Dos libros de poesía esta semana en El Cultural.
Comenzamos por la crítica que hace Antonio Colinas a dos libros de François Cheng: "La escritura poética china", edita Pre-Textos, y "Cinco Meditaciones sobre la Belleza", edita Siruela. Además, la pasada semana, como nos recordasteis acertadamente, Chantal Maillard había hecho una reseña del primer libro. Así que vamos a hacer una contracrítica conjunta y agitada.
No hay problemas de objetividad en ningunos de los dos casos así que:
Valoración de la objetividad de los críticos en este caso: 9 / 10
Las comparaciones son odiosas y nosotros más. Evidentemente la crítica de Chantal está bastante por encima de la de Antonio, que está por debajo del nivel al que nos tiene acostumbrados. Y decimos evidentemente porque no hace falta explicar a estas alturas a nadie que Chantal conoce bien las diversas culturas orientales. Antonio, además, en algunos líneas, parece que escriba un resumen de las contraportadas. Por cierto que Akiko Yosano, señor Colinas, y con todos los respetos, no es un genial poeta. Como mucho será una genial poeta...
François Cheng es un escritor chino, nacionalizado francés y que en la actualidad es miembro de la no politizada, y prestigiosa Académie Française. Aunque Cheng nació en China, su padre, y esto no lo dice ninguno de los críticos y es una dato importante, fue embajador de Naciones Unidas, mientras que su madre le inculcó desde pequeño la filosofía Tao (esto último sí lo dice Chantal, quién además introduce un aspecto clave de la filosofía taoista y clave para entender la poesía china y el libro de Cheng: el concepto del vacío y del aliento vital). La mezcla de ambas educaciones le dan a la obra de Cheng un carácter muy singular, por un lado capaz de mirar al este y al oeste sin estrabismos y por otra parte mezcla toda su occidentalidad de un barniz taoista que no es sólo original sino enriquecedor.
Cheng ya nos había dejado un muy buen sabor de boca con un ensayo suyo publicado por Siruela: "Vacío y Plenitud, El Lenguaje de la pintura china"; y también con dos novelas publicadas en España por Losada: "La eternidad no está de más", y la estremecedora "La voz de Tianyi".
El libro "La escritura poética china" viene a complementar de una extraordinaria manera el ensayo de Siruela, y destaca su aspecto práctico y didáctico, así como la magnífica selección de poemas que realiza de la época Tang, uno de los varios periodos dorados de la poesía china. Qué mejor definición que la que realiza un pintor ermitaño, que instruye a Tianyi en la novela publicada por Losada: "Empezar por la caligrafía, continuar con el dibujo, que permite dominar la técnica del trazo y dedicarse al arte de la tinta, para llegar por fin a una composición orgánica en la cual lo lleno encarna la sustancia y el vacío garantiza la circulación de los soplos vitales, uniendo así lo finito a lo infinito, como la propia Creación". No se puede añadir más y la señora Maillard deja pocos huecos.
Un libro imprescindible, diferente, de una editorial que está haciendo una labor muy buena, alejada, salvo por un par de premios, de todas esas cosas que tan poco nos gustan, y que debería de ser ejemplo a seguir por otras editoriales más preocupadas por la "mass media" que por la poesía.
Valoración del libro "La escritura poética china": 8 / 10
El otro libro que comenta muy brevemente Antonio, el ensayo "Cinco Meditaciones sobre la Belleza", aunque no lo vamos a reseñar por ser un ensayo, lo recomendamos especialmente a todos aquellos interesados en la filosofía de la estética, vista en este caso desde una perspectiva "occioriental" muy interesante y original.
El otro libro reseñado en El Cultural se titula animaLhito, y lo escribe Luis Eduardo Aute. Publica Siruela. La crítica la realiza Túa Blesa y, bueno, ya lo anticipáis a estas alturas, le gusta el libro.
Os vamos a ser sinceros. Fuimos a la librería, hojeamos el libro con cariño, llegamos a la conclusión de que el autor tenía razón cuando decía que no eran poemas, no nos tronchamos de risa como parece que le ha pasado al crítico, y además, cuando le dimos la vuelta al libro y vimos que su precio era de nada más y nada menos que 40 euros, lo dejamos cuidadosamente en su sitio no fuera que se rompiera.
Así que dejamos abiertas estas páginas a todos aquellos poseedores de este libro para que escriban la contracrítica y la dejen en el capítulo de comentarios. Con total libertad.
Pero si os sobran cuarenta euros y, por ejemplo, no tenéis las obras completas de Salvatore Quasimodo, a lo mejor obtenéis un mayor placer dedicando el dinero al italiano, o a cualquier otro de los muchos grandes que pueblan nuestras librerías o Internet. A lo mejor, decimos.
Buen fin de semana. Abrazos y besos indiscriminados.