jueves, 22 de mayo de 2008

Hilda Doolittle con "Trilogía". Juan Manuel González con "Tras luz poniente". Carlos Jiménez Arribas con "Darwin en las Galápagos". El Cultural.

Hola a todas y todos:

El Cultural trajo la pasada cuarta semana de Mayo nada más y nada menos que cuatro reseñas de poesía. De ellas, una pertenece al más-mejor-amigo del suplemento, Visor, y otra al segundo más-mejor-amigo, DVD. Uno de los cuatro no vamos a poder analizarlo por no disponer de él en estos momentos. Vamos a ir viendo cada libro desde el menos interesante al más interesante.

Túa Blesa realiza la reseña del libro de Juan Manuel González "Tras la luz poniente", XVII Premio Jaime Gil de Biedma. Por supuesto, la crítica de Túa es alabatoria.

El jurado estuvo compuesto por Luis María Anson (presidente de El Cultural y varias veces miembro de jurados de Visor), Juan Van Halen (premio Tiflos de Visor), Antonio Colinas (con muchos libros publicados en Visor), Juan Manuel de Prada, Guillermo Carnero (premio Loewe con Visor), Clara Janés (premio Ciudad de Melilla con Visor), Chus Visor, Gonzalo Santonja (varios libros publicados en Visor) y Javier Santamaría (presidente de la diputación). Por supuesto, el ganador ya había publicado en esta misma editorial. Y ha sido miembro de jurado del premio nacional varias veces. Un amigo a tener.

Valoración a priori de la objetividad del jurado: 3 / 10

Cuando el señor Anson critica de manera tan vehemente la incompatibilidades de determinados cargos, no está de menos recordarle que su código ético debe aplicarse tanto a los cargos públicos como a los privados. En nuestra humilde opinión, un presidente de un suplemento cultural no puede estar de jurado en premios literarios porque va en contra de cualquier criterio de objetividad que antes y después puede tener ese suplemento con la editorial que le paga como miembro del jurado y con el libro que elige el señor presidente como ganador.

La objetividad a priori, por tanto, del libro que premio el jefe no puede ser alta: 0 / 10

La nuestra tampoco: 0 / 10

Respecto al libro, vamos a ser breves. Escrito a veces como una especie de diario de viajes, nos resulta antiguo, muy antiguo, casi tanto como la poesía que representan algunos de los señores del jurado. El libro se hace pesado, aburre, los poemas son largos, los versos son largos...El escritor utiliza un lenguaje metafórico insulso y de nuevo amanerado como empieza a ser preocupante en los libros visorianos ("cuando te ofreces entera.../.../ante mi quilla y rumbo", "la vida.../.../se ata discreta a tu cintura", "bajo los vencejos tejiendo el cielo con hilo de bramante", "temerosa de los dientes del rocío", "piel de primavera", "cuando la llovizna amenaza con llorar"), carente de brillantez, nos repetimos ahora, antiguo. Como antiguo es el léxico utilizado a propósito, que algunos llamarán riqueza léxica, y a nosotros nos amarillea la vista con esa especie de ruralidad perdida y mal rescatada. Todo el aire nostálgico, todo el pretendido canto hacia la naturaleza, se queda en error. Se rechaza porque pertenece a un mundo al que no queremos volver. En definitiva, un libro que al final se lee rápido porque se hace repetivivo, aburrido, cualquier cosa menos lo que debería de ser la poesía, cualquier cosa menos lo que Jaime Gil de Biedma amaría.

Valoración del libro "Tras luz poniente": 3,5 / 10

El segundo libro de la semana es "Darwin en las Galápagos", escrito por Carlos Jiménez Arribas, y publicado por DVD. La crítica la realiza Túa Blesa, que como suele ser habitual, se queda demasiado corto, y concluye con una recomendación pero no dice cómo llega a la misma. Respecto a la objetividad, DVD es la segunda editorial que mejor trato recibe de El Cultural, y nuestra nota no puede ser alta:

Valoración a priori de la objetividad del crítico en este caso: 4 /10

Vamos a ponernos una objetividad similar para que no se diga: 4 / 10

El libro de Carlos es un libro de poesía en prosa, bastante alejado en la forma del libro que acabamos de reseñar, afortunadamente. Comienza el libro en su primera parte llamada "Birdwatching", parte en la que todos los poemas comienzan con "Soy el hombre". En ella el autor se define de muchas maneras, algunas de ellas rozando lo surrealista. Destaca en lo positivo el poema "Soy el hombre, como el árbol...". En lo negativo, hay numerosas frases y sintagmas que ya han sido escritos muchas veces ("recorre con una mirada la extensión...", "la ciudad naufraga", "dentro del laberinto de sí mismo"). No hay fallos pero tampoco hay grandes aciertos. Y se anuncia uno de los temas sobre los que girará el libro: la dualidad ("Soy el hombre vivo otra vez, dentro del laberinto de sí mismo").

