloj del jardín
Yo era la manecilla..."

Génesis constituye un hermoso canto al mundo y a la naturaleza.

La segunda parte del poemario se titula "Pasión". La guerra es el tema de fondo del poema, en el que el poeta muestra toda un arsenal de recursos técnicos, comenzando por el uso del poema en verso, en prosa, partido en el hemistiquio y separado por un asterisco, prosa "pura", etc. Y de cada uno de ellos se extrae poesía, por ejemplo de la prosa: "Entonces, escondidos en las vaguadas, reclinábamos la cabeza por el lado pesado, por el que no salen sueños." A esto se suceden cantos heroicos, como el poema IV, cantos al yo en donde resuena fuerte el eco de Whitman, e incluso cierto poso de nacionalismo helénico.

Destaca por su fuerza y profundidad, el poema XII:

"¡Ante los ojos un delfín traedme
que sea veloz y griego, y por hora las once!
Que a su paso la tabla del altar borre
y que cambie el sentido del martirio.
¡Que bulla su blanca espuma
ahogando al Buitre y Sacerdote!
..."

El lugar del poeta, en este mundo hostil y bélico es complicado: "Entonces el Poeta, sin un lugar de destierro donde lamentarse, vaciando la salud de la tormenta en su pecho abierto, regresará para colocarse entre las bellas ruinas."

La tercera parte, Gloria, es una loa, un canto ininterrumpido, de una enorme belleza, en donde el "Loado sea" se repite a intervalos irregulares hasta llegar al último:

"LOADA SEA la mano que regresa
del horrendo crimen y ahora sabe
cuál es en verdad el mundo superior
cuál el "ahora" y cual el "siempre" del mundo:

AHORA ahora la fiebre del mirto Ahora el grito de Mayo
SIEMPRE la suprema conciencia Siempre la luna llena

Ahora la alucinación y la mímica del sueño..."

A continuación el libro nos ofrece sus dos primeros poemarios. "Orientaciones" (1940), y "El sol primero"(1943). Lo que en posteriores poemas no serán sino pequeños excesos estéticos, en estos dos libros son la norma ("La diadema de la luna en la frente de la noche" en el primer libro; "En lo hondo de mi alma fondea una flota de estrellas", "Para que encienda con sus labios las amapolas" en el segundo), y constituyen, junto con otros dos libros rimados que sirvieron de canciones para varios cantantes griegos, lo peor con diferencia del libro. El estilo inicial del poeta es amanerado, las críticas recibidas por su retorcimiento bizantino en torno a las flores y otros lugares comunes mientras se desarrollaba la II Guerral Mundial acertadas, y la excusa del poeta de que ignoramos "la comunidad directa entre belleza y mundo ético", se queda en eso, en una excusa, en cuanto que la definición de belleza que nos ofrece en estos dos libros está gastada hasta la extenuación, salvo para algunos de nuestros poetas de ahora, y por tanto, no puede haber relación directa entre belleza y mundo ético, toda vez que la ética forma parte de la concepción individual de la misma. En definitiva, dos poemarios que podrían haberse resumido, o incluso olvidado, para dar entrada a otros poemarios que sí se han cortado a pesar de su mayor interés, como puede ser el caso de "Nautilus".

Para nosotros, el punto de inflexión no lo marca tanto "Dignum est" sino el siguiente poemario a "El sol primero": "Canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Albania" (1945), un poema en donde a pesar de que algunos versos siguen cayendo en los defectos antes marcados, se aprecia un cambio importante de estilo, cuya mejor expresión se encuentra en el poema número 4, que describe el cuerpo caído del subteniente:

"Yace sobre el capote chamuscado.
Siglos negros en torno a él
Ladran con esqueletos de perro al tremendo silencio..."

Aunque el poeta no logra todavía terminar de cerrar bien el poema, y así en su parte 14 de nuevo el nacionalismo griego sobrepasa lo lírico ("Los griegos en las tinieblas muestran el camino / LIBERTAD"), y también hay algún verso simplemente cursi, o si se prefiere, bizantino: "Escarcha de celestial belleza luce en sus cabellos"

Tras la escritura de "Dignum est" el poeta escribió dos pequeños poemarios que para este modesto grupo no sólo están en la cumbre de la poesía del poeta sino que están entre los mejores poemarios griegos de la historia. El primero se titula "Seis y un remordimientos por el cielo" (1960), el plural parece a propósito, y se abre con el magnífico poema"La autopsia":

"Un poco por debajo de la piel, la línea celeste del horizonte vivamente coloreada. Y abundantes restos glaucos en la sangre."

Destaca también el poema "El sueño de los valientes" que termina así: "Y el vaho que asciende de los valles, tienen que hacer como que no es dice humo, sino la nostalgia que se evapora por las grietas del sueño de los Valientes."

El segundo librito es "El árbol de la luz y la decimocuarta belleza" (1971) donde continua el tono lírico y surrealista, pero a un nivel todavía superior, con detalles de escritura automática perfectamente ensamblada, un ligero hermetismo, referencias culturalistas, y sobre todo, maravillosos poemas y versos. En el poema "Delos":

"De tal manera que pudiera brillar al fin en el te amo como brilla la luz en el llanto del recién nacido." Un verso que bien vale toda una carrera poética.

El poema "Odisea" también es digno de mención, aunque el cierre, "El árbol de la luz", especialmente en su segunda y tercera parte, es sobrecogedor. Como guiño a los lectores de este blog recogemos el verso final de este poemario:

"Ahora que ya nadie llora a los ruiseñores y todo el mundo escribe poemas."

El éxtasis lírico que nos producen estos dos libros se derrumba brutalmente con "Sol soliarca" (1971). El traductor nos dice que la lectura de Lorca fue fundamental pero lo cierto es que el poeta se aleja muchísimo de la capacidad lorquiana para la canción popular y el resultado de este libro son unos versos muy flojos, una rima igualmente poco brillante y unas canciones que ignoramos como sonarán musicalizadas pero que son de una calidad poética muy escasa.

Afortunadamente del mismo año es "El monograma", construido en base a múltiplos de 7, y en donde de nuevo vuelve el buen Odysseas, el mago, que empieza el poemario diciendo:

"Volveré hacia otro lado las líneas
De la palma de la mano, el Destino..."

El estilo, como ya había ocurrido en libros interiores, se hace más interior y reflexivo, y el poeta sigue cayendo, a veces, como si no pudiera evitarlo, en versos bizantinos, aunque de repente saca de su chistera un verso que nos ayuda a salvarnos en la poesía:

"¡El pescador que en su red hizo subir y volvió a arrojar a los tiempos el Paraíso!"

Theodorakis, se nos dice, ha popularizado muchas de las canciones de "Las erres del amor" (1972). Desgraciadamente, su lectura es muy similar a la de "Sol soliarca". Poemas muy flojos, de rima fácil.

Y es una pena porque el siguiente libro, "Los medio hermanos" (1974), podría haber tenido más espacio en la selección. Comienza con una "Oda a Picasso" que por momentos parece un encargo, pero en cuya segunda parte el poeta remonta y de qué manera, sobre todo cuando se olvida por completo de su herencia bizantina y se adentra en lo irracional que marca su cerebro. Los otros dos poemas seleccionados son todavía mejores, en especial "Villa Natacha", cuya última parte es un auténtico tratado de buena poesía.