La siguiente parte, más breve, comienza en el poema "Las carpas" con una de las paradojas que abundan en el texto ("El camino que sube y baja difumina el camino"), paradojas que se hacen excesivas, de nuevo, teniendo en cuenta la brevedad del texto. De hecho este mismo poema termina con dos paradojas sucesivas ("Ahora que la naturaleza es margen de sí misma. Que el aire mismo, ahora, agua es sin límite"), paradojas que ahondan en la idea de dualidad que antes comentamos. En esta segunda parte el lenguaje se vuelve más abstracto en ocasiones y se reincide en las frases ya leídas ("todo espacio es tiempo", "Crecen los días", "En la quietud del agua", "La luz desciende en haces verticales sobre el mar").

En la tercera parte, "Albatros", la repetición de palabras comienza a ser cansina (como pájaro o pájaros). Quizás en ella se encuentre el único fallo metafórico del libro, la metáfora del golf y el swing, y de nuevo se insiste en la dualidad paradójica ("ese pez que está sobrevolándose a sí mismo", "La ciudad boreal que crece en los atardeceres y va siempre hacia sí misma"). La cuarta parte, "Encantamiento del marinero", quizás sea la mejor. Está basada en descripciones de cuadros en el que destaca el propio "Encantamiento del marinero" y "La bacanal". La penúltima parte, "El catalejo", es una de las menos logradas. A veces el poema se queda en la pura narración, y deja de ser poema.

La última parte, "Darwin en las Galápagos" se abre con una de las pocas pinceladas de humor que se permite el autor, con el poema "Pingüino". Quizás la cumbre dual de lo que nos ha venido presentando Carlos sea "Cogenidos" que comienza así: "El huevo. O la piña. La textura nítida del alma, o las sinuosidades de la tierra". Se sigue con las frases o metáforas ya leídas ("se paró como un gran signo de interrogación" que nos trae directamente a Ortega), y quizás el mejor poema de esta parte sea "Los gatos (a la luna)".

Nos encontramos con un poemario no muy extenso, en que si bien la ausencia de fallos notables en versos es cierta, también lo es la ausencia de brillantez. El poemario pasa por nuestras manos con la seguridad de que no tendremos la necesidad de volver a leerlo. Para un poemario de esta extensión, se repiten hasta la extenuación palabras que pronto cargan la lectura. De la misma forma, el uso retórico de la paradoja es excesivo y pierde toda su fuerza. Falta riqueza técnica. No entendemos muy bien cierto rebuscamiento léxico por parte del autor, aunque es verdad que apenas lo utiliza. Y hay varias frases y expresiones que nos recuerdan otros escritos. En definitiva, es un libro poco original, nada brillante, y ni siquiera podríamos decir que es correcto, toda vez que le falta riqueza técnica y formal.

Valoración del libro "Darwin en las Galápagos": 5 / 10

El siguiente libro es la Trilogía de Hilda Doolittle. Edita Lumen. Traduce Natalia Carbajosa. Realiza la crítica Ainhoa Sáenz de Zaitegui. Sin problemas de objetividad por ninguna parte. La crítica de Ainhoa en su línea exaltada de costumbre.

La primera parte de la trilogía se titula no caen las murallas, y está terminada en Londres, 1942, por lo que muy posiblemente fuera escrita durante el Blitz, el bombardeo que asoló Londres, atacada por la aviación nazi. La poeta, ya en el título, conecta Londres con Karnak, las ruinas egipcias en Luxor que había visitado en 1923, de alguna manera reconciliando la historia antigua, con sus muros todavía en pie, con la historia moderna, con sus muros también en pie. Ya en el primer poema, quizás el mejor de esta primera parte, es muy clara en este sentido:

"allí, como aquí, la ruina abre
la tumba, el templo..."

Las numerosas referencias bíblicas, que se irán acentuando a lo largo del libro hasta haber trozos del poemario que rozan el pastiche, ya están presente desde el principio en el libro. A las numerosas referencias bíblicas habría que añadir la inclusión de otras muchas deidades pertenecientes a religiones antiguas como la egipcia, la babilónica, astrología, etc.

En el poema número 2 la poeta es testigo de que el mal se ha apoderado de la tierra. Y en uno de los numerosos juegos de palabras del libro dice: "Dev-ill was after us". Excelente el poema 4 que abre de esta forma (traducción nuestra):

"Hay un hechizo, por ejemplo,
en cada concha de mar".

Las referencias a símbolos y mitos son continuas y variadas. Pero en el fondo hay un único Dios para la poeta, un Dios que bebe de miles de fuentes (traducción nuestra):

"porque sé que Dios nuestro Señor
está a punto de manifestarse, cuando yo

el gusano laborioso
teja mi propio sudario"

Autocrítica importante hacia los poetas en el poema 8:

"los poetas somos inservibles
...
no sólo somos "in-útiles"
somos "patéticos""

Incluso la escritura como objeto de guerra: "folios, escritos o viejos pergaminos / nos servirán de cartuchos". O cuando asimila la raíz de la palabra espada, sword, con la definición de palabra en inglés: word.

La poeta asume en esta primera parte el papel de guardián del secreto, hilandera (traducción nuestra)

"del hilo intangible y extraño
que liga a toda la humanidad

a la sabiduría remota,
a la antigüedad"

El poema a estas alturas ha perdido cualquier conexión con la realidad que rodea a la poeta, y se centra en su reflexión sincrética y su experiencia religiosa interior, que a veces traslada al mundo del sueño (fue tratada nada y nada menos que por el mismísimo Freud):

"Ahora entiendo claramente
que el Espíritu Santo,

enigma misterioso de la infancia,
es el Sueño"

A veces, sin embargo, vuelve a recordar su sitio real:

"Concédenos la fuerza
para resistir un poco más"

o cuando escribe:

"sabemos que más allá del hambre
los mejores entre nosotros pueden tornarse hienas".

Y la vida espiritual como salvación para la poeta:

"reduzcamos nuestros dones
al realismo espiritual"

Este verso último define en buena medida el espíritu y la intención del conjunto del libro, aunque el realismo se quede más en intención que en verdad.

La poeta es además consciente de uno de los fallos del libro. Su falta de originalidad en el planteamiento y la forma de plasmarlo. Ella misma lo dice:

"Este ahondar en la semejanza histórica,
esta búsqueda de afinidades psíquicas,

ya se ha hecho hasta la saciedad,
seguirá haciéndose".

Casi al final de la primera parte, la poeta nos presenta su propia teogonía matriarcal: "En el principio era Una, Creadora...". Y termina la primera parte volviendo, poema 43, qué pena que no lo hiciera más, a mostrar el lado de la guerra real junto al lado de su espiritualidad. Y lo hace terminando con una esperanza final:

"carecemos de mapa

quizás arribemos a puerto,
al cielo".

La segunda parte se titula "Tributo a los Angeles". En ella asistimos al nacimiento de la vida entre las ruinas, y especialmente a la aparición de una figura divina llamada la Señora. El título muestra su agradecimiento a los ángeles que le permiten ver a la Señora. Las referencias bíblicas se acentúan en esta parte. Así, en el primer poema le pide a Hermes Trimegisto:

"recoge los fragmentos de cristal roto

y con tu fuego y aliento
funde e integra

re-invoca, re-crea
el ópalo, el ónix, la obsidiana

esparcidos ahora en fragmentos
que los hombres pisotean".

Y la Señora aparece en una primavera "espléndida / como ésta: nunca, nunca / una estación tan hermosa, / tan abundante en hoja y color", primavera real como ella misma había escrito en sus cartas. La Señora la llama y es descrita casi de manera modernista. H.D. vincula a la señora con "la Sabiduría sagrada, / Santa Sofía, SS del Sanctus Spiritus". Y esta Señora porta un libro, que no es el tomo de sabiduría antigua:

"son sus páginas creo, las páginas blancas
del volumen no escrito de lo nuevo"

Porque ella es "la Vestal / del tiempo de Numa / perpetúa el culto de la Bona Dea". Y por una lado presenta novedades:

"mas no estaba con ella el Cordero,
ni como Esposo ni como Hijo;

no está dividida su atención,
somos nosotros su esposo y cordero".