"María Nefeli" (1978) es otra de las grandes joyas de este libro y marca de nuevo otra cumbre en la poesía del autor. Planteado a modo de litugia y diálogo entre María y un antifonista, el amor, la visión del mundo hasta llegar a lo político, todo se mezcla en las dos conversaciones con una sabiduría, un oficio y un talento impresionante. El apartado titulado "Apocalipsis" es especialmente brillante:

"Y es desde entonces creo - el mismo mar
que viniendo a mi sueño roía la dura piedra
y abría el vasto espacio. Palabras que aprendí
como verdes pasos de peces
trazados con una tiza azul..."

La yuxtaposición, la compleja sintaxis, todo colabora a crear un mundo dentro del propio poema que se adapta perfectamente a su mensaje.

Nos quedamos con otro verso de antología: "Llené el amor de cruces."

"Tres poemas con bandera de oportunidad" (1982), posterior ya a la obtención del Nobel, nos muestra a un poeta sabio, con una visión muy clara de lo que ocurre en el mundo, a la vez que una interesante ironía y una reflexión muy lúcida:

"si alguno de vosotros cometió un pecado
tiene que ser Dios"

"Diario de un abril invisible" (1984) es como su nombre indica, una especie de diario, pero de nuevo marcado por el tremendo lirismo que Elytis consigue imprimir a sus versos. Lo que en otros podría ser una cursilería tremenda apenas cambiada la frase, él lo convierte en algo sublime, mezcla de verso y prosa poética, con ese barniz de mago que el poeta sabe imprimir a sus versos:

"Salí por nuevas heridas
que navegaron como nenúfares sobre las viejas"

"El pequeño nautilo" (1985) es otro de los poemarios que nos habría gustado ver en mayor medida, toda vez que el poeta se encuentra en plena madurez pero con sus sentidos poéticos funcionando a la perfección. Destaca la serie de "Perfumar lo excelente", esencialista y maravillosa en ese viaje en donde el poeta dice que "En ninguna parte sentí mi vida tan justificada como sobre el puente de una nave."

Las "Elegías de Oxópetra" nos muestran a un poeta ya más preocupado por la muerte, a la que comienza a ver cercana:

"Ahora, en la barca que dondequiera que subas llegará vacía..."

Son reflexiones líricas sobre la muerte, "la pallida morte", con poemas brillantes como su presentación anticipada, "El postremo de los sábados", y especialmente "El verbo oscuro". Qué se requerirá para hacer contrapeso al vacío que dejamos, se pregunta el poeta. ¿Qué?

El penúltimo poemario, "Al oeste del dolor" (1995) no ahonda tanto en la muerte sino en la reflexión de temas más variados, la posibilidad del optimismo en el canto a su mujer, cuando dice, otra vez de manera antológica:

"...Algo gris
Que una sola gota de limón despeja..."

O el mito de Endimión, retomado: "Entre los mil sueños uno resulta ser el del despertar pero para siempre."

El libro final, "De cerca" (1998), no tiene la consistencia de poemarios anteriores. Se notan una nueva recaída bizantina en algunos versos y eso sí, un hermetismo no forzado, que contribuye al crecimiento del poema. Termina Elytis el libro, y nosotros nuestras citas, con los últimos versos:

"Sí, en un sentido moriremos todos nosotros. Y sin embargo continuaremos teniendo la misma materia que la continua e interminable aurora."

Estamos antes un libro mayor de un poeta extraordinario. Nuestra valoración del libro se olvida de esos primeros poemarios sin voz propia y también de los dos poemarios de canciones rimadas para centrarse en el hecho de que la mayoría de poemas y libros de Odysseas son hitos de la poesía del siglo XX. Poesía concentrada y a la vez extasiada de un hombre dotado por los dioses para la poesía, que se atreve a ser vanguardista de manera natural y cambia por completo la orientación de la tradición helenística dándole un giro del que, nuestros culturalistas, incluido quien escribe la crítica en El Cultural, podrían haber aprendido algo en vez de quedarse en el insufrible bizantinismo. Un gran poeta, sin duda. Un libro muy recomendable.

Valoración del libro "Dignum est y otros poemas": 9 / 10

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Me admira y alegra que al fin un libro tenga una alta valoración, y más cuando se trataba de un poeta que iba a dejar pasar por alto porque me parecía barroco y nacionalista, dos aspectos que me hacen insufrible a un autor. Vuestra reseña hace que me replantee mi lapidario juicio previo: seguramente compraré el libro y lo degustaré con calma. Gracias.

Y ojalá salieran más cosas de poetas helenos, no tan consagrados y seguramente magníficos. Y por pedir, por qué no poetas búlgaros, rumanos, polacos, checoslovacos, etc. etc. Aún más lejos, ¿cómo serán los poetas tayikos, kazajos, uzbekos...? Me puede la curiosidad y me duele la distancia cultural y lingüística, para mí insalvable. Aparte de Szymborska y Holan, y poco más, conocemos tan poco de esa tierra esquilmada por la historia...

Anónimo dijo...

Gracias por tus amables palabras, querido anonimito. La verdad es que yo también aprendo mucho contigo. Es más, creo que deberías escribir un ensayo sobre Chantal, porque quizás seas la persona que conozco que mejor la lee y la entiende.

Te recomiendo, y por supuesto también al resto de lectores, la lectura de este libro. Discrepo de una cosa con los Addison. Creo que la organización del libro, comenzando por Dignum est en vez de por sus dos primeros libros, tiene precisamente una razón de ser: evitar que nos encontramos con otro bizantino, casi más veneciano que alguno de nuestros más ilustres representantes.

Pienso que el libro demuestra que un buen poeta no sólo nace sino que se hace. Y en este sentido Odysseas consiguió quitarse todo ese fardo cursilón que había heredado y lograr una poesía que en algunos momentos alcanza alturas impresionantes.

Es curioso lo que dices sobre las voces desconocidas eslavas, lo cual puede generalizarse a casi cualquier nacionalidad. Me pregunto que habría pasado si Elytis no hubiera vivido en París y no hubiera conocido a Breton, a Ungaretti, Tzara, Picasso, Matisse Chagal, a su amigo y editor Teriade, y se hubiera empapado de toda la vanguardia que estos hombres llevaban encima. Quizás su obra no habría llegado a nosotros a pesar de su valía, o quizás se habría quedado en un modernista más.

En este sentido, sí que no puedo estar más de acuerdo en que la influencia del surrealismo en la obra del poeta, y su asimilación del mismo, es lo que lleva su obra a alturas imposibles de prever leyendo sus dos primeros libros.

Sobre la crítica de Prieto de Paula, es una crítica de profesor de universidad a profesor de universidad, de compañero a compañero. Aunque hay mucha gente a que le encanta ese poeta. Pero su último libro es, para mí, prescindible del todo. Aquel señor, como crítico, no me interesa nada desde hace años.

Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Hola, esta es mi primera intervención en el foro, aunque llevo mucho tiempo pasando por el blog como observador silencioso. Así que os pido que no seáis muy crueles. He leído esta crítica, coincido en todo con ella. Yo también soy muy fan de Elytis. Lo que me me ha hecho saltar al ruedo es ver que el mejor libro de poesía del año es una traducción (y no la primera, para más inri) de un libro del 59 cuyo autor es un premio nobel. Y que, además, es muy posible que tengáis razón.