Pero al mismo tiempo, dice:

"los mismos, diferentes, los mismos atributos,
diferentes y, empero, los mismos de antaño".

Y la cercanía de la nueva Diosa, su desmitificación (H.D. llena, a propósito, el texto de incoherencias), tras cargarla de mitos:

"ella no era impalpable como un fantasma,
ella no era imponente como un espíritu.

Ni siquiera nos impresionó
como un Ángel".

La tercera y última parte se titula "La floración de la vara" en el que continúa el proceso de floración y renacimiento iniciado en la segunda parte, en el que el amor como concepto abstracto cobra una gran importancia. El tono se hace elevado, casi oratorio, en el final del primer poema:

"y sigamos ascendiendo
hacia el amor - resurrección".

Excelente en este sentido el poema número 5. O cuando en el número 6 dice "sólo el amor es santo y el éxtasis de amor". Quizás sean los momentos de mayor misticismo del libro, y por eso, están entre los mejores. A mitad de la tercera parte surge el personaje de María Magdalena, como síntesis de todas la Marías de la biblia ("hay muchas Marías /...seré María-mirra), como surgen los reyes magos, en especial Gaspar por su especial relación con María.

A veces la poeta se vuelve transgresora, actitud que habría dado mayor riqueza si hubiera continuado en otros lugares:

"dice que era un antiguo amante
de María Magdalena, y el regalo de mirra,

recuerdo de una pasión transitoria
ya consumida, mas de pronto avivada;

dicen unos que era Abraham,
dicen otros que era Dios."

Despues de varios poemas con contenido altamente narrativo en los que la poeta deja claves por descubrir en el siguiente poema, como si de capítulos de una novela se trataran, y despues de seguir la aventuras y desventuras del mago Gaspar, el libro termina con dos maravillosos versos, de los que no daremos la explicación para que quienes deseen comprar el libro lo hagan sin más pistas:

"no sabía si ella sabía

que la fragancia emanaba del manojo de mirra
que ella misma estrechaba en sus brazos"

Estamos ante un libro que tiene la ventaja de ser un poemario abierto a diferentes interpretaciones, y por tanto, con capacidad para ser releído. Hay un claro intento por parte de H.D. de presentarnos una nueva cosmogonía a través de una intrincada mezcla de mitologías. A pesar de ello, el mensaje clave del libro es un mensaje claramente gnóstico, por lo que es difícil hablar de originalidad. El libro abandona de manera demasiado rápida su parte de realismo para concentrarse en la parte espiritual, lo cual no es un defecto por sí mismo pero sí resta capacidad de innovación al texto. En este sentido, la transición desde el Blitz a la salvación espiritual es demasiado brusca.

La mayor parte de los poemas están compuestos en pareados y desde el punto de vista formal, la única novedad que se presenta son los juegos de palabra y neologismos.

La crítico de El Cultural hace una comparación con Eliot (errónea porque la comparación correcta debería de ser con Four Quartets y no con The Waste Land) y con Pound (en este caso con Pisan Cantos) pero no hay duda de que ambos libros están muy por encima del presente en todos sus aspectos.

Lo cuál no quiere decir que Trilogy sea ni mucho menos un mal libro. Es un buen libro, creemos que tampoco es el mejor poemario de H.D., pero es un libro muy interesante, que se relee bien, que en ciertas partes logra una poesía espiritual, incluso mística, más que notable, pero en el que el exceso de intertextualidad bíblica, la falta de originalidad de la cosmogonía propuesta, y de la propuesta formal de plasmación hace que se aleje de ser una obra maestra universal para quedarse en un buen libro, lo cuál no es poco. Traducción correcta.

Valoración de la Trilogía de H.D.: 7 / 10

El último libro, "La indiferencia", de Bernardo Valdés, edita Pre-textos, queda pendiente por no disponer de él.

Gracias a lo que hayan llegado hasta aquí.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias a vosotros por tanta información, Jaula

Anónimo dijo...

Mmmmmmmmmmm, cuanto tiempo sin caña de verdad y merecida. Pensaba que os habían cambiado la personalidad pero me alegro de que sigáis siendo tan libres para decir lo que muchos pensamos y todos callamos. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Helena en Egipto me gustó más que Trilogía, pero aún así Trilogía me parece un libro maravilloso. Los otros dos libros los ojeé en librería y no me atrajeron nada.

Ojo con quién es el favorito de El Cultural porque sería más justo medir el ratio libros reseñados sobre libros publicados. Y en este sentido creo que DVD podría incluso ganar a Visor, que publica cinco veces más libros.

De acuerdo en que un director de un Cultural no puede andar por ahí de jurado de premios porque no ayuda a la necesaria independencia de los críticos, ni a la selección de los libros reseñados, ni a nada. Pero este señor ya lo ha hecho tantas veces que no creo que tenga solución. Y me parece un experto en ver la paja en el ojo ajeno. Pero estamos en un país en que un diputado abandona la política y se va a un ex-monopolio público cuyo presidente fue nombrado por Aznar. O un jefe de asesoría del gobierno se va al lobby de los constructores. La gente cruza barreras que en otros países sería impensable que cruzara.

Anónimo dijo...

Es una pena que la editorial no haya incluído "Sagesse" como parte final de lo que en realidad es una tetralogía...Igual pasó con "Winter love" cuando se publicó el pasado año "Helena en Egipto", que además, para mí, es la obra que en realidad se inspiró en los Cantos de Pound.

A parte de eso, buena crítica. Es legítimo exigir la independencia que pedís. Pero todos sabemos en qué lugar quedan vuestras plegarias. En el desierto.

Anónimo dijo...

Queridos Addison:

Habiendo conocido a Jaime durante algunos años sólo puedo decir que su reacción después de ver su nombre asociado a este tipo de poéticas sería entre irónica y colérica. Aconsejo a los poetas que en su testamento dejen muy claro si permiten que lleve su nombre un premio, y bajo que condiciones. Yo lo he hecho.

Y sobre lo que comentáis respecto a la incompatibilidad del señor Anson creo que estáis en lo cierto, pero igualmente opino que este hombre no está en la presidencia de El Cultural precisamente por el dinero, que ya tiene de sobra. Está por el poder que significa. Y a las personas que les gusta el poder les encanta ser jurados y jueces, y este señor tiene una larguísima trayectoria como jurado de todo tipo de eventos. Sus gustos poéticos me estremecen pero PJ lo puso allí, PJ que quizás es la persona más peligrosa de la historia del periodismo por sus ganas de modelar desde su periódico el poder democrático. Un tipo para el que el fin justifica los medios.

Anónimo dijo...

Helena, esos dos títulos que mencionas tradicionalmente se han incluido en el volumen "Hermetic definition". Tienes razón que tendrían más sentido ubicados donde comentas pero yo creo que ni las ediciones americanas lo incluyen ahí (aunque puedo estar equivocado).

Un saludo

Anónimo dijo...

Muy bueno, sí señor...

Pregunto la pregunta del millón, el trazo grueso, que como siempre me toca a mí: ¿qué hace Juan Manuel de Prada como jurado de un premio de poesía?
Con el debido respeto, sus conocimientos sobre poesía, a tenor de los gustos, usos y oficios del personaje, es computable en cero. Otro amigo de El Mundo, desde cuyas columnas no ha parado de profetizar calamidades, epidemias y holocaustos incumplidos. De poesía no creo que tenga mucha idea; o más bien está claro cuáles son sus preferencias.
Sólo ese detalle basta para desacreditar a un jurado.

Por una vez disentiré de los Addison,y es que no creo que el gnosticismo sea cosa antigua o superada. A veces lo más viejo es,por ignorado, lo más nuevo. Y no es poca cosa pensar que el dios venerado, el dios alzado por las preces de hordas de fieles, es en realidad un demiurgo usurpador, una deidad defectuosa o perversa.
Vive Dios (o muera).

Saludos.

PD; repasando a Vallejo, vuelvo a perderme en uno de mis poemas favoritos. Quién pudiera leerlo por primera vez:

REANUDO mi día de conejo
mi noche de elefante en descanso.

Y, entre mi, digo:
ésta es mi inmensidad en bruto, a cántaros
éste es mi grato peso,
que me buscará abajo para pájaro
éste es mi brazo
que por su cuenta rehusó ser ala,
éstas son mis sagradas escrituras,
éstos mis alarmados campeñones.