¿Qué queréis que os diga? He leído con bastante atención todas las entradas que había en el foro de la entrada anterior sobre el tema de Jorge Riechmann y el Ciudad de Mérida, todos los cotilleos cachondísimos que hay por aquí sobre las amistades / enemistades de la poetambre (esta mozuela tiene madera, pero se está juntando con malas compañías y seguro que le harán publicar un libro clónico y sodomita y, al final, se tendrá que casar de penalti y por el juzgado ¡y no me refiero a nadie en particular!). También, semana tras semana, he esperado nuevas entradas de esa voluntariosa sección de Secretos de Poesía. Es curioso que, hasta ahora, sólo haya habido dos entradas y una de ellas trataba sobre una poeta merecidamente consagrada. Me estoy empezando a creer que os han mandado pocas cosas que merezcan la pena.

Cuando habéis comentado el fallo del ciudad de Mérida habéis dicho que somos los poetas los que nos tenemos que defender de todos estos mamoneos con páginas web, huelgas de hambre o guerras químicas. Tenéis razón. Nos tenemos que defender nosotros solitos porque prácticamente no tenemos lectores que nos defiendan. ¿No os parece que todo este panorama de mandamases, bombos mutuos, favorcillos con suculenta porción de dinero público se debe a que nos encontramos con un género cada vez más cerrado en si mismo? Pocas soluciones se me ocurren.

En un blog de relato hicieron una especie de terapia de grupo sobre los problemas del cuentista. No tenían nada que ver con lo que se hace aquí. Vas a casa por navidades, ves a un colega que sabes positivamente que es un lector impenitente y le llevas un folletito que te ha publicado un ayuntamiento con un cuento y tu gran orgullo: un libro de poesía que te ha publicado una diputación que, además, te ha regalado 100 ejemplares que quedan de mierda en sus cajas de cartón en el estante de abajo de tu biblioteca. Regalas, en primer lugar, el cuento y el colega te dice que qué bien, felicidades, que se lo leerá encantado (qué guay, este no pregunta si es un cuento infantil). Le das después tu libro de poesía y te levanta una ceja, mira al suelo y bueno, tío, gracias pero tú ya sabes que de poesía no entiendo mucho. En fin, que el género se pasa de estupendo.

Lo curioso es que cada año hay tres o cuatro nuevos premios de poesía y las mismas editoriales se los meten en el bolsillo, se repite la crónica de Resurgencia (decíais que había puesto un nombre propio, muchos pondría yo, una montaña) y el técnico de cultura del Ayuntamiento respira aliviado porque ya ha encontrado un modo para colocar esos 7000 eurazos y así no le bajan el presupuesto al año que viene y además conocerá a gente con poderes y quién sabe si...porque yo no sería ni el primero ni el último.

En estos casos, más que premios lo que había que hacer es dar el cheque directamente a la editorial para que se lo pasara a quién juzgara conveniente. Qué se yo, una subvención por vuestra pugnaz labor en pro de la cultura, una cosilla así. Así nos ahorraríamos paripés, sonrojos y honorarios para los del jurado. O les damos los honorarios a los del jurado, que de su obra no van a vivir ni de coña y el mes ha estado jodido con las conferencias, en calidad de colaboradores para la difusión de la cultura o algo así. Así, no bajarían el presupuesto al pobre técnico y nosotros nos ahorraríamos fotocopias y blasfemias.

Lo que mola es cuando se dan las listas de finalistas con rima y todo. Y te encuentras con 174517 que está allí por tercera convocatoria consecutiva o Diccionario de dudas que es la octava vez en dos años que se queda con la miel en los labios. Y que conste que no sé quienes son los autores ni me interesa. Y siguen quedando finalistas y nosotros nos seguimos quedando sin leer sus poemas.

Poco se habla aquí de los intestinos de la literatura, que es el mundillo de los pequeños premios literarios, de los escritores que se recorren los polvorientos pueblos de España en medios públicos (hay mucha peña que no se saca el carnet ni pa’trás). En relato se dice que habría que limitar la participación de todos esos cubanos o argentinos que vienen a robarnos el pan y que además escriben como los ángeles. Qué digo limitar, pena de muerte, tío, pena de muerte. O ya te hemos pillado tramposillo ese cuento quedó tercer accésit en el 78 en el concurso escolar del colegio de las concepcionistas de Villahermosa del Monte. Lo curioso es que es muy común que después del exabrupto se diga pero bueno, al final el cuento no estaba tan mal, qué le vamos a hacer. Pero, ay majo, este mismo ayuntamiento tiene otro concurso en modalidad poesía. Y la ganadora es una señora muy seria que se presenta con tul de seda con incrustaciones de cuarzo y empieza a hablar de flores, campos, melancolías desatadas y nostalgia del pene mientras su marido, también muy serio, se limpia la corbata con un pañuelo y qué calva brillante tiene el tío, es que se pasan con los focos. Naturalmente, estoy generalizando con gran injusticia. ¿Qué pasa?

En cuento se oye eso, incluso en concursos bien cargaditos. En poesía estamos siempre con el mamoneo. Qué vergüenza, ya saltó otra vez la liebre. No digo que no haya choriceo en todas partes el problema es que aquí salta a la vista y la gente está empezando a acostumbrarse. Y con la dinámica de la que he hablado antes veo muy poquitas soluciones. ¿Cómo convencer a nuestro colega de que nos lea y de que le damos mil vueltas al Juanra de sus años en el Instituto? No quiero entrar en las causas, pero del Romancero Viejo, del ídem gitano y de Platero y yo (y de Luis García Montero, claro) no se pasa. Y como no entiendes de poesía , con que te digan que es bueno pues vale.

Y quedas décimo finalista en Villahermosa en cuento y mandas tu libro a una editorial y el editor te dice bueeeeno, venga, vamos a leerte, que has quedado décimo finalista en Villahermosa y por ahí pasó Roberto Bolaño en sus años mozos. Y quedas veinte veces finalista en poesía en todos los premios del cotarro y el editor te dice sigue así, capullín, sigue así pero conmigo no cuentes. Esto es un libro póstumo, majete.

No digo yo que sea imposible ganar un premio o que una editorial te diga que sí, te publicamos aunque la cosa está muy mala y son 500 ejemplares porque no te conoce ni Blas y di tú que te hagan una crítica más allá de la revista de la parroquia. El problema es que sacas tu cabecita con mucho orgullo y miras arriba y te encuentras con unos gigantones de esos de fiesta patronal que se están matando a cabezazos. Y tú dices mejor me vuelvo a enterrar, qué de puta madre se está bajo tierra escribiendo porque total no me conoce ni dios, estoy a muchos kilómetros del cotarro y en las Afinidades Electivas no van a incluir aunque me líe a mandar jamones y correos electrónicos a diestro y siniestro y la mujer me está llamando porque hay que sacar a dar un paseo a los chavales.

Anónimo dijo...

Pues es una pena que no escribas más por aquí, querido Carlos, porque tu análisis es lúcido, divertido y está muy bien narrado. Me temo que nos estamos perdiendo un gran escritor.

Anonimito, tu que has tenido la suerte de leer libros imposibles de conseguir de Chantal, ¿sabes si al final va a sacar su poesía completa como alguien dijo por aquí hace unos meses? Ahora ya me apetecería que lo hiciera en alguna editorial indie. O en una edición del Ayuntamiento de Málaga, que hace unas ediciones estupendas. El enfado con Tusquets es contagioso. ¿Por qué no se pueden devolver los libros?