Lúgubre isla me alumbrará continental,
mientras el capitolio se apoye en mi íntimo derrumbe
y la asamblea en lanzas clausure mi desfile.

Pero cuando yo muera
de vida y no de tiempo,
cuando lleguen a dos mis dos maletas,
éste ha de ser mi estómago en que cupo mi lámpara en pedazos,
ésta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo en mis pasos,
éstos esos gusanos que el corazón contó por unidades,
éste ha de ser mi cuerpo solidario
por el que vela el alma individual; éste ha de ser
mi hombligo en que maté mis piojos natos,
ésta mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.

En tanto, convulsiva, ásperamente
convalece mi freno,
sufriendo como sufro del lenguaje directo del león;
y, puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
convalesco yo mismo, sonriendo de mis labios.

Addison de Witt dijo...

Querido anonimito:

Lo que queríamos decir era exactamente esto: "A pesar de ello, el mensaje clave del libro es un mensaje claramente gnóstico, por lo que es difícil hablar de originalidad."

Por supuesto que el mensaje gnóstico no está pasado de moda. Tiene todo el atractivo que mencionas y un poco más. De hecho es tan subversivo que sorprende que tenga tantos siglos. Lo que queríamos indicar es que algunos críticos ven en el libro cierta originalidad en las cosmogonía propuesta y, desde ese punto de vista, lo que hace H.D. es volcar en su poema sus lecturas gnósticas, entre otras. Nada más.

Besos a todos

Anónimo dijo...

Que sí, Addison, que ya sabía por dónde íbais.

Si era por hacerme notar, simpáticamente...

abrazos

Addison de Witt dijo...

Pues nada, hemos embestido a la primera. Que poca vergüenza.

Anónimo dijo...

Aunque dudo que este mensaje pase el filtro, quiero decir que no entiendo que no guste el libro de Juan Manuel González. "Cuando la llovizna amenaza con llorar" me parece un verso extraordinario, de una calidad casi única. Lo antiguo permanecerá y todo este versolibrismo que llevamos sufriendo fallecerá porque no es poesía ni prosa ni nada. El único fallo del poemario de Juan Manuel es que no esté escrito en rima. Por lo demás, gente como él, Anson, García-Posadas y el bueno de Visor son los que realmente dan la cara por la verdadera poesía española, la que enlaza con nuestros clásicos y con el futuro, que no sois ninguno de los jóvenes de ahora.

Anónimo dijo...

Amigo anónimo, o tiene usted un fino sentido del humor, o se ha equivocado de siglo o es uno de los miembros del jurado, y quizás pueda incluso cumplir con las tres características de una personalidad desbordante. Gracias por hacernos reír, buen hombre.

Anónimo dijo...

El libro de Carlos Jiménez Arribas me ha gustado más que a los Addison. Quizás lo que menos me guste, y no es una crítica sólo a Carlos, es el hecho de que los poetas que escriben prosa poética en España empiezan a sonar todos demasiado parecidos. Les falta ahondar en una voz propia y singular. Y el caso se hace más evidente en los poetas que publican en DVD. Pero aún así, creo que es un libro interesante, una buena muestra del estado actual de nuestra poesía en prosa, para lo bueno y para lo malo.

Gracias por dejarme participar.

Anónimo dijo...

Al margen de todo, si es que se pueda estar al margen de algo, creo que hay que apreciar el esfuerzo de DVD por ofrecer una poesía distinta al 90% de la poesía anquilosada que ofrece Visor, por ejemplo. También creo que es legítimo preguntarse por qué una editorial merece tal seguimiento mediático en un medio, o en varios, cuando hay más editoriales que hacen un trabajo como mínimo tan "atrevido" y de al menos la misma calidad. Está bien tratar los dos temas, pero sin que uno toque necesariamente al otro.

Saludos y enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

3000 años de poesía en verso y rimada no son como para tomarselo a broma. La fuerza que el soneto está tomando de nuevo entre algunos jóvenes brillantes en un síntoma de que las cosas cambiarán.

Anónimo dijo...

Anónimo, eres un cachondo.

El papel de bufón ya me lo tenía reservado yo, pero con esto me lo has usurpado. Enhorabuena.

Tanto si lo que dices va en serio o es coña, me hace mucha gracia.

A seguir bien. ;)

Anónimo dijo...

El soneto no es el problema. Se escriba en el estilo que se escriba lo esencial es tener cosas que decir y capacidad estética para hacerlo. Si no que se lo digan a Meléndez Valdés que formal era un rato pero aburría a las moscas...

Anónimo dijo...

Si si, Antonio Carvajal y sus discípulos sin duda pasarán a la historia, no le quepa la menor duda, anónimo-conservador (por distinguirlo). No sé a qué historia pasarán pero habrá alguien dispuesto a meterlos en alguna antología.

Eso sí, estoy de ripios, versificadores y demás hasta los mismísimos cojxxxx. El otro día me tragué un recital de un señor que ocupa un cargo de relevancia en un periódico conservador y que dice que es poeta, y casi me muero. Si eso es poesía, yo no soy poeta. Ni quiero saber nada. Por diosssssss. Y lo peor fue cuando explicó como había ido a leer a un instituto a chavales de 14 a 17 años. Qué pensarán esos chavales de la poesía. Creerán que la poesía es un viejo soltando ripios con la voz engolada, empastada y ridícula. Terrible. Lo más aburrido y cutre que he visto en mucho tiempo.

Por cierto, otra semana de El Cultural, Visor y sus premios. Qué bonito panorama poético tenemos en España.

Es mayo y no cae lluvia en nuestros recitales. Llueve caspa.

Sólo la feria del libro será capaz de empeorar las cosas.

Anónimo dijo...

¿Rimaba Homero? ¿Rimaba Safo? ¿Rimaba Virgilio? ¿Rimaba Catulo? ¿Rimaba Ovidio? ¿Rimaba Basho? ¿Rimaba Milton? ¿Rimaba Pound? ¿Rimaba Valente?

¿Rima Ashbery? ¿Rima Mark Strand? ¿Rima Mahmud Darwix?

¿...?

Anónimo dijo...

Los anónimos, sin duda, suben el nivel hermenéutico del blog. Qué fino estilete, es un encanto.

Joder, Joan, ¿a tus años no has escarmentado?
Yo tengo el detector anti-ripio permanentemente alerta.
A mí me hicieron aborrecer la poesía en el colegio y el instituto: nunca he conseguido curarme de cierta aversión a la generación del 27, de lo mal que me la dieron a conocer. Es lógico que los chicos pasen del tema, yo hacía otro tanto. Siento decir que gracias a nuestro maravilloso sistema educativo todavía se me eriza el vello al oír hablar de Lorca, Juanra, Machado o Cernuda.
Hicieron un buen trabajo conmigo, y siguen. Si encima los "carvaj-aliñan", no te digo nada.

Voto por inyectar a Panero en vena en las escuelas. Seguro que salen cosas más interesantes.

Nota al margen: hoy me han dejado un regalito personalizado en el youtube. ¡Me ha dado una alegría! ¡Gracias, amiga! ¡Que Dios (los dioses) te guarde(n) la vista, resalá!
Por si alguien tiene interés:
http://es.youtube.com/watch?v=VMQ-ahRITho

El último minuto me ha dejado pasmado. Nunca vi nada igual.
Impresionante, desde mi condición anonimita.

Anónimo dijo...

Hoy día, el esfuerzo de la rima se ha convertido para algunos poetas en la única forma de emular méritos poéticos, al menos en España. E, insisto, en general, porque no tienen nada nuevo que decir y porque centran en dicha rima su trabajo con la palabra poética. Las excepciones - poetas tradicionales que, a pesar de eso, logran una poesía de calidad,rimen o no, como es el caso de María Victoria Atencia- escasean tanto que muchos se conforman ya con la mediocridad. Pero, ojo, tradición también puede ser lo más moderno, y este problema también se ha dado con la poesía de la experiencia, por ejemplo. Donde haya moldes siempre habrá imitadores. Eso no tendría que ser un problema pero, por favor, subamos el listón.

Anónimo dijo...

Por caótico orden: Garcilaso, Shakespeare, Dante, Petrarca, Boccacio, Machado, Becquer, Emily Dickinson, Robert Frost, Lope de Vega, Quevedo, San Juan de la Cruz, Góngora, Cervantes, Alberti, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Lorca, Carlos Edmundo de Ory.......................................................