Convencida sobre Elytis, compraré el libro. Más de 600 páginas, me parece que tiene un buen precio, incluso eliminando los poemarios de juventud :p También muy lúcido tu análisis, Joan.

La poesía no sé pero la cocina uzbeka es maravillosa, anonimito. ¿Y no suele haber buena poesía donde hay buena cocina? Parece una frivolidad pero a mi me funciona. Me intentaré enterar.

Algún día alguien debería opinar sobre la noche en blanco...

Anónimo dijo...

Bienvenido, Carlos. La verdad es que resulta insuperable tu gracejo y donoso escrutinio. Me ha divertido mucho, esperamos leerte con frecuencia por aquí.

Joan, buen comentario sobre las amistades del surrealismo que cortejó Elytis. Sin embargo, me pregunto por qué una escritora tan insondable y maravillosa como Unica Zürn, que compartió esas amistades, no tuvo tanta suerte y hoy apenas es leída. ¿Quizá por los inclasificable de su obra? Desde aquí os recomiendo "El hombre jazmín", una especie de tortuosamente onírico diario que da cuenta de sus vivencias con la esquizofrénica. Libro difícil de definir pero que es, ante todo, un libro inmensamente poético, delicioso e inquietate...

Helena, me gusta esa unión de gastronomía y poesía. A fin de cuentas, ¿no se trata de someter ciertos ingredinetes a una combustión interna y luego sazonarlos para ofrecerlos a los ávidos comensales? Afortunada tú que recorriste tierras uzbekas, yo me conformo con viajar con el Google Earth, pero ay, el día que anonimito salga de su ciudad, menudas crónicas de viaje va a enviar!!! ;)

No tengo noticias de una obra completa de Chantal, pero no lo creo posible por dos razones: ella es contraria al concepto de obra completa, pues intuyo que prefiere que cada libro viva una vida independiente (y muera cuando le corresponda). Además, o mucho me equivoco o no le gustan demasiado algunos poemarios suyos de los noventa; es dudoso que los quiera reeditar completos. Cosa diferente sería la reedición de "Hainuwele", por ejemplo, libro que, pese a tener veinte años, sí es, en mi opinión, de construción redonda, y que tuvo una escasa distribución en su momento. En principio, como digo, me sorprendería mucho una obra completa con la reedición íntegra de libros como "Conjuros" o "Poemas a mi muerte", que para mí son lo más flojo de toda su obra, y considero que la autora comparte esta opinión (en algún lugar se refiere a ellos como poemas "de juventud").

Abrazos.

Anónimo dijo...

Muy acertada la reseña y la recuperación de Elytis. Especialmente relevante me parece la reivindicación de los Addison sobre la importancia fundamental del surrealismo en la obra de este poeta, algo que tanto el traductor como el crítico de El Mundo parecen querer diluir.

Para mi, sin duda, es el mejor poeta de la generación de los 30, incluyendo en la comparación a Seferis. De la misma generación os recomendaría Embirikos, que creo que no está traducido al castellano desgraciadamente.

Un poco posteriores, recomendaría a Miltos Sachtouris y Nikos Karouzos. Tampoco están traducidos al castellano, que yo sepa, pero hay ediciones en francés e inglés para quien no sepa griego.

Hay también poetas muy interesantes de la generación de los 70 griega, pero tampoco quiero llenar este comentario de nombres.

Anonimito, cuando pueda meto alguna referencia a las nacionalidades de las que has hablado. Nos vamos a encontrar con el problema de falta de traducciones al castellano, pero si hablas otros idiomas, u otra gente del blog los habla, a alguien le servirá de ayuda.

Saludos

Anónimo dijo...

J.,

se agradecen esos nombres y todos los que puedas proporcionar de latitudes ignotas o poco exploradas por nuestros editores. En mi caso, me defiendo en inglés, francés y puedo con el alemán si es pequeñito (ya se sabe). El castellano es lo que peor llevo, pero todo se andará :)

El problema será conseguir los libros, pero imagino que recurriendo a amazon.fr o .com algo podrá hacerse... Muchas gracias, como digo, y no tengas miedo de ofrecer interminables listas de nombres. Por mi parte tomaré nota y veré qué se puede conseguir.

Saravá!

Anónimo dijo...

Yo estoy en todo con Carlos, salvo en que los chavales me llaman a mi directamente.

Anónimo dijo...

Bueno, el caso de Unica Zürn yo creo que tiene varias explicaciones. La primera es que creo que la gente entiende mal a los artistas que hacen dos actividades. O uno es pintor o escritor, pero no se entiende muy bien que alguien domine dos campos tan diferentes. De hecho, creo que tiene dos novelas póstumas.

Luego, Unica tuvo, como sabrás mejor que yo, muchos problemas mentales. Es posible que eso le hiciera menos hábil en lo social a la hora de conseguir editor.

El por qué no se lee ahora, lo ignoro. Pero está publicada en Seix Barral y en Siruela. Si se leyera poco, no creo que estos editores hubieran apostado por ella.

Estaba pensando que su obra no es muy amplia pero menos amplia es la de Juan Rulfo, por poner un ejemplo...

Tus preguntas son jodidas, anonimito.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

La verdad es que la primera aproximación a este libro me dejo frío. Pero vuestra recomendación me invita a la relectura, con otros parametros, mejor dicho, con parametros y contextualidad. En unos días entraré a saco en la crítica de éste "denso trabajo en el tiempo herido" de Elytis.

Un abrazo.

os sigo,

Víktor

Anónimo dijo...

A lo que habría que añadir Joan el hecho de que la mayoría de la gente prefiere leer la última novela de amor de Antonio Gala, o similar, antes de meterse en el laberinto mental, desgarrador, de Unica Zürn.

Anónimo dijo...

Joder, David Foster Wallace se ha colgado. Me acabo de enterar. Ha aguantado menos que Unica en este bendito mundo.

Anónimo dijo...

Joan, es un caso, en efecto, extraño. Creo que a Zürn se la ha publicado con bastante visibilidad en este país, pero apenas ha tenido repercusión. Al menos en mi entorno, nadie la conoce. Ni haber oído hablar de ella, vamos. Sigo recomendando "Primavera sombría" y "El hombre jazmín" a quien quiera leer algo diferente y, en mi opinión, maravilloso.

Y ahora voy a hacer una interpolación de las mías. Veréis, siempre nos quejamos de lo mal que está la crítica de poesía. Por razones que no vienen al caso, yo sigo muy de cerca la crítica de cine de este país, que también tiene sus Sáenz de Zaitegui, con la diferencia de que éstos tienen mucho más poder que ella. Me refiero a críticos como Carlos Boyero y Oti Rodríguez Marchante, que escriben en El País y ABC respectivamente. Pues bien, ha estallado la guerra: ciertos cineastas y críticos "progresistas" (con el consejo de redacción de Cahiers du cinéma al frente) han decidido plantar cara de una vez por todas, rompiendo el silencio con la siguiente carta, que vosotros mismos (quiero decir, si a alguno os interesa) podéis juzgar. Es tan elocuente que me abstendré de comentarios:

"Una vez más, EL PAÍS da cuenta del desarrollo de uno de los principales festivales cinematográficos desdeñando casi todo lo que en ellos se ofrece de innovador o arriesgado, y propagando la idea de que la mayor parte del llamado "cine de autor" que hoy se hace en el mundo carece de interés. En el caso de la reciente Mostra de Venecia, el cronista de turno, Carlos Boyero, imitándose a sí mismo -tratando de tarados, cursis, snobs, plastas y otras lindezas a cuantos cineastas y críticos puedan discrepar de sus opiniones-, además de reiterarnos día tras día su inmenso hastío, no ha tenido reparo alguno en pregonar su abandono de la proyección de la última película de Abbas Kiarostami. Una anécdota que pone en evidencia que su protagonista no sólo ha renunciado a la crítica, sino que ha faltado a su deber como informador, demostrando su falta de respeto hacia los lectores.
Pero hay más: ya puesto, el cronista advierte a los distribuidores españoles del mal que les acecha si se deciden a importar esta clase de películas, conminando a los exhibidores a no programarlas. Grave actitud, que se parece mucho a una censura previa, y que, de prosperar, privaría a los espectadores de ver y juzgar por sí mismos. Se trata de un asunto mayor, de estricta política cinematográfica, ante el cual lo esencial no es tanto el punto de vista del redactor como el del medio al cual representa.
En la difícil situación que en tantos aspectos atraviesa hoy el cine español -particularmente en el de la producción y difusión de las películas más interesantes que se vienen haciendo entre nosotros-, sería justo y necesario, para que sus lectores sepan a qué atenerse, conocer cuál es la verdadera actitud de EL PAÍS a este respecto. Aclarar si su postura coincide básicamente con la que se desprende de los textos de su cronista. Si el acuerdo de una u otra manera existiera, estaría algo más claro cuál es el sentido de su compromiso primero: apoyar de tarde en tarde, a modo de detalle redentor, algún asomo de diversidad para dedicarse sobre todo a sostener y publicitar la producción cinematográfica más acorde -salvo las excepciones de rigor- con el dictado mayoritario de los ejecutivos de televisión y los intereses de aquellos productores, distribuidores y exhibidores que determinan el destino de nuestro cine".

Aquí un blog que han abierto los promotores de la iniciativa. Ya han recogido 206 firmas. En su mayoría, como digo, directores de cine y críticos muy reputados:

http://elpaisyelcine.blogspot.com/

Y ésta es la respuesta de Oti Rodríguez Marchante (Boyero aún no se ha pronunciado):

" Una de piratas. (Cine)

Sábado, 13/09/2008
Qué poca vergüenza


Boyero, como Gulliver, agantando la traca de los liliputienses



El estupor dejó luego paso al bochorno. La carta que, con el título El País y el cine, publicaban hoy sábado ... “y cien firmas más”, encabezadas por José Luis Guerín y por Víctor Erice (evidentemente, no había más nombres de peso, pues en tal caso estarían ahí, encabezando) en la sección de Opinión, es el asunto más ridículo y a la vez "peligroso" que he visto en los últimos meses dentro de este absurdo oficio de hablar de las películas. Los encabezadores, y los que sean, le reprochan a Boyero su actitud en el Festival de Venecia, que ha sido, como la de tantos otros, quejarse día tras día del nivel paupérrimo del cine que encontró este año Marco Müller, más buscador que encontrador de autores. ¿Debería, tal vez, que haber tenido Boyero la actitud contraria, es decir, alabar semejante enjendro?...

También le reprochan que se haya salido de la película de Kiarostami y deducen de ello que les ha faltado el respeto a sus lectores. Kiarostami, que ha hecho películas estimables y algunas excelentes (justo antes de que los “franceses” le convencieran de que es un genio), resulta que presentó fuera de concurso “Shirin”, el contraplano de una película u obra de teatro, que no se especifica. El caso es que fuimos pocos los que aguantamos semejante chorrada (falsos planos de actrices iranís fingiendo “emociones” que ni siquiera se compaginaban con la acción en “off”), y de los pocos, la mayoría nos arrepentimos. Pero, es igual, allá cada cual con su arte y con su tiempo, ahora que irse de eso no es ninguna falta de respeto, es sencillamente sentido común. Y los lectores de un periódico serio le agradecen a su crítico la claridad y la rotundidad, porque así se ahorrarán, llegado el caso, el tenerse que ir ellos mismos de la sala.

¡Qué cosas!... auténticos adalides de la libertad de expresión pidiendo a hurtadillas, o sea, como si no, la cabeza de un crítico al que, en cuanto tengan la menor ocasión (o sea, que le guste algo que ellos hagan) lo señalarán, tal y como ya han hecho anteriormente, como auténtico, libre, claro e insobornable.

En cuanto a algunos de los “y cien firmas más” viven de tirarse el rollo ensartando frases comunes y siempre las mismas (la mirada..., la honestidad... la reflexión...) en un tipo de cine que ellos llaman “línea dura”, y en el que entre algunas cosas estimables, pocas, pero fácilmente reconocibles, lo que abunda es la majadería y el vacío pretencioso, que suelen elogiar con entusiasmo. Me parece muy bien. Y ojalá que eso les reporte millones de euros y millones de amigos. No menciono antes ni más la presencia de Miguel Marías, porque la supongo un error de cálculo, de imprenta, de dirección o de sentido. ¿qué hace un crítico serio y con voz propia increpando a otro crítico por tener su propia voz? A los del coro, se les entiende: viven de eso, pero un solista, ¡Por Dios!

Afortunadamente para la decencia, esa carta sale en un periódico serio que se da cuenta del auténtico valor de su crítico de cine cuando tanto poyuelo pía, pía".

Si alguien no ha escarmentado y le apetece leer el agrio debate que suscitó esta última réplica, no se pierdan esta página:

http://blogs.abc.es/index.php/unadepiratas/2008/09/13/que_poca_verguenza

¿Por qué traigo a colación estos artículos en un blog de poesía? En primer lugar, para llamar a la reflexión sobre la crítica en general, no sólo la de poesía. También, quizá, para relativizar ciertas cosas: creo que aún no se ha llegado, en la crítica de poesía, a estos sangrantes extremos.

Por suerte unos cuantos, tildados de "liliputienses peligrosos, cursis, tarados y subnormales" (entre ellos Víctor Erice, Guerín, Isaki Lacuesta, Chantal Akerman, Pedro Costa, etc etc), han decidido pegar un puñetazo encima de la mesa y decir hasta aquí hemos llegado.

Unknown dijo...

Ese ruido de algo blando que cae. El susurro suave del papel. Los pequeños gruñidos involuntarios. La imagen singular de un anciano ante el inodoro de la pared, la manera en que se coloca allí, asienta los pies, apunta y deja escapar un suspiro intemporal del que uno sabe que no es consciente. Aquel era su ambiente. Estaba allí seis días por semana. Los sábados doblaba turno. Esa sensación irritante que produce la orina mezclada con el agua. El susurro invisible de los periódicos sobre los muslos desnudos.
Buen viaje Foster Wallace¡

Anónimo dijo...

Pues querido amigo anonimito, creo que, sin conocer en profundidad el mundo del cine como tú lo conoces, tengo la impresión de que estamos peor en poesía. Y no lo digo por un victimismo gratuito. Lo digo porque si en cine ponen "Los albóndigas 3", en general existe cierto consenso crítico de que la película en cuestión es una mierda.

Pero si aquí algún poeta escribe el equivalente a "Los albóndigas 3", publica en una editorial de "prestigio" y recibe una catarata de alabanzas críticas. Es una diferencia notable.

Siempre he pensando que este blog tenía algo parecido a Carlos Boyero sin la exaltación de la vida burguesa que el crítico suele colar, además de la exaltación de su ego, acertadamente suprimido y dividido en 5 x en esta página.

Sobre David Foster Wallece, es,o fue, un escritor valiente en su estilo y con mucho talento. Es una pena. Hay que tener mucho valor para colgarse, dios santo. O para tirarse por una ventana como Unica. Hiede el mundo estos días en los que cae el castillo de naipes capitalista sólo para volver a ser construido.

Anónimo dijo...

Hola

Sobre el tema que apunta Joan que hay un montón de poesía mala que se publica en las que tendrían que ser las mejores editoriales de poesía, yo creo que en realidad es un tema de dinero. Y las editoriales prefieren publicar esos autores porque saben que van a vender. No publican un autor desconocido porque no van a vender. En poesía hay dos vertientes la buena poesía y la poesía común. O sea yo llamo a la poesía común a la que está repleta de lugares comunes y que dice más de lo mismo. En realidad esa poesía llega a más público que la poesía selecta o buena como estos autores que nombráis. Eso lo lee una minoría, y dentro de esa minoría casi toda es gente que escribe poesía.

En cuanto a David Foster quiero pensar que ahora está en paz. Es muy triste, como tiene que estar de agobiada una persona para suicidarse.

Respecto a los organizadores de concursos de poesía (por si alguno lo lee) por lo menos que no pidan tantas copias. Es papel que se pierde y necesitamos árboles y preservar el medio ambiente. Ls concursantes se gastan una pasta en copias...

Por lo que se refiere a las editoriales algunas son unas xxxx porque le piden al autor que compre una salvajada de libros para publicarle. O sea que encima es negocio redondo porque el autor financia la publicación. Vamos que es de vergüenza.

(He intentado volverme anónima pero mis mensajes no salen entonces, así que virgencita que me quede como estoy).

Sigo escuchándoles que vuestras reseñas me sirven para aprender un montón. Gracias.

Un Saludo a todos.

Anónimo dijo...

Como dice Mestre en su nuevo libro, compañero anonimito, y creo que refiriéndose a los críticos: "Hasta los fisgones con sangre de loro pueden ganarse la vida como mentalistas."

Anónimo dijo...

Joder con los del cine. Como se nota que aparte de envidias hay mucha pasta en juego. No como esta escena de miserias económicas de la poesía.

Uniéndome a las sabias recomendaciones de j., quería hacer un par de sugerencias en la línea de Seferis, ya que él ha seguido más por el lado surrealista. Uno es Anagostakis y otro Takis Sinopoulos. Están en una poesía más figurativa que los anteriores pero con un enorme calidad en ambos casos.

En fin, amigos editores, que a la poesía griega, como a otras muchas, les faltan grandes nombres por traducir. Y enhorabuena a la gente de Círculo. Muy buena edición. Ojalá apostéis también por la segunda línea de la poesía, no tan famosos como esos grandes nombres, pero de calidad literaria similar.

Saludos amigos

Anónimo dijo...

No sé, Eduardo, no veo yo envidias en las quejas de los críticos de cine, sino simplemente un revolverse contra los críticos-vedette que hacen un gran daño a la distribución del cine menos comercial (no hollywoodiense). Te puedo asegurar que los firmantes, críticos en su mayoría, y los cineastas que han firmado tan sólo pretenden fomentar una crítica respetuosa y ecuánime en los grandes medios. Y Erice, Pedro Costa o Chantal Akerman no se mueven por dinero, esto te lo puedo asegurar al cien por cien porque si así fuera harían otro tipo de cine (Erice no es Amenabar, por poner un ejemplo). Respecto a los críticos, son freelance que cobran a tanto por página y suelen tener otros trabajos, generalmente en el mundo académico.

No te creas, Joan, que es tan fácil fraguar consensos en la cinefilia; es tan difícil o más que en el caso de la poesía. Para la crítica retrógrada Tsai Ming Liang es un cuentista de tres al cuarto (literalmente, un tarado, como aquellos a los que les gusta); para otros (me incluyo) es un cine casi milagroso. Algunos consideran "Mar adentro" la gran película española de la última década; para otros es un subproducto infumable. El movimiento de críticos de las movie mutations, por ejemplo, avala una crítica de los productos hiper-comerciales de consumo masivo: no les temblaría el pulso a la hora de recurrir a Aristóteles para justificar películas como "Las albóndigas 3". En definitiva, un mundo poliédrico y extraño, donde hay mucha mala sangre y donde, me temo, la gente que hace un trabajo serio, que los hay, están arrinconados en cuatro blogs y en alguna revista, ninguneados por la prensa nacional. El problema es otro, y creo que es muy grave: se trata de eliminar la diferencia, de construir un discurso homogéneo que excluya los productos cuya rentabilidad es más escasa y apostar sólo por el blockbuster más descarado. Es decir, impedir que las películas diferentes, cortadas por otro patrón, lleguen a manos del espectador. Y esto en poesía no es exactamente así: puede no gustarte Paul Celan, pero lo encuentras en las librerías. Pedro Costa, Apichapong Weerasethakul o Clarie Denis lo tienen prácticamente imposible para estrenar en nuestras pantallas. Y más cuando los críticos-vedette de El País advierten a los distribuidores de que no se embarquen en tan ruinoso negocio; total, para cuatro gatos que las van a ver...

Y doy por cerrada mi enojosa interpolación, no sin antes pedir de nuevo disculpas.

Anónimo dijo...

Querido Joan, me parece, y lo digo con todo el cariño que te tengo, una chorrada comparar a Boyero con los addison. La crítica de Boyero es de trazo grueso y egotista hasta la extenuación. ¿Cuál es el punto de encuentro? ¿Qué dicen lo que piensan? Creo que, empezando con la educación y terminando con el conocimiento de lo que hablan, no hay color.

Y no creo que la solución sea echar a Boyero por decir algo con lo que no estamos de acuerdo. El propio Guerín firmó la carta en favor de Echevarría que comento más abajo. Pero monopolizar los festivales y la opinión en una sola voz es absurdo. Que abran la opinión a más críticos.

Respecto al tema crítica, como dicen los americanos, que los hay muy listos, "follow the money". ¿El País no pertenece a Sogecable? ¿Sogecable no tiene no sólo una productora de cine sino una potente distribuidora? Pues atar cables. ¿No os acordáis lo que le pasó a un crítico de Babelia, Ignacio Echevarría, por "criticar" un libro de Alfaguara escrito por Atxaga, editorial también del grupo? A la puta calle lo echaron. Los compis hicieron una cartita, firmada por todos los críticos de poesía entre otros, para lavar su conciencia, y al sábado siguiente allí estaban todos de nuevo como si nada hubiera pasado. ¿Por qué no le echaron un par de huevos u ovarios y dejaron de escribir hasta que readmitieran a Echevarría? Podrían parar el suplemento si querían. ¿O era sólo un gesto a la galería?

Desde entonces, todo el mundo es guay en El País. El mundo es guay, la crisis era una alarma de los antipatriotas y los parados un invento mensual-estadístico. Puajjjjj.

Anónimo dijo...

Como casi siempre me parece laudable la vocación pluralista de anonimito y Helena, pero quizá exagerada en sus consecuencias. No creo que se deba demonizar o analizar como si fueran conceptos bajo sospecha a personas humanas que cometen sus errores y que tienen sus vicios (como todos los tenemos). No creo que addison se parezca en nada a Boyero, porque es menos minucioso,estoy con Helena, es de trazo grueso. Pero tp creo que sea un diablo y todo lo haga por seguir a los grupos económicos. Me parece bien que se critique cierta actitud de ser alternativos sin mirar la calidad, cosa que en los grandes festivales cada vez parece pasar más (de eso, sin duda, sabes mucho más tú, Anonimito).
El caso que comentas, Helena, es flagrante y de todos conocido, y la solución más honesta no era una carta. Lo que creo que apunta de nuevo al periódico, más incluso que a los críticos, como el culpable final.
Tenemos los blogs, quien quiera cosas más detalladas o con una opinión sincera o personal mirará los blogs. Es una pena que los periódicos sean lo que son, pero a al menos ahora tenemos otros medios.
Con esto no quiero salvar a los críticos facilones, sino condenar a los medios vendidos a la masa.
Lázaro

Anónimo dijo...

Querida Helena, acepto de buen grado la definición de chorrada, y no sólo la acepto sino que acepto también que, en consecuencia, soy un chorra, adjetivo con el que me identifico plenamente.

Igual que acepto que el hecho de que me guste Boyero, no siempre, como crítico de cine, debe ser una muestra palpable de mi poca sensibilidad artística en materia de cine. Reconozco mis pecados: me gusta más el cine americano de "autor" que el equivalente al europeo o asiática. Como toda generalización, está llena de letra pequeña.

Pero dado que se me antoja difícil declarar de manera objetiva que una peli u otra es una obra de arte o un bodrio insufrible, no entiendo demasiado que se pida la cabeza de alguien por no coincidir con los gustos de otros, o por expresarse de manera clara. Precisamente el argumento que se utilizó contra Echevarría no fue que había criticado sino cómo lo había hecho. Estamos ante un hecho no tan distinto y sin embargo hay firmantes en las dos cartas que coinciden. A lo mejor no he entendido bien el asunto.

Censuras a estas alturas, no por favor. Ni por un lado, pero tampoco por el otro. Los que nos gusta la mala leche de Boyero y coincidimos a veces con sus gustos aceptamos nuestra minoría de edad intelectual respecto al cine, restregada en nuestras caras por más de uno en cenas y saraos. ¿Qué más quieren? Será interesante leer hoy el encuentro digital de Carlos.

Eso sí, totalmente de acuerdo en que la cartita a favor de Echevarría fue un tema de cara a la galería. Si quieres protestar de verdad, hay métodos mucho más explícitos y contundentes. Por supuesto que el culpable es el periódico, como dice Lázaro, pero creo en el deber de auxilio en estos casos. O ayudas de verdad o te callas pero no firmas una carta y a los dos días escribes una reseña como si nada hubiera pasado.

Anónimo dijo...

No, Joan, no ha habido intento de censura por parte de quienes firman la carta "contra" Boyero. En realidad no se va contra Boyero, se quejan a El País por enviar a un crítico a un festival internacional relevante, y que se limita a enviar fáciles arengas a sus hinchas: "Esto es una basura para seudo-intelectuales cursis...". Nadie pide que se silencie a Boyero, pero que al menos envíen a cronistas que contrapesen su gracejo de señorito de casino con un análisis mínimamente riguroso. Hay criterios y parámetros para enjuiciar una obra audiovisual, igual que para estudiar un texto literario. Por supuesto, nos queda el gusto: algo nos llega o no y eso no es analizable, pero primero, y el deber de un crítico tan bien remunerado como Boyero es ése, hay que ver la película entera (para eso le pagan) y tratar de analizarla. Comentarios al estilo de "esto es una basura pretenciosa", sobran. Se puede demoler una película aportando argumentos inteligentes, sin hacer una enmienda a la totalidad basada en un lapidario juicio previo y una, me perdonarás, gran ignorancia en la materia. Te pongo un ejemplo de lo que me parece crítica intolerable (y ahí verás la diferencia, abismal, con los Addison). Este es el cuerpo de la crítica a la última película de Kiarostami, "Shirin":

"¿A qué se debe la irreverencia de los eternos acólitos ante su sagrado gurú, hacia el autor de tanta propuesta radical en su cine como aseguran los cursis de vanguardia? Lo ignoro. Sólo puedo hablar de mi propia experiencia con un autor que casi siempre me ha aburrido mortalmente. Y la que atravieso con Shirin es heavy. Durante 92 minutos nos muestra en primer plano el rostro de variadas mujeres que están viendo una película o una obra de teatro, ya que los espectadores estamos todo el rato fuera de campo. Y estas mujeres muestran expectación, tensión, alegría, lágrimas. No ocurre nada más. Confieso que me dan igual sus estados de ánimo ante lo que están viendo y oyendo. Para colmo de desventuras, el subtitulado desaparecía a veces, con lo que tampoco nos enterábamos de lo que les provocaba tanta emoción a las damas, ya que en la Mostra deben de ser muy pocos los que hablan el idioma farsi. No me pregunten por el final. Yo también me largué a la mitad de este pretencioso e insoportable experimento. La vida es muy corta para desperdiciarla con tonterías disfrazadas de arte".

¿Dónde está el análisis? ¿Dónde la contextualización de una obra singular en la vertiginosa evolución de Kiarostami? ¿No ha entendido Boyero que desde hace unos años Kiarostami pretende trazar puentes entre el cine y el museo, y que su discurso transita espacios porosos entre ambos ámbitos?
No me sirve que digan eso, o que no merece la pena hablar del "cine" de Apichapong sólo porque apenas mueve la cámara: cuando renuncia al plano fijo y haga montaje alterno, entonces hablaremos de su cine, porque entonces empezará a hacer cine de verdad (el cine al que estamos acostumbrados).
No me sirve que Rodríguez Marchante y compañía desprecien las pelis "de chinos" sólo por su origen geográfico, o que aseguren, sin que se les caigan los anillos, que tienen que lavarse con una cura intensiva de pelis de Bogart cada vez que por motivos laborales tienen que ver una mamarrachada oriental.

¿Imagináis a un crítico de poesía que dijera que el libro de Hinostroza es "literatura para tarados, culto-paletos, liliputienses zafios y peligrosos"? ¿Y que cobrara por ello? Estoy seguro, Joan, de que tú serías el primero en saltar movido por un resorte.

En cuanto a los gustos cinéfilos, haré un pequeño comentario: es más fácil emigrar del cine de "autor" europeo o asiático al americano, y que gusten ambos, que no al contrario. El fundamentalismo de los que abogan por un único cine, el cine clásico de los estudios de Hollywood de los años cuarenta y cincuenta y sus sucesivas encarnaciones (llámese Eastwood, etc.) ha intentado siempre asfixiar las cinematografías que proceden de otras latitudes. Hablamos de un problema ético, Joan, que va más allá de los gustos.

Los gustos de Boyero me importan poco (símil poético: si fuera crítico de poesía, a Boyero le gustaría sólo la poesía de la experiencia, y renegaría, con excepciones, de todo lo demás). Sí me importa que diga a los distribuidores qué pelis se deben o no estrenar en este país, advirtiéndoles del peligro que supone estrenar, sin ir más lejos, al "tarado Kiarostami".

¿No es mejor una política de estrenos plural y que los espectadores decidan?

Por ahí va la cosa, Joan.

Y no te mosquees, hombre, que te quiero bien. :)

El día en que decidas quitarte la máscara de superhéroe que todos tenemos aquí vamos a tener que sentarnos a hablar con un largo café delante. :)

Abrazos

Anónimo dijo...

PD: Olvidaba algo, Joan. Tú que eres dado a rebuscar la trufa de los intereses ocultos (labor encomiable). Te voy a dar un dato interesante: ¿quizá Boyero y Oti Rodríguez Marchante atacan sistemáticamente la última edición del Festival de Venecia porque su dirección se ha negado a proyectar ninguna película del "jefe" de ambos, su amigo personal Enrique González Macho(Presidente de Alta Films, SA, productor, distribuidor y exhibidor)con el que tantas afinidades e intereses les unen y que, además, ha sido el único hasta ahora en saltar a la palestra para una defensa numantina y entrañable del prócer Boyero? Es una posibilidad nada desdeñable.

Al final, tirando del rizoma (que no de la raíz) van saliendo los tubérculos, algunos bastante podridos.

Por último, otra muestra del buen hacer crítico de Boyero:

"En cuanto a las películas de la sección oficial, que es de lo que yo me ocupo, la sensación está entre lo catastrófico y lo grotesco. En veintitantos años que llevo dando vueltas por los festivales de cine más trascendentes, jamás me he encontrado (con la excepción de un año de San Sebastián en la infausta época en el que lo dirigía Rudy Barnet) con un desastre semejante al de esta imborrable Mostra. Es absurdo que les hable durante 11 días de mediocridades o naderías, de películas que en el 90% de los casos nunca se van a exhibir comercialmente en España, que ni el distribuidor más audaz se atrevería a comprar ya que su suicida exhibición duraría un par de días, suponiendo que algunos espectadores incautos picaran en el anzuelo de las críticas laudatorias de los tarados o esnobs con disfraz de vanguardistas.

El responsable de esta intolerable programación se llama Marco Müller. Me cuentan que le han renovado su contrato para seguir dirigiendo la agonizante Mostra. Ante semejante disparate, ya no me puedo escandalizar de que Silvio Berlusconi siga ganando las elecciones en Italia.

Y me voy corriendo a ver la segunda película japonesa de dibujos animados que está a concurso. No me queda espacio para describir lo que nos tragamos ayer, las películas del alemán Werner Schroeter, el ruso Alexsei German Jr. y el etíope Haile Gerima, aunque la del último era más que tolerable. ¿A que les suena muchísimo el ilustre nombre de estos directores? ¿A que tienen una enorme ansiedad por acceder a sus últimas y fascinantes criaturas? Si no hay más remedio, se lo contaré mañana".

Seamos serios: si yo hiciera esto en mi trabajo me despedirían al instante... Claro que vivimos en un país extraño: los diputados que deben acudir a la terrible hora de las nueve de la mañana al hemiciclo para la sesión de control al gobierno no se presentan porque les cuesta madrugar (pobrecillos). A ver cuántos empleados de supermercado conservan su trabajo llegando tarde de esa manera. Cosas veredes.

PPD: sí, sí, ya sé que me estoy pasando. Prometo volver pronto a la poesía.

Anónimo dijo...

Querido Joan:

tenías razón: interesante el encuentro virtual con Boyero. He escrito tres preguntas muy educadas que van al meollo de la cuestión, y los que controlan las mismas no han incluido ninguna de ellas. Todas estaban relacionadas con sus declaraciones relativas a que es mejor que los distribuidores no adquieran ciertos productos escasamente rentables. En cambio, han entrado preguntas como la siguiente:

"Hola Carlos. Mi máximo apoyo hacia tu labor como crítico (o como sea que se llame tu trabajo). Parece que hay gente que nos quiere obligar a tragar mierda con el único pretexto de ser española o experimental. Un saludo".

Brindo por El País y por su política de pluralidad informativa. No esperaba otra cosa.

Respecto a la célebre carta, he aquí la pregunta y la respuesta de Boyero:

"Buenos días. En El País del sábado pasado hubo una carta al director donde se le criticaba con dureza. Se decía que tachaba de cursis, etc., a quien no estaba de acuerdo con usted (en concreto era sobre las películas menos conocidas o más "experimentales") y, en suma, que el periódico debía aclarar su posición "oficial", por si fuera diferente de la de su crítico ¿qué piensa de esto? ¿le han echado alguna bronca? Gracias.

¿Se refiere usted a la conjura de los necios? Le he dedicado escasos minutos a la famosa carta. Entre otras cosas porque la personalidad del 95% de los firmantes, según ellos pertenecientes al ámbito cinematográfico, me resulta absolutamente desconocida. Y los que me suenan solo me inspiran esa sensación tan poco cristiana del desprecio. Durante toda mi vida profesional he tenido multitud de enemigos, pero al menos, sabía quienes eran y a que se dedicaban. Cuánto esfuerzo el de Víctor Erice, ese juglar de los membrillos, y de José Luis Guerín, uno que fotografía durante dos horas la ciudad de Estrasburgo y se empeña, inútilmente, en que eso es una película artística, para convocar a sus ortodoxos mariachis. Me siento como Gulliver en el país de los enanos".

Comentario: me gusta ser un ortodoxo mariachi: lo cuelgo como trofeo en mi habitación. También me gusta ser un "enano peligroso"; al final algunos siguen creyendo, como Gulliver, que todo es cuestión de tamaño (quizá olvidaron que Gulliver era gigante en unas tierras, y enano en otras; en el país de los caballos, era un homínido in-sapiens, por otro lado).

El tono faltón e irrespetuoso (juglar de los membrillos a Erice) delata por sí solo a quien lo pronuncia.

Por último, no me extraña que Boyero no conozca al 95 % de los firmantes (por el resto dice sentir desprecio). Lucir la propia ignorancia como un estandarte es muy propio de su estilo. Pero a mí me preocuparía ser un crítico de cine y tener a gala no saber quién es Claire Denis, Chantal Akerman, Isaki Lacuesta, Carlos Losilla, Ángel Quintana, Pedro Costa y un larguísimo etcétera. Me preocuparía mucho, ciertamente.

Saludos desde la tristeza que da observar el ruedo ibérico...

VICTOR VERGARA dijo...

Hola, me alegro de haberos encontrado.
Yo conocí a Elitys a través de su antología publicada por AKAL BOLSILLO, y debo confesar que me cautivó desde entonces.
Por tanto, quise pasar a profundizar un poco más en él cuando posteriormente m encontré el ORIENTACIONES, traducido por RAMON IRIGOYEN. No se si ésta última traducción es mejor y más correcta que la del primer libro que leí, pero me gustó más la el primer libro. Su tono me pareció más lírico, colorísta y profundo.
Es una de las veces que más me he dado cuenta de lo importante y lo influyente que puede ser una traducción u otra.
¿Qué me podéis decir acerca de ésta última traducción del DIGNUM EST, comparativamente con las anteriores, apate d que es suficientemente correcta?
¿Qué podéis concretar, comparativamente, sobre las tres traducciones?

Os enlazo a mi blog. Me parece vuestra tarea muy loable y muy seria. Gracias en todo.

VICTOR VERGARA dijo...

¿Se puede y se debe hablar ya, de que entramos en el terreno de las preferencias de cada lector? ¿Es decir, que cada lector lea la traducción que más le guste de las las que se hayan hecho sobre un autor concreto?

Gracias de nuevo.